SARITA MONTIEL
TRIUNFÓ EN RUMANÍA
Durante el mes
que estuvo repartió trescientas mil
fotos
BUCAREST.- Por vez primera desde hace treinta años
una artista española, residente en España, ha triunfado plenamente en la
República Democrática Popular de Rumanía. Nadie recuerda en Bucarest un triunfo
como el de Sara Montiel, la “estrella” nacida en el corazón de la Mancha de Don
Quijote y Sancho Panza, en los Campos de Criptana.
Por vez primera
en la historia artística de la República Popular, una “estrella” de la canción
logró llenar durante treinta días consecutivos un teatro, el Teatro Nacional,
de cuatro mil localidades, sin más espectáculo que una voz, la única voz
española conocida en este país que se alza al otro lado del “telón de acero”.
SARA, “PRODUCTO” PARA LA EXPLOTACIÓN
Sara Montiel ha
sido uno de los primeros “productos” de exportación española en las tímidas y
paulatinas relaciones comerciales entre España y Rumanía. Al igual que ocurre
en otros muchos países del mundo, sobre todo en América Latina, Sara Montiel es
uno de los productos más cotizados de España y la única estrella de su cine que
ha logrado el espaldazaro mundial con sus películas y sus canciones.
Y fueron
precisamente estas películas, como “El último cuplé”, “La violetera”, “Carmen,
la de Ronda” y otras, las que desde hace años lograban triunfar plenamente en
Rumanía despertando la admiración de los públicos de las ciudades rumanas que
abarrotaban día a día las salas de espectáculos donde esos films se
proyectaban.
Este éxito llevó
al Estado rumano, único empresario den la República Popular, a pensar en serio
en la posibilidad de contratar a la famosa “estrella” del cine y la canción
españoles.
Y hace ya más de
dos años que comenzaron las gestiones, que se vieron coronadas con el éxito al
permitir las autoridades españolas que Sara Montiel pudiera actuar ante el
público rumano.
Nada más hacerse
pública la noticia en Bucarest, las localidades del Teatro Nacional quedaron
agotadas, obligando a la empresa a pedir a la cantante y “estrella” que
prorrogara su primitivo contrato de siete días en otros siete más y luego en
otros siete, hasta completar cuatro semanas, improrrogables por propia decisión
de Sara ante otros compromisos
anteriormente contraídos en España y sobre todo, ante la imposibilidad
de prolongar por más tiempo su estada en Rumanía, por tener que preparar su
gira por los países hispanoamericanos, que iniciará próximamente.
Ello ha hecho
que millares y millares de rumanos, que durante semanas y semanas habían
aguardado pacientemente la oportunidad de poder oír a Sara Montiel “en
persona”, se quedaran sin más consuelo que verla cuando entre una apretada fila
de público se dirigía diariamente desde el hotel al Teatro para actuar.
ENTRADAS EN EL “MERCADO NEGRO” CIENTO POR CIENTO DE
SU VALOR
A los pudientes
de este Estado “democrático” no les quedó más remedio que adquirir las
localidades en el mercado negro, en el que la cotización de las entradas
adquirió cien veces su valor. Se llegaron a pagar hasta 400 escudos por una
localidad de general.
Todo este éxito
reflejado de tarde en tarde por la prensa española, fue el que nos llevó a
tomar un avión para comprobar en Bucarest por nuestros propios ojos el éxito de
quien hasta ahora es la primera “estrella” del cine y de la canción española.
La primera
sorpresa fue comprobar que en un país que no mantiene relaciones diplomáticas con
España se había puesto de repente de moda en todas las clases sociales de
Rumanía. Por doquier, carteles con el rostro de Sara y banderas españolas en
los alrededores del Teatro, en el hotel y en las calles de Bucarest.
El nombre de
Sara Montiel era ya una garantía para poder moverse libremente por doquier.
Toda la ciudad,
una ciudad de millón y medio de habitantes, hablaba de nuestra “estrella”. Unos
presumiendo de haber podido oírla cantar; otros, los más, doliéndose de no
haberlo podido conseguir.
Pero siempre
quedaba el consuelo de intentar conseguir una fotografía de Sara con su
autógrafo. Para ello no había más remedio que montar guardia a la puerta del
hotel donde desde el amanecer hasta altas horas de la madrugada, miles de
personas aguardaban pacientemente a que la “estrella” entrara o saliera siempre
escoltada por la admiración de los rumanos.
Trescientas mil
fotografías ha distribuido Sara entre los rumanos en el mes que ha permanecido
en Bucarest y otras tantas han sido distribuidas por editores que vieron desde
el primer momento el negocio en la edición del rostro de Sarita.
EL PROBLEMA DE LOS DÓLARES
Ciento ochenta
mil pesetas -15 millones- ha cobrado diariamente Sara Montiel por actuar en
Bucarest, cantidad jamás igualada por ningún otro artista de los muchos que han
desfilado por el Teatro Nacional. Pero el abono de esta cantidad planteó no
pocos problemas al Estado por un lado y a Sara por otro.
Aunque en
principio estaba estipulado que esta cantidad había de ser abonada en dólares,
surgieron posteriormente problemas a causa de la escasez de divisas que existe
en Rumanía.
Por ello, no
hubo más remedio que llegar a un acuerdo ante el temor de quedarse sin las
pocas que el gobierno rumano guarda como oro en paño. ¿Solución? Pagar a Sara
Montiel sus honorarios, mitad en dólares y mitad en “leis”, moneda del país que
no se cotiza ni siquiera en los bancos de Suiza. Pero no había otra solución.
Sarita comprendió que el público no tenía la culpa y se merecía una concesión
por parte de ella.
¿Qué hacer con
aquella moneda? No había más remedio que gastarla en Bucarest. ¿En qué? La
verdad es que había muy poco que comprar. Rumanía es un país eminentemente
agrícola, donde es muy difícil gastar mil quinientos dólares.
No hubo más
solución que adquirir obras de arte, iconos y esculturas del arte rumano, cuya
salida y debido a estas circunstancias fue autorizada por el Gobierno de manera
excepcional.
Pero el éxito
estaba ya conseguido y había merecido la pena. Por vez primera, una estrella
española lograba el más fabuloso éxito conseguido por artista alguno tras el
“telón de acero”.
Correspondencia de JAIME PEÑAFIEL
EL RECORTE CCCLXII
... y Sara volvió a Rumanía en 1997, como la gran estrella invitada al programa "Sorpresa, sorpresa". Justo es decir, también, que la muerte de la diva tuvo una amplia cobertura en este país. La revista "Hola", en uno de sus números de 1997, contaba así la participación de la actriz en este programa.
La popular actriz recibió en Madrid el premio a la
amistad rodeada por su hija, Tahis, y numerosos amigos
SARA MONTIEL
Se reencontró con un antiguo amor durante un
programa de la televisión rumana en el que ella fue la estrella
Sara Montiel fue
aclamada por el público rumano cuando acudió como invitada especial a una
versión del programa “Sorpresa, sorpresa”, que también se emite en el país
centroeuropeo. La popular cantante y actriz se hizo muy popular en Rumanía
durante la década de los sesenta a partir de sus películas y a raíz de dos
visitas que realizó al país. Aunque ella era la protagonista de la sorpresa
principal del programa, también se vio sorprendida cuando se reencontró con un
antiguo amor rumano, que acudió al plató con la que ahora es su esposa y su
hija de trece años. Sara vivió un momento muy emotivo cuando Andrea Marín, la
presentadora, anunció la presencia del actor, quien charló animadamente con la
actriz.
Por otra parte,
y tras regresar de tierras rumanas, Sara recibió el premio a la amistad en el
transcurso de una cena-homenaje celebrada en el teatro Kapital, de Madrid, en
la que estuvo rodeada por su hija, Thais, así como por numerosos rostros
populares, entre ellos, Paquita Rico, la bailarina María Rosa y Luís Aguilé.
-Sara, ¿cómo te encuentras?
-Muy
bien. Divinamente. Feliz de poder estar aquí con mis amigos y con mi hija
Thais.
-¿Estás
enamorada?
-Sí,
lo estoy. De Giancarlo… de la vida, de las cosas hermosas, de mi familia…
-¿Cómo surgió la
idea de viajar a Rumanía para participar en un programa de televisión?
-Porque
Larazov sabe que yo en Rumanía soy la “karrol”, como me llaman allí, la reina,
y al igual que se sucede en Rusia, soy muy conocida. Estuve dos veces en
Rumanía hace muchos años y desde entonces me siguen.
-¿No fue una petición
de una persona en concreto, sino que fue un obsequio al público?
-Sí,
y, además, yo también recibí una sorpresa, porque avisaron a un actor de teatro
clásico que conocí cuando estuve en Rumanía y me dieron la sorpresa, porque él
me esperaba con un ramo de flores en el escenario. Fue muy agradable, porque
fue un antiguo amor que tuve. El momento fue muy tierno, ya que me recibió
junto a su mujer y su hija de trece años.
J. CALLEJA Y EUROPA PRESS REPORTAJES
LA FOTO CCCLXII
No hay comentarios:
Publicar un comentario