viernes, 26 de septiembre de 2014

RADIOLANDIA - 17 de Julio de 1960 - Argentina


SARITA MONTIEL
DIJO EN UN LLANTO EL JUBILO DE SU TRIUNFO
La estrella rindió con garbo la última prueba
CUPLE Y TANGO SE HERMANARON EN LA MAGNIFICA VOZ DE LA EXIMIA ARTISTA

La conocíamos por el cine. Y la admirábamos por sus condiciones de actriz y, naturalmente, por la capacidad de eximia cantante que difundieron sus filmes, de repercusión popular tan extraordinaria, y los discos, habituados al récord de difusión y notoriedad. Pero todavía faltaba conocerla en otros aspectos. El primero, el de orden personal. Necesidad satisfecha cuando Sarita Montiel llegó a nuestra tierra, regalándonos la magia de su sonrisa, de su auténtica belleza, de ese todo, plenamente español, que conforma su inconfundible personalidad de hermosa mujer y magnífica artista.
Por eso, la última rendición de pruebas habría de producirse en ocasión de su estreno teatral, cuando el público la tuviese ante sus ojos, en una presencia material, hallándose, de paso, en oportunidad de aquilatar definitivamente los valores de su arte.
Esto, ya lo saben nuestros lectores, se ha concretado. Sarita Montiel debutó en nuestro teatro. En una noche de gala como pocas, que bañó de aplausos y flores la gala del Avenida, centro de repercusión de cuanto contenga hispanismo íntimamente popular. Y la prueba, digámoslo ya, se rindió en forma absolutamente triunfal para Sarita, quien dejó claramente en evidencia sus reales aptitudes. En ella nada hubo de imaginario, de ficticio, de prefabricación publicitaria. Por el contrario, Sarita Montiel está dotada del suficiente encanto como para ampliar, en persona, cuantas orgullosas satisfacciones recogiera desde la pantalla y por mediación de sus discos.



TRIUNFO Y LAGRIMAS…


De abolengo porteño.

Y ella misma supo del triunfo enorme alcanzado en nuestro medio, con las lágrimas españolas y argentinas que por igual materializaron en su calidez de aplauso la acogida justa para quien hacía alarde, esa noche, de su entera potencia de artista exquisita.
Sarita Montiel lloró, en efecto, en Buenos Aires. Pero sus lágrimas eran como flores, que pugnaron por salir incluso durante alguna de sus canciones. Piezas que son éxitos clásicos suyos, forjaron el primer repertorio expresado al público porteño. Y sin embargo, las sensaciones se produjeron con la novedad de un intercambio espiritual extraordinario.
Pocos momentos antes de enfrentarse a la sala, colmada y entusiasta, Sarita exteriorizaba la nerviosidad común en toda artista responsable:
-Dios mío… Este sí que es un momento difícil… Pocas veces he tenido tantos deseos y al mismo tiempo tanto miedo de aparecer ante semejante auditorio… Buenos Aires es plaza bravía, sin duda, no por implacable, sino, simplemente, por exigente… -decía la estrella a sus allegados. Su regreso, todo el sentimiento experimentado en esa presentación pródiga en satisfacciones, se sintetizó en esta declaración suya:
-¡Qué emoción tremenda! ¡Qué público maravilloso! Cómo ha sabido perdonarme esto de cantarle sus propios tangos…
Y el perdón no existió. En verdad, se trataba de una cabal retribución de aplausos para quien en “Fumando espero” y “Yira, yira”, por ejemplo, tradujo con exacto sentido la letra y la música, y hasta el intrínseco fondo espiritual y filosófico de ambas composiciones.
-Su voz y su elegancia han entusiasmado al público… -dijo alguien a su lado, y la estrella se ruborizó.

EL CUPLE Y EL TANGO
No obstante, el comentario decía verdad. Pocas veces una debutante de este rango ha devuelto con tantas realidades semejante expectación. Ya sea en los cuplés suyos como en los tangos nuestros. Con el mantón español o el atuendo típicamente porteño, en ocasión de rendir delicada pleitesía al folklore ciudadano, y como anticipo, a la vez, de cuál será el grado de su eficiencia interpretativa en esa promesa de sensación que es ya su nueva película, “Mi último tango”.
Pero, hay que decirlo, también, cuando toda la sala trascendió un aire de inenarrable emoción, fue aquel momento en que Sarita abandonó el proscenio y se puso a andar por la sala, ataviada como la violetera de la canción y diciendo esos versos, justamente, que la mostraron en la línea eximia de La Goya y de la misma Raquel Meller. En esos instantes, precisamente, cine y disco quedaban casi atrás, frente al concreto hermoso de esa presencia absoluta de calidad.



Lógicas, pues, las ovaciones. Y expresivas por demás esas lágrimas que, repetimos, bañaron el rostro de Sarita Montiel cuando se supo firmemente triunfante en Buenos Aires, el centro al que la condujeran sus sueños y en el que su ansia sentía fervorosas ambiciones de éxito.

FABULOSO CONTRATO
Extraordinaria repercusión produjo el estreno teatral de Sarita Montiel. La estrella hispana ganaba así al público porteño, documentando en persona toda la exactitud de su previo triunfo en el disco y a través de sus películas. La hermosa protagonista de “La violetera” y “El último cuplé” quedaba consagrada en forma rotunda. Y pasaba, entonces, a ser la artista codiciada por esa pujanza en función que es la televisión argentina. El “vídeo” guarda para Sarita un misterio que ella no había querido revelar. Sin embargo, instada por su propio triunfo a acceder al requerimiento que supone la exigencia de miles y miles de admiradores, así lo hizo. Fue así como Sarita Montiel firmó con el Canal 9 un fabuloso contrato, proporcionando la flamante televisora la legítima satisfacción de una conquista sensacional.


"Como aves precursoras..."


EL RECORTE CLXXXVIII
Y porque Sara Montiel siempre fue la misma es que siempre causó la misma expectación desde que se convirtió en estrella hasta el fin de sus días. En esta ocasión, la revista Pronto, en su número de 6 de Enero de 1977, recogía la reaparición de la diva en televisión. ¿Qué ocurrió? También sorpresa y también polémica. Siempre expectación. Siempre, Sara Montiel. 


SARA MONTIEL
HACE LAS PACES CON RTVE

Hace ya mucho tiempo que la famosa Sara Montiel apareció por primera vez ante los telespectadores, y a partir de entonces, no ha habido ninguna actuación más. Sara Montiel explica el porqué de esta larga ausencia y qué es lo que la movió a volver.
-¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde tu última actuación, Sara?
-Muchos años, fue en los comienzos de la televisión, en el Paseo de la Habana. Luego he salido para ser entrevistada en numerosas ocasiones, pero nunca volví a actuar.
Sara Montiel actuó en casi todos los países europeos, en televisión y en América.
-No puedo precisar fechas pero he trabajado en diversas televisiones de países diferentes. En Estados Unidos, Méjico, Venezuela, Francia, Italia…


-¿Cuál ha sido el motivo de este retorno de Sara a televisión?
-Debido a las circunstancias me apetece más, ya que se sigue una nueva línea. Existe más apertura; ahora un político sale en televisión y puede decir sí, no, o lo que quiera. Además cuando Valerio me lo consultó, yo estaba aquí, en Madrid, preparando el nuevo espectáculo con el que me voy a presentar en Barcelona y como sólo tenía esto y unas actuaciones en una sala de fiestas de la capital acepté. Pero si no hubiese sido con Valerio, no lo hubiese hecho. Se puede decir que una de las causas ha sido el cambio de línea política del país.
-¿Entonces Sara puede volver pronto a RTVE?
-Ahora sí, ¿por qué no?
-De haber continuado todo como estaba, ¿no hubieras vuelto?
-Bueno, para contestar esto tendría que haberse dado esa circunstancia. Pero no, creo que no. Era necesaria esta bocanada de aire fresco.
-¿Cuánto tiempo se ha empleado en grabar estas cuatro canciones?
-Desde que se comenzó a hablar hasta ahora.
-¿Se puede hablar de días, meses…?
-Digamos meses, ya que se empezó y luego Valerio se tuvo que marchar fuera. Ahora seguimos.
-¿Cómo han transcurrido tus jornadas de trabajo en RTVE?
-Ha sido un trabajo muy laborioso. Estuve trabajando varios días con Don Lurio que es un gran coreógrafo y logró que sin ser yo una gran bailarina, que no lo soy, quedara todo muy bien.


Dieciséis trajes diferentes
-Se dice que has preparado dieciséis trajes para esta actuación, ¿es cierto?
-He preparado dieciséis, sí, pero esto no quiere decir que voy a salir con todos. Resulta que si el realizador dice que éste o aquél no va con el decorado o con lo que sea; así yo puedo ofrecerle otros tantos para ver cuál queda mejor.
-¿Quién costea los gastos de tu vestuario, televisión?
-Bueno, en parte televisión y en parte yo misma.

“No me prodigo en nada”
-¿Además de las razones políticas a que antes aludías, existe alguna otra causa por la que no hayas actuado en este medio?
-No, es por esto que dije y porque a mí no me gusta prodigarme en nada. Hace dos años y medio que hice “Saritísima” y luego no hice nada más. Me gusta seguir una tónica en cuanto al trabajo. Yo hago una película cada año o algo más; monto mis espectáculos cada determinado tiempo y hago mis galas, pero todo programado de antemano y nunca a la vez.


-¿Qué es lo primero que Sara tiene en cuenta cuando le ofrecen un papel?
-Primero veo la historia, luego la realización y si me gusta o no el guión; si no me gusta, no acepto.
-¿El factor económico queda relegado a un segundo plano?
-Sí, por supuesto; lo que he dicho anteriormente es lo primero.
-De las películas que hiciste, ¿cuál es la que más te agrada?
-“La Violetera” y “El último cuplé” que me dieron fama internacional. De las últimas “Esa mujer”, de Mario Camus, y “Varietés”, de Bardem.

Cara a cara con la verdad
Se publicó que Sara Montiel había pedido a Televisión Española un millón de pesetas por su actuación en este especial y que la respuesta que obtuvo fue que cobraría la mitad y a cambio se cuidaría mucho la presentación de la estrella. Le comentamos esto a ella.
-No tengo noticia de que se haya publicado esto, pero te puedo asegurar que no es cierto, no es verdad.
-¿Crees que existe diferenciación a nivel económico entre el actor extranjero y el español, aquí en España?
-Considero que en todos los medios siempre se valora más y se le da más importancia al que viene de fuera. Yo no estoy de acuerdo con esto. Estoy a favor de un sindicato libre independiente.
-¿En qué medida colaboras para que este sindicato sea un realidad?
-Siempre que me han requerido he aceptado, nunca me negué. En estas cosas hay una serie de señores que llevan la voz cantante y yo deposito mi confianza en ellos.


Más delgada que nunca.
Se dice que Sara está de tipo mejor que en sus mejores tiempos.
-Después de haberme cansado de seguir múltiples regímenes y dietas de adelgazamiento, que siempre acababa por abandonar, me puse en manos del doctor Fábregas y él descubrió que yo padecía una enfermedad de tipo alérgico, el edeme de Kinque. Esto me hacía retener una serie de sustancias. Ahora que han descubierto el antídoto, no sigo ningún régimen y peso menos que nunca: cincuenta kilos. Si comparo con lo que pesaba cuando tenía dieciséis años he adelgazado veinte.


Le dicen a Sara, también, que está más guapa.
-Si ellos lo dicen que son hombres…

JORGE SERRA


LA FOTO CLXXXVIII


Sarita Montiel en "Mi último tango"

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