viernes, 18 de noviembre de 2011

ANTENA SEMANAL - 15 de Mayo de 1988 - España


La popular actriz habla por primera vez de cómo consiguió ser madre
SARA MONTIEL
“Adoptar a mis hijos me ha costado 30.000 pesetas”

Éxitos, aplausos y homenajes… Una vida dedicada por entero a los cuplés y al cine. De Sara Montiel, de Saritísima, que acaba de cumplir sesenta años, se ha dicho y se sabe todo. Acaba de presentar su último disco: “Purísimo Sara”, en el que canta junto a Montserrat Caballé y Javier Gurruchaga. Sin embargo, es la primera vez que la diva, madre amantísima, habla de la adopción de sus dos hijos, Thais y Zeus. Un camino que han seguido muchas familias españolas que por una u otra razón no han podido tener descendencia y que Sara asegura que no cuesta más de 30.000 pesetas. 




Sara Montiel responde a la pequeña Thais: “No, cariño, nunca, jamás”, cuando ésta le pregunta: “¿De verdad que no me vais a dejar nunca papá y tú?”.
Sara Montiel y su marido, el empresario Pepe Tous, intentaron tener hijos. La popular actriz y cantante estuvo embarazada en varias ocasiones pero en ninguna llegó a hacerse realidad, incluso llegó a sufrir un aborto de seis meses. Su gran deseo de ser madre la llevó a plantearse la adopción, y así fue cómo Thais, la hija mayor del popular matrimonio, llegó al hogar de los Tous. Más tarde fue Zeus quien completó una familia que, como tantas otras en España y en el mundo tienen, gracias a la adopción, el derecho a ser padres que la Naturaleza les había negado. Acaba de cumplir sesenta años y Sara sigue manteniendo ese brillo especial que conservan las grandes estrellas.
Sara se describe a sí misma como una madre responsable y con ganas de luchar por sus hijos. Pepe Tous no tiene más que palabras de admiración para ella:
-Sara es la madre ideal porque no es una madre de circunstancias ni una madre como consecuencia de algo que ha llegado sin desearlo, sino que es una madre consecuente con un deseo muy grande de ser madre, como en mi caso el de querer ser padre. 

Trabajador infatigable, Pepe tiene poco tiempo para estar en casa, y de hecho, al poco de comenzar la entrevista tuvo que marcharse precipitadamente para atender unos asuntos. Lo que no se considera es un padre severo:
-No –dice sin pensárselo Pepe Tous-, quizá mi mujer sabe aplicar mejor la disciplina que yo. Yo soy más blando y dicen que, por lo regular, suele ocurrir en todos los matrimonios. La mujer siempre se sabe imponer más con los hijos, y sobre todo en mi caso que, más que ser padre, soy un abuelo prematuro.
Pero Pepe Tous, ya con un pie en la calle, no quiere marcharse sin hablar de la adopción: “Ya que la entrevista trata de ese tema, me gustaría hacer un llamamiento para decir que el mejor sistema para solucionar el problema de tantos niños sin lhogar es darles un padre y una madre, más que estas campañas que se hacen para recaudar dineros, cosa que yo respeto porque hay que cubrir las necesidades. A mi modo de ver, la mejor forma de actuar es dando ejemplo más que dando limosna”.
Las preguntas de Thais

Por su parte, Sara quiere explicar cómo ha sido la crianza de sus hijos:
-Les he dado cada biberón y cada baño…, procuro pasar el mayor tiempo posible con ellos. Cuando he ido de gira a América siempre me los he llevado conmigo. Ahora no hago tantos viajes porque ya van al colegio y no puedo sacar a Thais de su clase.
Todos los niños hacen preguntas a cierta edad, algunas de ellas acaloran a cualquier padre y otras terminan en un tierno beso, Thais ya se las hace a su madre.
-Mi hijo es muy pequeñín todavía, todas las noches antes de dormirse le leo un cuento, luego voy al cuarto de Thais, donde ella está leyendo sus libros y entonces me dice: “Mamá, ráscame la espaldita y dime cuánto me quieres”. “Yo te quiero mucho, cariño” –le digo- y le rasco la espaldita. “¿De verdad que no me vais a dejar nunca papá y tú?” “No, cariño –le contesto- nunca jamás”.




“Es mejor decirles que son adoptados”

La adopción de niños siempre ha estado ligada a matrimonios con una posición económica elevada. Sara está de acuerdo que en la mayoría de los casos es así, aunque cree que esto no es justo para muchas familias.
-Yo no creo que eso deba ser así. Lo más importante –dice Sara- es que los padres sean buenas personas y que tengan un pasado y un presente dignos. Que sea gente decente, buena y honrada, aunque sea gente humilde.
Pero en ocasiones cuesta mucho dinero adoptar un niño:
-No cuesta más que los sellos y los documentos de adopción del Juzgado y del notario. Es una cantidad que cualquier familia puede pagar; en total unas treinta mil pesetas; eso es lo que me ha costado adoptar a mis hijos.
Pero Sara añade que, a pesar de todo, tuvo algunos pequeños problemas a la hora de adoptar a sus hijos:
-El único problema con que nos hemos enfrentado ha sido con la prensa, con un periodista que descubrió de dónde procedía nuestro hijo Zeus. Eso ha hecho mucho daño al niño, sobre todo para el día de mañana. Ahora procuramos educarles en un buen colegio, dándoles cariño y explicándoles, desde muy temprano, que ellos tuvieron una madre que está muerta y que nosotros somos sus padres verdaderos porque los hemos elegido. Es mucho mejor decirles a los niños que son adoptados, siempre hay que decírselo, en todos los casos. Los niños son muy crueles en el colegio y basta que yo sea tan famosa para que vaya por ahí un alma caritativa, como yo las llamo, y se lo diga. Por eso es mucho mejor que lo sepan.

 Los Tous, un hogar feliz

Con una vida repleta de éxitos y triunfos, Sara Montiel ha conseguido el mejor premio de todos: sus hijos y un hogar feliz.
-Sara, ¿qué sintió cuando la llamaron para decirle que tenían a su hija esperándola?
-Una felicidad muy grande que no se puede explicar. Hay gente que me pregunta si se quiere igual a un hijo adoptado que a un hijo de tu vientre. Yo siempre respondo que sí, que mis hijos son de mi vientre, que son hijos deseados.
-¿Y ha pensado en la posibilidad de aumentar su familia y dar un tercer hermanito a sus hijos?
-No, ya no. Nosotros somos muy mayores y tenemos una responsabilidad muy grande para con ellos. Quisimos tener otro hijo para que Thais no estuviese sola porque, por ley de vida, nosotros somos ya gente mayor y no queríamos que ella estuviese sola.
Sara es una madre consecuente consigo misma y con los suyos, y el paso de los años le interesa por una razón muy especial: “Sí nos preocupa. Es lo único que me preocupa de la edad, el tiempo que me queda de estar con mis hijos”.
La vida familiar de los Tous es como la de cualquier otro hogar, se preocupan por la educación de sus hijos. Thais ya toca muy bien el piano con sólo nueve años, sus padres la escuchan embelesados, y Zeus con cinco, también tiene muy buen oído musical.
Los dos forman una buena pareja de hermanos. –Se adoran, se quieren mucho- dice Sara-. Estadísticamente está demostrado que los hermanos adoptados se quieren mucho y que permanecen muy ligados en la vida, aunque tengas sus peleas. Sara se siente feliz, y por eso apuesta por la vida, no da consejos a las madres adoptivas porque: “Yo sé muy bien lo que cualquier madre adoptiva siente y hace por su hijo, y por eso no hay nada que decir”.


Elena CARRERA


EL RECORTE XLIII
A finales de los 80 Sara Montiel tuvo que enfrentar uno de los momentos más cruentos en su vida. Envuelta en todo un escándalo de adopción, tuvo incluso que acudir a los tribunales, en la que fue una visita histórica retransmitida por todos los telediarios. Al margen de todo había una pequeña personita, Zeus, que sería la víctima inocente de todo esto. Después de adquirir la sentencia del juez, los Tous decidieron mandar esta nota de prensa a todos los medios de comunicación. Así aparecía en la revista Diez Minutos el 14 de Marzo de 1989.

SARA MONTIEL
Y PEPE TOUS: “NUESTROS HIJOS NO HAN SIDO NI ADQUIRIDOS, NI COMPRADOS, NI NEGOCIADOS. HAN SIDO ADOPTADOS LEGALMENTE”


Con fecha 24 del pasado mes de febrero, Sara Montiel y José Tous, su marido, dirigieron una carta a diversos medios informativos, con el ruego de su publicación. La carta dice textualmente:
“Señor director:
Le rogamos y agradecemos la publicación de esta carta que resume nuestra postura como ciudadanos y como padres. Esperamos y deseamos con ello dejar definitivamente zanjado un asunto que tanto perjudica el buen nombre de nuestro hijo Zeus, como ha reconocido el Tribunal Supremo de la nación, en sentencia a nuestro favor, cuyo contenido nos ha proporcionado una inmensa satisfacción moral, ratificándonos, una vez más, en la fe y confianza que siempre hemos mantenido en la Justicia.
Apelamos a todos vosotros –medios de comunicación- para que respetéis la intimidad y la inocencia de un niño de cinco años, del que nosotros, sus legítimos padres, nos sentimos muy orgullosos de que lleve nuestros apellidos y cuyo honor seguiremos defendiendo cuantas veces consideremos que haya sido pisoteado.
Nuestros hijos no han sido ni adquiridos, ni comprados, ni negociados. Han sido adoptados legalmente.
En nuestra condición –nos referimos básicamente a Sara Montiel en su calidad de artista- de personajes públicos, siempre hemos tenido abiertas las puertas, como os consta perfectamente, a todos los medios de información. Jamás hemos puesto precio, como también os consta, a ningún tipo de noticia relacionada con nosotros. Nunca hemos puesto obstáculos ni reparos a vuestra labor, ni hemos mercantilizado con ello. Siempre hemos respetado y facilitado vuestro trabajo. Y también consideramos que tienen que ser respetados los límites de la intimidad que deben proteger a una criatura indefensa, más tratándose de un caso de adopción plena.
Nosotros solamente hemos perseguido, con absoluta convicción, dos objetivos fundamentales que estimamos deben presidir la vida de todo ciudadano civilizado en el que se da además la condición de padre adoptivo, independientemente de la notoriedad pública de nuestra persona: elevar a Justicia la resolución de un conflicto que nosotros entendemos ser totalmente vejatorio para la honra de nuestro hijo (y aún podríamos decir de nuestros hijos, pues en estos hechos también se ha visto envuelta de rechazo nuestra pequeña Thais) y, en segundo lugar, hacer lo que haría cualquier padre normalmente constituido, como es defender con todas nuestras fuerzas, y, sobre todo, con todo nuestro amor, el buen nombre de Zeus, hasta donde sea necesario, pues, por su edad, él, que no ha ofendido a nadie, no puede por sí mismo defenderse de los que le ofenden despiadadamente.
¿Es mucho pedir que se deje de mencionar en titulares de la sección de sucesos, en reportajes y entrevistas sensacionalistas y, al parecer, en exclusivas pagadas por cierta prensa amarilla, el nombre de nuestro hijo?
¿Por qué este afán de marcar una vida que se inicia, por supuesto no surgida por generación espontánea, enturbiándola con un lastre del que es totalmente ajeno nuestro hijo?
¿Qué pecado ha cometido él naciendo y nosotros adoptándolo?
Por favor, un mínimo de respeto por él. Es sólo un niño con un futuro por delante, que por nuestra parte sólo pretendemos, dándole amor, cariño, educación y protección, que sea lo mejor posible.
Es lo único que pedimos.
En la confianza de ver atendida nuestra petición, reciba nuestro más atento y agradecido saludo”.
Firmado: Antonia Abad (Sara Montiel) y José Tous.


LA FOTO XLIII


CELEBRANDO LOS 50 AÑOS DE PECADO DE AMOR


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