viernes, 3 de enero de 2020

PASEO - nº 76 - 1957 - España


La diva aparece solo en la portada. 


EL RECORTE CCCXXX
Unas impresiones de la revista Primer Plano, 12 de mayo de 1.957, tras el sorpresivo estreno de "El último cuplé" y la aparición de Sara Montiel. 


“EL ÚLTIMO CUPLÉ”
EL CINE ESPAÑOL VIVIÓ EL PASADO LUNES UNA DE SUS MEMORABLES JORNADAS
El estreno en RIALTO de esta maravillosa superproducción en eastmancolor constituyó el acontecimiento más importante de la temporada.
Cifesa ha dado al cine español otra de sus extraordinarias jornadas gloriosas, uniendo de nuevo su nombre al del artífice Juan de Orduña.
Existía verdadera expectación por ver “EL ÚLTIMO CUPLÉ”, y fueron innumerables las personas que no pudieron presenciar en Rialto, la noche del pasado lunes, el memorable estreno de esta película, llamada a conseguir grandes éxitos dentro y fuera de España, y que, entre las magníficas sorpresas que nos deparó a todos, figura en primer lugar la asombrosa revelación de Sara Montiel como cantante y su definitiva consagración como actriz.
Nosotros, en distintas ocasiones, anunciamos a nuestros lectores que esta nueva realización en eastmancolor de Juan de Orduña era de las más importantes de los últimos tiempos, y la crítica y el público han coincidido con nuestro juicio, al proclamarla la realización española actual de más rango y categoría.


(Pincha en la foto para ver en tamaño original)

Durante la proyección, pocas veces se ha visto a un público de estreno tan atento a lo que ocurría en la pantalla. Aplausos, risas y lágrimas fue el cortejo que acompañó el film, premiado justamente al final con una clamorosa ovación, que duró varios minutos.
Felicitamos desde estas páginas a los dos gran forjadores del éxito: Sara Montiel y Juan de Orduña. A Armando Calvo –insuperable-, a cuantos han intervenido en la creación de esta magnífica película, especialmente a José Aguayo por su fantástica fotografía, y a Cifesa, que, una vez más, ha demostrado ser el mejor paladín del cine español.

A.

LA CRÍTICA ES LIBRE
Por GÓMEZ TELLO
“EL ÚLTIMO CUPLÉ”
Rialto, 8.V.57.
N.ESPAÑOLA.-P., P.O.F.-D., Cifesa, -A. y g., Antonio Más Guindal y Jesús M. Arozamena.-J.P., Fortunato Bernal-O., José Aguayo.-D., Sigfrido Burman.- M., Maestro Solano.-D., Juan de Orduña.-I.: Sara Montiel, Armando Calvo, Enrique Vera, Julita Martínez, Alfredo Mayo, Matilde M. Sampedro, José Moreno, Laly del Amo, Beni Moreno, Aurora García Alonso, Luís Orduna, Erasmo Pascual, Consuelo Nieva, Mercedes Monterrey.

Se había intentado en otras películas resumir la historia de otros géneros musicales típicamente españoles. Recordemos concretamente dos películas: “Teatro Apolo” y “La Revoltosa”, como las más significativas. Ahora le ha tocado el turno al cuplé, que en varios momentos de la película de Juan de Orduña es exaltado de modo directo, cuando el personaje de don Juan, Pigmalión de una cupletista, rechaza su calificación de género ínfimo.
Es toda una etapa de la vida española, el tono menor de lo que para cierta nostalgia decadentista puede significar la “bella época” de Madrid, como principios de siglo y los escenarios del Moulin Rouge fueron la bella época de París. En el álbum de un tiempo marchito, que llegará desflecado hasta más allá del año 30 –ya en unas postrimerías lamentables-, hubo una serie de nombres y figuras a las que quizá no haya que pedir profundidad pero fueron en todo caso color: pinceladas de acuarelas de los dibujantes y novelistas de un tiempo literario. ¿Quién no las recuerda, quién no evoca esa frágil y asfixiante construcción que llevaban sobre sus hombros la “Goya” y Raquel Meller, la Fornarina y Mercedes Serós? Hoy, para la generación que no conocimos el esplendor del cuplé, esta película llega como una amable evocación. Y para los caballeros que sí alcanzaron los ángulos dorados de sus escenarios, sus triunfos y toda su literatura, puede significar una vibración de las fibras sentimentales dormidas.
Juan de Orduña siente una predilección por temas  musicales –“Serenata española”, que no se limita al título de algunas de sus películas, ni siquiera al curioso hecho de que debutara como actor en la versión muda de una zarzuela –“La Revoltosa”-, y también por las biografías femeninas –desde “Locura de amor” a “Agustina de Aragón”- pasando por biografías noveladas como la Currita Albornoz de “Pequeñeces”, o la sinfonía dramática de “La Lola se va a los puertos” o el barroquismo medieval de “La leona de Catilla”. Es posible que algún día realice su ilusión de plasmar en cine la vida de “La Tirana”. “El último cuplé” es como un resumen de esas preferencias y de esas ilusiones, centradas en la figura de la protagonista, María Luján. Sobre el fondo de lo que su voz en “off”, al comenzar la película, llama un mosaico de cuplés que ya están en la antología y la definición de una época, ha recortado e idealizado en una sola a la heroína del cuplé, de los escenarios multicolores en que latía la brevedad de sus canciones, tras las que podía haber una tragedia envuelta en la frivolidad. El realizador se ha entregado al argumento, a la película, con un entusiasmo al que se debe el calor que vibra en toda la película.


Sarita Montiel, Beni Moreno, Armando Calvo, Matilde Muñoz Sampedro y Laly del Amo en "El último cuplé" (española). 

La carpintería argumental estaba dada ya por la intención antológica de la película: enlazando una lista de cuplés, algunos muy conocidos, como “El relicario” o “Clavelitos”, y otros desenterrados del olvido, se ha construido la vida de María Luján, en la que hay rasgos y anécdotas más o menos libremente novelados de biografías auténticas de cupletistas. Ello imponía a los autores –Antonio Más-Guindal y Jesús M. Arozamena- un cierto convencionalismo en la situaciones y en la historia que nos relatan. Pero han efectuado su trabajo no sólo con habilidad técnica, sino con un virtuosismo muy literario, de modo que los personajes poseen humanidad y con exactamente como era –o podemos suponer que fueron-, el mundo abigarrado y multitudinario que giraba en torno al cuplé, como símbolo de una época. Los cuplés de intención política sirven para dar el rasgo de un tiempo. “Valencia”, escenificado en los escenarios de Nueva York, es la apoteosis mundial del género. “El relicario” sirve de contrapunto dramático a las últimas escenas y la intención burlona o sentimental de “Balancé” se combina con el “Ven y ven” o “Tápame, tápame”. La atmósfera ha sido creada complacidamente con este entramado musical, magníficamente unido a un colorido evocador –la mejor utilización hecha hasta ahora en el cine español del color-, con una valoración romántica y artística admirable, que sitúa al operador José Aguayo en la primera línea de los “cameran”. Lo mismo puede decirse de la leve deformación caricaturesca de algunos tipos –las “carabinas”, que nostalgiaban su pasado entre los bastidores del “cuple”; un desfile de soldados de ros, las damas capitunés, que vivían su idilio en los coches charolados; los chulos castizos y los tenorios de verbenas.
Juan de Orduña, como director deja siempre el sello de su personalidad en cada una de sus obras, tanto cuando acierta como cuando se equivoca. No es un mecánico de su oficio. En esta película su presencia, se advierte en el ritmo entusiasta con que está realizada toda la película –de acuerdo con un crescendo dramático que se ajusta al ritmo del cuplé- y en el gusto por la atmósfera.
Y en la lista de intérpretes hay que destacar en primerísimo lugar a Sara Montiel. Los expertos del cuplé podrán discriminar si se cantaba o no así, según los cánones del género. Pero lo indudable es que la estrella española ha soportado admirablemente la prueba de cantar en una película, en la que esto era primordial, sin sacrificar en nada su talento como actriz, lo que también era exigible para que la cinta tuviese profundidad.
Y con Sara Montiel mencionemos a Armando Calvo, en una entonada interpretación; a Enrique Vera –torero requerido para esta película por la naturaleza de su argumento, y que se desenvuelve discretamente como actor-; Julita Martínez, Alfredo Mayo, Matilde Muñoz Sampedro, José Moreno, Laly del Amo, Beni Moreno y todo el conjunto del reparto.
Los aplausos subrayaron el éxito de un gran director y de una gran actriz en una gran película.


LA FOTO CCCXXX


Otra escena de "El último cuplé". 

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