Agradecemos a Violeta Riscal el envío de esta revista.
TUSET CONTRA PARALELO
DOS MUNDOS FRENTE A FRENTE EN EL FILM DE JORGE GRAU
“TUSET STREET”
Sara Montiel: la cantante de cabaret, Patrick
Buchau, el ‘ play boy’. Una pareja revolucionaria en el cine español.
Tuset Street, a
las 13,45.
-Sara
todavía no ha llegado. Pero no tardará. Ha esperado que la avisara. Con eso de
la lentitud del correo, nunca se sabe, si la gente acudirá o no. El ‘public
relations’ de Sara está nervioso, pero a poco a poco se tranquiliza. Al ‘Pub
Tuset’ van llegando los periodistas, fotógrafos y críticos de cine que no han
desoído la convocatoria de la conferencia de Prensa anunciada para presentar a
los protagonistas del film de Jorge Grau ‘Tuset Street’.
-Y Grau, ¿no ha
venido? Pregunto.
-No.
Está filmando exteriores. No pierde un solo minuto desde que el rodaje ha
comenzado. Pero abajo está Ricardo Múñoz Suay, su ayudante y maestro de
ceremonias para el caso.
Descendemos al
sótano del ‘pub’, y en efecto, Múñoz Suay está sentado con Patrick Buchau, el
joven melenudo que será el galán de Sara en el film.
No han pasado
diez minutos sin que un fotógrafo comunique a la concurrencia:
-¡Ya
llega Sara!
Sara entra
envuelta en su abrigo de visón y botas plateadas. Debajo del abrigo lleva un
corto vestido verde. Está muy hermosa. Saluda y se sienta junto a Patrick
Buchau para someterse al interrogatorio de la Prensa.
Primero los
micrófonos recogen sus palabras sobre determinados aspectos del próximo rodaje.
Sara no se limita a contestar. Además, en un inglés delicioso, sirve de
intérprete al locutor cuando éste dirige sus preguntas a Patrick Buchau, que
todavía no habla nuestro idioma. Sara, por lo visto, domina mejor el inglés que
el francés que, en realidad es la lengua del actor belga.
Tras la
intervención de un periodista que tiene la virtud de enervar a Sara Montiel con
preguntas provocativas sobre el rendimiento de sus últimas películas y discos,
se levanta la sesión.
No creímos
oportuno entonces someter a Sara y a Patrick a otro interrogatorio público –la
verdad es que sentimos una especie de fobia contra esas conferencias que
obligan a representar más que a preguntar- y emplazamos a nuestros personajes
para algunas horas más tarde, en la tranquila paz de su hotel.
Primer encuentro de la pareja protagonista. Patrick Buchau, cuñado de Brigitte Bardot, ha pasado por toda la escala social del cine. Dice que lo importante es estar en estrecho contacto con los colaboradores. Y observar a Sara muy de cerca.
PATRICK BUCHAU EL COLECCIONISTA
Un solo film
tuvo la virtud de transformar a Patrick Buchau en protagonista de ‘Tuset
Street’. Grau vio ‘La coleccionneuse’ en la Semana del Cine en Color y eligió
al Jordi de su película sin pensarlo más. Había barajado antes los nombres de
Tony Perkins y Maurice Ronet, pero finalmente Patrick Buchau se llevó el papel.
No se trataba de un actor excesivamente popular, pero sí convenía al tipo
físico requerido por el personaje: un ‘play-boy’ de ‘Tuset Street’. Quizá más
joven de los que suponemos debe ser la edad del personaje, Patrick es, sin embargo,
un perfecto ‘gentleman’. Educado en Oxford, hijo de un escritor belga y una
dama ruso-filandesa, está casado con Mijanou Bardot –hermana de la célebre B.
B.- y tiene una hija de 4 años. Mientras Patrick se encuentra en Barcelona
rodando el film, Mijanou, su mujer, sigue en París ocupada en la instalación de
una nueva tienda de antigüedades 1920.
-Brigitte
es una cuñada ideal, –comentó
Patrick.
-¿Y Sara? –le
preguntamos.
-La
conocí ayer. Estuvimos rodando unos ‘tests’ en los estudios.
-¿Conocías sus
películas?
-Tampoco.
Esta semana voy a ver ‘El último cuplé’ y otras que ha interpretado.
También verá
algún film de Grau. Conviene familiarizarse con las personas con quienes va a
trabajar.
-¿Por qué hace
usted cine?
-Me
gusta. En el cine he hecho de todo. He sido ayudante de dirección, productor,
guionista y actor.
-¿Qué película
produjo?
-‘París
vu par…’, con Barbet Schroeder. Un film que se hizo con características comunes
a lo que aquí se llama ‘Escuela de Barcelona’.
-No
funcionó bien. El distribuidor quebró.
-¿Conocía ya
Barcelona?
-Estuve
aquí en 1964 para presentar un corto metraje de Erich Rhomer en el Semana del
Cine en Color.
-¿Qué puede
decirme del cine español?
-Conozco
muy poco. Buñuel, claro. Aprovecharé estos días para conocerlo más a fondo.
-¿Es muy difícil
para un actor llegar a ser una primera figura en Francia?
-No
lo creo, pero ocurre que ahora no se rueda nada interesante. Después de ‘La
coleccionista’ me ofrecieron varias cosas, pero nada me sedujo. Entonces leí el
guión de Azcona y me pareció mucho más
tentador.
-¿No le parece
halagüeño el estado actual del cine en Francia?
-El
cine francés atraviesa una crisis financiera de producción y distribución.
-¿Le parece que
el público prefiere el cine de Louis de Funes al de Godard?
-Sigue
habiendo un notable desfase, aunque es cierto que Godard tiene ya su público y
se beneficia sobre todo de la preferencia de los papás de la literatura:
Aragón, Sartre, Cournot…
A Sara no le importa confesar sus 34 años, ni decir que el contorno de sus caderas es de 90 centímetros. 'Señoras, de estas condiciones, las hay estupendas', dice. Posa con Patrick en una escena muy 'Tuset Street'.
-¿Si le dieran a
elegir un film de Godard o de Bresson con cuál se quedaría?
-Es
un poco lo mismo. No es interesante para un actor trabajar con gente que sólo
exige que se abran y cierren los ojos.
-¿Cómo concibe
usted, entonces, el trabajo del actor?
-Creo
que el cine es un trabajo de equipo en el que cada colaborador tiene que
expresar sus defectos y cualidades. En un libro es distinto. Es el punto de
vista personal del escritor lo que cuenta. En un film se produce una especie de
juego en el que cada uno debe jugar conforme a su propia personalidad. A mí me
gusta la idea de la República.
-¿Hay directores
en Francia que hagan el cine que usted admite?
-Sí,
Claude Chabrol; en América, Arthur Penn, Blake Edwards, Kubrick… Para mí el
director no es el maestro absoluto. Uno de los grandes errores que se han
cometido en estos últimos tiempos es instaurar la dictadura de los directores,
y no todos tienen el talento de Antonioni o Resnais.
-¿A usted no le
gusta someterse?
-No.
Lo escucho todo y luego trato de hacer algo personal que corresponda a lo que
exige el guión.
-¿Qué hace
aparte del cine?
-Soy
padre de familia.
-¿Su personaje
en ‘Tuset Street’?
-Un
‘play-boy’ malvado que se encuentra con una cantante de cabaret. Los mundos de
ambos personajes no llegan a encontrarse.
-¿Qué le
preocupa en estos momentos?
-Una
secuencia que tenemos que rodar en la Costa Brava en traje de baño de dentro
del agua.
-¿Se hará
doblar?
-Pues,
no.
-Es usted un
valiente.
No puede decirse que 'Tuset Street' no se conmovió con la presencia de Sara, su abrigo de visón y sus botas plateadas. Hubo la normal expectación. Eran las dos del mediodía. Los asiduos de Tuset, trabajan...
SARA MONTIEL, LA ‘DAMA’ DEL MOLINO
De ‘Se le fue el
novio’ a ‘Tuset Street’, Sara Montiel han pasado algunos años. No tantos como
la gente piensa. Sara, con su inamovible sinceridad, confiesa que tiene 34
años, que mide 90 de caderas, y que nadie la puede acusar de querer ser una
muchacha ‘yeyé’.
-Esto
me va, pero en cambio hay también señoras estupendas que corresponden
perfectamente a mis condiciones.
Sara tiene una
sonrisa que desarma. Es difícil hacerle una pregunta que no halle una mezcla de
ironía, seriedad, ingenio, lucidez. Sara tiene además un perpetuo ademán en las
manos que subraya intencionadamente todas sus palabras.
Sarita aguantó con estoicismo preguntas, más o menos, pertinentes, sobre sus últimas películas. Ella confesó que el arte le ha dado duros golpes. Pero no quiso decir cuales. Fue una intérprete eficaz para su compañero de rodaje. Usaron el inglés en lugar del francés. No hay que olvidar que Sara estuvo casada con un norteamericano.
-¿Cómo se
produjo su primer contacto con Jorge Grau para la filmación de ‘Tuset Street’?
-Conocía
a Jorge como director y como persona. Empezamos a hablar de la posibilidad de
hacer una película en Barcelona, de ambiente barcelonés. Yo estaba buscando una
historia moderna, atrevida, distinta de lo que había hecho hasta ahora. Grau y
Azcona me dieron una sipnosis para leer. Y me gustó. Vi una película buenísima.
Nos pusimos de acuerdo y aquí está el trío de la bencina: Sara-Azcona-Grau.
-¿Qué ocurrió
con la censura?
-Rechazó
el guión con razón. Pero han suprimido cosas pequeñas, sin importancia. No
modifica en nada la esencia de la historia.
-Además de
protagonista tiene usted otra intervención en el film, ¿verdad?
-Sí,
soy la productora.
-¿Logrará
olvidarlo durante el rodaje?
-Yo
no pienso en eso.
-¿Permitiría que
el director trabaje libremente?
-Naturalmente.
En cuestiones de dinero está el jefe de producción que se ocupará del asunto.
En cuanto a la parte artística es exclusiva responsabilidad de Grau. ¿Por qué
lo habría elegido de lo contrario? Grau es un gran director.
-¡Cómo no! ‘El
espontáneo’. ‘Una historia de amor’.
Sara añade que
son films magníficos porque Grau es un director más hecho, más maduro que el
resto de directores del ‘nuevo cine español’. Por la mañana había aludido a los
‘golpes’ que la vida le había dado durante su carrera artística. Pretendo
concretar de qué golpes se trataba, pero Sara dice:
-Vale
más olvidarlos. No soy rencorosa.
Sara en el lugar más 'pop' de la calle Tuset. Junto a la rebuscada decoración del 'Pub' pareció divertirse; dice que no viene a ocupar un lugar que no le pertenezca. Por el contrario, asegura que el papel de la chicha del 'Molino' fue escrito para que lo interpretase ella.
-¿Qué recuerdos
guarda de su época americana? De cuando hizo ‘Serenata’, ‘Veracruz’ y ‘Yuma’.
-Para
mí, fue una época de principianta. ‘El último cuplé’ lo barrió todo. Recuerdo
que a los dos meses de rodar ‘Yuma’, con Rod Steiger empecé ‘El último cuplé’ y
pasé de lo desconocido a ser una estrella popular. Aunque entonces trabajé con
Mario Lanza, Burt Lancaster, Gary Cooper, estuve en realidad preparándome para
hacer ‘El último cuplé’.
-¿No ha sentido
alguna vez haber abandonado su carrera americana?
-No.
No me gusta América para nada. Me siento muy europea, y me gusta hacer
películas europeas para España, Sudamérica, Japón, la India.
-¿Qué películas
hizo a las órdenes de su marido, el malogrado Anthony Mann?
-‘Serenade’.
Tony era un gran director. Hizo ‘La historia de Glenn Miller’ (‘Música y
lágrimas’) que era fenomenal. Él decía que era ‘El último cuplé’ americano
porque había servido para recordar a los
mayores una época pasada.
-¿Cuántas
películas había hecho Sara en Barcelona?
-‘La
Bella Lola’, ‘El último cuplé’, ‘La dama de Beirut’ y ‘Tuset Street’.
-¿Cómo ha
encontrado la calle Tuset desde la última vez?
-Mucho
más mona.
-¿Cómo es su
personaje en la película?
-Un
tipo muy humano, ingenuo, con reacciones fuertes, y momentos de crueldad
tremenda, pero siempre con sentimientos de gran sinceridad.
-¿Ha sido hecha
a su medida?
-La
historia ha sido escrita para que la interpretara yo.
-¿Se arrepiente
de no haber interpretado ‘La guerrillera de Villa’?
-Me
alegro muchísimo de no haberla hecho. Ha sido un fracaso horroroso. No se podía
hacer nada con un guión semejante. Manito, por aquí, manito por allá. (Sara imita
perfectamente el acento mejicano.) Yo he hecho
películas en Méjico, y no todas han sido buenas, pero ésta era imposible.
-¿Se ha
solucionado su pleito con Cesáreo González?
-Me
ha hecho un nuevo contrato para dos películas. Lo mismo que tenía.
-¿Sus proyectos
inmediatos después de ‘Tuset Street’?
-Tengo
que dar un recital en el teatro de los Zares, el ‘Bolshoi’ de Moscú, y luego
haré otra película que transcurrirá en Grecia, Costa Azul, San Remo, y también
en Barcelona. Será una historia entre bastidores de los Festivales de San Remo.
-¿Finalmente,
qué canta Sara en ‘Tuset Street’?
-Cuatro
canciones: ‘Frenesí’, ‘Acércate más’ y dos nuevas canciones que ha escrito
expresamente el maestro solano: ‘Encuentro’ y ‘Tengo miedo’.
-¿Cree que el
público está esperando una Sara distinta?
-Me
imagino que sí. Me espera ver distinta, pero sin dejar de ser Sara Montiel.
Y en efecto,
será absurdo imaginar que Sara puede abandonar su forma, su estilo y su
personalidad. La dama del ‘Molino’, como podríamos llamar de una manera
delicada al personaje de ‘Tuset Street’, no cabe duda de que será un importante
escalón en la carrera artística de la gran estrella.
Francisco de la TORRE.
Fotos: López Lacalle
EL RECORTE CXVIII
...y lo que parecía un proyecto novedoso, exento de confrontaciones, con un buen equipo..... se convirtió en todo un escándalo que benefició a la propia película. Sara, la diva Sara, se veía envuelta en un nuevo escándalo.....¡por diva! Pero los años han pasado y 'Tuset Street' no deja de ser, qué importa lo demás, un film más donde podemos disfrutar de Sara, la diva Sara. Así recogía la revista Semana el 2 de Marzo de 1968 parte del rodaje, y parte del escándalo.
DESPUÉS
DEL ESCÁNDALO EN BARCELONA, RUEDA EN MADRID CON UN NUEVO DIRECTOR
SARA
MONTIEL
“SIGO
GUSTANDO AL PÚBLICO”
Confieso que llegué preocupado al
estudio madrileño donde Sara Montiel prosigue el rodaje de ‘Tuset Street’.
Últimamente había leído historias tremebundas sobre el trato dado por la famosa
estrella a los periodistas. Por lo visto, durante su reciente estancia en
Barcelona, Sara hizo objeto a los reporteros catalanes de ciertos desaires;
mostró hacia ellos indiferencia, pasividad… ‘¡La Montiel me recibió entre
bostezos, aburrimiento y grandes dosis de suficiencia! ¡Durante la entrevista
se hizo la sorda en varios momentos!’ ‘Todo tiene un límite. Si Sara
prosigue en esa postura irritante, la Prensa se acabó para ella’. Cosas de este
calibre había leído últimamente. Era, pues, para llegar preocupado al plató
número dos de los estudios madrileños donde Sara filmaba.
Me tropecé con ella antes de llegar al
plató. Sara se dirigía a la peluquería. Venía sin maquillar, cubierta con un
abrigo de pieles; calzaba botas plateadas.
-Buenas tardes, Sara.
-¡Ah! ¿Sois vosotros? ¿Qué
tal?
-Muy bien gracias. Sara, veníamos a hablar contigo; a
hacerte unas fotografías…
-¡Todas las que queráis!
Debí mostrar en la cara un asombro
demasiado ostensible. Sara rió. No sé si porque la vino en gana o porque vio la
cara que puse ante su alarde de amabilidad.
-Sólo os ruego que
esperéis a que me maquille. Luego, en el plató, con un traje azul largo saldrá
todo mejor… Esperad en el bar. ¿Os parece?
Una pausa en el rodaje. Sara se cubre con un jersey. Ella, con su sola presencia, llena el estudio. En Madrid, el rodaje de 'Tuset Street', prosigue sin incidente alguno.
Después del escándalo de Barcelona, vuelve la calma. Sara Montiel y su nuevo director, Luís Marquina, cambian impresiones en paz. Sara asegura que no es una actriz indisciplinada, pero que le gusta comentar los planos a rodar. Ella sabe lo que quiere.
AQUÍ
NO HA PASADO NADA
En resumen: que me encontré con una Sara
Montiel amable, complaciente, sencilla… Esa Sara que todos conocemos, la que trata
al periodista de tú a tú, trato que, por cierto, no es frecuente recibir de
divas. Y Sara Montiel, indudablemente, es una diva. Una diva a la española, con
las virtudes y los defectos (que casi siempre, también son virtudes) de la
raza. Pero diva al fin y al cabo. Es cierto que la espera duró tres horas. Pero
Sara no hizo esperar tan solo al periodista. Esperó el director de la película,
el operador, los técnicos… Sara es muy meticulosa maquillándose, peinándose,
vistiéndose… Lo hace ella personalmente, porque no hay quien conozca a Sara
Montiel tan bien como ella misma. Tres horas después, en efecto, apareció una
Sara Montiel deslumbrante, impecablemente maquillada, peinada y vestida.
En el plató se había reproducido el
escenario del popular Molino barcelonés, templo de la revista pícara. Mientras
preparaban la iluminación, Sara me atendió con suma amabilidad.
-¿Qué ha pasado, Sara?
-Nada. Ya ves que no pasa
nada.
-Digo en Barcelona, durante el rodaje de
tu película…
-Pues que un señor ha
querido hacerse publicidad a mi costa y eso no lo consiento. Le hemos entregado
trescientas mil pesetas, se ha marchado y ahora dirige la película Luís
Marquina. Y todos tan amigos.
¿Qué pasó realmente en Barcelona? Parece
que la discusión que dio paso a la crisis Sara Montiel – Jorge Grau (director)
empezó cuando iba a rodarse un plano de Sara bailando sobre un pódium. Grau
colocó la cámara y el objetivo en la posición que consideraba adecuada. Sara
hizo objeciones. Personalmente ha observado que Sara cuida al máximo su
fotogenia. Hace indicaciones al director y al operador; cambia con ellos
impresiones e, incluso, les concreta cómo quiere ser retratada. Lo asombroso es
que, casi siempre, Sara acierta en sus indicaciones. Yo fui testigo de cómo dos
ideas de Sara sobre iluminación aumentaron notoriamente la belleza plástica de
unos planos. Es comprensible que algunos directores no acepten interferencias
de la estrella. Con Sara fallan las reglas: yo creo que esta mujer sería capaz
de dirigir una película.
-No es eso –me dijo-. Yo no quiero dirigirme a mí misma. Yo no quiero ser más
que nadie. Yo acepto la autoridad del director porque para eso está y para eso
le pago –Sara es productora de esta película-. Aquí
todos nos llevamos maravillosamente y nadie podrá decir que la Montiel es una
indisciplinada. Lo que ocurre es que me conozco perfectamente. Llevo
interpretadas unas cuantas películas, ¿no? Puedo permitirme el lujo de cambiar
impresiones con el director y el operador. En buena armonía, naturalmente…
-Grau te acusó de pecar de ‘vedettismo’,
de que te irritas con exceso…
-No me interesa lo que
haya dicho ese señor. Ya no tiene nada que ver conmigo. Además, ¿es que acaso
no soy una ‘vedette’? ¿Mis películas dan o no muchos millones de pesetas? Ahí
está el control de taquilla…
-Sara, sinceramente, ¿sigues gustando al
público?
-Insisto: ahí está el
control de taquilla. Mis películas son las que más dinero dan.
Sara no ha cambiado. Su personalidad
fuera de lo común, arrolladora, justifica que ella ocupe la posición que ocupa.
Se muestra ante el periodista sin mixtificarse. Es María Antonia Abad, la moza
manchega que un día llegó a Madrid en plan de conquista… y conquistó.
Arrebatadora, apasionada, a veces desgarrada… En ciertos momentos apasionados
brotan de sus labios curiosos epítetos muy castellanos, que redondean una
personalidad acusadísima, que se ofrece desnuda, sin tapujo alguno.
-Cómo consideras a los técnicos y
artistas que te rodean en tu película, ¿subordinados?
-No sigas por ahí. Yo no
tengo, no quiero tener subordinados. Son gente que me ayudan. Entre todos
tratamos de hacer una gran película.
Sara Montiel canta. Su fotogenia es increíble. Su figura, sin decorado, algo; basta y sobra para llenar la pantalla. La propia Sara aconseja luces, movimientos de cámara, y, casi siempre, acierta. Indiscutiblemente, Sara Montiel entiende de cine cada día más.
-¿Discutes mucho en el plató?
-En un plató se discute
siempre. Unos con otros. Pero son discusiones amables. Quien conozca bien el
cine por dentro sabe que es imposible hacer una película sin discutir en
determinados momentos.
-Dicen que eres la estrella de los líos.
-¡Será porque soy Sara
Montiel! –exclamó
riendo.
-También dicen cosas sobre tu físico…
-¡Ah, ya! Que soy gorda,
desproporcionada, que uso postizos…
Realmente, Sara está algo más gruesa que
tiempo atrás, pero no hay que exagerar. En lo que todos coinciden es en que
‘da’ fabulosamente en la pantalla. La fotogenia de Sara –muy cuidada, es
cierto, por ella misma y por quienes la rodean- sigue siendo asombrosa.
-¿Qué te gusta comer?
-De todo. La gallina en
pepitoria, por ejemplo.
Sara siempre habla en serio. En
ocasiones, es una seriedad teñida de ironía, o de guasa, o de sarcasmo.
-Después de esta película, ¿qué?
-Veintiún recitales en el
teatro Bolshoi, de Moscú, y una película dirigida por Duccio Tessari.
Sara me abandonó. Marquina la reclamaba
para rodar una canción: ‘Encuentro’. Sara, con gran lujo de ademanes, indicaba
lo que quería. Y repetía: ‘Algo nuevo, distinto;
que el público no vea siempre lo mismo… Yo lo veo así…’ Sara tiene muy
en cuenta al público, a ese público ‘verdaderamente
maravilloso’.
Creo que tenemos Sara Montiel para largo.
Yo me alegro. La necesitamos.
Germán
SAMA
Fotos:
J. Torremocha
LA FOTO CXVIII
Violeta Riscal, o Sara Montiel.
"...miedo, tengo miedo..."
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