Agradecemos a Francisco, mexicano de pro, el envío de esta revista y este recorte para disfrute de todos. Gracias por compartir este pedazito de historia, que recoge esta revista de tu país, con todos.
SARITA MONTIEL,
para ellos solos.
Sarita Montiel ha agotado los adjetivos del florido idioma de Cervantes. En torno a ella se han bordado las más bellas frases, exaltando sus encantos físicos y espirituales. Y, desde hace algunos años, también se han alabado sus cualidades de estrella.
La mujer más adorable de España se ha convertido –además- en una actriz muy eficaz.
Su caso, mejor dicho, su carrera, ha sido muy especial. Hace unos cuantos años (diez para ser exactos), Sarita Montiel, auténtica belleza popular española, era sólo una discreta actriz en su patria. Los que la veían en la pantalla no se apasionaban ciertamente por ella. Sin pecar de injustos, se puede asegurar que pasaba casi inadvertida. De tal suerte que parecía inevitable que su carrera sería gris e incolora, y que lo mejor que podía hacer era aprovechar su juventud y belleza para atrapar algún marido que le brindara, o más bien, le asegurara un futuro desahogado. Incluso ella misma llegó a temer que eso ocurriera.
Lo admirable en ella fue la fortaleza de espíritu que demostró en el tiempo en que parecía que sus anhelos caerían por tierra. Esa férrea voluntad es signo de su clave astrológica: carácter y templanza. Y gracias a ella pudo ver realizado su gran anhelo: convertirse en estrella cinematográfica.
Es indudable que, además de esa cualidad (su admirable fuerza de voluntad), influyó otro fenómeno que la colocó en su sitio de primerísima figura: las canciones acertadamente incluidas en sus películas musicales. La intención y la gracia con que las canta no puede tenerlas sino una sola persona: Sarita Montiel.
A pesar de haber llegado tan alto en su carrera, se muestra incansable. Ha intervenido en treinta y ocho cintas. Pero como todos los que van en persecución de un ideal, Sarita no se detiene y va en plan de superación.
Pasaron ya aquellos años en que Sarita tenía que condicionarse a la voluntad de los productores y obedecer ciegamente sus mandatos. Ahora los papeles se han invertido. Sarita es la máxima atracción fílmica de España; su firma vale millones. Ella lo sabe y procura sacar el mayor provecho de los frutos que, al cabo de muchos años de trabajo y entrega –en el caso de Sarita fue en realidad admirable su esforzada labor-, empieza a disfrutar. No nos referimos precisamente a la suma que gana por película, pues es bien sabido que posee una gran fortuna, sino al avance de su carrera. “Quiera llegar a ser una actriz en toda la extensión de la palabra”, dice la estrella, poniendo en el tono de su voz ese fuego que la ha alentado desde que empezó a actuar.
La Montiel avanza en busca de algo que en realidad ya tiene. Sus éxitos son suficientes para satisfacer a cualquiera. Pero no a ella, que sigue luchando por superarse y espera siempre que su próxima película sea superior a la anterior. Cree firmemente que el ‘gran papel’ está a la vuelta de la esquina, sin darse cuenta de que ese gran papel lo ha interpretado ya varias veces. Pero así es ella. Continúa persiguiendo su propio espejismo. Y eso, precisamente, es lo que la ayudó a salir de la mediocridad a que parecía estar condenada.
Muchos se preguntarán si todos los minutos de su vida los dedica Sarita a su carrera. Ella, como todas las personas, tiene sus aficiones. Una de las mayores es asistir a las salas cinematográficas. “Cada vez que tengo tiempo voy a ver una película –dice- . Siempre hay algo que aprender de los demás. No sólo me limito a ver los films, sino a estudiarlos”.
Otra de las cosas que con mayor fuerza atrae a la estrella española, es el campo. Casi todos los fines de semana se marcha de Madrid en compañía de un numeroso grupo de amigos y familiares, para refugiarse en las montañas. Pasan la noche en tiendas de campaña y, muy temprano, ejercen el ‘montañismo’. Este ejercicio la conserva esbelta y fresca y da a sus músculos una gran elasticidad, tan indispensable a su carrera.
Otra cosa que le agrada sobremanera es cantar. Y aprender idiomas. Tiene un gran repertorio de canciones en inglés, japonés, francés, alemán, griego, italiano y, desde luego, español. Últimamente se ha interesado de manera especial por el alemán. Su repertorio en este idioma es vasto.
“También me gusta trabajar” –añade- . “Esto me mantiene alegre y ocupada”. Y es verdad que le gusta. Para muestra basta decir que comienza una película antes de que la anterior haya sido exhibida. Actualmente filma ‘La bella Lola’, que constituye un juego de canciones y trajes de los años de 1850. Además de su sueldo, Sarita participará de todas las utilidades que se obtengan por su exhibición. No hay limitación de territorio. El contrato estipula que ella recibirá dividendos de la explotación comercial de la cinta en todo el mundo.
Sarita tiene grandes esperanzas en superar sus anteriores éxitos, aún cuando, a decir verdad, su última película, ‘Pecado de amor’, ha desilusionado un tanto a algunos de sus admiradores.
Uno de los críticos madrileños escribió al respecto: “Pecado de amor’ es un gran pecado que ha cometido Sarita Montiel, su protagonista. No se escatiman alabanzas para su trabajo de interpretación: la estrella del ‘Último cuplé’ vuelve a cantar viejas tonadillas y además lo hace en castellano, francés y griego. Se ve guapísima. Y viste con suma elegancia. Pero… el eterno pero, lástima que tamaño esfuerzo económico -14 millones de pesetas-, no aporte una brizna de creación artística al cine español”.
Muchos son los que han salido en defensa de la estrella alegando que el argumento es el que da al traste con la cinta. Sin embargo, una cosa es innegable: que en ella actúa Sarita Montiel y su sola presencia ha logrado salvar el film, recaudando exorbitantes cantidades en los sitios donde se ha exhibido. Lo cual confirma que Sarita es una gran estrella. Y su lucha por convertirse en actriz aún no termina.
Esto, desde luego, no debe preocupar demasiado a la guapa manchega, quien tiene aún muchos años futuros para ver cristalizados totalmente sus deseos.
Ella está en la plenitud. Tiene 31 años. Nació el mes de agosto de 1930 en una pequeña aldea de Campo de Criptana, en la región de La Mancha, cerca de Toledo. Su nombre verdadero es María Antonia Fernández Abad. Su carrera artística comenzó cuando ella tenía 11 años, al ganar un premio en un concurso de canto en Madrid. Pero su ingreso al cine fue en 1944, en la película ‘Te quiero para mí’, que dirigió Ladislao Vadja, y en la que los intérpretes principales eran Antonio Casals e Isabel de Pomés. Su debut estelar ocurrió un año después (1945) en la cinta titulada ‘Se le fue el novio’, en la que llevó de galán a Fernando Fernán Gómez.Su primera película en México fue al lado de Arturo de Córdova y se tituló ‘Furia Roja’. El rodaje se llevó a cabo en 1951. Sin embargo, sus películas más taquilleras fueron las que filmó al lado de Pedro Infante. Aquí hizo 13 cintas, número que ella considera cabalístico.
Y en Hollywood tres. Fue precisamente allí donde conoció a Anthony Mann. “En la meca del cine encontré algo mejor que esa fama internacional –dice Sarita-. Me refiero a Anthony Mann. Nos enamoramos y él me hizo su esposa. Ese matrimonio me ha dado la felicidad completa, lo cual sea dicho en honor a la verdad: ha llenado mis anhelos de mujer”.
A últimas fechas se ha especulado mucho sobre la separación de Sarita y el director norteamericano. Aun cuando ellos se han obstinado en negarlo, recientemente llegó una información de Buenos Aires, que dice textualmente: ‘Una fuente informativa de insospechada seriedad, nos ha confirmado que la señora Sara Montiel hace ya bastante tiempo que se divorció del prestigioso director norteamericano Anthony Mann. Por temor a que pueda resultar una noticia periodística negativa a la publicidad personal de la señora Montiel, hasta estos momentos se le está sustrayendo al conocimiento popular’.
Pero, con o sin marido, Sarita Montiel es igualmente estrella. Más aún: nos atrevemos a asegurar que si en realidad se ha divorciado, sus bonos subirán más alto, pues sus admiradores estarán satisfechos de no compartirla con nadie. Sera para ellos solos, para su público.
EL RECORTE XXIX
El 15 de Septiembre de 1964, la misma revista mexicana Cine Universal, anunciaba en su interior la proyección de otra de las películas de la diva: 'Bésame', cuyo título original es 'Noches de Casablanca'.
LA FOTO XXIX
Sara Montiel en uno de sus film mexicanos. México, lindo país. Los mexicanos, linda gente. Fieles seguidores de Sarita y de este blog. A todos vosotros va dedicada esta foto y la entrada completa.
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