EL ALBUM DE
SARA
MONTIEL
LOS CAMBIOS DE LA HERMOSA A
TRAVÉS DEL TIEMPO
En un pueblo perdido de la Mancha, llamado Campo de
Criptana, bajo un sol fuerte y amenazador que quema la tierra, nace Sara
Montiel, cuyo verdadero nombre es María Antonia Abad Fernández. Su infancia es
obscura, a veces triste, a menudo llena de ilusiones.
Sus padres eran modestos labradores, gente de campo,
sencilla y llana como su tierra. Sara organiza funciones de teatro ante un
público imaginario, con decorados surrealistas a base de viejas cortinas y
carteles de publicidad cinematográfica, que arranca con sus compañeros de juego
de las fachadas de las casas.
Ella sueña. Mira a lo lejos de aquel campo amarillo,
dorado, donde Don Quijote había cabalgado siglos atrás en la inspiración de
Cervantes. Aquellos viñedos que se recortan en el horizonte y comprende que le
gustaría recorrer largos caminos en busca de nuevas rutas en donde cristalicen
sus sueños.
Pero además, Antonia canta. Canta en las fiestas del
pequeño colegio donde recibe elemental educación, canta en público en un
festival y en una procesión, y es precisamente en ese momento que unos
productores de Madrid la escuchan, la elogian, la animan y le aseguran que ella
puede ser una “estrella de cine”. En aquel instante sólo sabe que son estrellas
aquellas mujeres guapísimas que aparecen en los carteles de cine y ella,
fallecido su padre, se encuentra humilde, sola, llena de ilusiones que cree
difícil alcanzar. Sólo un hombre experto como Enrique Herreros acertó a “ver”
las posibilidades de aquella chicuela anónima que va a Orihuela, que llega a
Madrid y que toma parte en un concurso organizado por una productora fílmica.
El periodista encuentra algo especial en la chica y la lleva a la compañía
Filmófono que prepara Empezó en Boda. Y allí se inicia la gran carrera de la
estrella.
1.María Antonia Abad Fernández debutó en la película
Empezó en Boda, encarnando a una recién casada. El periodista Enrique Herreros
la apoya, impulsa, corta las trenzas, cambia el color de sus cabellos, le
maquilla los ojos y la bautiza como Sara Montiel: Sara por su abuela y Montiel
por los campos de su patria chica.
2.Los comienzos fueron duros. El camino del cine es
peligroso –“Pasé varios años con más ilusiones que
trabajo. Me ofrecían papeles que no me permitían lucir. Llegué a
desmoralizarme”.-dice la actriz.
3.En 1.949 aparece Juan de Orduña por primera vez en
el camino de Sarita y nace Locura de Amor, una película que podía ayudarla
mucho y así fue. Locura de Amor fue un gran éxito en todos los países de habla
castellana y abrió las puertas de la fama a la manchega.
4.Poco después Sarita tomaba parte en El Capitán
Veneno, de Luís Marquina, con Fernando Fernán Gómez. Con esta película, se
despide de España y marcha a América en busca de nuevos horizontes.
5.En México, la Montiel debe empezar de nuevo. No se
tienen en cuenta sus éxitos anteriores, ni el terrible suplicio de aquella
quietud forzada. Y en 1.950 toma parte en la cinta de Stve Sekely, Furia Roja,
al lado de Arturo de Córdova y Emilia Guiú.
6.Es elegida Reina de la Primavera de la Ciudad de
México y toma parte en tres películas de Miguel Zacarías: Necesito Dinero, Ahí
Viene Martín Corona y El Enamorado (1.951), con Pedro Infante. Viajes
interminables por muchas repúblicas hispanoamericanas presentado sus películas.
7.Sarita toma parte en otras muchas películas
mediocres durante ese período. Su nombre es conocido en el país, pero no suena
con tonos estelares. Una de esas cintas es Cárcel de Mujeres (1.951), mediocre
melodrama de Miguel Delgado, con Sarita, Miroslava y Katy Jurado en los
estelares. Y en 1.953 tiene una parte importante en Reportaje, al lado de las
figuras de moda del cine mexicano.
8.Siguen los filmes mediocres con Sara. Los personajes
que se le encomendaban la iban esterotipando poco a poco. Una de esas cintas
fue la comedia rural de Roberto Rodríguez Yo Soy Gallo Dondequiera, de Joaquín
Cordero, rodada en 1.952.
9.Mal, y muy mal le iba a Sara en México. En 1.955
trabaja a las órdenes de Alfredo B. Crevenna en la versión fílmica de una
novela de Spota, Donde el Círculo Termina, con Raúl Ramírez y Nadia Haro Oliva,
que resulta un churro sin disculpas. Desalentada, Sara aceptó los llamados de
Hollywood y se fue a incorporar el papel de india en Veracruz, otro churro sin
disculpas.
10.En Hollywood no tiene fortuna como actriz pero hace
muy buenos amigos entre los astros famosos. Yul Brynner la mima y la acompaña.
Y Sara filma Serenata (1.955), con Mario Lanza y Joan Fontaine; Yuma, (1.956).
Conoce al director Anthony Mann, el hombre con quien se casaría en Agosto de
1.957.
EL ALBUM DE
SARITA
1.Regresa a su patria. Juan de Orduña está preparando
El Último Cuplé, en medio de muchos obstáculos, pues el director carece de
dinero y no encuentra quién lo aporte para que Sara haga de intérprete. Se
habla de María Félix y otras importantes figuras, pero Orduña se niega a filmar
la película sin Sarita. Se filma la cinta. La Montiel ha grabado las canciones
ante el escepticismo de todos. Luego todos descubrirán en la voz de la manchega
un nuevo matiz, un nuevo tono, un aire caliente y sensual.
2.El Último Cuplé (1.958) marca el triunfo definitivo
de la actriz. La consagración. Nadie discute ya su categoría. Sarita casi no
puede creerlo: pero, cuando retorna a Madrid es aclamada por la multitud que
acude al aeropuerto a recibirla y siente en sus pulsos que la gloria que ella
esperaba ha llegado por fin.
3.Juan Manuel Vida, director de la grabadora Gamma, le
entrega un Disco de Oro. El Círculo de Bellas Artes la considera la mejor
actriz del año. Y la revista Fotogramas la recompensa con su galardón a la
mejor actriz. Por otro lado, la crítica hace pedazos El Último Cuplé, y juzga
mediocre la voz y la capacidad interpretativa de Sarita.
4.Después de otro viaje a Hollywood vuelve a Madrid
para rodar La Violetera, a las órdenes de Luís César Amadori. Con este filme
vuelve a batir “récords” de taquilla y admiración. Y nuevos premios.
5.En 1.959 filma Carmen la de Ronda, con Jorge
Mistral, Maurice Ronet y Amadeo Nazzari. Luego hace unos viajes al extranjero
presentando su película y tiene fuertes disgustos con su marido, el director
Anthony Mann, de quien se divorcia poco después.
6.En 1.960 filma Mi Último Tango y Pecado de Amor. Las
dos fueron dirigidas por Luís César Amadori. El 21 de septiembre de ese mismo
año, Sara firma un fabuloso contrato con Francisco Balcázar para filmar La
Bella Lola, que la presenta en la época romántica de 1.830.
7.Sara está convertida en la actriz más popular y
taquillera de habla española. El público no se muestra muy exigente con los
temas de sus filmes, y exige su presencia. La cinta que sigue en la carrera de
la actriz es La Reina del Chantecler, de Rafael Gil, con Alberto de Mendoza y
Ana Mariscal.
8.El francés Henry Decoin la dirige en Bésame (Noches
de Casablanca), al lado de Maurice Ronet, Franco Fabrizi, Gerard Tichy y José
Guardiola. Es un melodrama amenizado con canciones modernas en la voz de la
estrella.
9.En Junio de 1.964, Sarita se volvió a casar. La
ceremonia tuvo lugar en Roma, capital del catolicismo, en la Iglesia de
Montserrat, situada en el corazón de la parte antigua de la ciudad italiana. El
esposo es el abogado y economista español José Vicente Ramírez Olalla. Sarita
se casó con el traje ilustrado de la fotografía: vestido corto, de tul, de
color ‘beige’, bordado con hilos de oro y plata.
SUS ÚLTIMAS
PELÍCULAS
Samba (1.964) nos mostró a una Sarita Montiel en su
mejor momento físico. Su pareja romántica fue Marc Michel. Los viejos cuplés de
Sarita dieron paso a los ritmos tropicales de moda. Es un filme de Gonzalo
Elvira y Cesáreo González.
Cada noche un amor (1.965) (La Dama de Beyrut), coproducción
hispano-franco-italiana, dirigida por Ladislao Vajda. Un reparto internacional
apoya a Sarita Montiel: Giancarlo del Duca, Ferdinand Gravey, Magali Noel,
Alain Soury, Gemma Cuervo, Chonette Lauret y Carlos Casaravilla.
Una Mujer Perdida (1.965), coproducción
hispano-italiana, dirigida por Tulio de Michelli. El galán fue Giancarlo del
Duca. También intervino Máximo Seratto. Trata de una pescadora italiana de la
que se enamora un famoso escultor, también italiano, que desea le sirva de
modelo para una escultura. La obra resulta premiada en una bienal que se
celebra en Madrid, donde se producen una serie de incidentes con motivo de ese
premio.
CADA NOCHE UN
AMOR
COPRODUCCIÓN HISPANO-FRANCO-ITALIANA
Argumento:
Alfonso Balcázar, José A. de la Loma, Duccio Tessari.
Director:
Ladislao Vajda.
En
Eastmancolor.
Intérpretes:
Sarita Montiel, Giancarlo del Duca, Ferdinand Gravey, Magali Noel, Alain Soury,
Gemma Cuervo, Chonette Lauret y Carlos Casaravilla.
SINOPSIS:
Isabel, joven provinciana en su deseo de triunfar
como cantante, cae en la garras de Omar, un tratante de blancas y junto con
otras mujeres es llevada a Beyrut, donde las obligan a trabajar para un tal
Bepo, jefe de la organización, en un cabaret donde son asignadas a supuestos
empresarios.
Por un incidente hábilmente preparado, Isabel es
despojada de dinero y pasaporte, y ante la amenaza de ser entregada a la
policía, pues sus documentos son falsos, Isabel accede a ser llevada a un lugar
conocido por La Villa, que resulta ser un lujoso lupanar, en el cual, la
directora, Gloria, que es amante de Omar, la recibe de mala manera al darse
cuenta de que su hombre demuestra ciertas preferencias por la muchacha.
Después de varias peripecias, Isabel es rescatada
por un cliente de La Villa, conocido por Doctor Castelnov, quien se la lleva a
París. A la llegada a París, Isabel vuelve a encontrarse con Francis, personaje
que conoció en el recorrido que acabara llevándola al Líbano. Francis resulta
ser hijo del Doctor Castelnov, y al igual que su padre, le declara su amor.
Entretanto, un elemento de la banda de Omar descubre
el sitio donde se halla Isabel y da aviso a su jefe. Viéndose descubierta y
ante la amenaza de Omar de dar muerte tanto al Doctor como a Francis Isabel
finge una escena amorosa con Omar, la que es sorprendida por Francis, el cual,
asqueado, se aleja del sitio donde sorprendiera a su amada en brazos de otro
hombre.
El Doctor, ante los hechos, se da cuenta de que su
verdadero papel no es el de ‘galán’ y se dispone a actuar, saliendo en busca de
Omar, después de que Isabel le ha hecho confidencias en el sentido de que la
vida de Francis peligra, pues la banda que controla Omar ha recibido
instrucciones de asesinarlo. El Doctor llega hasta la habitación del hotel
donde se encuentra hospedado Omar con intenciones de matarlo. Pero la fuerza y
la juventud de Omar violentan la situación y el Doctor cae muerto con un tiro
en el corazón.
Francis, que se resiste a admitir el cambio operado
en Isabel, va hasta el lugar donde se encuentra escondida la banda de
traficantes y es recibido y maltratado
por tan abrumadora mayoría, que en pocos minutos se deshace de Francis dándolo
por muerto. Isabel, sabedora de lo ocurrido a Francis, promete a Omar que se
irá con él siempre y cuando la vida de Francis sea respetada. Omar promete que
antes de que salgan de viaje con destino a América la llevará a comprobar que
Francis está a salvo. Y hacen una cita para el día siguiente en el hotel donde
vive Omar. En tanto, el jefe de la banda, enterado por Gloria de los planes de
aquél, da instrucciones a la banda de que liquiden a Omar. Francis, recuperado
de la golpiza recibida descubre unos papeles que guardaba su padre en el
escritorio y esto lo hace sospechar de que Isabel está fingiendo con el fin de
alejarlo de Omar y su banda. Vuelve al cabaret donde Isabel ha sido contratada,
a tiempo de escuchar una conversación entre Omar y la joven. Francis irrumpe en
la habitación, y se inicia una pelea en la que aparentemente Omar domina a
Francis, aprovechando esa ventaja para huir, aunque es perseguido de cerca por
Francis. A las orillas del Sena, éste da alcance a aquél, entablándose una
feroz lucha cuerpo a cuerpo que culmina con la muerte del traficante. La policía
aprehende al resto de la banda –que fue la asesina de su compañero- y termina
con ello la desventura de Isabel, quien en brazos de su amado, encuentra al fin
la felicidad.
EL RECORTE CCXLV
Durante el rodaje de "La Dama de Beyrut" Sara concede una entrevista a la revista Dígame. Es el número de 10 de Agosto de 1.965.
SARA MONTIEL
EN LA
PEQUEÑA PANTALLA A TRAVÉS DE LOS RAYOS X
SENTIMENTAL,
APASIONADA, DULCE, MAL GENIO (SEGÚN ELLA MISMA MANIFIESTA, ESTO NADA TIENE QUE
VER CON EL MAL CARÁCTER) Y MIEDOSILLA… HE AQUÍ LA VERDAD DE SARA MONTIEL.
Hace millones de años desde el día –tristemente
famoso- en que Adán y Eva tiraron la primera piedra por razones de vanidad y
desde que el mito de la belleza subió de categoría. El cine aumentó, miles de
años después, la creencia de que sólo los malos y las mujeres ruines podían ser
feos.
Evidentemente, es un hecho patente que cuando existe
el talento, la belleza no es lo principal. El caso especialísimo de Sara
Montiel es punto y aparte. Conjuga admirablemente la belleza y el talento.
La miro a través del espejo, mientras da término a
su maquillaje en la habitación del hotel donde se hospeda en Barcelona. La
conocí hace ya algún tiempo; el suficiente para conocer ya sus reacciones, y,
sin embargo, cada vez que la veo me parece conocerla por vez primera. Tal es su
personalidad. Personalidad que a muchos intimida. Hoy la encuentro distinta. No
es que propiamente Sara Montiel haya cambiado físicamente. Sus ojos, sus
cabellos, su rostro hermoso, son los mismos. Pero hay en ella un aire más
grave, que infunde un mayor respeto, marcando un lugar primerísimo en nuestra
consideración. Elegante, sin excentricidades. Sencilla, sin falsa modestia. Así
surge nuestra españolísima Sarita ante nuestros ojos.
Viste casi siempre de negro. ¿Por qué?
-En mi guardarropa predomina el negro.
Tengo aproximadamente un centenar de vestidos de ese color. Me gustó vestir de
oscuro desde que era niña.
-¿Es que acaso el color negro armoniza con tu
espíritu?
-Puede ser que guarde una cierta
relación conmigo misma, aunque nunca he acertado a explicármelo.
-Ni yo tampoco; tu carácter es comunicativo, alegre.
Eres sociable y nada huraña.
-Bueno… -responde sonriendo la actriz-. También
depende de la compañía; soy triste o alegre, comunicativa o reservada.
-¿Hay algo que desees mucho y todavía no hayas
conseguido?
Sara une las manos como en una plegaria:
-No. Dios me ha dado la felicidad.
Tanta, tanta, que a veces casi me parece que mi corazón va a estallar. Y lo
gritaría al aire para que todos lo supieran y se alegrasen aquellos que de
verdad me quieren. Conservo a mi madre conmigo y espero que me viva muchos años
aún. ¿Qué más puedo pedir? Casi sería una ofensa a Dios pedirle más.
De improviso, Sara ha quedado silenciosa unos
segundos. Se mira al espejo, como escrutándose a sí misma:
-Bueno… lamento que hasta ahora las
noticias que han circulado sobre mi posible maternidad no hayan sido ciertas.
Pero lo serán algún día. Siempre he creído que cuando algo se desea mucho y se
pide con fervor desde lo más profundo del corazón se acaba consiguiendo.
En cualquier ocasión he podido comprobar que Sara no
usa perfume alguno, y eso me sorprende en una mujer tan exquisitamente femenina
como ella.
-Jabón y agua clara. No uso ni tan
siquiera agua de colonia.
Le gustan, en cambio, las flores; en especial, las
silvestres. Se queja ahora de que en Barcelona va casi sin zapatos por no
disponer de tiempo libre para ir de compras. Curioso y raro, pero verdad.
Podría prescindir de cualquier objeto de su uso
personal y sustituirlo por otro. Pero en lo tocante a las comodidades modernas…
-No podría pasarme sin teléfono. ¿Tú
imaginas? ¿Qué haría yo sin él? Es un tirano, sí, pero también una ayuda
incomparable.
Me hace casi sonreír esa Sarita tan espontánea, con
esa naturalidad que ella derrocha, generosa, porque ahí precisamente radica el
secreto de su éxito.
-¿Ha habido alguna circunstancia dentro de tu
profesión que te haya molestado?
Sonríe pícara…, pícara…, pero yo no sé aún lo que
ella va a contestar. Al final lo dice:
-En mil novecientos cuarenta y cinco
interpreté en el cine mi primer papel, que era precisamente el de una
colegiala. Pues bien; cuando esa película se estrenó, yo no conseguí verla
porque era ‘no apta’ y no me permitieron la entrada.
Hace ya algunos meses, Sarita tuvo que someterse a
un severo régimen para perder algunos kilos por exigencias de su última
película: “La dama de Beirut”.
-¿Cuál es tu “menú” favorito, Sarita?
-¡Comer! Cuando se tiene buen apetito
todo es delicioso. Afortunadamente, ya no sigo régimen, porque pasé un hambre…
-¿Tú sabes que estás considerada como una de las
mujeres más guapas no solamente de nuestro cine, sino quizás del cine mundial?
-Bueno…, soy monilla…, pero sin llegar
a tanto.
-¿Crees de veras lo que dices?
-¿Acaso no lo creen los demás?
-¿Qué opinas de la felicidad, Sarita?
-Que como se llegue a conseguir
solamente un poquito –e indica con
la mano un pedacito muy chiquitín- ya te pueden dar
con un canto en los dientes. Esta es una expresión muy mía –termina,
alegre.
-¿Te aterra pensar que un día –afortunadamente aún
lejano- envejecerá tu rostro y tu figura?
-Como me considero un poquitín
inteligente, creo que me conformaré tan ricamente. Por otra parte, la
Naturaleza es muy sabia, y pienso que cada época, cada edad, tiene su encanto.
-¿Tampoco le temes a la muerte?
-Me haces cada preguntita… que se las
trae. Yo creo que el temor a la muerte es una cosa calladita y silenciosa que
todos llevamos adherida a nosotros mismos. Es el apego a la vida, el desear
curarnos cuando estamos enfermos… O incluso ese temor que, al menos yo, experimentamos
cuando tenemos que coger el avión.
Me enseña unas fotografías que últimamente le
hicieron. Algunas las rechaza a un lado. No le agradan. Aquel no es su lado
bueno. Esta mujer es fenomenal. En fotografía entiende tanto en la materia como
un profesional. En publicidad, un prodigio, y como mujer de negocios…,
sensacional. Todo de una talla.
Vuelvo con mi interrogatorio:
-¿Qué preferirías hacer: cantar y no actuar o actuar
y no cantar?
-No se puede cantar sin actuar y sí,
en cambio, actuar sin cantar. Yo canto, pero ante todo soy actriz.
-Y con mayúscula –añado yo.
-¿Y tu presentación en teatro?
-Tan pronto disponga de una poco de
tiempo libre entre película y película. Aún no he terminado ésta y ya me están
terminando el guión de la próxima, basado en la vida de Rita Luna.
-¿Con qué actor te has complementado mejor?
-Con Gary Cooper.
LA EMBAJADORA
DE NUESTRO CINE ESPAÑOL ES, ANTE TODO, UNA MUJER EXQUISITAMENTE FEMENINA QUE
DETESTA HABLAR DE SU RIQUEZA ACTUAL.
-¿Ensayas alguna vez frente al espejo?
-Sólo cuando tengo que interpretar una
escena de enferma. Entonces sí, para ensayar la mirada, que debe dejarse como
sin vida, apagada.
Me consta que Sara es un poquitín miedosa, aunque a
ella el que se lo diga no la avergüenza.
-Soy muy femenina, y eso, el ser
miedosas, forma parte de nosotras las mujeres. No es un miedo cerval a nada
determinado, pero sí, por ejemplo, miedo a un simple ratoncillo que pudiera
aparecer.
Por fortuna, no apareció.
-Si te dieran a elegir el interpretar en la pantalla
la vida de un personaje histórico, ¿cuál escogerías?
-El de Catalina de Rusia.
Sara Montiel termina de retocar sus labios. Me doy
cuenta de que la marca que usa es nacional y de un precio asequible a cualquier
empleada. Tal vez muchas personas pensarán que el encanto de sus bonitos labios
reside en el uso de un ‘rouge’ carísimo y de firma extranjera. Pues no, Sarita
es española, y como se siente orgullosa de ello, usa productos de perfumería
española.
Le pregunto cuánto dinero calcula habrá ganado desde
que es actriz.
-No me gusta hablar de dinero, Maite.
Me consta que hay personas que pasan apuros económicos, y hablar de mi riqueza
actual me parece algo así como un despliegue de soberbia, y yo no lo soy.
Por esa su sencillez se hace precisamente admirable
esta magnífica actriz. A mí me gusta escribir de ella. Porque la admiro como artista:
única, indiscutible. Y porque la admiro doblemente como ser humano. Muchas
veces, antes de conocerla, me había preguntado a mí misma cuál debía ser el
secreto de Sarita para llegar al corazón de los públicos. Es ahora, cuando la
conozco, cuando comprendo el impacto que causa, debido precisamente a mostrarse
“al natural”. Los “efectos especiales”, en la pantalla. Fuera de ella, mujer.
Muy Mujer. Así, con mayúsculas.
Por Maite
MAINE
Fotos: José E.
Puente
LA FOTO CCXLV
..."besos sin caricias yo voy dejando por ahí, bellas avaricias que están prohibidas para mí"...
La más importante superestrella,de todos los tiempos que ha dado el cine Español. Nadie como Sara.
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