jueves, 1 de septiembre de 2011

GARBO - 18 de Febrero de 1976 - España


POR PRIMERA VEZ:
SARA MONTIEL
CUENTA LA VERDAD DE SU MATRIMONIO
“ME CASARON A LA FUERZA”

Es la primera vez que revela todo lo concerciente a una boda que causó revuelo y sorpresa. Nadie entendía cómo Sara Montiel podía unirse a un hombre de empresa “para toda la vida”. La incompatibilidad era evidente. La unión sólo duró nueve meses. De eso han pasado once años. Hoy Sara le habla al amigo y evoca una corta etapa que la marcó para siempre.
-Yo nunca deseé casarme por la Iglesia. Lo hice obligada. Chente quería algo muy legal, algo “para la eternidad”. Tras la ceremonia civil me negué a presentarme en el templo. Todos los invitados esperaban y no me importó. Recibí presiones de todo tipo. Lloré durante veinticuatro horas, un día entero, al verme indefensa ante un compromiso que no deseaba. Chente no sabía que el amor es cambiante. Como viene, se va. Salieron con la suya y me casaron como deseaban, con bendición eclesiástica. Los testigos de la boda también han declarado a mi favor en el proceso de separación. Ellos conocían mi resistencia a un compromiso total.
Evoca sin amargura porque, pese a todo, no está frustrada. En sus palabras no hay rencor ni reticencia. A lo hecho, pecho. Y para echárselo, nadie mejor dotada que la Montiel.
-Estuve completamente sola del sesenta y cuatro al setenta y uno. Siete años sin amor. Al fracaso sentimental se unió la muerte de mi madre. Quedé deshecha sin ilusión. Entonces apareció Pepe. Fue providencial. Es curioso, pero siempre imaginamos que las cosas maravillosas sólo ocurren cuando una tiene veinte años. El príncipe azul surgió cuando yo empezaba a decaer. Sí, a decaer. No es lo mismo una mujer de veinte años que una con cuarenta. Soy consciente de todo no creas. 



LA ACUSARON DE “ESCÁNDALO PÚBLICO”

Más por legalizar su nuevo estado que por sentirse libre. Sara reanudó el proceso de anulación. Fue una inútil pérdida de años. Y un incesante chorreteo de dinero.
-Cuando saben que pueden sangrarte, al saber que tienes de que responder, los procesos son eternos. Lo tienen muy medido, perfectamente planeado. Entregué buenas cantidades para agilizar los trámites y no tengo ni un papel que justifique esos desembolsos. Eso sí, de vez en cuando, tras el dinero, recibía notitas agradeciendo mis ‘donativos’, para esta o aquella otra institución. Al quedar embarazada me consideré la mujer más feliz del mundo. Lo hubiese dado todo por un hijo de Pepe. Si quieres a un hombre, es normal que convivas maritalmente y que te embarace, digo yo. Todo aquello sirvió para anular cuanto habíamos adelantado en el proceso. Recibí una carta irreproducible. Me acusaron de ‘escándalo público’. Era una mujer maldita de por vida. Tuve que oír verdaderas atrocidades. Porque esa es otra: nadie puede imaginarse la de cosas que llegaron a preguntarme durante las sesiones del proceso. Aunque me considero bastante vivida, nunca imaginé que un hombre y una mujer pudieran realizar la serie de actos que me presentaron por saber si los había hecho. ¡Qué de cochinadas…! Ni en la novela más pornográfica se ven cosas así. Al abandonar la sala, los acusadores me saludaron como si tal cosa con un ‘¡Qué bien está en su última película!’ He llegado a la misa  conclusión que el padre Aradillas. Lo cito porque resultará menos dudoso que yo: ‘La Iglesia casa sin escrúpulos y descasa con morosidad’.
-¿Has renunciado a recuperar la libertad?
-Por completo. Sugirieron que recurriese a Roma porque en España no me dan más opciones. No estoy dispuesta a seguir perdiendo el tiempo, las ilusiones y el dinero. Encontré el amor de mi vida y es lo importante. Confío que Dios me juzgará con más consideración que en esta tierra nuestra. Lo único importante es el amor. Cuando el amor llega, hay que agarrarlo sea bueno, malo, rico o indeseable. Si un hombre te quiere lo demás no cuenta. Y lo digo yo, que creo tener alguna experiencia.


ESTÁ CONTRA EL DESTAPE ACTUAL

Aunque suene a increíble, Sara Montiel es de una pudibundez apabullante. El público y los informadores le hemos creado una imagen que apenas se acerca a su verdadero yo. Pura fachada. Hay que conocerla en la intimidad para llegar a descubrirla y asombrarse ante la auténtica María Antonia Abad.
-Me parece bien que hayan gestionado suprimir la censura previa de los guiones cinematográficos. Será un avance si van a permitirnos tratar el divorcio, la política, la injusticia hacia las madres solteras, la corrupción de las altas esferas o el problema de los curas ‘rebotados’. Si esa libertad va a centrarse sólo en la prodigalidad de culos y tetas no adelantaremos nada. Los excesos actuales han minimizado lo que muchos tomaban por ‘escándalos de la Montiel’. La portada de mi único disco resulta la primera comunicación comparada con lo de ahora.

ADELGAZABA POR TELÉFONO

De toda esta problemática divina, humana y artística, hemos conversado ampliamente durante los cuatro días de su última estancia barcelonesa. Vino para entregar los ‘Fotogramas de plata’, y se quedó. Barcelona está en su corazón. Aprovechó estas jornadas para visitar un endocrinólogo que le recomendó Jaime Planas.
-Hasta ahora, eso de adelgazar era un follón enorme. Me trataba un especialista buenísimo, un catedrático maravilloso de la Universidad valenciana que vive en Méjico. Está exiliado. Cuando necesitaba perder peso, le telefoneaba. El profesor me aconsejaba esto o lo otro, pero en ocasiones se hacía necesario un reconocimiento personal. A veces yo no podía desplazarme. Estoy muy contenta con el nuevo especialista. Si Planas confía en él, es cosa buena. Me aseguró que en 40 días eliminaré ocho kilos. ¿Régimen? Nada de alcohol, de pan de patatas… ¡ni de cremas de belleza en el cuerpo! Algo inaudito que no parece tener mucho que ver con esto de los kilos. Han descubierto que mi cuerpo absorbe y asimila las cremas de belleza. Debo suprimirlas o resignarme a mantener los sesenta y dos kilos actuales. Cuando ‘Locura de amor’ pesaba setenta y cuatro kilos, pero se notaba menos. Kilo que engordo, kilo que se nota porque soy de esqueleto muy ancho.
Última nota. Su relación con la moda. ¿Es elegante o despreocupante? También en eso tiene ideas muy claras:
-Pienso que la auténtica personalidad radica en vestir como te gusta y no al aire que los demás te imponen. Muchos se disgustan al verme con trajes ‘hippies’, con abrigo de visón y un capazo ibicenco. Hace años, muchos, que renuncié a ir vestida de secretaria –con blusa y faldita- como mi amiga Sofía Loren. Tales formulismos no están hechos para mí.

No hacía falta que lo dijera. Esas cosas saltan a la vista. 


Jesús MARIÑAS


EL RECORTE XXXIII

Aunque en este número de Garbo Sara asegura que desde que se separó de Chente no había estado con ningún hombre, años después reconoció un romance apasionado con el actor italiano Giancarlo Viola. Un tórrido romance que se reanudó a la muerte de Pepe Tous, que estuvo a punto de acabar en boda, que volvió a terminar muy mal y que después se reanudó a finales de los 90. La leyenda cuenta que José Vicente Ramírez Olaya enloqueció en el rodaje de La Dama de Beirut cuando ambos se dieron un beso. Hay quien apunta que antes de separarse de su marido la estrella ya estaba con Gianca... Lecturas, en Septiembre de 1999 recogía la no sé cuántas reconciliación de Sara y el actor italiano. Unas jornadas en Palma de Mallorca que compartían con Zeus, el hijo de Sara. 

SARA MONTIEL

Y GIANCARLO VIOLA
juntos y felices en Mallorca
El actor italiano están en Palma junto a su gran amor.
“Todo lo que pueda decir de ella es poco.
Es una mujer excepcional”




Giancarlo, Sara y Zeus, con sus perritos, en la cubierta del barco en el que salieron a navegar. La artista llevaba las uñas de los pies pintadas de diferentes colores. 

Como ya publicó Lecturas hace dos semanas, Sara Montiel y Giancarlo Viola han sucumbido de nuevo a las flechas del amor y están juntos de nuevo. La artista fue muy clara al declarar entonces: “He vuelto con Gianca y estamos muy bien juntos”.
Prueba de esta reiniciada relación es el hecho de que el actor italiano ha viajado hasta Palma de Mallorca para reunirse con su gran amor y pasar a su lado unos románticos y todavía veraniegos días de descanso. Con ellos está también Zeus, el hijo de la artista, que ya tiene 19 años.
A pesar de que lleva el brazo en cabestrillo porque se dislocó el hombro en agosto, a Sara se la ve radiante, muy feliz e ilusionada, al lado de Giancarlo. “Aunque nos vamos haciendo mayores, lo importante es que estamos aquí y con salud”, asegura.
-Desde que os separasteis, en 1994, ¿Giancarlo se ha mostrado muy insistente para volver contigo?
-Sí, mucho. Desde hace tres años no ha parado de cortejarme y, al final, se ha llevado el gato al agua.
-¿Es posible que haya boda en un futuro no muy lejano?
-No. Ni creo que la haya nunca. Estamos muy bien así y no quiero volver a contraer matrimonio.



Sin embargo, el italiano tiene claro que si por él fuera, pasaría muy pronto por el altar: “Por mí, nos casaríamos cuanto antes. Aunque me siento casado con ella desde el momento en que la conocí. Sara es una mujer excepcional. Todo lo que pueda decir de ella es poco”.
-Sara, ¿qué opinan tus hijos Thais y Zeus de esta relación?
-Les parece bien. Los dos hacen muy buenas migas con Gianca. La verdad es que cualquier hombre que yo elija les parece perfecto. Sólo quieren la felicidad para mí.


Sara con el brazo en cabestrillo porque se dislocó el hombre, y Gianca se mostraron muy cariñosos. La pareja mantuvo una larga relación de 1964 a 1972. En 1994, volvieron a salir juntos. 


PALMA DE MALLORCA. R. L.
Fotos: KORPA


LA FOTO XXXIII

CELEBRANDO LOS 50 AÑOS DE PECADO DE AMOR









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