Además de animarles al abrazo amatorio y al júbilo
epidérmico
Sara Montiel invitó a los compostelanos a disfrutar
de las sensuales noches de fiesta
Al final las
lanzas se volvieron cañas y una más bulliciosa que reivindicativa muchedumbre
apuñada en la plaza del Obradoiro escuchó anoche el pregón de las Fiestas del
Apóstol a cargo de una sorprendente Saritísima que, en gallego, invitó a los
compostelanos “coa permisividade certa do Apóstolo Santiago” a lanzarse en
busca del abrazo amatorio, de la vivencia sensitiva, de la explosión de la
belleza, de la renovación del espíritu, del júbilo epidérmico y, ya puestos a
aconsejar, hasta de la fe en la vida.
La actriz y
cantante salió al balcón principal de Raxoi acompañada por el alcalde, Xerardo
Estévez, y los concejales del grupo socialista, mientras que en la plaza, llena
en tres cuartos de su capacidad, se escucharon algunas voces de protesta y se
exhibió una pancarta con el lema “Idioma galego-idioma oficial”.
En el texto de
su mensaje, Sara Montiel exhortó a luchar contra el aburrimiento y glosó las
bellezas de la ciudad, para finalizar invitando a los compostelanos a “retozar,
vivir, rir, gozar, bailar, cantar e disfrutar a festa… e, pos suposto, cun bo
puero entre os dedos”.
Galicia Vacaciones
Sara,
tú eres la más grande
Sara, corazón,
que eres tú la más grande. Por lo menos, la más grande de los tres, que así te
ha puesto ese fotógrafo amigo tuyo. Porque tampoco se puede decir que ande
escaso de tamaño nuestro Xosé Manuel Beiras. Ni puede afirmarse que Chicho Losa
sea un enano. No, señor. Pero tú eres una artista de pies a cabeza. Y tú has
hecho sabe Dios qué pregones, que tú has sido siempre una pregonera. Una
pregonera del arte. Porque todo lo tuyo es arte. Todo lo que tú haces y todo lo
que tú tienes. ¿Acaso no eres la envidia de todas las mujeres?
¡Ay, Sarita! Si
yo de pequeña quería ya ser como tú, pero me pilló la posguerra y todo aquello
de las cartillas de racionamiento… Y nada, me quedé hecha una tabla rasa, con
mi par de sueños en los pies…
En cambio, tú…
¿Cómo te lo hiciste? Esto ahora ya no hay quien lo remedie. Todos los días voy
yo tres horas al gimnasio, hago pesas, y nada. En una ocasión estuve ahorrando
para ir a Brasil a operarme, y cuando ya lo tenía todo a punto, mi madre se
puso enferma y tuve que dejarme el presupuesto y más en el sanatorio
oncológico. Aquello sí que fue una desgracia…
Pero no era sólo
tu físico lo que te envidiaba. Me gustabas tú de arriba abajo, por dentro y por
fuera. Coleccionaba tus discos, te copiaba tus vestidos y ahora estoy pagando
un vídeo a plazos porque me he echado un novio que tiene todas tus películas
grabadas, pero su casa no me gusta y quero que las veamos en la mía, que es más
acogedora.
El otró día soñé
que tenía hijitos y que le ponía de nombre Zeus y Thais y que Pepe Tous y tú
erais los padrinos de los dos. Y que les hacíais muchos regalos. Y que nos
invitabais a pasar las vacaciones en vuestra casa de Ibiza… Y aquí estoy,
encaramada en los barrotes del Ayuntamiento.
“Los intelectuales suelen soltar
discursos muy pesados”
Chicho Losa pasa ampliamente del Bloque
Demetrio
Peláez
Allí estaba
Chicho Losa junto a la Montielísima preguntándole si le gustaba el coche que le
habían conseguido para recorrer la ciudad y saludar a los compostelanos, una
especie de cafetera de los años veinte que milagrosamente todavía funciona.
Chicho y Sara, Sara y Chicho, los dos juntitos delante de la puerta del Hostal
de los Reyes Católicos. Qué gran pareja, seguramente la más controvertida de
estas fiestas que sólo acaban de empezar. Nuestro concejal delegado de Cultura
mostraba un careto risueño y se le notaba orgulloso de la chaquetilla de algodón
azul que portaba.
Locuaz y
dicharachero no cesaba de dar la mano a todo el que se acercaba para
preguntarle algo, y según sus palabras pasa ampliamente del Bloque y la movida
que han montado en torno al pregón leído por la Sara de España: “Los intelectuales
–dice- ya están pasados de moda. Yo no quería que viniera alguien a soltar
discursos profundos y cultos, porque eso aburre a todo el mundo. Estamos en
fiestas y hay que pasarlo bien, lo que pasa es que siempre existen grupos
minoritarios que quieren radicalizarlo todo. Creo que Sara es un personaje muy
querido a nivel popular y está perfectamente capacitada para complacer a casi
todos. El BNG no representa a todos los compostelanos, así que estoy muy
tranquilo”.
-Se han
escuchado muchas quejas en torno a los precios para entrar en ciertos
espectáculos.
-Creo que la gente lanza a menudo
críticas sin pensar en lo que dice. El caso es tener algo de qué quejarse.
Vamos a ofrecer un magnífico festival de jazz gratuito, cantidad de actos
culturales a precios ridículos y conciertos de alta calidad también a precios
muy populares. No entiendo las críticas en este sentido. El programa de este
año supera en mucho al de años anteriores, y el presupuesto ha sido elaborado
minuciosamente. A mí no me gustan las
chapuzas.
-¿Está preparado
para recibir los tomates que van a tirarle los del Bloque?
-Pienso que ellos mismos se están
desprestigiando con las declaraciones que han hecho en los últimos días. Si son
unos maleducados allá ellos. Supongo que tengo algo de inteligencia y no
montarán ningún rollo extraño esta noche, pero todo se verá. Seguramente les
molesta que una persona tan estupenda como Sara Montiel conecte perfectamente
con la juventud de nuestra comunidad, aunque no sepa hablar gallego. Ahora ha
sacado un nuevo disco de larga duración que se oye en todas partes y es
tarareado por lo jóvenes como por los viejos. Estoy bastante alucinado por la
forma que han sacado de quicio este asunto. A las personas que me preguntan por
qué elegí a Sara Montiel como pregonera yo les respondo siempre de la misma
manera: ¿Y por qué no?
Chicho confiesa
haber trabajado mucho desde hace aproximadamente aunque eso no le impide salir
por las noches a tomar una copas que tanto les gustan: “A pesar de lo que creen muchos,
preparar unas fiestas lleva mucho trabajo y te llevas muchos berrinches.
Pero, por supuesto, los disgustos no me
quitan el sueño. Casi todas las noches salgo por ahí a tomarme unas copichuelas
y charlar con los amigos de toda la vida. Me lo paso muy bien de esta manera, y
de momento no pienso cambiar mi ritmo de vida. Santiago atiene unas madrugadas
muy divertidas, y es una pena desaprovecharlas durmiendo.
-Supongo que si
sobrevive se irá de vacaciones.
-Seguro que de ésta ni me muero ni
me matan. Ya estoy acostumbrado a recibir palos por todos sitios, pero sé
positivamente que a la gente normal le gusta el papel que estoy desempeñando.
Cuando las fiestas acaben será el momento de juzgarlas, pero todo lo que se
diga ahora es una burda maniobra para desprestigiar a un equipo que se ha
tomado con mucho interés su trabajo. Luego, cuando todo se termine, tengo
pensado irme de vacaciones y descansar un poco. Creo que las tengo bien
merecidas.
Sara Montiel, pintalabios y coche de
época a juego
“¿Quieres un puro, cariño?
Jesús
G. Moruelo
En una
habitación del tercer piso del Hostal, la secretaría, relaciones públicas o
asesora de imagen, abre la puerta. Dos metros más allá, unos pantalones negros
flotantes y una blusa del mismo color envuelven a Sara. Pero tirante, pose,
trenza, pose, un beso con cuidado –ay, el maquillaje-, amor de artista y pose. No
es el último cuplé, es el último retrato antes de salir en coche por las calles
de Santiago. ¿Se fijará la gente en ella? ¿Se oirá un “tía buena” como si esto
fuese una boda de los Alba y Compostela se hubiera vuelto Sevilla? No se
pierdan el último capítulo de esta entrevista.
Sara…
¿Sara?
Como soy muy
viejecita me tengo que acostar, porque no sé ni cómo me llamo.
Ni me he pintado
los labios. No sabía que traías cámara.
Se tumba en la
cama. Me siento en la de enfrente y miro de reojo –mentira, miro descaradamente-
la habitación. Entra la luz de la tarde e ilumina una caja, casi un cofre, de
pinturas de ojos, labios y pestañas. ¿Habrá un poco de betún? Mis zapatos
corinto requieren, desde luego, una caja entera.
-¿Has venido
muchas veces a Santiago?
-Sí,
muchas. También estuve en Pontevedra, en Vigo y en Baiona.
-¿Estás muy
morenita o es maquillaje?
-Estoy
muy morena, porque vengo del otro lado de la península, por eso estoy tan
cansada. No he parado desde el Corpus…
Y Sara se
maquilla. Se pinta los labios, se los pinta otra vez y echo ojo a la sonriente
chica que abrió la puerta. Otro ojo a la habitación. Una hielera, una bandeja
de plata, vasos, flores -¿están o es producto de la imaginación?- y olor a
Hostal de los Reyes Católicos, Sara y el perfume que se estaba poniendo en ese
instante. Deja el espejito mágico redondo y plateado y se sienta.
-Riiiiing,
Riiiiing.
-Dígame…
dime.
-Sara habla a
dos bandas. Parece que el que escucha al otro lado del teléfono -¿quién es por
cierto?- tiene que enterarse de lo que dice en la habitación, porque no suelta
el auricular ni lo retira de la boca recién pintada. Ahora que se ha puesto más
guapa, se deja hacer fotos, pero con flash.
-¿No te gusta la
luz de Santiago?
-Sí,
es lo que más me gusta. Esta luz a la que yo no estoy acostumbrada.
-La lluvia no te
gustará, porque vives en Palma.
-Sí,
el chirimir ese sí me gusta, aunque los que viven aquí estarán más cansados.
-Sar…
-Riiiiing,
Riiiiing.
-Dígame…dime.
La Montiel es
algo diva, perdón, es una diva y es consciente de ello. ¿Qué sería del mundo
sin Sara?
-¿Te has
enterado de los rumores de que un grupo no te iba a recibir con alabanzas?
-De
ese follón no sé nada.
-Decían que
habían cultivado tomates para recibirte.
-Sí,
estoy algo enterada. Me dijo Camilo –eso son confianzas- que no iba a ser bien recibida por un sector del público.
Me había dicho que tal, no sé qué, uah…
-Si a ti te
quiere todo el mundo…
-Pero
eso no es público. El público me quiere y me para en la calle.
-Por cierto,
Sara, ¿sigues fumando puros?
-Sí
cariño, ¿quieres uno?
-Con los caros
que son, no me importaría. Hablando de dinero, tienes pinta de gastizona.
-Tengo
muchos gastos porque una artista necesita mucho vestuario y cosas que no gasta
una persona normal. Y todo eso no desgrava.
Son casi las
nueve y suenan el teléfono y la puerta. Avisan a Sara de que el coche espera
abajo. En la puerta, turistas y mirones se fotografían y agolpan junto al auto
de hace unas cuantas décadas. Es rojo y precioso. El maromo que se sube delante
no forma parte de la carrocería, porque hace un rato no estaba. Todo el mundo
mira y Reixa echa un vistazo desde el palco de música cercano con cara de
resentido y desprecio.
-Para acabar,
Sara, ¿dónde están tus mitológicos hijos?
-Mi
hijo está en Palma con la nurse y mi hija en Barcelona de vacaciones, con su
madrina.
Sara sube al
coche despacio, dejando que cámaras de fotos, vídeo y ojos la saquen hasta la
saciedad. Sonríe, anda, se para, posa y sale rumbo a las rúas de Compostela y
las miradas. Porta Faxeira, Plaza Roja, cuestas…
Y se pone en
marcha. Muchos no se dan cuenta, muchos se quedan mirando, algunos reaccionan
al pasar. Y bastantes comentan, sobre ella o sobre el coche.
-Saritísima.
-Ah, ya dije yo,
viene un coche especial…
-Creía que todo
el mundo la iba a aplaudir al pasar y me parece que…
Por lo menos el
coche se mueve y llama la atención, que es lo que se pretende. Si miran, ven a
Sara; si escuchan, oyen Santiago que hoy es todo música.
La pregonera
sólo tienen en mente el baño que se va a dar en cuanto llegue al hotel, para
estar fresca por la noche. Que tanta movida cansa. Estaríamos frescos.
EL RECORTE CCCXVII
1.988 fue para la actriz un año lleno de proyectos. No sólo su gira americana, también el inicio del rodaje de 'Sara y punto'. Siempre acompañada de Pepe Tous. Desde Venezuela, esto contaba la diva a la revista Diez Minutos para su número de 29 de Noviembre de 1.988.
SARA MONTIEL
ENAMORÓ A TODA VENEZUELA
“Esta será la última actuación de mi gira por
América”
Con la misma ropa que salió al escenario se fue de compras a una joyería.
Saritísima con Carlos Andrés Pérez, ex presidente de Venezuela.
Sara Montiel y
su marido, Pepe Tous, se encuentran en Venezuela, país en el que la cantante
finaliza su gira por América. Con este brillante colofón, Sara piensa alejarse
durante unos meses de la canción para dedicarse por completo al rodaje de una
serie para Televisión Española que durará siete meses.
“Me
hace mucha ilusión volverme a poner ante una cámara cinematográfica después de
tanto tiempo, y más teniendo en cuenta que haré varios personajes distintos y
tendré la oportunidad de lucirme como actriz.”
-¿Dejarás tus
compromisos musicales?
-De
momento ésta será la última actuación que realice este año. Desde Venezuela me
iré directamente a España. El único paréntesis que haré durante el rodaje será
para actuar en el Centro Cultural de la Villa de Madrid por petición expresa
del público, ya que mi actuación allí fue tan aplaudida que me han rogado
encarecidamente que la repita.
"Soy igual en el escenario que en la calle".
Sara Montiel, todo un mito por el que parece no pasan los años.
Finalizada su
actuación en el Sheraton, y sin preocuparse por cambiar el vestido de gala por
uno de calle, Sara Montiel se fue de compras a una joyería cercana, ante el
asombro de los transeúntes.
“¡Y
qué quieres! –nos
dijo-. Yo soy así, igual en el escenario que en la
calle.”
Así de
importante y natural. En Venezuela el ex presidente Carlos Andrés Pérez quiso
conocerla y saludarla. Una simple presentación sirvió para que ambos se
hicieran amigos.
Ella y Pepe Tous
piensan que necesitan unas vacaciones, pero en el fondo no pueden vivir sin sus
giras, su público y los aplausos.
Con su marido, Pepe Tous, fumando a dúo un buen puro.
(SCORPIO AGENCY.)
LA FOTO CCCXVII
Sin perder la magia en los '80.
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