viernes, 30 de noviembre de 2018

RADIOCINEMA - 19 de Julio de 1.962 - España


historia del éxito
Texto: Agustín ROMO
Fotos: M. CUADROS y ARCHIVO
SARA
MONTIEL
“En Hollywood han querido inventarme una biografía preciosa. Pero yo prefiero contar la mía”

Casi todas las grandes estrellas del cine español han tenido un origen humilde: Francisco Rabal, José Suárez, Conrado San Martín, Jorge Mistral… Sara Montiel también.
Nació en Campo de Criptana, uno de los pueblos más bonitos y más blancos de la Mancha, donde el sol es fuerte como sus hombres, donde los molinos son imprescindibles al paisaje…
Sus padres eran modestos labradores, gente de campo, sencilla y llana como su tierra. Allí vivió Sara Montiel cuando aún se llamaba María Antonia Abad Fernández, cuando era una chica triste que acumulaba ilusiones…
Hoy Sara Montiel es una de las primeras figuras del cine de habla española. Campo de Criptana queda lejos en el recuerdo.
Estamos hablando con ella en los Estudios C. E. A., donde está rodando “La reina del Chantecler”. Dirige la película Rafael Gil.
-Ya tuve a Sara Montiel a mis órdenes cuando realicé “Don Quijote”. Pero entonces era una criatura. Ahora… es una colaboradora muy buena. Tiene mucha intuición.
Rafael Gil no escatima los elogios a su estrella. Se ve que está contento con ella. 


Sara acaba de terminar un plano en el que han intervenido también Julia Caba Alba, Maruja Isbert y el actor italiano Luigi Giuliani. Los focos se apagan. El silencio desaparece. Pero Sara Montiel está aquí, delante de nosotros.
-Me encuentro cansadísima. Llevo rodando desde las diez de la mañana.
Son las ocho de la tarde. El cine es una profesión dura.
-Además, este corsé me tiene muy molesta.
Enrique Herreros sabe más cosas de Sara Montiel que la propia Sara. Nos dice:
-Yo te contaré también algo…
-Ten en cuenta –habla ella- que es mi descubridor, mi lanzador, mi ‘ángel tutelar’…


Efectivamente: cuando María Antonia Abad soñaba por entre los viñedos de Campo de Criptana, nadie podía imaginar que allí estaba la estrella número uno del cine español. Sólo un hombre experto como Enrique Herreros acertó a ‘ver’ las posibilidades de una chiquilla anónima ni guapa ni fea, ni alta ni baja, que va a Orihuela, que viene a Madrid y que toma parte en un concurso organizado por una Productora.
-Fue una corazonada –dice modestamente Enrique-. Me llamó la atención cuando vi una foto suya en la portada de la revista “Semana”.
-Me presentó –recuerda Sara- a la casa Filmóforo, que preparaba por aquellos días el rodaje de “Empezó en boda”. Y me contrataron.
-¿Por qué te cambiaste el nombre?
-Fue cosa de Herreros. Sara, en recuerdo de mi abuela. Y Montiel, por los campos de mi patria chica.
Sus comienzos fueron duros. Su lucha diaria se hacía cada vez más espinosa. El camino del cine es peligroso.
-Pasé varios años con más ilusiones que trabajo. Me ofrecían papeles que no me permitían lucir. Llegué a desmoralizarme.
Pero apareció en 1949 Juan de Orduña con “Locura de amor”. Sara –Sarita entonces- volvió a sentirse con fuerzas. Era una película que podía ayudarla mucho. Y así fue. “Locura de amor” supuso el primer gran éxito del cine español. Y abrió las puertas de la fama a la joven actriz manchega. Este título está considerado hoy como una pieza antológica del séptimo arte de nuestra Patria.
-Pero por culpa de mi trabajo en aquella cinta tuve muchos disgustos y contratiempos. Debido al frío intenso que pasé en los estudios caí enferma. Y tuve que guardar reposo durante varios meses.
La inactividad hizo pensar a Sara que sus sueños de grandeza nunca se verían cumplidos. Es un capítulo amargo. Una época que ha procurado olvidar.
Sara curó su dolencia y volvió a la agitada vida de los platós con más deseo de triunfo que nunca.
-Luís Marquina me llamó para interpretar, con Fernando Fernán-Gómez, “El capitán Veneno”.
Con esta película, donde Sarita estaba en plenitud de belleza, se despidió de España. Marcha a América en busca de nuevos horizontes artísticos. Empezará de nuevo. No tendrá en cuenta sus pequeños éxitos anteriores. Ni el terrible suplicio de aquella quietud forzada.


Sus mayores éxitos: como actriz "El último cuplé". Como mujer, Anthony Mann. 


"He grabado, en proporción, más discos que Frank Sinatra"

En Méjico es elegida “Reina de la Primavera”. Su belleza se impone rápidamente. El público la quiere. La mima. Sarita vuelve a sentirse con la misma ilusión juvenil que tuvo en la Mancha. En Orihuela. En Madrid.
Su primera película mejicana es nada menos que al lado de Arturo de Córdova. Se titula “Furia Roja”.
-Entré con buen pie en aquellos estudios. En seguida me contrataron para dos películas más: “Ahí viene Martín Corona” y “El enamorado”. Era el año 1952.
Todavía no había pensado en la conquista de Hollywood. Pero Hollywood pensaba en ella. “Locura de amor” se ha estrenado en Los Ángeles y ha gustado. Burt Lancaster la manda llamar para que actúe con él y con Gary Cooper en “Veracruz”. Fue una prueba difícil para la chica de Campo de Criptana. ¡Ahí es nada!... Actuar entre dos auténticos colosos mundiales…
La película fue un éxito completo. Con este motivo Sara se dio a conocer en muchos países. El cine americano tiene dominado el mercado internacional. La Warner Bros pretende contratarla en exclusiva durante siete años. Pero la actriz prefirió la libertad.
Hollywood, no obstante, no la dejará irse así como así… Y filma allí también “Serenata” y “Yuma”. Años 1955 y 1956.
-“Serenata” tiene gratos recuerdos para mí. Trabajé al lado del infortunado Mario Lanza y de la famosa Joan Fontaine. Y dirigió la película el que iba a ser mi marido: Anthony Mann.
Se casaron en agosto de 1957. Fue un doble éxito de Sara Montiel. Como actriz y como mujer. Anthony Mann era –y es- uno de los hombres con más prestigio en la meca del cine. En su haber tiene films de la calidad de “Winchester 73” y “Música y lágrimas”. Y en España realizó el año pasado “El Cid”, con Charlton Heston y Sofía Loren.
-¿Seguís conservando vuestra casa en Hollywood?
-No. Ya la hemos vendido. Ahora hemos comprado una en Madrid, en la plaza de España, que estamos decorando estos días. Empezaremos a habitarla en el próximo otoño.


Cuando en 1957, recién casada, regresa a España, su nombre ya era conocido por la nueva generación de aficionados como una estrella “de Hollywood”. La permanencia de “Veracruz” durante muchas semanas en la Gran Vía hizo que se cotizara en dólares. Y hasta hubo algún incrédulo que pensó que esta Sara Montiel era ‘otra’. Pero ella, sencilla como siempre, no dudó en proclamar a los cuatro vientos de las interviús:
-No me avergüenzo de sr la hija de un gañán. Cuanto mejor vivo, más me acuerdo de mis padres. En Hollywood me han querido inventar una biografía preciosa. Pero yo prefiero contar la mía, la verdadera. Yo soy aquella chica pobre de Campo de Criptana.
Todavía la recordamos en una entrevista en Radio Madrid, donde el público ahogaba las palabras de Sara con los aplausos más sinceros que pueden oírse. Fue un regreso triunfal.
Su vuelta a España no pudo tener mejores consecuencias. Juan de Orduña pensó rápidamente en ella para hacer “El último cuplé”. Pero surgen obstáculos de orden económico. No disponen del dinero suficiente para contratar a Sara. Se barajan otros nombres: María Félix, Ava Gardner… Orduña, sin embargo, insiste en que tiene que ser Sara Montiel.
Cuando comienza el rodaje nadie sabía que Sara cantaba. Pero ella, ante el escepticismo de todos, grabó las canciones de la película. Y su voz produjo impacto. Todos los comentarios coincidían en que era distinta, con un matiz nuevo, cálido, sensual…
El día que se estrenó en Madrid “El último cuplé”, Sara estaba en su casa de Hollywood, pendiente de las noticias que pudieran llegarle por teléfono. Y fue Enrique Herreros, allá por la madrugada, quien le dio cuenta del éxito sin precedentes.
-Me parecía mentira. Creía que me querían engañar. Pero cuando, unas semanas después, volví a Madrid, el recibimiento que me hicieron en Barajas me llegó al alma. Entonces es cuando pensé: “Por fin ha sonado mi hora”.


HOMENAJE


TEATRO DE BUENOS AIRES


"EL ÚLTIMO CUPLÉ"

Ha llegado para Sara Montiel el triunfo definitivo. La consagración. El encumbramiento. Nada ni nadie discute ya su primacía. Sara es la primera. Es la mejor. En el cine Rialto, después de varios meses de proyección ininterrumpida de “El último cuplé”, recibe emocionada, llorando, el homenaje de admiración popular del público madrileño. Y el Círculo de Bellas Artes la otorga la medalla de Oro, por ser la actriz más destacada del año. Todo esto es el principio de una serie impresionante de agasajos, homenajes y premios.
Después de otro viaje a Hollywood vuelve a Madrid para comenzar “La violetera”, a las órdenes de Luís César Amadori. Con esta película vuelve a batir nuevos récords de taquilla y admiración. Durante año y medio el cine Rialto sólo programa a Sara Montiel. Primero “El último cuplé”. A continuación “La violetera”. En las últimas semanas de proyección la sala le rinde un homenaje, colocando una placa en el vestíbulo para conmemorar los dieciocho meses de permanencia en el cartel de sus películas. Y nuevos premios: Sindicato Nacional del Espectáculo, Círculo de Escritores Cinematográficos, etc.
En 1959 filma “Carmen la de Ronda”, con Jorge Mistral, Maurice Ronet y Amadeo Nazzari. Sara Montiel se apunta otro triunfo personal. Y la casa Hispavox, que la tiene contratada para grabar canciones, le hace entrega del “Disco de Oro” por el récord de venta con los números de la banda sonora de “La violetera”.
-Hice varios viajes al extranjero para presentar “Carmen la de Ronda”. En todas partes gustó mucho. Estuvimos en Portugal, Bélgica, Holanda, Suecia… Conocí personalmente a Ingrid Bergman, que no la había visto en Hollywood. Y me cautivó por su personalidad. También conocí en ese viaje a Greta Garbo, pero no me impresionó nada…
-¿A qué actriz extranjera tienes más simpatía?
-A Audrey Hepburn. Somos muy amigas.





El director Rafael Gil reclama la presencia de Sara para rodar una escena de “La Reina del Chantecler”. Interrumpimos el diálogo. Y esperamos pacientemente. En el cine no valen las prisas…
Aprovechamos los minutos charlando con Enrique Herreros.
-¿Dónde está ahora su esposo?
-En Madrid. Va a rodar aquí “La caída del Imperio Romano”.
-¿Por qué no ha vuelto a dirigir a Sara?
-Quería haberlo hecho en “Fruta madura”, pero no cuajó la idea. Ellos están muy unidos. Si no trabajan juntos es porque sus éxitos llevan dos caminos distintos.
-¿Dónde filma ella más a gusto?
-En España, sin duda. Constantemente me están llamando de todo el mundo para que la lleve a hacer cine por ahí. Pero son cosas que hay que pensar mucho.
-¿Qué debe el cine español a Sara Montiel?
-Creo que gracias a ella nos hemos embarcado en nuestra Patria en la aventura de hacer películas de veinte millones de pesetas.


"PECADO DE AMOR"


SARA - ANTHONY MANN

Sara ha terminado de rodar por hoy. Se acerca a nosotros en el momento de pronunciar Herreros la palabra pesetas.
-Ya estáis hablando de dinero…
-¿Cuánto sueles cobrar por película, Sara?
-Eso no tiene importancia.
Seguimos hablando de sus éxitos.
-En 1960 hice “Mi último tango”. En 1961, “Pecado de amor”. Y en el año actual, “La bella Lola” y la que están viendo rodar: “La reina del Chantecler”.
-¿Qué harás después?
-Rodaré en Barcelona, con Balcázar. Pero todavía no está el guión hecho.
Sara se siente molesta con la ropa que lleva puesta para el rodaje.
-Estoy deseando llegar a casa para bañarme y acostarme.
-¿Hasta qué hora?...
-Mañana he de estar aquí a las once. Ha habido suerte.
-¿Cómo vas de peso?
-Bien. Cincuenta y dos kilos. Hace unas horas que lo he comprobado.
-Oye, Sara, ¿te gustaría tener niños?
-¡Ya lo creo! Hace tres días mi hermana ha tenido uno.
-¿De cuántos sobrinos eres tía?
-De siete.
Sara no puede alargar más la entrevista. Su rostro refleja la fatiga de la jornada.
-Por favor –nos ruega-. Retratarme bien para el reportaje. No quiero que se me note el cansancio. La gente dice luego que estoy para retirarme…
Pero mientras su belleza y su arte permanezcan a la altura de hoy, muchos triunfos la esperan aún. Porque Sara Montiel, aquella chiquilla que soñaba por entre los viñedos de la Mancha, es ahora una estrella deslumbrante que justifica todo…

A.R.


EL RECORTE CCCVI
Para muchos "La reina del Chantecler" es la mejor película de Sara Montiel. Aquí una reseña del film que apareció en el periódico El Alcázar el 19 de Febrero de 1.963. 


“La reina del Chantecler” es la nueva y sensacional película de la sin par Sara Montiel. “La reina del Chantecler” es una película vigorosa, moderna, perfectamente realizada por la mano maestra de Rafael Gil. Un reparto escogido una ambientación perfecta y un color insuperable hacen de “La reina del Chantecler”, que con triunfo apoteósico proyectan los cines Palacio de la Prensa, Consulado, Carlos III y Roxy A, una película distinta. Alberto de Mendoza, Ana Mariscal, Luigi Giuliani, Greta Chi, José María Seoane, Gerard Tichy, Milagros Leal, Amelia de la Torre, etcétera, componen el cuadro de protagonistas junto a Sara Montiel en esta producción Cesáreo González, que presenta Suevia Films.


LA FOTO CCCVI


Una escena de "La reina del Chantecler". Se acercaba el final...

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