viernes, 12 de agosto de 2011

PRIMER PLANO - 10 de Febrero de 1946 -España


Siguiendo la costumbre de la época, Sara Montiel aparece sólo en la portada. La foto es del genial Gyenes. 


EL RECORTE XXX

El 18 de Julio de 1975 la revista Fotogramas llevaba a su portada una foto de Sara con el titular 'El último show de Sara'. En el interior nos encontramos casi con un monólogo de la actriz en la que narra sus proyectos inmediatos y expresa su opinión sobre el cine español, la censura.... No deja de ser un reportaje interesante tanto por las palabras de la diva como por las maravillosas fotos de José María Castellvi que  las acompañan.


verano 75

SARA
                  la de siempre



Tiene un lujoso y enorme piso en la plaza de España. Moquetas azules, alfombras caras, cuadros de firmas cotizables. Rasos coquetos entrevistos entre puertas, un perrito pelo duro perfectamente elegante y rebosando pedigree por todas partes, y (claro está) un busto enorme de la propia Sara con el ídem al aire y expresión de “mirando a la posteridad”. Además, de las paredes, entre los cuadros, cuelgan diversos dibujos y pinturas de una Sara en múltiples actitudes, y como colofón, un enorme retrato de ella arrancado, no me cabe la menor duda, de la cartelera de un cine: son dos metros de cara de Montiel observando el salón con ojos llenos de brillo y frente cuajada de medallas doradas. Y aquí, en este contexto, en este ambiente, está Sara con melena caoba suelta sobre la cara, perfectamente maquillada, con un collar de cuentas de madera. Sara, la mítica, Sara, Saritísima, la de siempre. Y como siempre.



¿Proyectos?, mira guapa, los proyectos en mí son un poco más lentos que en el resto de las actrices. Desde hace muchos años, desde antes de ‘El último cuplé’, tomé la decisión de hacer pocas películas pero más cuidadas. Es lo mismo que lo de ‘Saritísima’, que ya sabes que ha sido un éxito enorme en Madrid y en Barcelona, pero enorme. Porque estaba hecho con cuidado, con trabajo, no a la ligera, no como otras que hala, hala, se dedican a hacer cosas muchas veces sin leer siquiera el guión, y así ruedan cuatro cosas al año a lo mejor, que ellas sabrán lo que hacen, a mí esto no me va, que a veces veo películas por ahí en cines españoles y me da vergüenza ajena. Yo hago un film cada año o año y medio, porque me gusta leer el guión, me gusta escoger al director, al equipo, como tú sabes. En este momento hay en proyecto una película pensada para mí, claro. Y además hay una serie de productores nuevos, como Dibildos, Frade, Rayzábal, que están haciendo cosas, productores con ganas de trabajar, jóvenes, que están haciendo cosas muy interesantes. Y si estos nuevos productores no hacen un boom enorme es por cosa de la censura. Porque España puede competir con cualquier país en cuanto a gente, España tiene maravillosos escritores clásicos, y modernos, la pluma en España es muy importante. Lo que pasa es que todos, y sobre todo yo, tropezamos con la censura, que nos corta las alas. Y luego está Cinespaña, que no se ocupa casi nada de proyectar nuestro cine fuera de España. Mis películas, por ejemplo, que siempre han sido como cabecera del cine español, la locomotora de nuestra industria, no las han cuidado como debieran. Mira, a mí no me importa el dinero, ahora. No es que sea millonaria, pero no me importaría hacer cosas por poco dinero si fueran buenas. La gente dice: “es que la Sara es muy cara”, y no es cierto. Que me den buenas cosas, buen equipo. Gracias a Dios, ahora no necesito el dinero. Estoy en un momento en que quiero hacer cosas buenas, nada más. 



Sara gesticula mucho, con las manos, con la cara. Por un lado sus ademanes tienen un cierto tono sofisticado, movimientos amplios, voz un tanto impostada. Pero su sofisticamiento está también a caballo de vez en cuando, de un desgarro y una gracia muy castiza. A la Sara estrella le sale la María Antonia. Y además, también está su tendencia a hablar en tercera persona, hablar de Sara Montiel ella misma siguiendo la más pura tradición victoriana. 


“Y yo espero simplemente. La semana pasada devolví dos guiones porque no me gustaban, pero la semana que viene puede venir uno que me parezca bien. Es una pena, si hubiera una censura más amplia, si tuviéramos una libertad mayor, asombraríamos al mundo entero. Lo mismo que pasa con la pintura, que de nuestros pintores aprenden desde siempre todo el mundo, si no me equivoco. ¿O no? Mira, yo quiero hacer ahora una película sin cantar, pero tiene que ser un guión bueno, no una historia rosa. Lo mismo pasa con el teatro, a lo mejor a fines de año hago una cosa, una gran obra con Adolfo Marsillach, no lo sé todavía… Sí, claro, hay muchos y buenos directores. ¿Pedro Olea? Con Perico hace mucho tiempo que quiero hacer, que queremos hacer algo juntos. Y además están muchos otros, Eloy de la Iglesia, que me va a mandar un guión ahora, está Saura. Mira, cuando le dieron el premio en Berlín a Saura, el ese, como se llame ese premio, el Oso de Berlín, eso es. Bueno, cuando se lo dieron, aquí, no hizo caso nadie. Y a mí fue a quien se me ocurrió organizarle una comida con los críticos y la prensa, entonces no le conocía nadie, pero yo hice esto porque me parece buenísimo. Y esto es algo que Saura no ha olvidado. Lo que pasa es que las películas no salen de repente, ya sabes cómo es el cine, estamos todos en tratos, algún día u otro cuando haya una película apropiada lo haremos. Es todo un proceso lo de las películas, es como parir una criatura. Además que hay películas de actriz de reparto y películas de estrellas. Yo no puedo hacer de actriz de reparto en una película de Perico o de Saura, por ejemplo, son cosas que no puede hacer Sara Montiel. Y eso que me pagan mucho, no es cuestión de dinero, ya te digo. Pero no me interesa hacer este tipo de cine. ¿Qué dices? Claro que se pueden hacer películas buenas de estrella. Mira Liz Taylor, por ejemplo, aquella película tan estupenda que se llamaba… ¿cómo se llamaba? “X y Z”, sí esa. Bueno, ahí trabajaba con Susanah York, pero ella tenía un papelón, era su película, un triángulo de estos típicos, de los de siempre. Y Liz Taylor no necesita cantar en sus películas. Sí, claro, yo he hecho a veces cosas que no gustan mucho. Sí, “Cinco almohadas para una noche” no me gusta, pero ya ves, está dando mucho dinero. A mí es una película que no me llama la atención, creo que Lazaga el director no puso mucho de su parte haciéndola, pero está siendo un éxito.
De todas formas, no pienso hacer otra película de este tipo. Yo he hecho unas quince películas en diecisiete años, a partir del auténtico comienzo de mi carrera, con la etapa americana y el ‘Último cuplé’. Claro que no me gusta todo lo que he hecho. También nos podemos equivocar. Mira tú las equivocaciones que ha tenido Sofía Loren últimamente. Quitando ‘Los girasoles’, ha hecho como cinco películas seguidas de esas que no se pueden ver, que yo he pasado una vergüenza espantosa viéndolas, pateando el cine Callao en pleno. Y te estoy nombrando a señoras a las que les han servido todo en bandeja de plata y fuera de España. ¿Yo? Ni bandeja de plata, ni cobre, ni tan siquiera bandeja. A mí me ha costado y me cuesta mucho llamarme Sara Montiel. Además, aquí ¿sabes lo que me pasa? Pues que muchos directores tienen miedo de dirigir a Sara Montiel, temen que la personalidad de Sara anule la suya. Y están equivocados. Hay que tener gente buena dentro de las películas. Una vez hice de madre. Y dijo Perojo: para hacer de hija hay que buscar una chica que no sea muy guapa, no vaya a ser que Sara…” Y yo le dije que no, que en absoluto, que había que buscar a la chica más guapa posible, y además buena actriz. Porque es lógico, necesito que sea una chica guapísima para que la gente se crea que es hija mía. Además, cuanto mejor sea la gente que está dentro de una película, mejor es la película, es más completo el producto. Yo no soy de esas que dicen: ‘Esta tiene talento, así que esto no, yo quiero alguien que sea tonto’. No, no, todo lo contrario, yo quiero actores conmigo muy buenos. 
¿Cómo? Claro, yo me considero una estrella, yo SOY una estrella. Y ahora las estrellas están de nuevo de moda. De los años 65 al 70 o así no estaban muy de moda, pero ahora todo el cine del mundo vuelve a las grandes estrellas, porque han visto que es la única forma de hacer cine. Mira tú el “Rexford” y la “Streisen”. Yo soy un mito en España y fuera de España, sí. Es una grandísima responsabilidad para mí, claro. De todas formas, me consideran un mito también porque yo soy así, te soy sincera, porque no cojo un guión sin leerlo antes, no como otras. ¿Qué que es ser una estrella? Pues es tener una gran personalidad. Y el público es el que elige, es algo que no se prepara, hay no sé qué que capta al público. Yo sé lo que quiero, sé a donde voy. Y creo que tendré para mucho tiempo en este puesto, creo que seguiré siendo Sara Montiel muchos años. Claro que envejezco. Toda la gente envejece, guapa, gracias a Dios, si no nos moriríamos. Actualmente, ya ves como estoy físicamente. La gente puede juzgar por las fotos de este reportaje, las que ha hecho Castellvi. Y son fotos de diapositivas, así de pequeñitas, no se pueden retocar, lo mismo que las películas. Y no cambiaré en mi línea de trabajo. Josephine Baker se murió siendo la Baker. Las estrellas, además, están en auge. Ahí está la chica esta rubia, ¿cómo se llama? La de las botas rojas… eso, la Deneuve. O la “Glacson”, la “Jenda Glacson”, y Rommy Schneider. Lo que pasa es que en los otros países se cuida a las estrellas con amor. Y aquí se tira a degüello. Y a pesar de que tiren a degüello, Sara Montiel sigue. No me retiro por ahora, voy a dar un poquito de guerra todavía. Y la seguiré dando aquí. Porque hace dos años y medio me ofrecieron una película con “Pinkimpack”, esa de “Traedme la cabeza de García”. Y dije que no. Porque no nos van a las estrellas europeas esta forma de trabajo de los americanos. Yo tengo miles de ofertas, las que quisiera, de Méjico, de Rumanía, de Checoslovaquia. Y no quiero. Yo, aquí. Hay Sara Montiel para rato.”


Texto: Rosa MONTERO
Fotos: J. M. CASTELLVI
Flores y plantas: LA ORQUIDEA
Muebles: LA CONCORDIA


LA FOTO XXX





Otra instantánea de Castellvi del mismo reportaje. Es la foto que la revista Fotogramas pone en la portada del  recorte de esta entrada. 

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