sábado, 27 de julio de 2019

GARBO - 8 de Agosto de 1.979 - España


felicidad, tumulto e indignación en la boda de
SARA MONTIEL
Y PEPE TOUS
El obispo de Mallorca prohibió el bautizo de Thais.
Tradicionales, ella se casó con una prenda íntima prestada y Pepe con la alianza de un amigo.
Las fabulosas esmeraldas de la novia fueron llevadas a Palma… liadas en un pañuelo.
37 platos compusieron el banquete y la tarta pesaba 100 kilos.
De nuestro enviado especial JESÚS MARIÑAS


Con este beso los esposos Tous celebran el hecho de tener un libro de familia, después de nueve años de haber vivido sin él. 

El casamiento del año tuvo un desenlace inesperado. Algo que causó sorpresa. Indignación. A última hora, el obispo de Mallorca prohibió el bautizo de Thais en cualquier iglesia de la diócesis mallorquina. Nadie entendía por qué una criatura de cuatro meses podía haberse visto privada de ese sacramento al que todos los católicos tenemos derecho. Pero vayamos por partes y sigamos una cronología.



Momento de la ceremonia de colocación de anillos, adornados de tres enormes esmeraldas. 



Los esposos firman y rubrican la partida de matrimonio. De cara a lo civil, ya son marido y mujer. Eran las seis y media en punto de la tarde. No parece que haya habido entre ellos un contrato privado, como el que firmaran en su día Onasis y Jackie, pero quien sabe...

EL NOVIO LLEGÓ EN “JEEP”
A las 5.45 de la tarde aparecía Pepe Tous en el Juzgado palmesano. Llegó en el “jeep” de su propiedad donde hace tres años tuvo un accidente casi mortal. Llevaba un grueso cartapacio bajo el brazo del que sobresalía una veintena de sobres.
-¿Qué llevas ahí?, interrogamos.
-Algo que más tarde daré a la prensa, -contestó mientras abrazaba a Matías Colsada-. El popular promotor recordaba viejas historias sentimentales del contrayente:
-Hace catorce años me hizo venir a Palma, anunciándome su boda con una austriaca. Pero no llegó a realizarla.
También evocaba que gracias a su mediación, Sara y Pepe han llegado donde están:
-Sara se resistía a hacer una gira con su primer espectáculo. Tuvo que forzarla, decirle que había contratos firmados. Llegó a Palma a las seis de una mañana de febrero, con malhumor y sin arreglar. Pepe la esperaba con un ramo de flores. Lógico: era el “play-boy” de la isla…


Salida de la ceremonia, escoltados por la guardia civil y un policía nacional. Detrás, los invitados camino del hotel donde se celebraría por todo lo alto la boda. 

ESMERALDAS CAMUFLADAS EN UN PAÑUELO DE HIERBAS
Angelines, hermana de la estrella, refugiaba su nerviosismo mirando el reloj: “Ya veréis como se retrasa. No vendrá hasta las seis y cuarto”, comentaba en un grupo donde estaban su marido e Isabel, el “todo doméstico” de Vicente Parra. Ellas en un pañuelo de hierbas, como un atillo sin importancia, habían llevado a Palma las joyas de la estrella, esas esmeraldas y brillantes que la Montiel saca sólo de la caja fuerte para ocasiones excepcionales. Angelines Abad también había estado en el casorio de Roma: “Aquello fue muy diferente. Mi hermana fue sin ninguna ilusión”. Pero se equivocó al pronosticar retraso. Aunque Sara llevaba en la peluquería desde las tres y media, a las seis menos cinco estaba en la calle y veinte minutos después aparecía en su “Mercedes”. Iba preocupada por Thais, que apareció con ella en brazos de la “nurse”. Al comprobar el alboroto popular, echó una mirada solicitando auxilio a las fuerzas del orden:
-Hace mucho calor. Cuidado con la niña…
Mientras saludaba a unos y otros, amplio repaso a su vestimenta nupcial. Sobre un cuerpo de “crep” blanco ajustado al cuerpo, larga blusa de encaje. Medias blancas, de lunares, zapatos dorados. Se peinaba a lo india mexicana, recordando sus grandes éxitos hollywoodenses. Dos trenzas enmarcaban su frente: “Desde los siete años llevo este peinado. Hoy me lo hicieron con cuatro postizos.”
En cuanto a joyas echó el resto. Lo mejor de su colección aparecía estratégicamente repartido. El fabuloso collar de esmeraldas y brillantes que suele utilizar como diadema, y al que llama “babero” por su amplitud, era complementado por pendientes y ancha pulsera “art decó” en las mismas piedras. Tres enormes esmeraldas ocupaban otros anillos.
Sara, siempre innovadora, también rompió moldes en la ceremonia civil de su primer casamiento español. Aunque los enlaces suelen hacerlos en la planta baja, para unirla a Tous abrieron la mejor estancia del primer piso. “Pero esto no marcará precedentes”. Agobiada por el calor, pedía “kleenex” y alguien –quizá Cuqui Fierro- le hizo llegar un abanico. “Por favor, que lleven a la niña cerca de una ventana. Puede asfixiarse.” El juez, don Jaime Ferrer, sólo daba facilidades a los medios informativos. “Pero no pongan la edad consignada en el acta matrimonial”, solicitaba sin ser oído. Según este documento oficial, Sara nació el 11 de marzo de 1928 y Pep el 22 de noviembre de 1932. Ella tiene 51 años y es cuatro mayor que su marido.


Los señores de Tous con Thais, debidamente bautizada y sacramentada. Entre la boda y el banquete a Thais le serían colocados nuevos pañales superabsorbentes, de esos que anuncia la Tele. 


SE CASÓ CON UNA PRENDA ÍNTIMA PRESTADA
Fiel con las costumbres, acaso un tanto supersticiosa y a pesar de dos matrimonios, cumplió con lo de llevar una prenda prestada.
-Pero no puedo enseñarla. Es muy íntima y de color azul…
Pepe también iba de prestado. Como la alianza nupcial escogida quedó pequeña, un amigo tuvo que prestarle el aro… quizá viendo que ahora ya pasaba por él. Mientras los oficiales rellenaban los documentos, Sara no dejaba de bromear:
-Estoy realmente asustada, Porque a la tercera va la vencida.
A las 6.24 del 31 de julio dio el sí que la convertía en esposa de Tous. Doce minutos más tarde concluiría la ceremonia. Cuando ya todos se disponían a salir, Sara pidió silencio:
-Como Pepe ya es mi marido, tiene que leeros una cosa. Y saltó la bomba, el anuncio de que el obispo mallorquín en carta fechada el 16 de julio prohibía la ceremonia de bautizar a Thais, que había de celebrarse seguidamente. Esta ceremonia tuvo lugar en Barcelona.
Las caras estupefactas se generalizaron. Por donde estaban Terenci Moix –irreconocible tras haberse duchado, el casorio hizo ese milagro, y con traje recién comprado en Palma- y Enric Majó. En tiempos de tanta libertad nadie entendía medida tan arbitraria, incluso hubo gritos que expresaban la opinión general. Pese a todo, tras dejar el juzgado en medio del entusiasmo popular y montados en coche de caballos, la pareja se dirigió a la iglesia de Génova escogida para el bautizo. Como Thais ya era cristiana, Sara se limitó a entrar, acercarse al altar mayor y ofrecérsela a Santa Rosa de Lima, patrona del templo. Como en el atrio de la capilla había miles de personas, improvisaron otra explicación justificando la no realización del bautismo.


El calor era enorme y fue necesaria la utilización de abanicos para que la pareja, entre emoción y canícula, no se desmayara. 

ENTRE BODA Y BANQUETE, CAMBIO DE PAÑALES
A las 8.30 llegaban al hotel Valparaíso, el mejor de Palma. Doscientos cincuenta invitados tuvieron tiempo de admirar el bufett donde había cuatro platos de aperitivos, cinco especialidades de pescado y once preparaciones diferentes de jamón, pollo, pato y ternera. Todo animado con diecisiete ensaladas y siete salsas variadas, así como el bufett típico de 17 especialidades de la gastronomía mallorquina, exigencia expresa de Sara al “cheff” Jaime Durán. Para realizar la comida de estas doscientas cincuenta personas -9.000 pesetas por cubierto- invirtieron una semana. La tarta, en praliné, pesaba noventa kilos y en su confección gastaron 100 horas. Sobre una enorme estrella que servía de base y recordatorio de a quién iba dedicada, figuraban un molino, los mapas de la Mancha, Brasil y Mallorca y una cigüeña.
Durante la cena, Pepe y Sara aprovecharon para leer los ciento veinte telegramas recibidos. Nuria Espert, José Rubio, Vicente Parra y Maruja Díaz los telefonearon a casa. Hubo cierta extrañeza al comprobar que Sara, pese al retraso en llegar, llevaba el mismo vestido.
-Fui a casa, sí, pero dediqué el tiempo en cambiar a Thais. La pobre estaba cocida.
Antes de salir a bailar el “Tema de Tara” –que también es el de Sara-, la Montiel quedó pensativa.
-Oye, amor –dijo a Tous-, sabes una cosa: hasta ahora no me he dado cuenta de que ya estoy casada. Por fin te pesqué.


La tarta resistió sin derretirse. 


El perrito participó en el brindis final. Sarita lleva más joyas que una reina. 

LA PATTIER QUISO IR… PERO NO LA DEJARON
Desde la mesa de Marilí Riera Marsá –convaleciente de dolencia hepática y levantada para el casorio-, saludaron a Paula Pattier. Andaba por las alturas del “Valparaíso”. Iba de espectadora:
-Quiso unirse a la ceremonia, pero le hice notar que en estas 250 personas sólo se encuentran nuestros amigos íntimos como Martín Mora, Terenci, Nicole Blanchery, Colsada, Julián Rayzabal, don Jerónimo Esteban, el abogado que logró anular el matrimonio de Antonia. No invitamos artistas. Si aceptamos a Paula, podrían molestarse otras, -justificó Pepe Tous que momentos antes también había dado explicaciones a su madrastra por haber callado que no habría bautismo mallorquín.
Gracias a Sara y Tous, Palma volvió a ser noticia mundial. Agradecida debe estarle la isla. Mundo adelante no pudo encontrar embajadora más entusiasta y desinteresada.

Apenas nacer y ya con problemas 



Esperemos que esta dificultad para poder bautizarse no sea el pre anuncio de una vida dificultosa. Thais ha encontrado un papá rico y una mamá célebre y el que haya tenido que cruzar el mar para recibir las aguas bautismales será una mera anécdota, testimonio de una intransigencia, de la que, al igual que Pepe Tous, vale más no hablar. 



EL RECORTE CCCXII
Desde la adopción de Thais y la posterior boda con Pepe Tous, abundaron en la actriz los reportajes y fotografías de ambiente familiar. Un ejemplo es este viaje a Disneylandia que recogía la revista Diez Minutos en su número de 18 de Abril de 1.981. 

Lleva cinco meses por tierras americanas
SARA MONTIEL,
con Thais, en Disneylandia
“Siempre que sea posible le daremos a Thais todos los caprichos”

Pepe, Sara y Thais felices en el paraíso plastificado de Disneylandia. 

Son ya nada más ni nada menos que cinco los meses que Sara Montiel lleva por tierras americanas. Primero fue Buenos Aires, después Caracas y dentro de poco tiempo México, no sin dejar pasar por alto muchos otros sitios, tales como Puerto Rico, Santo Domingo, Nueva York o Miami. Es aquí precisamente donde casualmente coincidimos con ellos, justo en el momento en que se disponía a tomar un avión, en compañía de su marido y su hijita Thais, que les llevaría a Orlando, tierra donde se encuentra enclavada Disneylandia.
-¿Vas a trabajar por aquella zona?
-No. Estoy completamente agotada y Pepe y yo hemos decidido tomarnos unos días de descanso y llevar a Thais a que conociera Disneylandia.


La familia Tous llegó al recinto en este impresionante "carro". 


"Estoy dispuesta a darle a mi hija todos los caprichos que me pida". 

Tres eran los días que tenían pensado pasar en aquella mágica zona, y por eso quedamos citados para el día siguiente, ante la imposibilidad material de marcharnos en su mismo vuelo. Una vez allí para qué les vamos a contar la cara de alegría que tenía Thais de estar en un sitio tan bonito. Ni que decir tiene que sus padres también gozaron de lo lindo al ver cómo se divertía su hijita.
-Este –nos dice Sara- es el viaje que le teníamos prometido a Thais por su segundo cumpleaños. No veíamos el momento de hacerlo, pero por fin aquí nos tienes.
-Además de visitar Disneylandia, ¿qué tenéis pensado hacer en estos tres días?
-Esto es muy grande y se necesita mucho tiempo para verlo tranquilamente, por lo que creo que estaremos aquí los tres días.
Lo primero que hicieron, nada más cruzar el recinto de entrada, fue comprarle a Thais el típico gorrito de Micky Mouse, que tantos niños se llevan como recuerdo de estos parajes y que con tanta insistencia pidió desde que los vio por primera vez.


Thais se compró el típico gorro de Micky Mouse. 

-¿Le dais a la cría todos los caprichos que os pide?
-Siempre que sea posible, ¿por qué no?
-Después de este viaje de placer, ¿volvéis a España?
-No. De aquí nos vamos a Nueva York, donde tengo que actuar en un teatro de Broadway, para dentro de unos días marcharnos a México, donde he firmado un contrato de tres semanas en una conocida sala de aquella ciudad. Después de esto me quedan por cumplir unos compromisos en Ecuador, Perú y Venezuela.


Aquí tienen a Thais subiéndose, literalmente, en la espalda de su madre. 


La familia estuvo tres días visitando el genuino invento americano. 

-¿Esto quiere decir que por lo menos hasta el verano no te vemos otra vez por España?
-No, no; espero que a últimos del presente estemos de regreso. Son muchos meses fuera de nuestra casa y ya empezamos a sentirnos muy cansados de tanto viaje y tanto hacer y deshacer maletas.
-Sara, ¿cómo compaginas tu vida de artista con la de madre?
-Como tú mismo puedes comprobar, bastante bien.
-¿Pero no te resulta molesto ir a todas partes con Thais?
-Todo lo contrario. Ya he dicho muchas veces que si mi marido y mi hija no vienen conmigo, entonces no me muevo ni de la puerta de mi casa.
-¿Y qué pasará el día que Thais tenga un hermanito?
-Me imagino que todo seguirá igual, lo único que dos niños, como es lógico, dan más trabajo que uno solo.
-¿Seguirás también haciendo giras de cinco o seis meses?
-No veo el motivo para que no lo hiciera.


Madre e hija saludan desde las inmediaciones del castillo encantado. 


Pepe haciendo las típicas fotos para el recuerdo. 

-El día que adoptéis a vuestro segundo hijo, que según tú misma me comentaste no va a ser muy tarde, sería el momento oportuno para que te retirases del mundo artístico y descansar tranquilamente en tu casa de Mallorca, en compañía de tu marido y tus hijos, ¿no?
-Gracias a Dios, me encuentro muy bien físicamente como para pensar en retirarme a corto plazo. Aunque muchos no se lo crean, tengo cuerda para rato.
-Sara artista, Sara madre, ¿en qué papel te desenvuelves mejor?
-Afortunadamente, en los dos me defiendo de maravilla.
El día iba pasando y la pequeña Thais, a pesar de su corta edad, no quería más que ir de un lado para otro. Nosotros, una vez cumplida nuestra misión, optamos por dejarles tranquilamente que disfrutaran de aquellos lugares.

Miguel SAEZ
(SAPHAN PRESS.)


LA FOTO CCCXII


Espectacular a finales de los '70. 

lunes, 22 de julio de 2019

DIEZ MINUTOS - 2 de Junio de 1.979 - España


SORPRESA
Apareció con ella cuando venía de América…
SARA MONTIEL
ha adoptado una niña
“Se llama Thais, es brasileña y tiene cerca de tres meses”
“En julio bautizaremos a la niña y Pepe y yo nos casaremos por lo civil”
“La madre, una muchacha de dieciocho años, murió después del parto”
“Lleva mis apellidos porque la he adoptado como soltera que es lo que soy”

Sara Montiel y Pepe Tous presentan a Thais a las autoridades españolas en la aduana del aeropuerto. 

Sara Montiel y Pepe Tous llegaron de Río de Janeiro con sorpresa. Con una sorpresa que pesa cinco kilos, tiene unos ojos preciosos y se llama Thais Abad Fernández.
Sara Montiel ha adoptado una niña brasileña, la Montiel ha adelgazado cuatro kilos en el empeño y Pepe está que no cabe en el cuerpo de puro contento. Los dos están radiantes y no tienen ojos más que para la pequeña.
La familia de María Antonia no sabía nada, cuando leyeron el telegrama pensaron que Sara se traía una perrita para añadir a la pareja de chuchos que ya tiene y que responden a los nombres de “Cuchi Montiel” y “Lady Tous”. La sorpresa, pues, fue para la familia y para la prensa, al mismo nivel.
Las primeras palabras que nos dijo Sara Montiel al bajarse del avión y antes de pasar por la aduana fueron: “Ya no puedo ni maquillarme, ahora necesito todo el tiempo para quitar caquitas”.
Después de los trámites aduaneros conseguimos dialogar con la feliz pareja, mientras “mamá” Sara sostenía a Thais en sus brazos con todo el mimo del mundo.


Sus dos primeros maridos. Sara con su segundo esposo, José Vicente Ramírez Olalla, de quien ha conseguido la anulación matrimonial hace tan sólo dos años. En la otra foto, el primer marido, Anthony Mann, muerto víctima de un ataque cardíaco. 

-¿Cómo es que la niña no lleva el apellido Tous?
-Porque las leyes brasileñas no permiten adoptar niños a las parejas a no ser que lleven cinco años casados. Por eso como yo estoy soltera porque hace dos años que anularon mi segundo matrimonio la he adoptado como hija mía de soltera y por eso lleva sólo mis apellidos.
-¿Cuánto tiempo tiene?
-Tiene dos meses y pico, nació el 3 de marzo y yo nací un 10 de marzo, las dos somos Piscis.
-Sara, cuéntanos todo el proceso que seguisteis hasta conseguirla.
-La pedimos cuando llegamos a Brasil en noviembre, cuando fui a actuar en el teatro municipal de Sao Paulo, entonces me tomaron los datos y ya sólo faltó esperar hasta que el juez de menores nos destinara una y eso ocurrió el día 8 de mayo.
-¿Por qué la adoptaste en Brasil precisamente?
-Porque así es el destino nada más… no ha sido por nada especial.
-¿Elegiste el color de la niña?
-No, sólo pedimos una niña, no me hubiera importado que fuera negra, rubia, morena… sólo elegimos que fuera niña porque era lo que queríamos.


La feliz pareja llegan al domicilio con la sorpresa en el cuco.


La familia, casi al completo: Sara con Thais y Pepe con "Cuchi Montiel" (observen el collar de brillantes del chucho). Sólo faltaba "Lady Tous", la otra perrita de la popular pareja. 


Un tierno cuadro insólito hasta ahora en Sara. 

-Desde noviembre que la pedisteis hasta mayo es casi un parto…
-Sí y os voy a decir una cosa… yo he tenido un hijo con mi marido Anthony Mann, que se me murió a los ocho meses, lo tengo enterrado en Los Ángeles… y varios embarazos interrumpidos, pero os voy a decir que este “parto” ha sido más difícil y con más pegas. Me ha dado muchas satisfacciones, pero también una gran pena porque… no es para contarlo…
-Sara, por favor…
-Después de habérmela dado, me quitaron la niña durante tres días porque se había trastocado un documento. Yo me arrodillé delante del juez y le dije que yo no era la culpable de que el papel se hubiera trastocado; Pepe llorando por los rincones y a mí me tuvo que asistir un médico. Por fin el juez lo comprendió todo, llamó a la Embajada española en Brasil y me la devolvieron. Fue un trago durísimo. Por eso ahora… os digo que esta niña es mía… ¡Mía! Y quien me la quite lo mato. ¡Soy una pantera para defenderla! Esto –decía Sara mirando a la pequeña- es mío… nuestro.
-¿Sabéis quién era la madre?
-La madre era una muchacha de dieciocho años que murió dieciséis días después del parto, de una embolia.
-¿Cuánto te costó el papeleo de la adopción?
-Nada, absolutamente nada. Estoy obligada a decir que la institución de Menores brasileña es algo increíble. Se portaron todos de maravilla. Hicimos un donativo en ropita y juguetes para los niños… Pepe mandó un camión lleno de juguetes al asilo de huérfanos.


Vicente Parra es el primero en saludar a la hija de Sara. 


He aquí a Thais Abad Fernández, la hija de soltera de Sara Montiel. 


Primero será el bautizo y luego la boda. 


Sara nos enseña el pasaporte de su hija. 

-¿Cuándo la vas a bautizar?
-En julio porque tenemos que esperar que lleguen los padrinos.
-¿Quiénes serán los padrinos?
-Los cónsules de España en Paraná, que es el Estado de donde procede Thais. Don Saturnino Hernando será el padrino y la madrina su esposa doña Blanca.
-Este acontecimiento supongo que condicionará también vuestra inminente boda.
-En efecto nos casamos también en julio, por lo civil, en Ibiza.
-¿Tenéis fecha pensada?
-Aún no.
-La niña tiene pasaporte brasileño. ¿Tendrá siempre nacionalidad brasileña?
-Estoy orgullosa de que siempre sea brasileña, la niña tiene que tener sus raíces y además sería injusta si quisiera que la niña fuera nacionalizada española, aunque española va a sentirse entre nosotros, pero estoy muy agradecida a Brasil porque es el país que me ha hecho feliz.
Thais (el nombre significa “Diosa del amor”) comenzaba a impacientarse con los “flashes” de los fotógrafos y no les molestamos más a la pareja de “recién-papás”. Pepe Tous nos contaba que ya ha pensado la decoración para la habitación de la “peque”. Pepe como todo buen padrazo que se precie no sabe coger a Thais y el primer regalo que le ha hecho a la criatura ha sido un triciclo y Sara se partía de risa contándolo.
Vicente Parra acudió también al aeropuerto a recibir a su “hermana”, como él llama a Sarita y nos decía en un aparte: “Antonia tiene millones, un montón de pisos, joyas y trajes, pero necesitaba ésta para tener ilusión y preocupaciones que son lo que mantienen viva a las personas. Yo estoy encantado con la chiquitina y ya tengo una sobrina más.”


Los padres atentos al banquete que se está pegando Thais. 


Sara Montiel como una madre experimentada.

La hermana de Sara le llevo a “Cuchi Montiel”, el perrito preferido de la estrella que al ver a su ama se puso nervioso e incluso algo celosillo al ver cómo Sara mimaba a la pequeña. Por cierto que “Cuchi” lucía un collar que parecía de brillantes, que causó sensación entre los curiosos que hacían corro.
-Oye, Sara, ¿y cómo te apañas en tu nuevo “rol” de madre?
-A las mil maravillas, ya lo ves. La niña está fuertísima aunque ahora, claro, acusa un poco el cambio de aires. Pero pesa cinco kilos y es una preciosidad. Por ella, he rescindido todos mis contratos aquí en España…
-Pues tus admiradores no te lo van a perdonar…
-Yo creo que sí, porque es lógico que cuando se asume una responsabilidad de este tipo no se puede tomar a la ligera. La niña me necesita porque es aún muy pequeña –tiene sólo dos meses- y tengo que estar todo el día pendiente de ella… ¿Pero no lo ves?
-¿Significa esto que has decidido retirarte?
-No, pero sí espaciaré mis actuaciones y compromisos… Por lo pronto, no haré nada hasta octubre en que tengo que volver a Brasil para actuar en dos programas de una de las cadenas más importantes de la televisión de allí, la “O’Globo”.


Sara se da muy buena maña en esto de la maternidad. 


Una imagen insólita de Sara preparando el biberón. 

-Veo que se os va a juntar la boda con el bautizo…
-No; primero será el bautizo, después la boda… Los padrinos de la niña serán el cónsul de España en el Paraná, Saturnino Hernández y su mujer, que no sabes cómo se han portado conmigo en todo momento y lo muchísimo que me han ayudado. Todo el mundo, porque los Urquijo, por ejemplo, me han regalado todo el ropero de la niña.
Sara Montiel ya es mamá y muy pronto será esposa por tercera vez. Enhorabuena por todos los acontecimientos y bienvenida Thais a nuestro país.

LOPEZ CAMPOS
(Fotos: CUENCA)


EL RECORTE CCCXI
Lo de Thais fue un bombazo que colocaba a la estrella en una posición a la que el gran público no estaba acostumbrado: el de madre. Desde entonces la presencia de Thais en entrevistas, platós, escenarios... fue constante. Nada más llegar recibió la visita de Rocío Dúrcal. Así lo contaba la revista Diez Minutos en su número de 30 de Junio de 1.979. 

Coincidieron en Mallorca, donde Rocío actuó por última vez…
SARA MONTIEL
escuchó los consejos de la Dúrcal
Incluso le enseñó la faja “pre-mamá”

A pesar de las visitas, Thais no interrumpió su sueño. 

Rocío Dúrcal, que se desplazó hasta Palma de Mallorca para inaugurar las galas “OTA 79” y aprovechar de paso para despedirse del respetable hasta que dé a luz su tercer hijo, tuvo oportunidad de conocer personalmente a Thais, la pequeña hija adoptiva de Sara Montiel y Pepe Tous.
En efecto, Rocío fue invitada por la popular pareja el día de su debut al que asistieron numerosas personalidades de Palma, así como también algunos compañeros; Sara, vestida y ataviada como una princesa oriental, luciendo exotismo y felicidad a espuertas, quiso que Rocío –experimentada mamá en todos los sentidos- conociera personalmente a Thais y le diera de paso algún que otro consejo. La simpática cantante no se hizo naturalmente de rogar y poco después de su actuación desapareció de la sala de fiestas en compañía de Sara Montiel y Pepe Tous, rumbo al magnífico chalet que éstos poseen en una de las mejores zonas de Palma. Ni que decir tiene que el salón principal de la casa está presidido por el inmaculado “moisés” donde descansa la pequeña protegida por unas fastuosas cortinillas de puntilla. Todo fueron gritos y exclamaciones, piropos y carantoñas para esta afortunada criatura que tiene nombre de princesa, aunque haya conseguido ya el rango de reina de la casa.


Mientras todos la contemplan, Thais sueña...


Rocío quedó encantada con la niña. 

EMBELESOS PATERNOS
Si mamá Montiel escuchaba absorta los sabios consejos de la Dúrcal, papá Tous, entretanto, miraba embelesado a su pequeña Thais.
“¡Qué guapa es!”, exclamaba Rocío una y otra vez para deleite de Sara que está como loca con la niña… “Es una preciosidad. Mira, mira como duerme…”, comentaban unas y otras, porque dicho sea de paso, Thais ni se inmutó con las visitas; acurrucada junto a su inseparable conejito ni siquiera parpadeó cuando el “flash” se disparó repetidas veces. Su sueño es, afortunadamente, a prueba de bomba:
-No nos ha dado ni una mala noche –le comentaba Sara a Rocío-, cuando es su hora y le toca comer, la despierto, se toma el biberón y ¡hala!, otra vez a dormir… Es un ángel…
Un ángel que ha venido desde Brasil a completar el hogar –ya feliz de por sí- de Sara y Pepe.
-Nos casaremos, sí, por la niña… Queremos que todos sus papeles estén en regla… No; no es por nosotros; como tú comprenderás Pepe y yo ya somos mayores de edad y no necesitamos contratos firmados para amarnos… Pero esta niña ha conseguido llevarnos al juzgado.


Papá Tous está que necesita babero...


Mamá Sara escucha todos los consejos. 

-Y de cabeza, ¿eh, Sara?
-En cierto sentido sí, porque cuando salimos estamos deseando volver a casa para verla. La verdad, Thais ha completado nuestra felicidad.
-Rocío, ¿tan importantes son los hijos?
-¡Huy, ya lo creo! Los niños dan muchísimas satisfacciones a la pareja; máxime, como en este caso, cuando ésta está compenetrada. Yo creo que realmente es lo que le faltaba a ellos.
Luego siguió dándole consejos, como madre experimentada que es.


La Dúrcal muestra a la Montiel la evolución de su embarazo con faja incluida. 

Fotos: A. MARTÍN GAMO. COSMO PRESS


LA FOTO CCCXI


Sara Montiel con su adorada Thais. Fotografía utilizada por la diva para sus memorias 'Vivir es un placer'.