La diva aparece solo en la portada.
EL RECORTE CCCXXX
Unas impresiones de la revista Primer Plano, 12 de mayo de 1.957, tras el sorpresivo estreno de "El último cuplé" y la aparición de Sara Montiel.
“EL ÚLTIMO CUPLÉ”
EL CINE ESPAÑOL VIVIÓ EL PASADO LUNES UNA DE SUS
MEMORABLES JORNADAS
El estreno en RIALTO de esta maravillosa
superproducción en eastmancolor constituyó el acontecimiento más importante de
la temporada.
Cifesa ha dado
al cine español otra de sus extraordinarias jornadas gloriosas, uniendo de
nuevo su nombre al del artífice Juan de Orduña.
Existía
verdadera expectación por ver “EL ÚLTIMO CUPLÉ”, y fueron innumerables las
personas que no pudieron presenciar en Rialto, la noche del pasado lunes, el
memorable estreno de esta película, llamada a conseguir grandes éxitos dentro y
fuera de España, y que, entre las magníficas sorpresas que nos deparó a todos,
figura en primer lugar la asombrosa revelación de Sara Montiel como cantante y
su definitiva consagración como actriz.
Nosotros, en
distintas ocasiones, anunciamos a nuestros lectores que esta nueva realización
en eastmancolor de Juan de Orduña era de las más importantes de los últimos
tiempos, y la crítica y el público han coincidido con nuestro juicio, al
proclamarla la realización española actual de más rango y categoría.
(Pincha en la foto para ver en tamaño original)
Durante la
proyección, pocas veces se ha visto a un público de estreno tan atento a lo que
ocurría en la pantalla. Aplausos, risas y lágrimas fue el cortejo que acompañó
el film, premiado justamente al final con una clamorosa ovación, que duró
varios minutos.
Felicitamos
desde estas páginas a los dos gran forjadores del éxito: Sara Montiel y Juan de
Orduña. A Armando Calvo –insuperable-, a cuantos han intervenido en la creación
de esta magnífica película, especialmente a José Aguayo por su fantástica
fotografía, y a Cifesa, que, una vez más, ha demostrado ser el mejor paladín
del cine español.
A.
LA CRÍTICA ES LIBRE
Por GÓMEZ TELLO
“EL ÚLTIMO CUPLÉ”
Rialto, 8.V.57.
N.ESPAÑOLA.-P.,
P.O.F.-D., Cifesa, -A. y g., Antonio Más Guindal y Jesús M. Arozamena.-J.P.,
Fortunato Bernal-O., José Aguayo.-D., Sigfrido Burman.- M., Maestro Solano.-D.,
Juan de Orduña.-I.: Sara Montiel, Armando Calvo, Enrique Vera, Julita Martínez,
Alfredo Mayo, Matilde M. Sampedro, José Moreno, Laly del Amo, Beni Moreno,
Aurora García Alonso, Luís Orduna, Erasmo Pascual, Consuelo Nieva, Mercedes Monterrey.
Se había
intentado en otras películas resumir la historia de otros géneros musicales
típicamente españoles. Recordemos concretamente dos películas: “Teatro Apolo” y
“La Revoltosa”, como las más significativas. Ahora le ha tocado el turno al
cuplé, que en varios momentos de la película de Juan de Orduña es exaltado de
modo directo, cuando el personaje de don Juan, Pigmalión de una cupletista,
rechaza su calificación de género ínfimo.
Es toda una
etapa de la vida española, el tono menor de lo que para cierta nostalgia
decadentista puede significar la “bella época” de Madrid, como principios de
siglo y los escenarios del Moulin Rouge fueron la bella época de París. En el
álbum de un tiempo marchito, que llegará desflecado hasta más allá del año 30
–ya en unas postrimerías lamentables-, hubo una serie de nombres y figuras a
las que quizá no haya que pedir profundidad pero fueron en todo caso color:
pinceladas de acuarelas de los dibujantes y novelistas de un tiempo literario.
¿Quién no las recuerda, quién no evoca esa frágil y asfixiante construcción que
llevaban sobre sus hombros la “Goya” y Raquel Meller, la Fornarina y Mercedes
Serós? Hoy, para la generación que no conocimos el esplendor del cuplé, esta
película llega como una amable evocación. Y para los caballeros que sí
alcanzaron los ángulos dorados de sus escenarios, sus triunfos y toda su
literatura, puede significar una vibración de las fibras sentimentales
dormidas.
Juan de Orduña
siente una predilección por temas
musicales –“Serenata española”, que no se limita al título de algunas de
sus películas, ni siquiera al curioso hecho de que debutara como actor en la
versión muda de una zarzuela –“La Revoltosa”-, y también por las biografías
femeninas –desde “Locura de amor” a “Agustina de Aragón”- pasando por
biografías noveladas como la Currita Albornoz de “Pequeñeces”, o la sinfonía
dramática de “La Lola se va a los puertos” o el barroquismo medieval de “La
leona de Catilla”. Es posible que algún día realice su ilusión de plasmar en
cine la vida de “La Tirana”. “El último cuplé” es como un resumen de esas
preferencias y de esas ilusiones, centradas en la figura de la protagonista,
María Luján. Sobre el fondo de lo que su voz en “off”, al comenzar la película,
llama un mosaico de cuplés que ya están en la antología y la definición de una
época, ha recortado e idealizado en una sola a la heroína del cuplé, de los
escenarios multicolores en que latía la brevedad de sus canciones, tras las que
podía haber una tragedia envuelta en la frivolidad. El realizador se ha
entregado al argumento, a la película, con un entusiasmo al que se debe el
calor que vibra en toda la película.
Sarita Montiel, Beni Moreno, Armando Calvo, Matilde Muñoz Sampedro y Laly del Amo en "El último cuplé" (española).
La carpintería
argumental estaba dada ya por la intención antológica de la película: enlazando
una lista de cuplés, algunos muy conocidos, como “El relicario” o “Clavelitos”,
y otros desenterrados del olvido, se ha construido la vida de María Luján, en
la que hay rasgos y anécdotas más o menos libremente novelados de biografías
auténticas de cupletistas. Ello imponía a los autores –Antonio Más-Guindal y
Jesús M. Arozamena- un cierto convencionalismo en la situaciones y en la
historia que nos relatan. Pero han efectuado su trabajo no sólo con habilidad
técnica, sino con un virtuosismo muy literario, de modo que los personajes
poseen humanidad y con exactamente como era –o podemos suponer que fueron-, el
mundo abigarrado y multitudinario que giraba en torno al cuplé, como símbolo de
una época. Los cuplés de intención política sirven para dar el rasgo de un
tiempo. “Valencia”, escenificado en los escenarios de Nueva York, es la
apoteosis mundial del género. “El relicario” sirve de contrapunto dramático a
las últimas escenas y la intención burlona o sentimental de “Balancé” se
combina con el “Ven y ven” o “Tápame, tápame”. La atmósfera ha sido creada
complacidamente con este entramado musical, magníficamente unido a un colorido
evocador –la mejor utilización hecha hasta ahora en el cine español del color-,
con una valoración romántica y artística admirable, que sitúa al operador José
Aguayo en la primera línea de los “cameran”. Lo mismo puede decirse de la leve
deformación caricaturesca de algunos tipos –las “carabinas”, que nostalgiaban
su pasado entre los bastidores del “cuple”; un desfile de soldados de ros, las
damas capitunés, que vivían su idilio en los coches charolados; los chulos
castizos y los tenorios de verbenas.
Juan de Orduña,
como director deja siempre el sello de su personalidad en cada una de sus
obras, tanto cuando acierta como cuando se equivoca. No es un mecánico de su
oficio. En esta película su presencia, se advierte en el ritmo entusiasta con
que está realizada toda la película –de acuerdo con un crescendo dramático que
se ajusta al ritmo del cuplé- y en el gusto por la atmósfera.
Y en la lista de
intérpretes hay que destacar en primerísimo lugar a Sara Montiel. Los expertos
del cuplé podrán discriminar si se cantaba o no así, según los cánones del género.
Pero lo indudable es que la estrella española ha soportado admirablemente la
prueba de cantar en una película, en la que esto era primordial, sin sacrificar
en nada su talento como actriz, lo que también era exigible para que la cinta
tuviese profundidad.
Y con Sara
Montiel mencionemos a Armando Calvo, en una entonada interpretación; a Enrique
Vera –torero requerido para esta película por la naturaleza de su argumento, y
que se desenvuelve discretamente como actor-; Julita Martínez, Alfredo Mayo,
Matilde Muñoz Sampedro, José Moreno, Laly del Amo, Beni Moreno y todo el
conjunto del reparto.
Los aplausos
subrayaron el éxito de un gran director y de una gran actriz en una gran
película.
LA FOTO CCCXXX
Otra escena de "El último cuplé".
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