martes, 3 de septiembre de 2019

EL CORREO GALLEGO - 20 de Julio de 1.988 - España


Además de animarles al abrazo amatorio y al júbilo epidérmico
Sara Montiel invitó a los compostelanos a disfrutar de las sensuales noches de fiesta
Al final las lanzas se volvieron cañas y una más bulliciosa que reivindicativa muchedumbre apuñada en la plaza del Obradoiro escuchó anoche el pregón de las Fiestas del Apóstol a cargo de una sorprendente Saritísima que, en gallego, invitó a los compostelanos “coa permisividade certa do Apóstolo Santiago” a lanzarse en busca del abrazo amatorio, de la vivencia sensitiva, de la explosión de la belleza, de la renovación del espíritu, del júbilo epidérmico y, ya puestos a aconsejar, hasta de la fe en la vida.
La actriz y cantante salió al balcón principal de Raxoi acompañada por el alcalde, Xerardo Estévez, y los concejales del grupo socialista, mientras que en la plaza, llena en tres cuartos de su capacidad, se escucharon algunas voces de protesta y se exhibió una pancarta con el lema “Idioma galego-idioma oficial”.
En el texto de su mensaje, Sara Montiel exhortó a luchar contra el aburrimiento y glosó las bellezas de la ciudad, para finalizar invitando a los compostelanos a “retozar, vivir, rir, gozar, bailar, cantar e disfrutar a festa… e, pos suposto, cun bo puero entre os dedos”.

Galicia Vacaciones
Sara,
tú eres la más grande

Sara, corazón, que eres tú la más grande. Por lo menos, la más grande de los tres, que así te ha puesto ese fotógrafo amigo tuyo. Porque tampoco se puede decir que ande escaso de tamaño nuestro Xosé Manuel Beiras. Ni puede afirmarse que Chicho Losa sea un enano. No, señor. Pero tú eres una artista de pies a cabeza. Y tú has hecho sabe Dios qué pregones, que tú has sido siempre una pregonera. Una pregonera del arte. Porque todo lo tuyo es arte. Todo lo que tú haces y todo lo que tú tienes. ¿Acaso no eres la envidia de todas las mujeres?
¡Ay, Sarita! Si yo de pequeña quería ya ser como tú, pero me pilló la posguerra y todo aquello de las cartillas de racionamiento… Y nada, me quedé hecha una tabla rasa, con mi par de sueños en los pies…
En cambio, tú… ¿Cómo te lo hiciste? Esto ahora ya no hay quien lo remedie. Todos los días voy yo tres horas al gimnasio, hago pesas, y nada. En una ocasión estuve ahorrando para ir a Brasil a operarme, y cuando ya lo tenía todo a punto, mi madre se puso enferma y tuve que dejarme el presupuesto y más en el sanatorio oncológico. Aquello sí que fue una desgracia…
Pero no era sólo tu físico lo que te envidiaba. Me gustabas tú de arriba abajo, por dentro y por fuera. Coleccionaba tus discos, te copiaba tus vestidos y ahora estoy pagando un vídeo a plazos porque me he echado un novio que tiene todas tus películas grabadas, pero su casa no me gusta y quero que las veamos en la mía, que es más acogedora.
El otró día soñé que tenía hijitos y que le ponía de nombre Zeus y Thais y que Pepe Tous y tú erais los padrinos de los dos. Y que les hacíais muchos regalos. Y que nos invitabais a pasar las vacaciones en vuestra casa de Ibiza… Y aquí estoy, encaramada en los barrotes del Ayuntamiento.

“Los intelectuales suelen soltar discursos muy pesados”
Chicho Losa pasa ampliamente del Bloque

Demetrio Peláez
Allí estaba Chicho Losa junto a la Montielísima preguntándole si le gustaba el coche que le habían conseguido para recorrer la ciudad y saludar a los compostelanos, una especie de cafetera de los años veinte que milagrosamente todavía funciona. Chicho y Sara, Sara y Chicho, los dos juntitos delante de la puerta del Hostal de los Reyes Católicos. Qué gran pareja, seguramente la más controvertida de estas fiestas que sólo acaban de empezar. Nuestro concejal delegado de Cultura mostraba un careto risueño y se le notaba orgulloso de la chaquetilla de algodón azul que portaba.
Locuaz y dicharachero no cesaba de dar la mano a todo el que se acercaba para preguntarle algo, y según sus palabras pasa ampliamente del Bloque y la movida que han montado en torno al pregón leído por la Sara de España: “Los intelectuales –dice- ya están pasados de moda. Yo no quería que viniera alguien a soltar discursos profundos y cultos, porque eso aburre a todo el mundo. Estamos en fiestas y hay que pasarlo bien, lo que pasa es que siempre existen grupos minoritarios que quieren radicalizarlo todo. Creo que Sara es un personaje muy querido a nivel popular y está perfectamente capacitada para complacer a casi todos. El BNG no representa a todos los compostelanos, así que estoy muy tranquilo”.
-Se han escuchado muchas quejas en torno a los precios para entrar en ciertos espectáculos.
-Creo que la gente lanza a menudo críticas sin pensar en lo que dice. El caso es tener algo de qué quejarse. Vamos a ofrecer un magnífico festival de jazz gratuito, cantidad de actos culturales a precios ridículos y conciertos de alta calidad también a precios muy populares. No entiendo las críticas en este sentido. El programa de este año supera en mucho al de años anteriores, y el presupuesto ha sido elaborado minuciosamente. A mí no me  gustan las chapuzas.
-¿Está preparado para recibir los tomates que van a tirarle los del Bloque?
-Pienso que ellos mismos se están desprestigiando con las declaraciones que han hecho en los últimos días. Si son unos maleducados allá ellos. Supongo que tengo algo de inteligencia y no montarán ningún rollo extraño esta noche, pero todo se verá. Seguramente les molesta que una persona tan estupenda como Sara Montiel conecte perfectamente con la juventud de nuestra comunidad, aunque no sepa hablar gallego. Ahora ha sacado un nuevo disco de larga duración que se oye en todas partes y es tarareado por lo jóvenes como por los viejos. Estoy bastante alucinado por la forma que han sacado de quicio este asunto. A las personas que me preguntan por qué elegí a Sara Montiel como pregonera yo les respondo siempre de la misma manera: ¿Y por qué no?
Chicho confiesa haber trabajado mucho desde hace aproximadamente aunque eso no le impide salir por las noches a tomar una copas que tanto les gustan: “A pesar de lo que creen muchos, preparar unas fiestas lleva mucho trabajo y te llevas muchos berrinches. Pero,  por supuesto, los disgustos no me quitan el sueño. Casi todas las noches salgo por ahí a tomarme unas copichuelas y charlar con los amigos de toda la vida. Me lo paso muy bien de esta manera, y de momento no pienso cambiar mi ritmo de vida. Santiago atiene unas madrugadas muy divertidas, y es una pena desaprovecharlas durmiendo.
-Supongo que si sobrevive se irá de vacaciones.
-Seguro que de ésta ni me muero ni me matan. Ya estoy acostumbrado a recibir palos por todos sitios, pero sé positivamente que a la gente normal le gusta el papel que estoy desempeñando. Cuando las fiestas acaben será el momento de juzgarlas, pero todo lo que se diga ahora es una burda maniobra para desprestigiar a un equipo que se ha tomado con mucho interés su trabajo. Luego, cuando todo se termine, tengo pensado irme de vacaciones y descansar un poco. Creo que las tengo bien merecidas.

Sara Montiel, pintalabios y coche de época a juego
“¿Quieres un puro, cariño?

Jesús G. Moruelo
En una habitación del tercer piso del Hostal, la secretaría, relaciones públicas o asesora de imagen, abre la puerta. Dos metros más allá, unos pantalones negros flotantes y una blusa del mismo color envuelven a Sara. Pero tirante, pose, trenza, pose, un beso con cuidado –ay, el maquillaje-, amor de artista y pose. No es el último cuplé, es el último retrato antes de salir en coche por las calles de Santiago. ¿Se fijará la gente en ella? ¿Se oirá un “tía buena” como si esto fuese una boda de los Alba y Compostela se hubiera vuelto Sevilla? No se pierdan el último capítulo de esta entrevista.
Sara…
¿Sara?
Como soy muy viejecita me tengo que acostar, porque no sé ni cómo me llamo.
Ni me he pintado los labios. No sabía que traías cámara.
Se tumba en la cama. Me siento en la de enfrente y miro de reojo –mentira, miro descaradamente- la habitación. Entra la luz de la tarde e ilumina una caja, casi un cofre, de pinturas de ojos, labios y pestañas. ¿Habrá un poco de betún? Mis zapatos corinto requieren, desde luego, una caja entera.
-¿Has venido muchas veces a Santiago?
-Sí, muchas. También estuve en Pontevedra, en Vigo y en Baiona.
-¿Estás muy morenita o es maquillaje?
-Estoy muy morena, porque vengo del otro lado de la península, por eso estoy tan cansada. No he parado desde el Corpus…
Y Sara se maquilla. Se pinta los labios, se los pinta otra vez y echo ojo a la sonriente chica que abrió la puerta. Otro ojo a la habitación. Una hielera, una bandeja de plata, vasos, flores -¿están o es producto de la imaginación?- y olor a Hostal de los Reyes Católicos, Sara y el perfume que se estaba poniendo en ese instante. Deja el espejito mágico redondo y plateado y se sienta.
-Riiiiing, Riiiiing.
-Dígame… dime.
-Sara habla a dos bandas. Parece que el que escucha al otro lado del teléfono -¿quién es por cierto?- tiene que enterarse de lo que dice en la habitación, porque no suelta el auricular ni lo retira de la boca recién pintada. Ahora que se ha puesto más guapa, se deja hacer fotos, pero con flash.
-¿No te gusta la luz de Santiago?
-Sí, es lo que más me gusta. Esta luz a la que yo no estoy acostumbrada.
-La lluvia no te gustará, porque vives en Palma.
-Sí, el chirimir ese sí me gusta, aunque los que viven aquí estarán más cansados.
-Sar…
-Riiiiing, Riiiiing.
-Dígame…dime.
La Montiel es algo diva, perdón, es una diva y es consciente de ello. ¿Qué sería del mundo sin Sara?
-¿Te has enterado de los rumores de que un grupo no te iba a recibir con alabanzas?
-De ese follón no sé nada.
-Decían que habían cultivado tomates para recibirte.
-Sí, estoy algo enterada. Me dijo Camilo –eso son confianzas- que no iba a ser bien recibida por un sector del público. Me había dicho que tal, no sé qué, uah…
-Si a ti te quiere todo el mundo…
-Pero eso no es público. El público me quiere y me para en la calle.
-Por cierto, Sara, ¿sigues fumando puros?
-Sí cariño, ¿quieres uno?
-Con los caros que son, no me importaría. Hablando de dinero, tienes pinta de gastizona.
-Tengo muchos gastos porque una artista necesita mucho vestuario y cosas que no gasta una persona normal. Y todo eso no desgrava.
Son casi las nueve y suenan el teléfono y la puerta. Avisan a Sara de que el coche espera abajo. En la puerta, turistas y mirones se fotografían y agolpan junto al auto de hace unas cuantas décadas. Es rojo y precioso. El maromo que se sube delante no forma parte de la carrocería, porque hace un rato no estaba. Todo el mundo mira y Reixa echa un vistazo desde el palco de música cercano con cara de resentido y desprecio.
-Para acabar, Sara, ¿dónde están tus mitológicos hijos?
-Mi hijo está en Palma con la nurse y mi hija en Barcelona de vacaciones, con su madrina.
Sara sube al coche despacio, dejando que cámaras de fotos, vídeo y ojos la saquen hasta la saciedad. Sonríe, anda, se para, posa y sale rumbo a las rúas de Compostela y las miradas. Porta Faxeira, Plaza Roja, cuestas…
Y se pone en marcha. Muchos no se dan cuenta, muchos se quedan mirando, algunos reaccionan al pasar. Y bastantes comentan, sobre ella o sobre el coche.
-Saritísima.
-Ah, ya dije yo, viene un coche especial…
-Creía que todo el mundo la iba a aplaudir al pasar y me parece que…
Por lo menos el coche se mueve y llama la atención, que es lo que se pretende. Si miran, ven a Sara; si escuchan, oyen Santiago que hoy es todo música.
La pregonera sólo tienen en mente el baño que se va a dar en cuanto llegue al hotel, para estar fresca por la noche. Que tanta movida cansa. Estaríamos frescos.


EL RECORTE CCCXVII
1.988 fue para la actriz un año lleno de proyectos. No sólo su gira americana, también el inicio del rodaje de 'Sara y punto'. Siempre acompañada de Pepe Tous. Desde Venezuela, esto contaba la diva a la revista Diez Minutos para su número de 29 de Noviembre de 1.988. 

 EL EX PRESIDENTE CARLOS ANDRÉS PEREZ, QUISO CONOCER A NUESTRA CANTANTE EN PERSONA…
SARA MONTIEL
ENAMORÓ A TODA VENEZUELA
“Esta será la última actuación de mi gira por América”

Con la misma ropa que salió al escenario se fue de compras a una joyería. 


Saritísima con Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela. 

Sara Montiel y su marido, Pepe Tous, se encuentran en Venezuela, país en el que la cantante finaliza su gira por América. Con este brillante colofón, Sara piensa alejarse durante unos meses de la canción para dedicarse por completo al rodaje de una serie para Televisión Española que durará siete meses.
“Me hace mucha ilusión volverme a poner ante una cámara cinematográfica después de tanto tiempo, y más teniendo en cuenta que haré varios personajes distintos y tendré la oportunidad de lucirme como actriz.”
-¿Dejarás tus compromisos musicales?
-De momento ésta será la última actuación que realice este año. Desde Venezuela me iré directamente a España. El único paréntesis que haré durante el rodaje será para actuar en el Centro Cultural de la Villa de Madrid por petición expresa del público, ya que mi actuación allí fue tan aplaudida que me han rogado encarecidamente que la repita.


"Soy igual en el escenario que en la calle". 


Sara Montiel, todo un mito por el que parece no pasan los años. 

Finalizada su actuación en el Sheraton, y sin preocuparse por cambiar el vestido de gala por uno de calle, Sara Montiel se fue de compras a una joyería cercana, ante el asombro de los transeúntes.
“¡Y qué quieres! –nos dijo-. Yo soy así, igual en el escenario que en la calle.”
Así de importante y natural. En Venezuela el ex presidente Carlos Andrés Pérez quiso conocerla y saludarla. Una simple presentación sirvió para que ambos se hicieran amigos.
Ella y Pepe Tous piensan que necesitan unas vacaciones, pero en el fondo no pueden vivir sin sus giras, su público y los aplausos.


Con su marido, Pepe Tous, fumando a dúo un buen puro. 


(SCORPIO AGENCY.)


LA FOTO CCCXVII


Sin perder la magia en los '80. 

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