lunes, 3 de diciembre de 2012

LECTURAS - 28 de Enero de 1994 - España


SARA MONTIEL:
“ME CASO”


Sara y Giancarlo, en un fotograma de la película en la que se conocieron y que fue dirigida por Ladislao Vajda. 

Hace escasos días, Sara Montiel hizo una llamada personal a nuestra revista. Quería darnos una noticia, algo muy importante para ella que quería compartir con Lecturas. Por teléfono no quiso especificar más y nos citó en su casa de Palma de Mallorca: “Vente a casa. Prefiero que hablemos aquí tranquilamente. Sé que siempre habéis estado a mi lado y que a Pepe le hubiera gustado que fuera así. Lecturas ha sido para nosotros una auténtica amiga y Julio Bou, vuestro director, quería mucho a mi marido”.
El domingo día 16 era un día frío en Palma, pero a las 11 de la mañana el sol brillaba en la bahía. Sara Montiel me recibió en su casa con un tremendo resfriado que ya la tenía varios días en cama. Mientras Sara terminaba de arreglarse, sus hijos Thais y Zeus me acompañaban en el salón para ver en vídeo la última actuación de Madonna, una de las cantantes preferidas de la familia.
Sara llegó serena y relajada. Parecía como si Antonia Abad hubiera encontrado la paz espiritual que ansiaba desde aquel fatídico 25 de agosto de 1992 en que perdió a su marido, Pepe Tous.
La cita en Palma debía tener un significado, un importante significado y había que descubrirlo cuanto antes, así que tras los saludos surgió la primera pregunta.



Sara con sus hijos, Thais, de 14 años, y Zeus, de 10. 

-Sara, ¿cuál es esa noticia que querías darnos?
-Me voy a casar con Giancarlo Viola, todavía no tenemos fecha prevista, pero después de hablarlo y meditarlo mucho he decidido unir mi vida a la de Giancarlo. Son muchos los motivos que me hacen tomar esta decisión, pero quiero decirte que el apoyo de mis hijos, especialmente el de Thais, ha sido lo que más me ha influido en esta decisión. Mi hija quiere verme tranquila, ella sabe que hace muchos años Giancarlo y yo estábamos muy unidos. Ella sabe que durante ocho años vivimos un amor muy fuerte, como también sabe lo mucho que amé a su padre y lo que hemos sufrido por su muerte.
Giancarlo Viola y Sara Montiel formaron una bella pareja de enamorados durante casi nueve años. El apuesto actor italiano conquistó a nuestra bella actriz cuando interpretaron juntos la película ‘La dama de Beirut’, de Ladislao Vajda. Por aquel entonces Giancarlo se convirtió en uno de los grandes amores de la actriz manchega. Su otro gran amor sería precisamente Pepe Tous, por quien Sara Montiel dejaría a Giancarlo Viola. Hoy, casi treinta años después, Sara y Gianca –como le llama Sara- han vuelto a encontrarse. El destino, que les separó hace muchos años, es caprichoso y los ha vuelto a reunir.
-Yo creo que la vida sigue a pesar del dolor y de las alegrías. Creo que el destino está marcado para cada persona y yo, que siempre creí que era una mujer que no tenía que casarme nunca, que no tenía que atarme y resulta que me he casado tres veces. Es ahora cuando te puedo decir que nosotros, los seres humanos, no podemos cambiar nuestro destino; él hace que te ocurran una serie de circunstancias. Esos momentos, esas personas que se cruzan en tu vida. Luego te descruzas de esas gentes y ya ves, el destino caprichoso te vuelve a poner en el camino de quien un día fue tan importante para ti. ¿Cómo es posible? Pues yo creo que con amor, con respeto y con cariño a la persona que vuelves a encontrar.


-Pero, hacía muchos años que tú y Giancarlo no os veíais. Si no recuerdo mal, fue el pasado verano, cuando Televisión Española te dedicó el programa ‘Esta es su vida’ y entre las personas invitadas estaba precisamente Giancarlo Viola, ¿verdad?
-Sí, pero antes nos habíamos visto en el año 82. Fue en unas vacaciones que hicimos mi marido y yo. Pepe tenía un gran aprecio por Gianca y decidimos pasar unos días con él y su hermana en Italia. Yo había terminado mi relación con Gianca, pero siempre Pepe y él habían tenido buena relación. Desde ese viaje que hicimos mi marido y yo en el 82 no lo volví a ver hasta este verano, creo que fue en el mes de mayo o junio cuando se hizo ese programa.
-El encuentro con Giancarlo este año quizá te hizo recordar tiempos pasados, cosas vividas que por mucho que pase el tiempo siempre quedan en nuestro recuerdo.
-Claro; fueron muchas cosas vividas hace muchos años. Fue un amor muy grande. Lo que pasa es que luego, cuando conocí a Pepe, él se convirtió en el amor de mi vida.



-En estos meses que han pasado desde tu encuentro con Giancarlo hasta el día de hoy en que pensáis en celebrar vuestra boda, has debido tener muchas dudas, muchos miedos, me figuro que tus hijos han sido fundamentales en esta decisión tuya.
-Sí, efectivamente. Mis hijos lo conocen y se sienten muy a gusto con él. Mi hija Thais ha sido la que más ha influido en mí para que yo me sintiera otra vez bien al lado de Gianca. Él también conoció personalmente a mis hijos. Ya los conocía por foto, pues Pepe en navidades siempre le mandaba una felicitación a él y a su hermana, y ya sabes que siempre poníamos las fotos de nuestros hijos. Gianca nos invitó a pasar unas vacaciones en su casa en Italia y mis hijos se sienten muy bien con él. Saben que nunca intentará ocupar el lugar de su padre, pero que para ellos sentí un buen compañero, un buen amigo con el que podrán contar siempre.
-¿Qué sentiste cuando viste en el plató de televisión, después de tanto tiempo, a Giancarlo?
-Una sorpresa tremenda. Cuando lo vi me di cuenta que no era desconocido para mí. El había sido muy importante, fue un amor muy grande en mi vida.
-¿Cómo ha vuelto a conquistar tu corazón Giancarlo?
-Con mucha paciencia, mucho cariño y mucho respeto. Es un hombre muy dulce, un auténtico caballero, como lo fue mi marido, Pepe Tous. En estos meses Gianca me ha ayudado mucho, ha estado a mi lado, ha intentado por todos los medios sacarme de ese pozo oscuro, negro, en el que estaba metida desde que murió  mi marido. Ha sido muy cálido conmigo, me ha arropado constantemente. Se ha ganado a mis hijos. Es un hombre muy cariñoso, muy respetuoso, un hombre con mucha educación. Empezó a entrar en mi vida otra vez lentamente, pausadamente, pero no sólo como mujer, sino algo que yo también necesitaba, un apoyo que sólo me podía dar alguien tan querido como fue él. 



Ya le ha regalado el anillo de compromiso
Giancarlo le ha regalado ya el anillo de prometida que en Italia recibe el nombre de 'anillo de la fidelidad'. Esta tradición se remonta a la antigua Roma en la que los señores colocaban un anillo con su sello a las nuevas esclavas que adquirían para recordarles que debían ser fieles. 

Los tres maridos de Sara
El primer matrimonio de Sara Montiel tuvo lugar en 1957 en Nueva York. Se casó con el director de cine norteamericano Anthony Mann del que se divorció en octubre de 1963. Un mes más tarde se prometió formalmente con José Vicente Ramírez Olalla, un alto cargo de la empresa SEAT con el que se casó en Roma el 2 de Mayo de 1964. Su matrimonio con José Vicente duró muy poco y tras la relación con Giancarlo conoció a Pepe Tous con el que se casó en 1979. 

Sara y Pepe Tous el día de su boda en Palma de Mallorca, el 31 de julio de 1979

Sara, con su segundo marido, José Vicente Ramírez Olalla. 

Con el primer marido, Anthony Mann, en 1957. 


-Giancarlo siempre dijo que habías sido el amor de su vida, que eras la mujer que más había querido.
-Sí, siempre lo dijo y ahora también me lo ha dicho. Hemos hablado mucho, hemos pensado todo con mucha tranquilidad. El otro día me decía: ‘Antonia, yo no quiero volver a perderte, el destino nos ha unido de nuevo y no voy a dejar que te alejes de mí. Tú eres la mujer que más he querido en el mundo, nos queda poco futuro y el tiempo que nos quede tenemos que estar juntos. Somos dos personas mayores y tenemos que disfrutar del poco tiempo que nos queda. Siempre estaré a tu lado y tus hijos tendrán a su lado a ese amigo que necesitan…’.



Sara y Thais brindan por la felicidad que merecen tener. Madre e hija están cada vez más unidas. Sara Montiel sonríe tranquilamente, sus ojos vuelven a ver un sentido a la vida. El amor, trnquilo y bello, está de nuevo en su vida.




Un romance que duró ocho años
Sara Montiel y Giancarlo Viola, cuyo verdadero nombre es Giancarlo del Duca, fueron presentados por el director de cine Ladislao Vajda poco antes de iniciar el rodaje de 'La dama de Beirut' en 1965. La sensual Sara y Giancarlo se enamoraron y mantuvieron un idilio que duró ocho años, hasta que ella conoció a Pepe Tous. 


EL RECORTE XCII
Fueron y vinieron muchas veces pero a la diva nunca le convenció una formalización de su relación con Giancarlo Viola. Siempre estuvo allí, también cuando la estrella acabó con su último marido y retomaron una relación casi tan mítica como la propia Sara. Así lo contaba la revista Pronto en Agosto de 2003. 

SARA MONTIEL
vuelve con Giancarlo Viola,
su eterno enamorado
La aún señora del cubano Tony Hernández se deja querer por el galán italiano, enamorado de ella desde hace 43 años, pero rechaza de pleno su proposición de matrimonio



Para estar al día sobre Sara Montiel hay que seguir sus pasos casi minuto a minuto porque, si no, te pierdes. Que si hoy me caso, que si mañana me separo, que si después me peleo con una buena amiga… Pero lo último del ‘culebrón Saritísima’ es que su eterno ex novio, el actor italiano Giancarlo Viola, de 76 años, le ha pedido matrimonio a través de un programa de televisión y que ella se ha negado en rotundo: “¿Boda? No hombre no. Él sí quiere, pero, si uno no quiere, no hay nada que hacer… Giancarlo y yo estamos juntos, pero no estamos revueltos”.
Sara y Giancarlo se conocieron en 1965 cuando ambos rodaban la película ‘La dama de Beirut’. Por aquel entonces, ella estaba casada con su segundo marido, Vicente Ramírez, pero eso no impidió que el galán italiano quedase prendado de la belleza de la internacional manchega. Desde entonces, Giancarlo confiesa que ha vivido 43 años de amor hacia la Montiel, aunque ella se ha casado en otras tres ocasiones, nunca con él, e insiste en rechazarlo.
Los rumores de un nuevo enlace cuando la actriz acaba de iniciar los trámites de separación del cubano Tony Hernández nacieron cuando el propio Giancarlo acudió al programa ‘Menta y chocolate’ y se le declaró: ‘Nos vamos a casar. No me digas que somos demasiado jóvenes para casarnos…’.
El italiano está convencido de ser el verdadero amor de la actriz a pesar de que, según dice, han jugado al ratón y al gato durante décadas: ‘Cada vez que yo decidía que nos íbamos a casar, se casaba con otro y yo me apartaba’. O eso es, al menos, lo que asegura que hizo cuando Sara se casó con Pepe Tous: ‘Ella estaba enamorada de mí, pero yo me di cuenta de que la hacía llorar mucho por celos y, cuando vi a aquel gentleman, me dije: ‘Deja que Antonia sea feliz con él paga tus pecados’. Y me fui’. (Por cierto, que tras oír las declaraciones de Janine Aguiló Baraud acusando a Tous de participar en orgías gays organizadas por la propia Sara, la actriz y sus hijos han decidido demandarla por infamias).
Muy distinto es lo que el italiano cuenta de Tony Hernández, el aún marido de su amada. Dice que para él, esa boda ‘es una broma que no cuenta’, y que Sara lo hizo, en parte, para sacar dinero, pero, sobre todo, ‘para darme celos’.
Sobre Tony, ese hombre al que Sara dice seguir teniendo como amigo –“¡Cómo no voy a seguir siendo amiga de mi marido!”- se rumorea que, una vez más, intentaba sacar tajada de su estatus como ‘señor Montiel’, pero que, por ahora, no lo tiene fácil. Parece que, desde que comenzaron los trámites de separación, él, que salía y entraba en Cuba como Pedro por su casa, tiene que hacer la misma cola que el resto de cubanos para salir de la isla y que, para colmo, no consigue visado, por lo que la exclusiva que dicen que tenía pactada con una televisión podría irse al traste.
Por ahora, y mientras Tony sigue intentando volver a España, Giancarlo ya ha conseguido instalarse en casa de Sara y planea llevárselas a ella y a su hija, Thais (que ahora está en Washington), de vacaciones a Cerdeña.
Ironías de la vida: el cubano tenía el visto bueno de Sara pero no el de los hijos, y el italiano tiene el beneplácito de los chavales pero no el de la interesada.

TEXTO: LOLA ESTEVA Y KORPA
FOTO: KORPA


LA FOTO XCII



Clásica foto de la estrella en 'La mujer perdida'. Película en la que tuvo como galán a Giancarlo Viola. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario