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EL RECORTE CXCII
Este año se celebran los 50 años del film "Samba". En este recorte se nos ofrece una semblaza sobre la película.
“SAMBA”
Dirección:
Rafael Gil
Guión:
José L. Rubino y J.M. Arozamena
Coproducción
brasileño-española
REPARTO
Laura
y Belén: S. Montiel
Juan:
Fosco Giachetti
Assis:
Carlos Alberto
Paulo:
Marc Michel
Río de Janeiro.
El clima lujurioso de la gran urbe brasileña es capaz de alentar los
sentimientos más incomprensibles. Sólo así se explica que don Juan, un viejo
millonario senil, crea que la bella Laura permanece a su lado por amor. Laura
es una famosa cantante que triunfa en los escenarios cariocas, triunfo alentado
en parte por la poderosa influencia de su protector. A don Juan, por otra
parte, su enfermizo amor por Laura le ha alterado las facultades mentales. Es
así que, poco a poco, se ha convertido en el juguete de una caterva de
inescrupulosos delincuentes que viven de su dinero. Pero él no se da cuenta de
nada, sólo tiene ojos para Laura y lo que ella dice es ley para él. Por eso, el
día que descubre que la joven se ha enamorado de su sobrino Assis y que ambos
están a punto de fugar juntos, toma una terrible y desesperada decisión. Se
hace presente en el camarín de Laura, el rostro desencajado, esgrimiendo un
revólver:
-Me
has traicionado, Laura… Tú que me debes todo. Pero no te saldrás con la tuya:
¡prefiero verte muerta antes que en los brazos de otro!...
Y sin dejarla
reaccionar, sus ojos inyectados clavados en los aterrorizados de la muchacha,
descarga el cargador del arma sobre su cuerpo. Laura se desploma sin vida. Los
malvivientes que rodean al millonario han presenciado el crimen. Comprenden que
de descubrirse, don Juan irá a la cárcel y entonces adiós a su dinero. Por eso
resuelven hacer desaparecer el cadáver y ocultar el hecho a la policía:
-¡Laura
no tenía familia… nadie preguntará por ella! A Assis será fácil convencerlo de
que se ha escapado.
-El
viejo callará. Está loco pero no tanto como para consentir en ir a dar con sus
huesos en la cárcel.
Y el crimen
queda impune. Sin embargo, las cosas no se desarrollan como quienes lo
ocultaron imaginaban. La muerte de Laura lleva a extremos peligrosos la locura
de don Juan. Se trata ahora de evitar que su enajenación mental alcance
extremos que obliguen a internarlo. Esto obligará a nombrar un tutor para sus
bienes e internarlo. Esto obligará a nombrar un tutor para sus bienes y –otra
vez- los parásitos que lo rodean se verán obligados a renunciar a los sucios y
pingües negocios que realizan a la sombra del prestigio del millonario. Ocurre
entonces un hecho providencial que podría ser la salvación. Todo depende de
cómo se maneje el asunto:
-No
me van a creer: la semana pasada, paseando por Copacabana, conocí a una
muchacha que es la copia fiel de Laura. Es una rústica y vive en los morros,
pero estoy seguro que convenientemente acicalada nadie sería capaz de
distinguir a una de otra. Se llama Belén…
Belén es, en
efecto, una bella muchacha de pueblo. Hasta ahora ha llevado una vida apacible
y toda su atención se centra en Paulo, su novio, con el que piensa casarse muy
pronto. Su simpleza, sin embargo, la hace fácil presa de quienes quieren
convertirla en una “doble” de Laura y llevarla junto a don Juan. Ya le han
anunciado a éste que Laura no ha muerto, que sólo la hirió en su arrebato y que
la muchacha está dispuesta a volver a su lado. En su locura, sobre todo cuando
conoce a Belén, don Juan lo acepta todo. Ahora el único escollo lo representa
Paulo, ya que a Belén han logrado convencerla con la fábula de que don Juan es
un pobre viejo que se ha vuelto loco con la muerte de una hija que era idéntica
a ella. La amenaza basta para Paulo.
-Si
no desapareces de la vida de Belén, te la devolveremos… ¡muerta!
Y Paulo se
aleja. Desolada por lo que cree una prueba de desamor. Belén se enreda aún más
con los malvivientes. Ha caído en una trampa y ya le resultará muy difícil
escapar de ella.
En esos días
comienza el fabuloso Carnaval de Río. Los delincuentes conciben, entonces, una
original manera para contrabandear piedras preciosas:
-Haremos
de Belén la futura “Reina del Carnaval” y la vestiremos como tal. Es decir, que
necesitará un fabuloso atuendo que, pienso, tendrá que ser bordado en pedrería…
El plan es muy
sencillo. La futura reina del Carnaval será presentada en el extranjero. Su
vestido, en lugar de estar bordado con piedras de fantasía, llevará engarzada
una fabulosa fortuna en gemas legítimas. Una manera sencilla y exenta de
riesgos para sacar las piedras del país.
Don Juan, ya un
títere definitivamente en manos de los contrabandistas, acepta sumarse al
ilícito manejo. Belén, por su parte, no puede optar: es virtual prisionera de
ellos y su vida depende de que los acompañe en sus designios. Sin embargo, los
delincuentes no cuentan con un tercer elemento en este juego. Se trata de
Assis, quien permanece engañado respecto a la verdadera identidad de Belén.
Enterado de los proyectos de la banda y temiendo por la vida de quien cree es
Laura, pone a la policía en conocimiento del plan.
Todo parece
marchar sobre ruedas y Belén, rodeada por los miembros de la banda, se apresta
a subir al avión que la conducirá al exterior. Es entonces cuando hace su
aparición en el aeropuerto, la policía. Los delincuentes no acatan la orden de
rendición y se genera un nutrido tiroteo. Belén, aterrada en medio de la
escaramuza, corre peligro de muerte. Assis, arriesgando su vida, se lanza en
medio de la batalla y logra rescatarla. Desde lugar seguro siguen el curso de
los acontecimientos, viendo como, uno a uno, los bandidos van cayendo bajo las
balas de la justicia. Cada uno que muere es un nudo que se desata en torno a
Belén, que siente como si estuviera saliendo de una pesadilla.
Todo ha
terminado. Belén confiesa a Assis que no es Laura sino Belén, una simple
muchacha a la que arrastraron mediante engaños a esa sórdida aventura. Assis
vuelve entonces a experimentar el dolor de saber definitivamente muerta a la
que por un momento creyó haber recuperado:
-En
fin… En estos tiempos resulta difícil creer en milagros y en realidad aún no
había podido convencerme del todo de que Laura estaba de nuevo junto a mí… Algo
me decía que tanta dicha ocultaba algo terrible.
Conmovida ante
su dolor, Belén no se resigna a abandonarlo. Sin embargo, su corazón sigue aún
perteneciendo a Paulo, al que empero todavía cree un ingrato. Pero Assis la
ayuda a tomar una decisión: debe volver junto a Paulo, él está seguro de que el
joven la sigue queriendo y que en su alejamiento deben de haber tenido mucho
que ver los canallas que rodeaban a don Juan. Belén también lo cree así y corre
en busca de Paulo. Desde lo alto de un morro ésta le ve llegar y corre a su
encuentro… Mientras se acercan uno a otro. Paulo piensa: “¡Qué bella es!... ¿Por qué no puede ser en verdad la
reina del Carnaval?” Y así será. Belén concursa y entre centenares de
bellas postulantes su gracia y belleza la consagran. Pletórica de felicidad,
siente que definitivamente la pesadilla ha quedado atrás…
LA FOTO CXCII
Sara Montiel con Marc Michel en "Samba".
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