Sara Montiel en 'Cada noche un amor'. Así se llamó en México su película 'La dama de Beirut'. De una u otra manera, el caso es que nos encontramos ante una nueva joyita mediática de la estrella, que ha vuelto tener a bien compartir con todos nuestro amigo Francisco. Gracias otra vez.
CADA NOCHE UN AMOR
Sara Montiel vuelve a nuestras a nuestras pantallas. Ahora con una canción tema ciento por ciento mexicana. Y con más canciones mexicanas acompañando al tema.
Siempre acompañada de apuestos galanes, ahora está acompañada por Gean Carlo del Duca, actor italiano que en poco tiempo ha logrado gran renombre en Europa.
'Cada noche un amor' es, por Sara Montiel, por de Duca, por los bellos colores y los inolvidables lugares que usted recorrerá siguiendo las aventuras del film, el estreno esperado y que hay que ver. Se estrenará en el cine 'Las Américas'.
Tan bella como siempre, Sara Montiel, dueña todavía de las taquillas de medio mundo, interpreta en 'Cada noche un amor', otro éxito mundial debido a un mexicano, 'Perfidia'.
En 'Cada noche un amor', la bella estrella hispana vive como el título del film señala, diversas aventuras. La película es, por ello, muy distinta a todas sus anteriores.
EL RECORTE XXXVIII
Casi recién salida del horno. El pasado lunes 10 de Octubre del año que estamos en curso, 2011, la revista TV y Novelas, nos sorprendía en su portada con un diálogo entre dos grandes estrellas: Silvia Pinal y nuestra Sara Montiel. Esto es lo que recoge este número del magazine mexicano que se completaría con una entrevista por televisión que ayer emitió un canal mexicano.
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-¿Y habrá boda, Sarita?
SM: No, no habrá. Él es soltero y yo también soltera, pero somos muy amigos. Viajamos mucho, ahora queremos irnos, para fin de año al desierto, que nos gusta mucho.
-¡Y no para de trabajar, verdad!
¿Adónde se va pasado mañana?
SM: Me voy a Alicante, Murcia y Valencia, con mi show de dos horas y media cantando. Y luego el año pasado me hice 36 plazas, y el antepasado más todavía, porque en Zaragoza hice 120.
-¿Y cómo se viste?
SM: A lo Sara Montiel, de folclórica no tengo nada. Canto canciones de mis películas, las más famosas como La violetera, El último cuplé, Ojos verdes; o sea, todo lo que canto es de películas o temas que escriben para mí. Alguna cosa nueva, con piano de cola, me dan la introducción… Yo adoro México, me ha gustado mucho, me abrazaron desde la primera vez que pisé su tierra, por eso yo tengo que estar agradecida, si no eres agradecido, no eres bien nacido. Tengo mi carta de naturalización de mexicana. Cuando he ido ahí a trabajar, nunca lo he hecho con visa de trabajo, yo soy mexicana. Lo que pasa es que España no te abandona, no te echa fuera, te deja tener otra nacionalidad. En los dos matrimonios primeros me casé en mi casa de Hollywood, con Tony, y el cónsul mexicano fue el padrino. Y cuando lo hice por segunda vez, que fue el 22 de agosto de 1957, estuvo el cónsul mexicano y el padrino fue el cónsul español. Yo vine a trabajar a España con mi pasaporte mexicano, hice los contratos con mi pasaporte mexicano, y luego, ya más adelante, me dijeron, ‘si ya te vas a quedar en España, pues sácate el pasaporte español para entrar a Europa’. Y tengo dos pasaportes.
Entonces, hay que ir a México…
SM: Sí quiero, y ya podría, porque tengo 83 años y medio.
Qué de recuerdos con Sarita Montiel, las películas…
SM: Yo tengo muchos, con el maestro Gonzalo Curiel hice Piel Canela, él compuso la canción para mí, para la película; la Warner es la que me vio en Los Ángeles en el cine mexicano del downtown. Y de Piel Canela me dieron el contrato para tres películas, La hija de un torero, y ahí conocí a mi marido, nos enamoramos y casamos.
Silvia también se casó cuatro veces, pero se enamoró no sé cuántas más…
SP: Ay, sí, pero yo lo voy a comentar en un libro, a ti no te voy a decir nada, ja, ja, ja.
SM: Yo ya lo tengo, es un libro de Plaza & Janes que se llama Vivir es un placer, se publicó en Buenos Aires, Argentina, en Francia, en Italia y en España. Y mi biografía salió también en el 99, cuando yo iba a México, que de México me fui a Buenos Aires, y estando ahí salió. Ha tenido mucho éxito, va por la treinta y tantas edición.
¿Y nunca tuvieron un novio que anduvo con las dos?
SP: No sé.
SM: Pero yo sí lo sé. Conozco a algunos tuyos y tú conoces a algunos míos porque es lógico, las dos hemos sido y somos muy famosas, guapísimas, así que cuatro maridos es poco para nosotras.
SP: Ja, ja, ja, claro, está dicho y lo has dicho muy bien.
Y también se han equivocado con los amores…
SM: Equivocación hay en todo, existen los divorcios, si te divorcias es un fracaso, no es una equivocación. Te casas enamoradísima y crees que es tu vida para siempre y resulta que no, y entonces, tenemos la suerte de que yo era mexicana y me podía divorciar cuando quisiera, porque las españolas, pobrecitas, estaban atadas, se casaban y nada de nada. Decían las hijas jóvenes de mi edad y de mi época: ‘yo no me puedo divorciar, y la Sara ya se divorció de Antonio’, y me divorcio del tercero y del cuarto. Es que con Franco no existía el divorcio, yo estaba señalada por haberme casado con un americano por el civil, estaba en un pecado mortal, estuve ocho años casada con él, un hombre maravilloso. Lo que pasa es que al final, pues nada, vino el divorcio aquí a la embajada americana y estaban todos los paparazzi y mi jefe de publicidad, Tico Medina, salimos Tony y yo divorciados, ya que había venido el divorcio de Los Ángeles a la embajada americana, salimos solteros. Y nos dicen: ‘¿Y ahora qué van a hacer ustedes?’ Y yo dije: ‘nos vamos a casa’. Y dicen: ‘¿Cómo que a casa?’… Y es que estuvimos juntos un año después de divorciados.
¿Y entonces para qué se divorciaban?
SM: Porque él me llevaba 24 años y cuando yo tenía ganas de trabajar, de salir, de vivir, él no, y luego, fíjate que yo me casé en artículo mortis con él. Él tuvo un ataque al corazón gravísimo y su hija me lo pidió, pero él sí se dio cuenta de que nos estábamos casando, teniendo como testigo a su hija.
Sarita, ¿y qué pasó con el cubano?
SM: Nos casamos, y a los ocho días, él se marchó con su hija a Cuba. Y a los tres meses, porque antes de tres meses aquí no puedes pedir la separación, yo la pedí y nos separamos en Cuba en el consulado español. Yo recibí la separación, fue un convenio que hicimos los dos, que no se dice.
¿Es verdad que se llevó todas las fotos?
SM: No, él tenía más fotos que yo cuando le conocí. Eran propiedad de él, eran fotografías mías que él había conseguido y que ni siquiera tenía yo. También tenía cuatro películas en 18mm, era un loco, le llamaban el ‘Sarito’ en la escuela, mucho antes de conocerle, por la admiración que me tenía.
¿Y se vestía de Sarita Montiel?
SM: Se vistió aquí de ‘Violetera’, me dijo que tenía que hacer un dinerito.
O sea, ¡¿era gay?!
SM: No lo he visto ni me he acostado con él. Él y yo teníamos un pacto, por eso me llamó alguien mentirosa, pero teníamos la exclusiva de una revista, y yo no me iba a descubrir como hacen todos, que no se descubren para que les paguen. Fue un arreglo entre él y yo de la boda… Si es gay, no lo sé. Es muy guapo, de padres españoles, son canarios los abuelos, la madre de ojos azules, es muy majo y es buena persona.
Sara Montiel y Silvia Pinal en la casa de la española.
¿Y los hijos, Thais y Zeus?
SM: Mis hijos, muy bien, están guapísimos y son buenísimos. Mi hijo está trabajando en Turismo, ha dejado de cantar, porque aquí no hace nadie un disco, las discográficas nada, como Luís Miguel que dijo: ‘para qué voy a hacer un disco si me lo roban, y no hago nada’. Es verdad, aquí pasa lo mismo. Tiene una voz preciosa, estuvo intentándolo, le iba bien, pero cayó esto del disco. Él iba a contratarse con EMI, que es la que tiene todo mi material y lo probaron, grabó unas canciones y les gustó muchísimo.
¿Y qué hace la hija?
SM: Trabaja con Londres, desde su despacho con la Discovery Chanel. Ella es licenciada en Literatura Inglesa, por Cambridge. Es una niña muy bonita y letrada, sabe todo del siglo de oro español, inglés, francés, alemán. Y también es abogada.
¿Qué es lo que más le decían que les gustaba de Sara Montiel?
SM: No tengo la menor idea.
Las piernas, el busto…
SM: La verdad que no… Mira, ahora poniéndose todas pecho y yo quería quitármelo, porque desde que tenía 12 años iba encorvada, y las sigo teniendo. Yo me quería quitar, porque una nunca está contenta.
¿Y las dos se desnudaron en el cine?
SP: Yo sí, en Simón del desierto y en Divinas palabras cuando salgo en la jaula y me mata el pueblo a pedradas.
SM: No, yo no.
¡¿Y desnuda?!
SP: Sí, tú no sabes cómo me sentía, porque el salir desnuda no es fácil, y además había ciento y tantos extras, pero Juan Ibáñez, que era el director, era un hombre muy inteligente, y me dirigió muy bien. Con Buñuel era diferente, era más discreto.
SM: ¿Sabes que Luís no me hablaba? Se enfadó conmigo.
SP: ¿Por qué?
SM: Porque yo no quise hacer dos películas con él, porque eran muy feas, los guiones eran muy malos. La primera que me ofreció le dije que no, y no sólo quería que yo le dijera que no, yo lo conocí en casa de don José Puccer, que puso el barco en Francia a los republicanos para llegar a México, que los aceptara, que iban a vivir ya. Lázaro Cárdenas era el presidente.
SP: Pero Luís no fue exiliado.
SM: No, no, digo que yo lo conocí en la casa de dos José Puccer, que fue ministro de Sanidad en la República nuestra, en el año 1934. Él puso el barco para todos los españoles en México. Yo iba a cumplir a 23 años, y entonces me ofreció una película, me dio el guión y no me gustó. Le decía yo a don José: ‘ay, como le voy a decir que no a este hombre con lo famoso que es, pero, en verdad, a mí no me gusta’… Al poco tiempo hice yo la exclusiva de las tres películas con Miguel Zacarías, que su hermano era el productor, pero él era el director, el que descubrió a María Félix en su casa, en la cocina de don Miguel Zacarías. María estaba ahí esperando que saliera su marido de Los tres calaveras, estaban cantando en una fiesta de don Miguel, que preparaba El peñón de las ánimas con Jorge Negrete. La vio a ella y le dijo: ‘pero usted no es de cine’, ‘no, yo no soy de cine’, y la metió en la película y la descubrió él, Miguel Zacarías. Cuando ella cumplió 84 años pasó el día y la noche entera conmigo, aquí en Madrid, cuatro años antes de morir. La llevé a un restaurante, era un lunes, todo estaba cerrado, y uno sí me abrió, ella quería comer una paella. Tomó champaña. Me fui con ella porque no quería dormir sola en el Hotel Ritz, al que siempre llegaba. Mandé a mi chofer para que nos recogieran a las 11 de la mañana, desayuné con ella, me la llevé al aeropuerto, la metí en el avión, me subí con ella en el avión, y no la dejé ni un momento. Me despedí de ella y me dijo: ‘Sara, me gustaría que cuando vinieses a México, no llegaras a ningún hotel, sino a mi casa’, y se despidió diciéndome esto que jamás se me olvidará: ‘Te deseo lo mejor, y te deseo que te mueras antes de enterrar a un hijo, que tengas esa suerte’. Tiempo después, la llamé porque iba yo con Tony a México a hacer una entrevista. Ella me dijo: ‘ven a casa’, y entonces, yo no necesitaba entrar a México con visa, pero Tony sí, entonces, en vez de llegar un día antes de morirse María, llegamos después. Se hubiera muerto conmigo, pero el destino es así… Ella me tenía preparada la habitación y todo. Cuando me dan la noticia, yo llego a México destrozada, luego me enteré de lo que habían hecho los hermanos, que ella había dicho que no los quería porque eran muy malos. Me dijo: ‘qué tal familia tienes, Sara’, y yo ‘maravillosa’, y me dice: ‘yo no he tenido esa suerte’. Ella era la novena de once hermanos. Había un hermano que se le murió, que era al que ella quería, con los otros no se hablaba. En cambio, tuvo a su madre en su casa, que murió con ella, porque los hermanos no se hicieron cargo para nada. Y murió con 101 años. Longeva. El padre, de 88 años.
SP: Yo conocí al hermano que ella quería, era güero.
SM: No recuerdo su nombre… A mí no me quiso conocer nunca, me echó del set. Ella estaba haciendo Carmeña, con Jorge Mistral, en el set al lado del mío. Yo estaba en Necesito dinero. Don Miguel me dice, ‘si quiere usted conocer a María, está haciendo una película’. Llegué muy prevenida, ella se encontraba en una ventana y Jorge hablándole, y ella mirando para acá. El set era muy grande, pero me vio en la esquina, sale a la ventana y dice: ‘aquella señorita que está ahí enfrente, fuera del set, porque no tiene nada que hacer aquí’, y me echó. Me echó dos veces, de dos sitios, aquí le hicieron una fiesta en el Ritz y no quiso tomarse una fotografía conmigo.
SP: ¿En serio? ¿Le dieron celos?
SM: Fue en el año 50, y cuando estuvo por hacer en los años 40 una película de Miguel Mihura, Si Fausto fuera Faustina, y Miguel me dice, ‘no te preocupes que te la voy a presentar, le van a hacer un coctel en el Ritz’, fue y me dijo: ‘yo con esta niña no me retrato’. Y yo siempre defendiéndola, era preciosa. Tenía una anécdota que contaba siempre, estaba ella haciendo Doña Bárbara, y la madre de María Eugenia Marqués le dice: ‘usted tuvo que ser muy guapa de joven’, y la contestación de María: ‘ay, mire, tiene tantos tantos años, que no me acuerdo’.
SP: Hay otra anécdota de María. Ella salió de circunstancias muy difíciles de México y cuando regresó, volvió triunfante, habían borrado aquella frase horrible que se había publicado en el periódico.
SP: Que le gustaban las mujeres. Entonces llegó y un periodista se acerca y le dice a María: ‘pero dígame, de verdad, ¿a usted le gustan las mujeres?’ y le dice: ‘si todos los hombres son como usted, sí’.
SM: Era muy preparada.
¿Por qué no tuvo hijos (biológicos)?
SM: La primera vez aborté con seis meses, se me murió dentro. Por la parte de mi madre han tenido hijos muy grandes, una hermana a los 62 años, otra a los 59, yo lo iba a tener a los 47 cuando quedé embarazada, y la última vez que iba a tener otro bebé era a los 51 años. Yo tuve 11 abortos, y uno porque me caí, por la única escalera que me he caído en toda mi vida, en mi casa de Hollywood. Tenía ocho meses de embarazo, me caí sentada; tenía 30 años… Otra vez me embaracé durante la película La violetera, y a las dos o tres horas empecé a sangrar, me llevaron al hospital y me hicieron una cesárea, pero se murió dentro. Las cenizas están en Nueva Jersey, donde tiene enterrado Tony a toda su familia, ahí está mi bebé de ocho meses.
Sarita, muchísimas gracias. Qué maravilla platicar con estas dos grandes mujeres, que Dios nos las conserve muchos años.
SP: Sarita, en México te rendimos un homenaje de todo el público, gracias por existir, por ser tan generosa.
SM: Por Dios, gracias cariño, ¡salud!
LA FOTO XXXVIII
Una jovencísima Sara Montiel en su época mexicana. En este caso en la película 'Vuelve Martín Corona', en la que compartió cartel con Pedro Infante.
Búscanos en facebook, Sarascover Sara Montiel, y forma parte de esta gran familia de admiradores de la superestrella española. Ya somos más de 1100 de todo el mundo.
¡Te esperamos!
Camelia!!! no Carmena,
ResponderEliminarGracias
11 abortos por lo visto eran de esas que tenian sexo con todo el mundo tipico de las mujeres antiguas aunque se hacian muy cultas pero actriz seguro se las aprovechaban todos los productor actor ect y tantos matrimonios lo que no entiendo es porque a ellas las llaman divas las respetan tanto solo porque fue del cine antiguo pero son unas p. ahora uno sepone ropas pequeñas y ya le dicen zorra. pero estas señoras eran muchisimo peor.! y que pena que no cuido ninguno de sus embarazos parece que no queria tenerlos. que horror ver esto me deja claro lo que esconden gente que parece idolos
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