domingo, 3 de abril de 2011

LECTURAS - 29 de Julio de 1983 - España


LAS FOTOS MÁS ÍNTIMAS DE SARA Y SU HIJO ZEUS

Thais, la primera hija de Pepe Tous y María Antonia Abad, ya tiene un hermanito: un niño a quien sus padres han impuesto el nombre de Zeus (que en griego significa ‘dios’). Sara no escatima elogios cuando habla de su pequeño, nacido el 21 de mayo de este año en la República Dominicana. ‘Cuando le vi, lo encontré tan guapo que casi me desmayo’, nos dice la feliz madre, contentísima de tener ya la parejita. 

Sara, ejerciendo su papel de madre, le cambia los pañales al pequeño Zeus, que es observado atentamente por su padre, Pepe Tous. Como saben, Zeus Tous Abad es el segundo hijo del matrimonio, que ya tiene una niña, Thais, nacida en 1979 y adoptada por los Tous en Paraná (Brasil).

Sara Montiel y Pepe Tous han adoptado un varón: Zeus. Ahora como tantos matrimonios españoles, presumen de la ¡parejita! La niña, Thais, (diosa griega del amor), vino de Brasil. El varón, Zeus, (dios griego muy influyente), viene de Santo Domingo.
Thais nació el tres de marzo de 1979 en Paraná, Brasil. Zeus nació el veintiuno de mayo de 1983 en la República Dominicana.
Sara y Pepe Tous aún estaban solteros cuando la artista, de mutuo acuerdo con su prometido, pues aún no se habían casado, adoptó a Thais. La niña vino entonces con los apellidos de la madre: Abad Fernández. No olvidemos que Sara Montiel es María Antonia Abad Fernández. Una vez que la actriz se casó con Pepe Tous en Mallorca, Thais llevó los apellidos de los padres: Thais Tous Abad. El hermano, Zeus, ha viajado a España con todas las de la ley y, por descontado, inscrito en el pasaporte familiar: Zeus Tous Abad. 


Madre e hijo, fotografiados durante la hora del baño de Zeus.
Después del baño, Sara le cubre cuidadosamente con una toalla. 

Hace dos años que Sara y Pepe anunciaron su propósito de dar a la niña ¡un hermano!
Como se trataba de adoptar un niño, encargaron a dos abogados la gestión. Sara declaró que ‘en ningún momento exigimos que el niño fuera americano, podía ser español de nacimiento, pero fue Santo Domingo el país que nos regaló la alegría del hijo soñado’. Sus abogados les llamaron a Palma el seis de julio: ‘Hay niño, enhorabuena, es precioso además’.
Sara Montiel y Pepe Tous prepararon a Thais: ‘Pronto estará en casa un hermanito, amor’. Volaron a Santo Domingo donde recogieron al pequeño para volver por Miami y por Niza, en el sur de Francia; en Niza se quedaron tres días y Sara Montiel ejerció a fondo su papel de madre, vistiendo a Zeus, bañando a Zeus, dando el biberón a Zeus, paseando a Zeus, llevando al chiquillo incluso a la otra orilla del Mediterráneo: ‘Mira, hijo, al otro lado está tu hermana Thais, esperándote en tu casa de Mallorca’.



Zeus mira fijamente a su madre mientras le da el biberón.

 Una tierna imagen de Sara, besando el piececito de su hijo. 


El pequeño Zeus pesó cuatro kilos al nacer
Sara Montiel, muy elegante mostrándonos a su hijo Zeus, de dos meses de edad. 

Dice la leyenda que Zeus, el dios griego, tuvo que ser protegido por los curetas –legendarios cretenses- que, ahogando su llanto con ruidos, le salvaron de la cólera de  Urano. ‘A mi hijo, dice Sara, no hay que taparle el llanto. ¡No llora! Es muy bueno. Y claro, no corre el riesgo de ser devorado por nadie. A mí me dan ganas de comerlo, pero a besos y por amor. Es maravilloso’.


Pepe y Sara están encantados con Zeus, su segundo hijo adoptado.

 Los Tous, ante el Hotel Negresco, donde se hospedaron en Niza.
Otra bonita fotografía de Sara, posando satisfecha con Zeus. 

El dios griego fue amamantado por la cabra Amaltea. Zeus Tous Abad, el hijo de Sara y Pepe, se cría a biberón. Y se cría divinamente. Como que, sin cumplir dos meses,  pesaba seis kilos setecientos gramos. Casi siete kilos. Nació crecido y fuerte, pesando más de los cuatro kilos.
El viaje en avión, pese a ser largo, muy largo, lo hizo Zeus muy a gusto, en brazos de sus padres, sobre todo de su madre, o en el ‘cuco’ que ella había dispuesto. Santo Domingo, Miami, París, Niza y… ¡Madrid! Zeus entró en España el trece de julio, San Enrique, con los ojos muy abiertos, con el chupete en la boca, posando perfectamente para los reporteros y las cámaras de televisión. Es más, Thais, desde su casa de Palma de Mallorca, pudo ver a su hermano en el televisor. Se lo presentaba su madre: ‘Mira, Thais, aquí está tu hermano’.
La familia de la actriz elogió al pequeño con entusiasmo: ‘Es guapísimo, muy pelón, con ojos azules, rubio…’ Sara comentó: ‘A mí me habían recalcado los abogados que el niño era divino, pero cuando me lo dieron lo encontré tan guapo, tan maravilloso, que casi me desmayo…”.
Con la pareja, Thais y Zeus, Sara Montiel y Pepe Tous se dan por muy satisfechos: ‘No vamos a adoptar más, pero si viniera otro, encantados’.
Sara, dándole el biberón a su hijo, que se cría perfectamente.
 ‘Zeus es un niño tranquilo, muy bueno y no llora’, dice Sara.

Pepe Tous, fotografiando a su esposa y a Zeus en la playa de Niza. En Mallorca, les estaba aguardando su hija Thais, de cuatro años. 

Javier de Montini
Fotos: Félix Gómez

EL RECORTE XIX

El 39 de Marzo de 1985 la revista Hola recogía el regreso de Sara a su pueblo adoptivo: Orihuela. El motivo era muy especial. Dos años después del nacimiento y adopción del pequeño Zeus, la artista fue a presentárselo a las Madres Dominicas, de las que siempre ha tenido un buen recuerdo. Especialmente, de Sor Leocadia, monja que enseñó a cantar a la estrella. 

PARA PRESENTAR A SU HIJO ZEUS
SARA MONTIEL
VOLVIO AL CONVENTO DE ORIHUELA DONDE APRENDIO LAS PRIMERAS LETRAS
Las 19 monjitas de clausura celebraron la visita de su amiga Sara y la homenajearon con una suculenta comida que le pasaron a través del torno. 

Sara Montiel, su marido, Pepe Tous, y su hijo Zeus, fotografiados delante de las celosías que les separaban de las madres dominicas de clausura donde la actriz y cantante permaneció varios años de su niñez estudiando y aprendiendo. 

Sara Montiel llegó hasta Hollywood un día y conquistó luego España. Tanto en el terreno del celuloide como en el de la canción llegó al cenit, y ahí se mantiene a sus maravillosos cincuenta y siete años recién cumplidos. Toda la gloria y éxitos no han sido suficientes para que Sara se olvide de una etapa de su vida, una etapa triste: sus casi diez años vividos en Orihuela. Allí tiene unas insólitas amigas, las madres dominicas, a las que acude a visitar siempre que sus apretados compromisos de trabajo se lo permiten.
El otro día, que era viernes, Sara madrugó en Alicante y se desplazó más de cien kilómetros en compañía de Pepe Tous y su hijo Zeus para visitar a ‘sus’ monjitas, que son muy pocas, tan sólo 19. ‘Cuando estuvimos aquí hace dos años eran tan sólo 15’. Ahora, entre las cuatro nuevas está la priora, sor Ángeles, que fue la única que salió a la puerta de este convento de clausura para dar la bienvenida a sus amigos y abrazar a Zeus. 


Sara charla con sus queridas monjitas del convento. Ellas le enseñaron a leer, a escribir y, sobre todo, la iniciaron en las primeras nociones de canto. 

Sara Montiel se interesó especialmente por sor Leocadia, una monjita muy viejecita que debe andar por los ochenta y tres u ochenta y cuatro años y que fue precisamente la que enseñó las primeras letras a nuestra estrella. Sor Leocadia le enseñó también a escribir y… las primeras nociones de canto, de ahí que Sara tenga un especial cariño por esta monja, hoy de clausura.
A la edad de cinco años, Sara tuvo que abandonar Campo de Criptana porque a su padre los médicos le habían recomendado el clima mediterráneo para superar sus dolencias pulmonares y recalaron en Orihuela. Eran tiempos difíciles y la pequeña Antonia ayudaba a su padre, Isidoro, atendiendo una bodega en la que se despachaban vinos manchegos a clientes de paso y también vendían al por mayor. Luego trabajó también en una especie de fábrica de alpargatas, colocando el piso de esparto. Y todo era poco para poder comer. Pero a Sara le quedaba tiempo todavía para ir al colegio, que era precisamente el de las madres dominicas, único colegio gratis que había en el pueblo. Allí estuvo Sara Montiel hasta los catorce años, en que, representando a Alicante, se presentó al concurso de Cifesa. Luego cambiaría radicalmente su vida. 

Sara pasa por la ventanica de comunicación uno de los muchos regalos que llevaba a sus ‘monjitas’.

Nos decían el otro día Sara Montiel y Pepe Tous: ‘Cuando tuvimos a Thais, una de las primeras cosas que hicimos fue traérsela a las monjitas dominicas, porque sabemos el cariño que sienten por todo lo nuestro. Ahora hemos vuelto porque no habíamos tenido tiempo todavía de presentarles a nuestro segundo hijo, Zeus, que ya tiene veintidós meses y está hecho un hombrecito’.

Una suculenta paella y luego merluza rebozada fue la exquisita comida con que las madres dominicas obsequiaron a su buena amiga y ex alumna. Tras la presentación de su hijo Zeus se dispusieron, delante de la celosía, a degustar estos platos preparados para esta ocasión. 

Lo que no esperaba el matrimonio Tous en el transcurso de su visita al convento de la plaza de la Santísima Trinidad, de Orihuela, era el recibimiento que les esperaba. Todas sus amigas de clausura se agolpaban tras las celosías para saludarles y ver al pequeño Zeus. Pero la verdadera sorpresa estuvo en la suculenta comida que les prepararon, primero con unos aperitivos, a los que siguió una paella de pescado y luego una merluza rebozada –no hay que olvidar que era viernes-, para terminar con unos deliciosos pasteles, pasteles de Gloria, hechos de merengue y nata montada que las propias monjas hacen diariamente dentro de su convento y que distribuyen por todo el contorno. Estos pasteles y una pequeñísima huerta es todo lo que tienen para poder subsistir.
Sara había hecho muchos kilómetros para llevar a su hijo Zeus a tan entrañable presentación. En su día también llevó a Thais, su hija mayor. Bajo estas líneas la vemos con sor Ángeles, madre priora, que fue la única que salió a la puerta. 

M. MONTES-RADIAL PRESS

LA FOTO XIX

CELEBRANDO LOS 50 AÑOS DE PECADO DE AMOR

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