SARA MONTIEL, ACTRIZ
María Antonia Abad, una mujer feliz
Sara Montiel, con la mano sobre el álbum de los pequeños recuerdos inefables, reacciona:
-¿Por qué ese interés en hablar de mí como actriz?
-Lo hemos prometido y ya empieza a envolvernos el simpático aluvión de cartas. Es uno de los aspectos de CINE EN 7 DÍAS: lo lee la gente muy joven. Muy ilusionada. Hay que cumplir con ella. La hemos acostumbrado a formar una masa de opinión, a escribir a sus amigos los ídolos, y si éstos no se portan bien puede sucederles como a Sofía Loren, que, a poco de estar nosotros en la calle, le hizo un desplante a un redactor gráfico. Lo explicamos y, en un día, le subieron a su cárcel de cristal de la Torre de Madrid, ¡trescientas veintidós cartas de lectores de C7 que protestaban! Sofía se desmayó… y a la mañana siguiente solicitaba a nuestros fotógrafos.
La anécdota, así de larga, consigue sus fines. Sara Montiel arquea sus cejas expresando alarma.
-Con usted nunca podrá ocurrir nada igual, y no porque neguemos la posibilidad de una actitud semejante a la de Sofía; pero el público es enteramente suyo. La adoran. No hay precedente en la biografía de las mejores estrellas del mundo hispánico. La masa pone una piedra más cada día a su pedestal, a pesar de sus películas…
Brincan, junto al humor, la simpatía y el reproche en el tono de Sara:
-¿Qué tienen de malo mis películas?
Ponemos telón de humo al pensamiento. Si no resultara descortés le diríamos que en algunas de sus películas faltan el tema, el director, los demás protagonistas; falla todo menos… Sara Montiel. Su modo de reír, de caminar, de vestir, de cantar, llegan en línea recta al corazón de los espectadores.
-¿Cómo y cuándo nació la actriz Sara Montiel? –preguntamos.
-El nombre artístico lo inventó Enrique Herreros para ‘Empezó en boda’, que dirigió el italiano Rafael Matarazzo, y mi galán fue Fernán-Gómez. Antes había trabajado con Ladislao Vajda en una película de colegialas. Casi no me vi en la pantalla, ni el nombre elegido de María Alexandra se hizo famoso. De verdad me llamo María Antonia Abad Fernández; soy nacida en Campo de Criptana (Ciudad Real), aunque de niña me llevaron a Orihuela y allí comencé a trabajar en teatro de aficionados. Notaba dentro de mí una sensación que no supe definir: estaba resuelta a triunfar, a convertirme en una artista grande. Tenía la seguridad de llegar…
Un silencio prolongado ahora. Quizá evoque Sara Montiel sus días de chiquilla; el primer reportaje en una revista cinematográfica, donde aparecía con trenzas, calcetines, una bicicleta…
1947 fue el año de ‘Locura de amor’. A través de una acción sostenida por Aurora Bautista, la reina loca, y Fernando Rey, en su papel de hermoso moribundo príncipe de Castilla, desfilaba una pareja secundaria. Ella –Sara Montiel, en el personaje de una mora conversa- y él – Jorge Mistral-, como enamorado suyo. Los tiempos que siguieron a aquel filme resultaron adversos. En la naciente actriz cundió el miedo a no avanzar un paso más. Sin embargo, en tanto que ella se dejaba ganar por la desesperación, sus idas y venidas entre el suntuoso andamiaje histórico de ‘Locura de amor’ causaron positivos efectos al otro lado del mar.
-¡Búsquenme a la ‘morita linda esa’, al precio que pida! –bramó un gran productor del cine mejicano.
Saltó sobre el Océano. Méjico, Distrito Federal. Los Estudios Churubusco. Una película, otra y otra más.
-Creo que rodé unas veinte –señala Sara- , y de ellas me consta que gustaron al público para quien se hacían. Mucho melodrama al estilo del teatro de Rambal; pero la necesidad de superarse y el trabajo constante me hicieron mucho bien como actriz, aunque lloré ríos de lágrimas, de las de verdad.
1955 marca el profundo cambio en la vida particular de Sara y en su destino de actriz. Acaba de filmar ‘Veracruz’, a las órdenes de Anthony Mann, director de Hollywood, con el que contraería matrimonio; ese matrimonio que, prácticamente, no existió y que, de una manera oficial, fue anulado ahora. Frente a la estrella manchega se alzó la gigantesca personalidad de Gary Cooper, uno de sus compañeros de reparto, y queremos que nos revele su opinión sobre el inmenso hombre bueno de Hollywood.
-Gary Cooper –dice Sara- daba la impresión de que una era pequeñísima en comparación con su categoría, con su personalidad, y cuando estabas más cerca de él, en cambio, resultaba lo que en España llamamos ‘un padrazo’. Todo un gran señor, desde luego. Tengo una fotografía con él y otra con James Dean; a éste me lo presentaron después de rodar yo en Hollywood otras dos películas: ‘Serenata’ con Mario Lanza, y ‘Yuma’. Es una de las últimas veces que pudo captarlo un fotógrafo. James Dean llevaba encima una tristeza muy grande, yo no sé por qué, a pesar de todo lo que hablaron los periódicos. A mí me daba mucha pena, porque tanto Gary Cooper como él pertenecían al cine norteamericano, a lo que yo entonces, más cría, consideraba el paraíso.
Más cría y débil, acaso. Pero entonces Sara Montiel pisaba ya con firmeza los suelos de oro de Cinelandia. Puede que su nuevo y repentino silencio le haya traído a la mente aquellos días. Los días más largos de su vida de estrella. Todo, gracias a Dios, va quedando muy lejos. En torno a la actriz que triunfó sonríen las porcelanas chinas y centellea el cristal de Bohemia. Caprichos de mujer rica y de buen gusto los detalles. Si alguna vez suben ustedes al piso séptimo de la casa 117 de la calle de San Bernardo, de Madrid –tomen nota nuestros amigos-, propiedad de Sara, observarán que pronto dispone un cenicero especial para fumadores descuidados: es una tortuga de tamaño natural; se le pisa el cuello y abre su concha. A la famosa le produce risa y es su humor estupendo lo que nos anima a la última pregunta:
-María Antonia Abad Fernández, ¿sabe ya lo que desea de la vida?
-Lo mismo que Sara Montiel supo lo que deseaba como artista. Tengo dentro de mí aquella sensación. Creo que voy a ser una mujer muy feliz, y estoy resuelta a triunfar en esa película tan complicada de mi felicidad.
El protagonista de su verdadero y único romance es gran muchacho. Ella y él merecen ser muy dichosos. Eso ya es otra historia, sin embargo. Nos vamos, pues, de puntillas, tras de pisarle un poco la cabeza a la tortuga…
Martín ABIZANDA
EL RECORTE XXVIII
Sara Montiel actriz y Sara Montiel cantante. Las dos caras de una misma moneda. Las dos facetas de una artista excepcional. La revista Lecturas, en Abril de 1998, se hacía eco del inicio de una nueva gira de la manchega universal. Lo hacía en Sevilla y engrosaba así una carrera perfecta e impecable.
SARA MONTIEL
más atrevida que nunca
A sus 70 años, ha estrenado un picante show con striptease masculino incluido. “Me lo paso muy bien”, dice la artista.
Sara ha estrenado un nuevo espectáculo, en el Teatro Imperial de Sevilla, con el que hará una extensa gira por toda España. A sus 70 años recién cumplidos, la artista luce en escena una figura envidiable y una forma espléndida. Durante algo más de una hora y media, Sara interpreta sus temas de siempre y alguno nuevo como ‘Ay que caray’, de José María Cano.
Además, la actriz y cantante sorprendió a todo el público incluyendo en su show a cuatro fornidos chicos como bailarines, que un momento de la actuación realizan un striptease.
-Sara, ¿Por qué arrancas tu gira en Sevilla?
-Me hacía mucha ilusión comenzar aquí porque hacía veintiocho años que no venía con un espectáculo. En Sevilla me siento como si estuviera en casa.
-¿Cómo definirías tu show?
-Es un concierto a lo Sara Montiel. A mí no me gusta cantar una canción tras otra porque así me aburro mucho. Me gusta cambiarme de ropa entre bloque y bloque de canciones, actuar con los cuatro chicos, bajar al patio de butacas, sentarme en las piernas de algún señor, sacarle a bailar… Es un espectáculo muy movido, muy alegre, yo me lo paso muy bien porque tengo un contacto directo con el público. La gente se sorprende cuando me ve en persona porque piensa que se va a encontrar con una señora tropezando en el escenario y de eso nada, se encuentra con una señora hecha y derecha, trabajando duro y muy bien.
-¿Cómo haces para estar tan ágil a tus 70 años?
-Gracias a Dios tengo salud, canto bien… No tengo complejos por mi edad, soy una persona emotiva y estoy muy viva.
SEVILLA. P. S.
Fotos: Pepe Sánchez
LA FOTO XXVIII
CELEBRANDO LOS 50 AÑOS DE PECADO DE AMOR
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