viernes, 17 de julio de 2015

RADIOCINEMA - 31 de Enero de 1963 - España


NUESTRA PORTADA
Sin ninguna clase de adjetivos Sara Montiel figura en la portada del actual número de RADIOCINEMA. Sara es actualidad y su última película "La reina del Chantecler", se espera con la misma expectación que siempre despierta su solo nombre en la pantalla. 


EL RECORTE CCXXXII
Esta entrevista de la revista Ondas (2ª quincena de Diciembre de 1969) gira en torno a la expectante aparición de la diva en los teatros. La relacionamos con esta portada del Chantecler por las joyas. No hay collar o pendientes de Sara (...) que no relacionemos con algunas de sus películas o algunas de sus bodas. Y es que ella no marcó ninguna diferencia entre sus apariciones en la pantalla y las que hacía ante el público. Disfruten y lean atentamente el valor del vestuario y joyerío de nuestra diva...


A PESAR DE SU ÉXITO, DE LOS HALAGOS DEL PÚBLICO, DE SU FORTUNA
YO HE VISTO LLORAR A
SARITA MONTIEL

Dos mil brillantes y ciento noventa y nueve esmeraldas, enmarcando la belleza -¿hay quién lo dude?- de Sara Montiel.

Escribir no resulta siempre tarea fácil, no. Algunos piensan que escribir algo malo resulta tremendamente fácil. Pues aun así, no resulta fácil, sino terriblemente difícil, costoso… Sobre todo para el que desea ser sincero consigo mismo, la tarea de escribir supone, en ocasiones, un verdadero esfuerzo.
Sara MONTIEL está a punto de realizar uno de sus más caros sueños. Presentarse por vez primera en un escenario español. Va a hacerlo el día 19 de diciembre en el madrileño Teatro de la Zarzuela.
-Es un “show” musical, al estilo de los que acostumbran a hacer en Estados Unidos y en Londres, Frank SINATRA o Bárbara STREISSAND. Nunca perdí las esperanzas de demostrar al público que Sara MONTIEL no le tiene miedo a un escenario, y voy a hacerlo con “Sara MONTIEL… EN PERSONA”. Después de la temporada en Madrid, pienso presentarme en Barcelona, y seguidamente, en Valencia, Alicante, Murcia, Málaga, Sevilla y también por Castilla la Vieja. Quiero que todo el público de España me pueda ver –la mayor parte del público, a ser posible- para así poder darle las gracias personalmente, porque desde que se estrenó “EL ÚLTIMO CUPLÉ”, yo le estoy muy agradecida a todo el público español.
-Lo tienes todo, Sara…
Sara ¿o María Antonia? Me mira con sus grandes ojos de miel. Yo diría que una lágrima furtiva se esconde allí, que está medio agazapada. Entrelaza sus manos, y luego la derecha coge de encima de una repisa la foto en donde aparece junto a su madre –junto a María, como ella solía llamarla- y que yo misma le saqué hará aproximadamente un año.
-No tengo nada, Maite. No tengo ¡NADA! Sólo mi trabajo y mi público que esto sí, ya es mucho. Pero yo sin mi madre, no soy nada. Nada puede reemplazar la ternura, el amor de una madre: ni de un padre, ni de un marido, ni incluso hijos. Yo me he quedado sola. ¿De qué me vale ahora el éxito? ¿De qué el dinero, las joyas, los trajes, las fiestas? ¿De qué… si ella no está aquí esperándome cuando vuelvo? Toda mi vida trabajé pensando en ella, queriendo compensar sus años de privaciones rodeándola de amor y de toda clase de comodidades. Sólo pedía a Dios que me la conservara más tiempo… pero seguramente Dios ha querido ponerme a prueba. Y ahora, tengo que continuar luchando, pero sola. Tengo que vivir y continuar trabajando porque a mis espaldas, a mi cargo, hay muchísimas familias.


El collar de brillantes y turquesas de Van Cleef, reposan sobre el escote de la estrella más cotizada y... envidiada y que, sin embargo, confiesa, tímidamente: "Yo, sin mi madre, no soy nada".


Otra de las joyas que Sara Montiel lucirá en escena es el collar de brillantes y turquesas de Van Cleef.

Sobrecoge el ánimo escuchar estas frases de una mujer a la que todos suponen mimada, feliz, indiferente, altiva y es… tan sólo una mujer que sufre porque ha perdido al ser más querido, a su madre.
-Yo hubiera querido ofrecerle los aplausos que seguramente el público me brindará. Hubiera querido que ese 19 de diciembre ella, María, estuviese en el palco viéndome actuar y que luego, en el camerino, el primer abrazo que yo recibiera, fuese el suyo… He tenido que luchar conmigo misma, Maite. He tenido que sobreponerme e incluso, por orden del médico, y también ¡cómo no! por voluntad propia, es por lo que acudo diariamente al cementerio. Tengo que hacerme a la idea de que mi madre ha muerto pero que desde algún lugar –no sé de dónde porque los muertos no regresan para contarlo- ella me ve y me anima a seguir… Yo sostengo largos diálogos con ella. Es… como si así no se hubiese marchado para siempre.
Está oscureciendo y ella está allí, junto a la ventana, mientras la tarde madrileña se va oscureciendo. Parece una hermosa estatua que tuviese la facultad de respirar y de llorar. No me oculta sus lágrimas. Todos los días se muere algo con nosotros, todos los días. Pero no nos está permitido detenernos. Y hay que seguir y luchar, y levantarse cuando uno se cae, siguiendo el ejemplo de los niños…
Tengo que sacarla de esa tristeza que la ha envuelto esa tarde, desprovista de ese caparazón con que algunos la ven. Nada me parece tan oportuno como hablarle de su próxima presentación en teatro. Poco a poco, va animándose su rostro y se entusiasma, cobrando nueva vida.
-Fuera de España has actuado ya en escenarios. ¿Más segura allí, o en el “plató”?
-El contacto directo con el público da una mayor autenticidad, más calor. Digamos que en el cine puedes repetir una misma escena hasta que sale perfecta pero en teatro el artista está solo. Cuando se levanta el telón es cuando se puede demostrar al público lo que de verdad se lleva dentro. Ahí no hay “truco” y yo, soy Verdad.
-Tú lo has dicho: cuando se levanta el telón. Ese día, cuando eso ocurra, ¿qué verá el público?
-Un “show” completamente musical, sin libreto, aunque los cuadros se han conjugado de una manera muy espectacular. MATASANZ ha montado muy originalmente escenas de películas mías, que se intercalarán con diálogos personales. En el espectáculo llevo a TIP y COLL y también a PAJARES, que son fenomenales, aparte de dieciséis bailarinas inglesas y ocho bailarines, también de la misma nacionalidad. Montar el espectáculo ha rebasado los ocho millones de pesetas.
-Supongo que eso será sin contar con tu vestuario… ¿A cuánto calculas que asciende el importe de los trajes que lucirás en el “show”?
-Mi vestuario está valorado en 2.400.000 pesetas.
-¿Alguno “fuera de serie”?
-Lo son todos. Llevo trajes de DIOR –uno de los cuales ha costado 240.000 pesetas; un abrigo valorado en 300.000, completamente bordado en brillantes tallados de Checoslovaquia; una capa de Goyescas, de Maribel, de aquí, de Madrid que ya cuesta 140.000 pesetas; dos trajes de BALMAIN, y también de modistas españoles como Inés HIGUER, Vargas OCHAGAVIA… Una bestialidad en vestuario, hija. Con decirte que uno de los trajes lleva plumas de avestruz, de faisán y plumas Duvé…


Con el paso de los años, la belleza de Sara Montiel se pone más de manifiesto. Los brillantes de Cartier son la réplica a la armonía de sus líneas.


-Como complemento a tan costosos trajes, calculo que habrá sus correspondientes joyas…
-He tenido que sacar del Banco gran parte de mis joyas. En cada vestido saco un juego distinto. Y en total luciré 18 vestidos. La Dirección General de Seguridad pone a mi disposición varios policías: dos de ellos estarán en la puerta de mi camerino y otros varios repartidos por el teatro. Como ves, voy a estar “vigilada”…
-De todas las joyas que saques a escena, ¿cuáles son las que tienen mayor valor?
-No podría precisártelo. Así, al pronto, recuerdo que llevaré un juego de brillantes de CARTIER, otro juego completo de brillantes en forma de lágrima –o de pera como se les llama- cuyo collar es fabuloso; un collar de piedras preciosas de Bulgaria; un juego de brillantes y turquesas de VAN CLEEF, otro juego de esmeraldas de CARTIER y el topacio grande –de 260 gramos- valorado él sólo en cientos y cientos de dólares…
-¿Podrías precisar aunque fuese “a grosso modo”, a cuánto asciende el total de las joyas que te veremos lucir?
-Calcula que en cincuenta millones de pesetas.
He sabido que TVE está interesada en filmar gran parte del espectáculo de Sarita MONTIEL, captanto, a través de la pequeña pantalla, su vestuario y sus joyas, amén de su arte interpretativo.
-¿Cuántas canciones llevas en tu repertorio, dentro del espectáculo?
-Dieciocho canciones, de las que cuatro son totalmente inéditas. Las otras, como es natural, corresponden a otros tantos éxitos de películas mías.
Actualmente, Sara luce los cabellos de un tono castaño claro, aunque…
-Luciré tantas pelucas como trajes presento: dieciocho en total.


La Dirección General de Seguridad pone a disposición de Sara Montiel varios policías, que vigilarán estrechamente el teatro y el camerino de la estrella, durante sus actuaciones en el madrileño Teatro de la Zarzuela. 

-¿Podrías mostrarme una de las joyas por la que sientes especial predilección?
Con movimientos pausados, va hasta el armario; saca de él un joyero –al que no está echada la llave- y me muestra algo de auténtica belleza: un maravilloso collar con los pendientes a juego: dos mil brillantes y ciento noventa y nueve esmeraldas. Se lo prueba y su figura se recorta en el azogado cristal. Bajo el brillo de las piedras preciosas, sus ojos –tan bellos- se ven hoy oscurecidos, pero no precisamente por falta de belleza, que Sara la tiene a raudales, sino porque una nube gris, un pensamiento sombrío los cruza. Es… es como si sus pensamientos fueran para mí signos gráficos y pudiera leer en ellos… “A pesar de todo esto, estoy sola. Yo, sin mi madre, no soy nada…” Expreso en alta voz el pensamiento que tuve antes, cuando la vi llorar: “Todos los días se muere algo con nosotros, todos los días. Pero no nos está permitido detenernos…”

Texto: Maite MAINE (enviada especial a Madrid)
Fotos: WIZUETE


LA FOTO CCXXXII


Una escena de "La reina del Chantecler" donde Gérard Tichy le ofrece un joyón a la Bella Charito. 

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