domingo, 30 de diciembre de 2012

TRIUNFO - 28 de Diciembre de 1961 - España


Sara Montiel aparece sólo en la portada. Esto es lo que dice el recuadro que acompaña la fotografía: 

SARA MONTIEL
Año nuevo…película nueva

La máxima estrella del cine español inicia 1962 con el rodaje en Barcelona de ‘La Bella Lola’, bajo la dirección de Alfonso Balcázar para producciones Balcázar.

FOTOCOLOR SIMÓN LÓPEZ


EL RECORTE XCVI
La revista Fotogramas, el 14 de Enero de 1977, ofrecía esta entrevista a la estrella realizada, suponemos, a finales de 1976. Documento tan denso como político, podría ser un estudio sociológico de una España inmersa en la transición. En cualquier caso, esto es lo que a la diva le preocupaba en aquél tránsito de año de los 70. 


el año nuevo de
SARA MONTIEL 
Sara Montiel es el mito nacional por excelencia, a medio camino entre el ‘glamour’ del Hollywood de siempre y la raza que da el haber nacido en Campo de Criptana, que es mucho campo como se sabe. Es como una Ava Gardner a lo manchego, una combinación que tiene su enjundia. Sara es un mito inmarcesible: cambian los tiempos, las situaciones nacionales, el entorno político y cultural, y ella sigue impertérrita como si nada. Saritísima de por vida. La Montiel es popular y hasta populista, y respondiendo a esta imagen lleva años declarándose demócrata de toda la vida, y hace pocos días ha dicho que se niega a actuar en Chile en tanto en cuanto no cambie el régimen político que allí se traen, que hay que reconocer que es un pasón de régimen. Sara, en suma, un personaje sorprendente.



Le llamé por teléfono justamente esta mañana en que España nos sorprendió con la detención de Carrillo, y la voz ronca de una Sara recién despertada me soltó toda esta retahíla política sin que hubiera ninguna incitación por mi parte, lo juro:
-Oye, que mi mucama me ha dicho que han detenido a Carrillo, ¿es verdad?
-Pues sí, ayer por la tar…
-Pero qué cosa… fíjate que aquí en casa, en la plaza de España, está todo lleno de guardias con metralletas y demás… No lo entiendo, de verdad. Yo no soy comunista, ni mucho menos, pero esto no lo entiendo, mujer…
-Sí, es increí…
-Yo soy demócrata socialista cien por cien, desde pequeña, porque toda mi familia lo fue, y ahora lo puedo decir, porque ya no me van a llevar a la cárcel por decirlo, que hace un año sí. Bueno, pues no entiendo por qué a este hombre le han detenido por entrar en España si no ha hecho nada, es una cosa absurda…
-Tienes razón porque…
-Yo con lo que no transijo ni como española ni como mujer es que llegue un señor y ponga una bomba que causa víctimas inocentes, eso me parece monstruoso, pero que le detengan sin haber hecho nada… A mí esto me parece peligroso, ¿no?
-Mujer, yo…
-Mira, yo no entiendo mucho de política, pero de mujer a mujer, si yo tuviera hijos, ahora mismo, tras la detención de este hombre, estaría muy preocupada. No sé a qué juega el Gobierno, no entiendo nada. ¿Y ahora qué va a pasar con Ana Belén y este chico, su marido? No entiendo, no entiendo.
Total, que por fin quedamos para hacer la entrevista en una hora arrancada de su agotador programa de trabajo, que ha grabado el espacio televisivo de fin de año, y estaba preparando su presentación en Cleofás y su próximo espectáculo a estrenar en febrero. La cita fue a la sobremesa, y les encontré a los postres de una comida con amigos. Allí estaba Pepe Tous, y ya se sabe: hacerle una entrevista a Sara con Tous delante es hacerle una entrevista a Sara y Pepe Tous, porque el hombre redondea respuestas de ella, aclara puntos, apunta anécdotas y actúa como de Pepito Grillo de la imagen periodística de la Montiel. ‘Lo tremendo fue lo del cinco de octubre en Rusia’ dice la Sara entre café y café y antes de comenzar las preguntas, ‘cuando el pueblo se manifestó y el zar Nicolás mandó que les ametrallasen, allí cayeron todos, niños, mujeres, toda esa gente que iba pidiendo de comer, tremendo, lo de “Doctor Zivago” no reflejó ni la cuarta parte de la realidad, allí murieron todos, sólo porque tenían hambre, lo que es yo no entiendo al zar Nicolás, y luego llegó Lenin y nada, y luego Stalin y tampoco, yo no les entiendo a ninguno, fíjate…’
Está muy guapa Sara, tan delgada, vestida con un divertido y moderno chaleco de punto, sin una gota de maquillaje en el rostro, la cara tersa y aniñada y el pelo recogido en una cola que ella trenza y destrenza durante la entrevista con una perversa ingenuidad muy a lo Lolita, mientras suelta su peculiar visión de la historia de la Revolución rusa.
-Por teléfono te has definido como demócrata socialista…
-No, querida, yo me definí así cuando existía Franco, en una entrevista que me hizo Paco Umbral hace mucho tiempo…
(Y Tous interviene apuntando que ya en el 62 Vázquez Montalbán le hizo otra en la que se confesó demócrata).
-Yo he estado siete años viviendo en un país demócrata, contando mi estancia en Méjico y en los Estados Unidos; me casé con un demócrata, todo eso marca.
-¿Son esos los tipos de gobierno democrático que te gustan, los de Méjico y los Estados Unidos?
-¿Perdón?
Muchas veces esta Sara que habla arrastrando las palabras entre castiza e insinuante me hace repetir las preguntas. Quizá es que yo vocalizo peor que si tuviera sopas en la boca, quizá es que Sara está cautelosa en esta media tarde.
-Yo quisiera que hubiese libertad de pensamiento, que a un señor le pueda gustar el azul y a otro el blanco sin que pase nada. Lo que me parece monstruoso es el terrorismo, ese terrorismo que está penado en todo el mundo, eso de matarse me parece horrible. Yo viajo muchísimo y no sé, por ejemplo, lo de Inglaterra con esos del Norte que están matándose todo el día, me parece tremendo, no lo entiendo.



-Dices que eres demócrata socialista, pero lo eres de forma vocacional. Vamos, que no estás afiliada a ningún partido.
-Yo no, no estoy afiliada a nada. Yo he vivido la democracia, me he criado en ella, la ha palpado, son ideas mías, lo tengo muy claro, la he mamado.
-Pero eres independiente políticamente.
-Yo no soy independiente, soy una señora que me dedico a un trabajo, a mi arte, sea bueno, malo o lo que sea. Y lo mismo que respeto al de enfrente, quiero que me respeten a mí.
-También has dicho que ‘no eres comunista ni muchísimo menos…’
-Yo no soy comunista porque no comulgo con sus ideales. En realidad conozco a comunistas, a socialistas, a republicanos, tengo y he tenido muchos amigos que son personas estupendas, Neruda, o León Felipe, o Indalencio Prieto. Yo respeto a todo el mundo menos a los terroristas que me parecen monstruosos.
-Pero ¿cómo participas tú en la vida pública española?
-Mujer, mi participación es que económicamente vayan bien las cosas, que suban los sueldos al mismo nivel de la comida que vas a comprar al mercado…
-Pero ¿estás dispuesta a ir en una manifestación, por ejemplo, convocada para que suban los sueldos?
-Yo ya estoy participando…
(‘Antonia, creo que se refiere por ejemplo a si firmas cartas al gobierno, cosas de esas, que tú has hecho muchas veces’, interviene Tous).
-Ah, sí claro, esas solicitudes que se mandan al gobierno, a veces vienen a pedir mi firma y si me parece justo pues las firmo, como firmé la solicitud para el congreso del Partido Socialista, esas cosas sí las hago.
-¿Y también ir a una manifestación?
-Me manifestaría lógicamente si un salario mínimo no alcanza para pagar la comida, o si el metro se pone tan caro que con la paga de un mes sólo te alcanza para los billetes del transporte, porque hay cosas que no deberían subir.
-Te echarías a la calle, entonces…
-Pues claro, por qué no.
-Me imagino a la brigada especial corriendo tras de ti y cambiando la porra por un bolígrafo para que les firmes un autógrafo…
-No, ¿por qué iban a perseguir? No tenían por qué hacerme ningún daño, no es ninguna criminalidad el pedir mejores sueldos para poder comer, vamos, me parece, no sería justo que por eso te encerraran…
-Pues está pasando todos los días…
-No me parecería justo, ya te digo.
-¿Y lo de negarte a actuar en Chile?
-Verás, es que no ha sido así. Es que yo vi una revista en la que se decía que yo iba a cantar en el festival de Viña del Mar, cosa que no es cierta. Así es que mandé dos cartas, una a la agencia de donde partió la noticia y otra al sitio donde la vi, diciendo que yo no iría a Chile mientras estuviese la situación en Chile como está.



-¿Y qué piensas de la reciente historia española, con tantos puntos de contacto con la actual situación chilena?
-No sé, esta era mi casa, de cualquier forma. Yo me fui de España el año 50 y viví fuera de aquí hasta el 64. De todas maneras, yo amo a España enormemente, no sobre todas las cosas, porque en primer lugar amo a mi madre y después la tierra donde he nacido.
Luego se habla de la labor profesional, del ‘respaldo de Sara siempre presta a sus compañeros’ y Tous apunta sabiamente lo del Festival de Gloria Rognoni, ‘que la llamaron para participar, y todos sabemos para qué era el festival, y ella dijo que sí cuando muchos dijeron que no’.
-Y también me eligieron a mí para lo de defender a los actores en Hacienda, que llevo un año defendiéndolos.
-¿Cómo marcha eso?
-Se hace lo que se puede, porque la cosa es tremenda. Fíjate que los actores trabajamos dos, tres meses, y el resto del año no, y sin embargo nos acribillan como si trabajásemos todo el tiempo. Lo de Haciendo con los actores no es justo, porque además es una carrera muy corta, no puedes trabajar siempre. Y luego vas a información y Turismo y dejan allí las listas de contribuyentes y es de risa, el banquero tal, paga cien mil pesetas sólo porque según esas listas cobra muy poquito, es muy pobre. Y a los actores nos echan el cálculo por los signos externos, y hala, montones de dinero. Y es que un actor ha de tener signos externos porque es parte de su trabajo, vivimos de la publicidad. El que tengamos que pagar mucho más que un presidente de consejo de administración me parece monstruoso e injusto. O sea, que tenemos que pagar más de lo que ganamos, te aseguro, más de lo que ganamos.
Y Sara es creyente: ‘Creo en Dios, en Jesucristo hombre, aunque no practico porque no lo siento ni lo he sentido nunca’. Y Sara está en contra del delito de adulterio, claro: ‘Me parece que está pasado totalmente, que es algo del año de la polca, escribe, escribe que todo esto me parece una coña, que los que deberían estar en la cárcel no están y los que están no deberían estar, que eso de que al adúltero le meten en la cárcel y al que adultera el aceite no, es de risa, hombre, que este es un país de coña, escribe, escribe’.
Y Sara es partidaria de la liberación de la mujer o algo así:
-Yo soy partidaria del hombre (y aquí hace una pausa glamourosa) y de la mujer, por supuesto. En España la mujer todavía está por los suelos, está a cero, que aquí somos todos muy árabes y me sigue pareciendo todo de coña. Da la casualidad que siempre que un hombre llega a algo, como político, como médico, como abogado, casi siempre, te digo, hay una mujer detrás que pasa desapercibida y que es la que en definitiva le ha impulsado a donde está.
-¿Y no crees que sería mejor que la mujer comenzase a ser una abogado fenomenal por sí misma en vez de impulsar a maridos abogados hacia el estrellato?
-También, por supuesto, y además ya las hay. Lo que es de coña es que no puedas viajar sin permiso del marido, ni vender, ni comprar, ni hacer nada. No falta ya más que nos pongan el candado de castidad.
(‘Y las discriminaciones laborales que hay, que sobre el papel todos cobramos lo mismo, pero luego no es verdad, que la mujer percibe menos sueldo, toma como ejemplo las empresas paraestatales como el INI, y verás qué discriminación, por ahí había que empezar’, dice Tous).
-Pero el machismo es solapado y se manifiesta de mil maneras. A ver, Tous: ¿cuántas veces has fregado los platos tú?
-Hombre, yo creo que eso no es importante…
-Esa es la base sobre la que se construye una sociedad machista…
-Hombre, yo a veces paso la aspiradora por la alfombra y no pasa nada. No creo en eso de que la mujer sólo sirva para fregar platos y para cocinar.
Y luego hay que pasar a hablar directamente de los prejuicios sexuales, naturalmente. Y dice Sara:
-Si yo tuviera una hija y se fuera a vivir con un señor, sería un problema de ella. O no sería problema, vamos, que podía ser maravilloso.
-Eres partidaria del amor libre.
-¡Pues claro! Y de qué manera. Y si esa supuesta hija mía se va a vivir con un señor a los catorce años si puede, mejor que a los veinte, porque a esa edad estará más dura. Es como las mejicanas, que llega un chavalilla y te dice: ‘pues voy a dejar de ser señorita’, ‘pues voy a dejar de ser señorita, que ya me estoy poniendo histérica’. Y les preguntas qué años tienen y te contestan: ‘pues quinse no más’. Esto me parece lo más inteligente del mundo.



-Hablemos de trabajo: ¿qué pasó con aquel proyecto teatral que tenía que dirigir Marsillach y que iba a escribir Umbral y no sé cuántos más?
-El proyecto era muy interesante, muy apetecible. Estábamos muy ilusionados, sobre todo Umbral, Adolfo y nosotros, pero los autores que tenían que escribir la obra algunos entregaron los textos y otros no. Y de los que se entregaron, dos tenían que rehacerlos porque eran demasiado largos, y tampoco lo hicieron. De modo que sólo teníamos cinco de los nueve textos, ha pasado un año y los cuatro que faltaban no se hicieron, así es que… Lo sentimos mucho, pero… Hemos pasado a hacer los proyectos que antes teníamos, el del espectáculo musical ‘Increíble Sara’, que lo habíamos pospuesto al estreno de ‘Ciento y la madre Patria’, pero ahora lo hemos vuelto a retomar y se estrenará en Barcelona el dos de febrero. Y cualquier otra cosa que se diga de todo esto es mentira, se ha escrito que yo no lo quería hacer y es falso, es que no terminaron de escribir la obra. Por cierto, dí que los dos primeros textos que se recibieron fue, de Madrid, el de Umbral, y de Barcelona el de Terenci Moix.
-Así es que ahora estás preparando el ‘Increíble Sara’. ¿De verdad es increíble?
-Yo no, mujer, el espectáculo sí lo es, pero yo no. Hombre, no me caigo mal, me tengo cierto cariño. Pero no soy increíble. Soy muy honesta cuando trabajo, eso sí. Yo no me enlato las canciones y salgo con ellas debajo del brazo en play back, como muchas hacen. Yo saco músicos de verdad, canto de verdad. En eso soy muy honesta.
Y antes de que me marche aún dice eso de ‘por cierto, Pepe, que ha llamado María de España, la mujer de Umbral, para ver cuando cenamos juntos, y yo le he dicho que cuando quieran’, para que se vea que está a partir un piñón con la intelectualidad. Tierna Sara democrática, increíble Sara socialista.


ROSA MONTERO


LA FOTO XCVI



Divina Sara.

¡NUESTROS MEJORES DESEOS PARA EL NUEVO AÑO QUE COMIENZA!

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