La diva aparece solo en la portada.
EL RECORTE CXVII
Hablar de 'La mujer perdida' es hablar de la maravillosa figura que para la estrella realizó el escultor Collaut. Para su realización, evidentemente, Sara Montiel tuvo que posar y posar vestida de diosa romana. Mientras tanto, las revistas de la época se hacían eco de esta nueva faceta de la actriz. Ama, en su número de la segunda quincena de Noviembre de 1965, recogía este reportaje.
SARA
MONTIEL
POSA
PARA EL ESCULTOR COLLAUT
Con el escultor Federico Collaut.
Una sonrisa y una amable invitación de
Sara Montiel nos ha traído hasta el estudio de Federico Collaut. La actriz posa
para la escultura que le están haciendo con destino a su nueva película.
-Después, cuando termine
el rodaje, me la llevaré a casa.
-¿Es la primera vez que te han hecho una
escultura?
-Cuando yo era muy
pequeña, Benlliure me hizo otra. Por cierto que no sé dónde ha ido a parar.
La belleza clásica y quizá un poco
melancólica de Sara Montiel se ha plasmado en la materia noble de la escultura.
Collaut, el autor, habla entusiasmado de su obra.
-Sara es muy, muy buena modelo a pesar de que tiene que
estar inmóvil tanto tiempo.
-¿Cuántas sesiones ha tenido?
-Tres para el boceto y dos para el busto.
Sara es una buena modelo.
La estatua tiene un significado: la
mujer frente al mar. Y juega un importante papel en el argumento de la
película, que cuenta los amores entre una famosa actriz, Sara Ferranz, y un
escultor, que gana con esta obra el primer premio en la exposición de París.
El guión lleva la firma de dos nombres
famosos: Pombo Angulo y Arozamena.
-El galán es Juan Carlos
del Duca, el mismo que hizo conmigo ‘La dama de Beirut’.
Sarita tararea una música que, a través
de ella, adquiere un aire nuevo y distinto.
-¿Cantas mucho en la película?
-Tres canciones clásicas
napolitanas y un arreglo de la ‘Quinta sinfonía’, de Tchaikovsky, con una
adaptación de Waldo de los Ríos y letra de Rafael de León.
Dentro de unos días Sara se marcha a
Cádiz. Allí, en su puerto de pescadores y frente al mar, se iniciará el rodaje
de la película. Después, Florencia, Nápoles y Roma; todo un viaje por el mundo
del arte. Y de arte se habla porque el ambiente influye y así, entre cuadros y
bocetos, estatuas y barro, Sara nos cuenta:
-He hecho alguna cosa en
mi casa de campo con barro: ceniceros, platitos; cosas sin importancia,
naturalmente.
Todo el mundo sabe que Sarita pinta unos
cuadros ingenuos, graciosos, pero lo que no sabíamos era su gran afición por la
escultura. Y así, cuando llega el momento de retratarse con el buril, delante
de la estatua, ella lo hace con seguridad, como quien está muy acostumbrada.
Aunque la escultura no sea obra suya, sino de Docha L. Riobó, una de las
alumnas de Collaut.
Cuando queremos saber lo que han pagado
por la estatua, el escultor sonríe y Sarita nos contesta rápida.
-Menos de lo que él se
merece, palabra.
Sara se ha convertido por unos momentos en escultora.
La actriz ha querido retratarse envuelta
en una especie de ‘plinto’ blanco como el que utilizaban las damas de Grecia o
de Roma.
-Donde esté lo clásico no
hay nada igual. En todo ello hay una belleza de líneas sorprendentes.
Porque Sara resulta que es enormemente
tradicional en sus gustos, y sus pintores favoritos son Goya, el Greco y los
impresionistas franceses.
Sara es la mujer de los mil y un
proyectos, aunque sea a muchas fechas vista. Cuando en enero termine la
película empezarán los preparativos para una gira detrás del ‘telón de acero’.
No es la primera vez que Sara va allí, donde ya tiene su público de
admiradores.
-Voy a hacer tres semanas
de actuación en el Volkhochej Teatre con la presentación personal de mis
canciones.
Después irá a Checoslovaquia, Hungría y
demás países satélites. Tres meses aproximadamente de gira y para la que la
actriz está haciendo preparativos.
-Ya estoy encargando el
equipo que voy a lucir: trajes de calle y ocho o nueve de fiesta, como ves me
estoy haciendo ‘unos pocos’.
Sara, enfundada en su ‘poncho’ amarillo
nos despide convertida ya en una mujer contemporánea que ha dejado atrás una
nueva experiencia: la de ser, durante unos minutos, musa clásica de un arte
noble.
Texto:
Sofi Díez Tejerina
Fotos:
Alejandro
La escultura de Sara Montiel para 'La mujer perdida' tal y como se encuentra actualmente en el molino 'Culebro' de Campo de Criptana, que alberga el museo de la actriz.
LA FOTO CXVII
"...como llovía, como llovía..."
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