jueves, 20 de junio de 2024

MI VIDA - 8 de julio de 1966 - Chile


SARITA MONTIEL

TRIUNFÓ EN RUMANÍA

Durante el mes que estuvo repartió trescientas  mil fotos


La llegada de Sarita Montiel a Rumanía fue espectacular. Las calles y las tiendas mostraban carteles con el rostro de la cantante y actriz española. Todos sabían que llegaba "la española de la voz maravillosa". En la fotografía Sarita no puede subir a su auto porque el público quiere saludarla de cerca. 

BUCAREST.- Por vez primera desde hace treinta años una artista española, residente en España, ha triunfado plenamente en la República Democrática Popular de Rumanía. Nadie recuerda en Bucarest un triunfo como el de Sara Montiel, la “estrella” nacida en el corazón de la Mancha de Don Quijote y Sancho Panza, en los Campos de Criptana.

Por vez primera en la historia artística de la República Popular, una “estrella” de la canción logró llenar durante treinta días consecutivos un teatro, el Teatro Nacional, de cuatro mil localidades, sin más espectáculo que una voz, la única voz española conocida en este país que se alza al otro lado del “telón de acero”.

SARA, “PRODUCTO” PARA LA EXPLOTACIÓN

Sara Montiel ha sido uno de los primeros “productos” de exportación española en las tímidas y paulatinas relaciones comerciales entre España y Rumanía. Al igual que ocurre en otros muchos países del mundo, sobre todo en América Latina, Sara Montiel es uno de los productos más cotizados de España y la única estrella de su cine que ha logrado el espaldazaro mundial con sus películas y sus canciones.

Y fueron precisamente estas películas, como “El último cuplé”, “La violetera”, “Carmen, la de Ronda” y otras, las que desde hace años lograban triunfar plenamente en Rumanía despertando la admiración de los públicos de las ciudades rumanas que abarrotaban día a día las salas de espectáculos donde esos films se proyectaban.

Este éxito llevó al Estado rumano, único empresario den la República Popular, a pensar en serio en la posibilidad de contratar a la famosa “estrella” del cine y la canción españoles. 


Todas las noches, cuando se dirigía desde el hotel, donde se alojaba, hacia el Teatro Nacional, una multitud que esperaba horas bajo el frío, se lanzaba hacia su encuentro para que firmara autógrafos. En la foto, Sarita firma autógrafos vigilada por un policía. 

Y hace ya más de dos años que comenzaron las gestiones, que se vieron coronadas con el éxito al permitir las autoridades españolas que Sara Montiel pudiera actuar ante el público rumano.

Nada más hacerse pública la noticia en Bucarest, las localidades del Teatro Nacional quedaron agotadas, obligando a la empresa a pedir a la cantante y “estrella” que prorrogara su primitivo contrato de siete días en otros siete más y luego en otros siete, hasta completar cuatro semanas, improrrogables por propia decisión de Sara ante otros compromisos  anteriormente contraídos en España y sobre todo, ante la imposibilidad de prolongar por más tiempo su estada en Rumanía, por tener que preparar su gira por los países hispanoamericanos, que iniciará próximamente.

Ello ha hecho que millares y millares de rumanos, que durante semanas y semanas habían aguardado pacientemente la oportunidad de poder oír a Sara Montiel “en persona”, se quedaran sin más consuelo que verla cuando entre una apretada fila de público se dirigía diariamente desde el hotel al Teatro para actuar.


Una de las visitas que más impresionó a los rumanos fue la efectuada al mercado popular. Compró frutas y verduras típicas del país. Dos hombres con gorros de piel la admiran. Sarita se habría quedado más tiempo en ese país, pero no pudo porque  tiene otra serie de compromisos. 

ENTRADAS EN EL “MERCADO NEGRO” CIENTO POR CIENTO DE SU VALOR

A los pudientes de este Estado “democrático” no les quedó más remedio que adquirir las localidades en el mercado negro, en el que la cotización de las entradas adquirió cien veces su valor. Se llegaron a pagar hasta 400 escudos por una localidad de general.

Todo este éxito reflejado de tarde en tarde por la prensa española, fue el que nos llevó a tomar un avión para comprobar en Bucarest por nuestros propios ojos el éxito de quien hasta ahora es la primera “estrella” del cine y de la canción española.

La primera sorpresa fue comprobar que en un país que no mantiene relaciones diplomáticas con España se había puesto de repente de moda en todas las clases sociales de Rumanía. Por doquier, carteles con el rostro de Sara y banderas españolas en los alrededores del Teatro, en el hotel y en las calles de Bucarest.

El nombre de Sara Montiel era ya una garantía para poder moverse libremente por doquier.

Toda la ciudad, una ciudad de millón y medio de habitantes, hablaba de nuestra “estrella”. Unos presumiendo de haber podido oírla cantar; otros, los más, doliéndose de no haberlo podido conseguir. 


Por primera vez desde hace treinta años una artista española triunfa en Rumanía, una de las Repúblicas Populares que están tras la Cortina de Hierro. Su voz y su presencia volvieron locos a los rumanos. 

Pero siempre quedaba el consuelo de intentar conseguir una fotografía de Sara con su autógrafo. Para ello no había más remedio que montar guardia a la puerta del hotel donde desde el amanecer hasta altas horas de la madrugada, miles de personas aguardaban pacientemente a que la “estrella” entrara o saliera siempre escoltada por la admiración de los rumanos.

Trescientas mil fotografías ha distribuido Sara entre los rumanos en el mes que ha permanecido en Bucarest y otras tantas han sido distribuidas por editores que vieron desde el primer momento el negocio en la edición del rostro de Sarita.

EL PROBLEMA DE LOS DÓLARES

Ciento ochenta mil pesetas -15 millones- ha cobrado diariamente Sara Montiel por actuar en Bucarest, cantidad jamás igualada por ningún otro artista de los muchos que han desfilado por el Teatro Nacional. Pero el abono de esta cantidad planteó no pocos problemas al Estado por un lado y a Sara por otro.

Aunque en principio estaba estipulado que esta cantidad había de ser abonada en dólares, surgieron posteriormente problemas a causa de la escasez de divisas que existe en Rumanía.


Con un profundo respeto y mucha admiración, Sarita Montiel recorre un maravilloso templo ortodoxo. Le gustó mucho Rumanía, pero no se quedó más tiempo porque está lista para iniciar una gira por Latinoamérica. Es muy posible que pase por Chile. En Rumanía compró una colección de obras de arte porque parte de sus ganancias se las pagaron en la moneda de ese país, la que no se puede cambiar ni en los bancos suizos. 

Por ello, no hubo más remedio que llegar a un acuerdo ante el temor de quedarse sin las pocas que el gobierno rumano guarda como oro en paño. ¿Solución? Pagar a Sara Montiel sus honorarios, mitad en dólares y mitad en “leis”, moneda del país que no se cotiza ni siquiera en los bancos de Suiza. Pero no había otra solución. Sarita comprendió que el público no tenía la culpa y se merecía una concesión por parte de ella.

¿Qué hacer con aquella moneda? No había más remedio que gastarla en Bucarest. ¿En qué? La verdad es que había muy poco que comprar. Rumanía es un país eminentemente agrícola, donde es muy difícil gastar mil quinientos dólares.

No hubo más solución que adquirir obras de arte, iconos y esculturas del arte rumano, cuya salida y debido a estas circunstancias fue autorizada por el Gobierno de manera excepcional.

Pero el éxito estaba ya conseguido y había merecido la pena. Por vez primera, una estrella española lograba el más fabuloso éxito conseguido por artista alguno tras el “telón de acero”. 


En una de las tantas manifestaciones de que fue objeto, vistió el traje nacional rumano, con el que aparece en la foto. Abajo, en medio de un grupo de jovencitas, también con el traje típico rumano, anota la letra de las canciones que más gustaron en ese país. 



Nada menos que con "Miss Rumanía" aparece la cantante española Sarita Montiel. Se hicieron muy amigas. En la foto de abajo, una monja le ha pedido un autógrafo y ella accede de buen gusto. Varias monjas y sacerdotes llegaron hasta el Teatro Nacional durante el mes que duraron sus actuaciones. 



Correspondencia de JAIME PEÑAFIEL



EL RECORTE CCCLXII

... y Sara volvió a Rumanía en 1997, como la gran estrella invitada al programa "Sorpresa, sorpresa". Justo es decir, también, que la muerte de la diva tuvo una amplia cobertura en este país. La revista "Hola", en uno de sus números de 1997, contaba así la participación de la actriz en este programa. 


La popular actriz recibió en Madrid el premio a la amistad rodeada por su hija, Tahis, y numerosos amigos

SARA MONTIEL

Se reencontró con un antiguo amor durante un programa de la televisión rumana en el que ella fue la estrella


Sara Montiel rodeada por su hija y los amigos que participaron en su homenaje, entre ellos, la popular bailarina María Rosa, Paquita Rico, Luís Aguilé, José Luís López Vázquez y Esperanza Roy. 

Sara Montiel fue aclamada por el público rumano cuando acudió como invitada especial a una versión del programa “Sorpresa, sorpresa”, que también se emite en el país centroeuropeo. La popular cantante y actriz se hizo muy popular en Rumanía durante la década de los sesenta a partir de sus películas y a raíz de dos visitas que realizó al país. Aunque ella era la protagonista de la sorpresa principal del programa, también se vio sorprendida cuando se reencontró con un antiguo amor rumano, que acudió al plató con la que ahora es su esposa y su hija de trece años. Sara vivió un momento muy emotivo cuando Andrea Marín, la presentadora, anunció la presencia del actor, quien charló animadamente con la actriz.


Sara, que llevaba unas originales medias con dibujos geométricos, con Thais tras recibir el premio.

Por otra parte, y tras regresar de tierras rumanas, Sara recibió el premio a la amistad en el transcurso de una cena-homenaje celebrada en el teatro Kapital, de Madrid, en la que estuvo rodeada por su hija, Thais, así como por numerosos rostros populares, entre ellos, Paquita Rico, la bailarina María Rosa y Luís Aguilé.

-Sara, ¿cómo te encuentras?

-Muy bien. Divinamente. Feliz de poder estar aquí con mis amigos y con mi hija Thais.

-¿Estás enamorada?

-Sí, lo estoy. De Giancarlo… de la vida, de las cosas hermosas, de mi familia…

-¿Cómo surgió la idea de viajar a Rumanía para participar en un programa de televisión?

-Porque Larazov sabe que yo en Rumanía soy la “karrol”, como me llaman allí, la reina, y al igual que se sucede en Rusia, soy muy conocida. Estuve dos veces en Rumanía hace muchos años y desde entonces me siguen. 


Sara Montiel, durante su actuación en la televisión rumana. 

-¿No fue una petición de una persona en concreto, sino que fue un obsequio al público?

-Sí, y, además, yo también recibí una sorpresa, porque avisaron a un actor de teatro clásico que conocí cuando estuve en Rumanía y me dieron la sorpresa, porque él me esperaba con un ramo de flores en el escenario. Fue muy agradable, porque fue un antiguo amor que tuve. El momento fue muy tierno, ya que me recibió junto a su mujer y su hija de trece años. 


Sobre estas líneas, momento en que la artista es sorprendida por un antiguo amor rumano, actor de teatro clásico, que acudió a los estudios de televisión para darle una sorpresa. 

J. CALLEJA Y EUROPA PRESS REPORTAJES



LA FOTO CCCLXII


Sara Montiel en Bucarest (Rumanía) rodeada de fans (1966).