Agradecemos a Violeta Riscal el envío de esta revista.
¿ENAMORADOS?
HEMOS
SORPRENDIDO A SARA MONTIEL Y AL GALAN INTERNACIONAL OMAR SHARIF EN ACTITUD
DEMASIADO ROMANTICA
“A
cualquier mujer le gusta un hombre como Omar” ,
dice
la estrella española
(Madrid, año 1966. Omar Sharif
protagoniza ‘Doctor Zhivago’. Le entrevisto. Le pido que describa a su mujer
ideal, tal vez la de sus sueños. Lo hace con palabras suaves, impregnadas de un
acento extraño, sugestivo. He aquí un pasaje de su descripción: ‘Mi mujer ideal
tiene los labios de Sara Montiel’.
Madrid, año 1969. Entrevisto a Sara
Montiel con preguntas directamente dirigidas a su corazón. ‘El retrato de su
hombre favorito’, pido. Sara arrastra caprichosamente las palabras, y, entre
otras, pronuncia éstas: ‘Me gusta que tenga los
ojos de Omar Sharif’.)
***
Madrid, febrero de 1972. La gran
estrella española y el famoso galán internacional Omar Sharif se encuentran
otra vez. ¿Otra vez? Sí, otra vez.
-¡Omar, guapísimo!
-¡Sarita, encanto!
Se funden en un abrazo. Besos, risas,
alegría. A primera vista, dos buenos y viejos amigos que se encuentran después
de muchos años de no verse.
-Has perdido unos kilos,
Omar. Oye, así me gustas más.
-He estado dos meses a régimen por culpa de una película
que he rodado en Yugoslavia. Tenía que aparecer demacrado… Si el rodaje hubiera
durado algunos días más, no lo contaría ahora… Tú estás estupenda, Sarita.
-¡Como siempre, hijo!
Ríen, ríen, ríen…
Están juntos. Omar ha cogido a Sarita
del brazo. Se miran, se contemplan, se examinan; tal vez se analizan. ¿Qué
significa todo esto? Uno trata de ser objetivo, ecuánime, al relatar unos
hechos. Unos hechos que, innegablemente, en manos menos discretas, más
sensacionalistas que las nuestras, darían pie a una ‘bomba’ periodística de
gran onda expansiva. Oímos este comentario:
-Están demasiado
románticos para ser simplemente amigos… ¡Yo no doy besitos a mis amistades!
BUENOS
AMIGOS
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-Si la montaña no viene a
mí, yo voy a la montaña –explica
Sara de España mientras salva un mar de cables, vías y demás utensilios.
La ‘montaña’ naturalmente, es morena
(casi cetriña), alta, corpulenta… La ‘montaña’ es Omar Sharif.
-¡Omar, guapísimo!
-¡Sarita, encanto!
(La palabra idilio baila en la punta de
mi pluma. ¿La escribo? ¿No la escribo? No nos precipitemos. Seamos
consecuentes.)
-¿Desde cuando se conocen? –preguntamos.
Sara, que hoy (como siempre, y más aún
si se encuentra entre amigos) está locuaz, ocurrente, arrolladoramente
simpática, responde:
-Omar y yo somos viejos
amigos. ¡Es tan rico! Y guapo como él solo. Bueno, como le decía, nos conocemos
desde hace tiempo. Exactamente desde que nos vimos en Londres, cuando él rodaba
‘Lawrence de Arabia’ y yo vivía allí con mi marido, Anthony Mann. Tony
preparaba el rodaje de ‘El Cid’, y yo estuve a su lado aquel tiempo. El
director, de ‘Lawrence de Arabia’, David Lean, era muy amigo de Tony. Un día
nos invitó al rodaje, y entonces conocí a Omar. Me causó una primera impresión
sensacional… ¡Hay que ver cómo mira este hombre!
SARA
Y FATEM
Omar sonríe… Su sonrisa está hecha de
picardía, cinismo, buen humor y, sobre todo, de simpatía. Sonríe… Más con los
ojos que con el resto de la cara. Omar sonríe más que habla. Es más silencioso
que parlanchín.
-Yo era una gran
admiradora de Fatem Hamama, su esposa, la primera actriz del cine árabe. Omar
todavía no era famoso. Omar se interesó mucho por mí porque daba la casualidad
de que mis películas estaban obteniendo mucho éxito en los países árabes, de
forma que Fatem y yo éramos competidoras en aquel mercado. Cuando Omar me vio,
dijo: ‘Ahora comprendo tu éxito en todo el mundo’.
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-¿Qué le atrae fundamentalmente de Omar
Sharif, Sara?
-Se lo diré ahora que no
nos oye… Todo él emana una fuerza bárbara… Una fuerza casi eléctrica.
-Dicen que ‘las enamora con los ojos’…
¿Usted también piensa así?
-Los ojos de Omar son muy
canallas, desde luego… Sí, es posible que, en un primer momento, sus ojos
atraigan y convenzan… Pero yo pido bastante más a un hombre. Porque si sus ojos
son bonitos y todo él es hueco por dentro…, ¡estamos aviados! Este no es el
caso de Omar, que, si como actor es fenomenal, como hombre es tan sensible como
culto e inteligente. Aunque a cualquier mujer le gusta un hombre como Omar
Sharif.
Nunca, hasta ahora, fue posible
testificar gráfica y literariamente un encuentro de Sara Montiel y Omar Sharif.
Reconocemos que la suerte ha sido nuestra aliada en esta ocasión, sin
desmerecer –modestia aparte- a nuestro olfato periodístico, que nos puso sobre
aviso. Porque, ¿por qué no podía repetirse ahora un encuentro a imagen y
semejanza del que tuvo lugar durante el rodaje de ‘Doctor Zhivago’? Y
acertamos.
UN
SEÑOR MUY GUAPO
He ido al grano.
-Sara, ¿Omar es tu tipo?
-Sí, Omar es un señor muy
guapo, y debo aclarar que me gustan más los guapos que los guapitos. ¿Nos
entendemos?
-¿Omar Sharif o Alain Delon?
-Delon tampoco está mal,
¡canastos! Pero prefiero a Omar. Parece más ibérico, por ser árabe.
-Pues bien, ha llegado el momento de
formular esta pregunta: ¿está enamorada de Omar Sharif?
Ríe. Suelta un ‘huy’
y luego varios más.
-Si formulara esta
pregunta a cien mujeres, ¿qué cree que le contestarían? Que sí. Los actores,
sobre todo los que protagonizan apasionadas historias de amor, atraen
irresistiblemente a las mujeres, que se enamoran de ellos, aunque estén casadas
o tengan novio, o sean demasiado jóvenes o demasiado viejas. Son amores
platónicos… Luego, surge otro actor más guapo y más romántico y es de éste del
que se enamoran.
-Sí, sí, pero mi pregunta sigue en pie,
Sarita…
-Yo, como mujer que soy,
estoy enamorada de Omar Sharif, pero esto, como acabo de explicarle, no
significa nada. Es un hombre que me agrada, me cae bien… Sería tonto negarlo.
(Es un ‘sí, pero no’, un ‘no, pero sí’,
un ‘ni si ni no, sino todo lo contrario’. Es…¿Qué es esto? Tal vez, y
exactamente, lo que acabo de decir. Más no puedo concretar, y, por
consiguiente, no concreto).
-¿Le gustaría hacer una película con
Omar?
-¡Mañana mismo! Formamos
una pareja estupenda… ¡El, tan galán, y yo, tan galana! Se iban a emocionar los
espectadores, los de uno y otro sexo…
Vuelve Omar. Hablan de caballos. Es
curioso: Omar, con su fama de Don Juan a cuestas, a veces parece que prefiere
los caballos de carrera a las mujeres. Habla de ‘Blinis’, su equipo favorito,
con gran apasionamiento.
¿MUJERES
O CABALLOS?
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-¿Mujeres o caballos? Cada cosa en su momento. En estos
últimos tiempos, por ejemplo, los caballos me dan más satisfacciones que las
mujeres. Son más dóciles y agradecidos…
Sara hace como que no le oye.
Debo decir que de estas palabras de Omar
se desprende mucha y sincera pesadumbre. No es feliz el apuesto egipcio en el
terreno sentimental. Separado de su esposa, Fatem, vaga sentimentalmente de un
lado a otro, picoteando aquí y allá, sin que sus aventuras (tal vez solamente
aventurillas) lleguen a cuajar siquiera en idilios. Hombre desventurado en
amores, vive envuelto en una leyenda ficticia que él no sabe cómo y por qué le
han creado: la de un Casanova tan irresistible e implacable como irresponsable
y sin corazón. Omar Sharif, desde luego, no es así.
-¿Por qué le agrada Sara Montiel?
-No sólo por su belleza, que es mucha y muy mediterránea.
También por su desbordante simpatía, por su buen humor, por su sensibilidad,
por su sinceridad y sencillez…
-¿Volverá a casarse, Omar?
-Si encuentro una mujer a mi medida… Fracasé una vez. No
tropezaré en la misma piedra nuevamente…
Se despiden con el mismo afecto que al
principio. Abrazos, besos, risas, piropos… Han pasado una grata velada, tal vez
demasiado corta. Una estupenda noticia final: Sara visitará próximamente los
países árabes para promocionar su película ‘Varietés’ y cantar personalmente.
Irá, naturalmente, a El Cairo. Si entonces está allí Omar Sharif, Sara
dispondrá de un cicerone excepcional. A los dos les encanta tal posibilidad…
***
No puedo ni debo terminar este reportaje
con una afirmación tajante. Carezco de los suficientes elementos de juicio para
ello. Hemos testificado, sí, el inesperado y romántico encuentro de la
bellísima Sara Montiel y Omar Sharif, el galán de los ojos persuasores. Hemos
visto, oído y contado. Ahora, preguntamos: ¿Enamorados?
Hebreo
SAN MARTIN
Fotos:
J. Larrú
EL RECORTE LXXXVI
Por un motivo u otro Sara siempre estuvo rodeada de celebrities y ella regaló su presencia a otras tantas. En esta ocasión era el año 1995, y Sara entregó 'La Palmera de Oro', de la Mostra de Cine de Valencia, a Christopher Lee. A modo de anécdota lo contaba la revista Diez Minutos.
SARITISIMA
no teme a Drácula
Por primera vez,
una película española, ‘La leyenda de Baltashar el castrado’, ganó la XVI
edición de la Mostra del Cinema del Mediterrani, que se celebró en Valencia.
Por primera vez también, Drácula no mordió el cuello de una hermosa mujer. O
sea, que Sara Montiel se libró del ‘bocado’ de Chirstopher Lee. Tal como les
ven, entraditos en años, atractivos y aparentes, posaron para la prensa.
LA FOTO LXXXVI
Más celebrities. La diva con Josephine Baker y Lola Flores.
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