sábado, 22 de abril de 2017

CARETA - 25 de Febrero de 1.960 - España


Sara Montiel aparece solo en la portada.
UN CLAVEL
Exacto, junto a Sarita, el clavel a la española. Sarita está aquí, como siempre, como todos los días, llena de guapeza espectacular. Y ustedes que lo vean. 

EL RECORTE CCXLII
En su sección 'Sara Montiel escribe' de la revista Protagonistas, en número de 7 de Abril de 1.982, la estrella hacía todo un homenaje escrito al gran dibujante Mac, creador de los carteles más legendarios del cine, entre ellos, el de 'Carmen la de Ronda'. 

SARA MONTIEL
escribe

Hola. Hola… Holaaaa…
Hay ciertos reencuentros que te causan gran alegría. De la misma forma que ciertos encuentros son una gaita. Y me he sentido muy feliz del reencuentro que he tenido con Mac, el gran dibujante, al que no veía desde hacía muchos años.
Mac es un cartelista fenomenal, me atrevería a decir que es el mejor cartelista cinematográfico de nuestro siglo. Y también lo hubiera sido del siglo pasado si ya entonces hubiera existido el séptimo arte, pero por aquel entonces ni el cine había nacido ni Mac es tampoco tan viejo.
Mac ha sido el autor de los carteles –pósters-afiches- o como le quieran ustedes llamar, de todas mis películas. Algunos francamente geniales, como aquel de “Carmen la de Ronda”, que se reproduce en esta página.
Otro cartel famoso de este magnífico artista fue el que hizo para “Los Diez Mandamientos”, que dio la vuelta al mundo. ¿Se acuerdan? Se veía a Charlton Heston  con las tablas en brazos y en la parte inferior en letras gruesas y partidas por la mitad el título de la película. Puede decirse que este artista cartelista catalán ha sido el autor de los afiches de las mejores películas que ha dado la industria del cine. Hasta de el mismísimo Hollywood recibía encargos. Y la Paramount, la RKO, etc., se lo disputaban. Él, desde su estudio de Barcelona, creaba los carteles que luego se exhibían en las calles y fachadas de cines de todo el mundo, traducidos los títulos a los más distintos idiomas, pero manteniendo siempre exacto el dibujo que había creado Mac.
Pienso que la industria del cine está en deuda con este artista, como también lo está Barcelona. Es un artista cuya obra, repito, ha dado la vuelta al mundo; de su mente y de sus manos han salido creaciones básicas para el espectáculo rey de nuestra época: el cine.
Probablemente si Mac en vez de haber nacido en España hubiera nacido en Estados Unidos, en Inglaterra o en Francia en estos momentos tendría en su poder uno de estos Oscars con que la Academia de Hollywood premia la labor de aquellos hombres que con su esfuerzo, con su ingenio, con su entrega, con su arte, con su inventiva, etc., etc., han aportado un importante granito de arena en favor del séptimo arte. Les aseguro que Mac lo ha aportado. Pero, claro, nació en este país y aquí sólo nos acordamos de alguien cuando ya está muerto. Si es que nos acordamos. Y hacer causa común para que alguien en vida sea debidamente reconocido fuera de nuestras fronteras es pedir peras al olmo. Si Mac fuera francés seguro que ya tendría un Oscar de Hollywood, el mismísimo gobierno ya se hubiera preocupado de ello. Pero aquí siempre tenemos que ir a pecho descubierto, sin más ayudas que nuestras propias agallas y esquivando zancadillas.
A envidiosos no nos gana nadie pero a altruistas, a saber reconocer nuestros propios valores cualquiera que venga de fuera nos puede enseñar. Es esta una asignatura que los españoles aún no hemos sabido aprender. Todo lo contrario que los franceses, que se creen el ombligo del mundo.
Pero bueno, mi admirado Mac ha ampliado su campo de acción, su mundo de creatividad y en este feliz reencuentro me ha sorprendido mostrándome parte de su nueva obra pictórica, en la que ha sabido plasmar su enorme fantasía y su profunda preocupación por el momento que está pasando la humanidad sometida a los azotes del hambre, de la contaminación, de la amenaza de guerra, de destrucción atómica… Una visión dantesca tratada con un bello uso del color y unos trazos que evidencian el gran dibujante que hay en Mac, que, a pesar de su postura pesimista, siempre deja entrever en su obra un rayo de esperanza, más o menos remoto, una especie de ventana abierta al alcance del hombre que desee liberarse de todos los males que en estos momentos pesan sobre él.
Creo que cuando Mac exponga su obra va a causar verdadero impacto.


Antiguo cartel cinematográfico.

Me gusta reencontrarme con mis viejos amigos de la buena época del cine, por ejemplo, también, con Teresa, que ahora está en la sección de maquillaje y peluquería de televisión, en Miramar de Barcelona, y con la que cuantas veces coincidimos recordamos momentos y anécdotas vividas en común durante los rodajes de “El último cuplé” o de “La Violetera”. Teresa es una gran profesional, igual que todos los que en aquellos años trabajamos en los platós. Todos poníamos siempre la carne en el asador, desde el más humilde de los eléctricos pasando por los técnicos de sonido, de maquillaje, de peluquería, de sastrería… Nos gustaba y sentíamos el trabajo que hacíamos y cada uno dentro de lo suyo se sentía importante.
Cualquier parecido con lo que ocurre ahora es pura coincidencia. ¿Verdad, querido Miguel Cuso? He aquí otro de mis buenos amigos, de aquellos tiempos. Guionista de cine, novelista, con alma de artista, muchas noches al terminar el rodaje nos dábamos largas caminatas por las calles de Barcelona. Era la época de mis películas con los Balcázar, uno de ellos recientemente fallecido en México, dicen que en extrañas circunstancias. También me ha gustado volver a ver al querido Emilio Martos que siempre tuvo fe en mí y que tanto me ayudó contra viento y mareas.
Todos viejos amigos de unos años en que para todos el cine era lo más maravilloso y nos entregábamos a nuestro trabajo en cuerpo y alma.
Y es bueno recordar estas vivencias, saber mirar hacia atrás pero sin ira, con la satisfacción que siempre da el trabajo bien hecho. Porque lo que nosotros hemos hecho, amigos Mac, Teresa, Miguel, Emilio y un largo etcétera, ahí está. Y a ver quién es el guapo que lo pueda superar. ¿O no?, monos. Mis besitos para todos vosotros.

LA FOTO CCXLII 


Una escena de 'Carmen la de Ronda'.

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