Adiós a
SARA
el gran mito del cine español
Murió en Madrid acompañada por su hija Thais
Con 15 años paseaba su juvenil belleza por Madrid antes de convertirse en una gran estrella, una imagen que luego ella siempre quiso mantener.
Con Gary Cooper y Burt Lancaster rodó en 1954 Veracruz a las órdenes de Robert Aldrich. Tenía 26 esplendorosos años.
La figura más
rutilante e internacional de nuestro cine falleció el 8 de abril, menos de un
mes después de cumplir 85 años, aniversario que celebró con sus dos hijos, Thais
y Zeus.
Estrella hasta
el último momento, Sara Montiel dejó dispuesto que su cuerpo no fuera expuesto,
aunque sí recibió el último homenaje de familiares, amigos y admiradores antes
de ser inhumada en el cementerio de San Justo, en Madrid. No le hubiera
importado descansar en su Mancha natal. Estaba orgullosa de sus raíces y en las
páginas de SEMANA declaró: ‘Yo vengo de una casta
de gañanes’.
Su nombre real
era Antonia Abad y nació el 10 de marzo de 1928 en el seno de una familia muy
humilde: ‘Pasábamos hambre, pero nos reíamos
mucho’. Su padre, Isidoro Abad, enfermó de asma y toda la familia se
trasladó a Orihuela, donde Sara pasó el final de su infancia cuando gracias al
productor Vicente Casanova, que reparó en su graciosa y vivaz belleza, participó
en un concurso que ganó y le permitió participar, con 15 años, en la película Te quiero para mí con el nombre
artístico María Alejandra, que cambió por el de Sara Montiel por consejo del
periodista y productor Enrique Herreros.
A mediados de los 70 cantó en Moscú.
Su fotogenia y espectacular belleza inundaba la pantalla.
LAS PERLAS DE LA GRAN SARA
“Nací pobre, pero increíblemente bella”
“Todos los hombres a los que he amado
se parecían a mi padre”
“Mi trabajo ha consistido siempre en
adelgazar para poder trabajar”
“Yo no quiero decir que fuera súper,
súper, súper; pero un poco súper sí que era”
“Al sexo hay que echarle muchas veces
un poco de teatro, de misterio”
“No admiro a nadie”
“¿Pero qué invento es esto?...”
SUS RAÍCES
Manchega Universal
Nació en Campo de Criptana, Ciudad Real. Siempre se mostró orgullosa de sus raíces y se lo transmitió a sus hijos, con quienes viajó muchas veces a su pueblo natal. En la foto la vemos junto a Luís Cobos, también de esa localidad, en septiembre de 2009 en una visita que hicieron.
Salto a Hollywood
Fue contratada
por Cifesa, entonces la productora más importante del cine español, y obtuvo su
primer gran éxito en 1948 como Aldara, la reina mora de Locura de amor, lo que le permitió viajar a México donde no tardó
en convertirse en una gran estrella que trabajó a las órdenes del Indio
Fernández, y dar el salto a Hollywood, donde rodó Veracruz a las órdenes de Robert Aldrich y Yuma con Samuel Fuller. Allí conoció a su primer marido, el
director de cine Anthony Mann. Se casaron en 1957, y él la mimó en todos los
terrenos. No solo la convirtió en una estrella internacional, sino que la rodeó
del máximo lujo. Mann le regaló algunas de sus joyas más importantes, como un
aderezo de esmeraldas que Sara utilizó incluso en sus películas.
Con 22 años llegó a México donde no tardó en convertirse en una estrella.
El pasado 10 de marzo en su último cumpleaños con sus hijos, Thais y Zeus.
El último cuplé
En 1957 le llegó
a Sara el guión de El último cuplé,
que propició su regreso a España y su conversión en un mito. No fue una actriz
eximia, ni una gran cantante, pero guapa, desenvuelta y sensual, llegó como una
bocanada de aire fresco al cine español.
Se convirtió en
una estrella del melodrama que llenaba como ninguna otra las salas de cine,
imponiendo una belleza singular que ella misma nos definió en SEMANA: ‘Además de valor para aguantar primerísimos planos es
preciso tener una cara perfecta ¡como la
mía! De línea goyesca, con mucho pómulo, nariz pequeña, boca insinuante. Un
rostro como el mío hubiese sido digno de figurar en un cuadro de Goya. Soy una
de las dos actrices del mundo que han salido triunfantes de la prueba de los
primeros planos. La otra es Elizabeth Taylor’, nos dijo con el
desparpajo y el estilo directo que siempre la caracterizó.
UNA VIDA DE LEYENDA
SUS CUATRO BODAS
El director Anthony Mann fue su primer marido y el hombre que la introdujo en Hollywood. Se casaron en 1957 y se divorciaron tres años después, aunque mantuvieron una gran amistad.
El industrial vasco José Vicente Ramírez Olalla fue su segundo marido. Se casaron por la Iglesia en Roma el 2 de mayo de 1964 y se separaron a los pocos meses, pues Sara no quiso renunciar a su carrera.
Pepe Tous, el gran amor de su vida. En 1979 se casó con Pepe Tous, tras nueve años de relación que solo pudo cortar la muerte de Pepe en 1992.
Tony Hernández, cubano, treinta y ocho años menor que ella, divorciado y con una hija, fue su cuarto y último marido. Se casaron en octubre de 2002 y rompieron al año siguiente.
Pepe Tous
Instalada en
España y disfrutando de un éxito que traspasaba fronteras, sentimentalmente
Sara lo intentó de nuevo cuando el 2 de mayo de 1964, se casó en la iglesia de
Nuestra Señora de Montserrat, en Roma, con el industrial vasco José Vicente
Ramírez Olalla. El matrimonio solo duró unos meses y en septiembre de 1977 les
concedieron la nulidad. Sara explicó así en nuestras páginas esta ruptura: ‘Quiso prohibirme que siguiera siendo Sara Montiel.
Quería que me dedicara solo a la casa. Fue imposible entendernos’.
El 28 de febrero
de 1970 fue una fecha inolvidable para Sara, pues conoció al empresario y
periodista mallorquín Pepe Tous, un hombre clave en su vida, que consiguió
relanzar su carrera artística y junto al que logró hacer realidad su gran
sueño: ser madre.
Sara tuvo tres
abortos, el primero en su matrimonio con Anthony Mann y el último con Pepe Tous
con quien adoptó dos hijos: Thais, nacida en Brasil el 3 de marzo de 1979, y
que estaba con ella en el momento de su fallecimiento, y Zeus, nacido el 21 de
mayo de 1983. La relación de Sara y Pepe solo la cortó la muerte de él, en
1992, tras una larga batalla contra el cáncer.
Dejó el cine en 1975 y triunfó en teatro con su espectáculo Saritísima.
Otros amores
Pero Sara tuvo
una intensa vida sentimental, que ella rodeó de misterio y glamour. En sus memorias afirmó que se quedó prendada de León
Felipe, y que el premio Nobel Severo Ochoa y Miguel Mihura fueron otros de sus
grandes amores.
Almodóvar, de Calzada de Calatrava, quiso recuperarla para el cine, pero ella se negó.
Las joyas fueron una de sus pasiones.
Su forma de posar ante la cámara la hizo única.
Dueña de una fotogenia única, impuso su ley a productores, directores, modistos, peluqueros... En el plató mandaba ella.
Enamoró a
Maurice Ronet, su galán en Carmen la de
Ronda, y el italiano Giancarlo Viola también ocupó su corazón. Ya al final
de su vida, protagonizó su última y polémica historia de amor cuando el 17 de
octubre de 2002 se casó con un antiguo admirador, el cubano Tony Hernández, 38
años más joven, divorciado y con una hija. Se separaron a los pocos meses y la actriz se volcó en los
suyos y en mantener una leyenda indestructible. Descansa en paz, Saritísima.
EL RECORTE CXXIX
Decir Sara Montiel es nombrar el éxito. Su muerte improvisada no dio lugar a grandes y detalladas semblanzas de lo que fue su vida en los medios de comunicación. Pero basta un vistazo a su repercusión mediática desde que comenzó para darse cuenta que ha sido una artista única. Aquí una pequeña biografía de la revista Dígame publicada el 5 de marzo de 1963.
BIOGRAFIA DE
SARITA MONTIEL
A los cinco años de edad organiza funciones de teatro ante un público imaginario con decorados a base de viejas cortinas y carteles de publicidad cinematográfica que arranca con sus compañeros de juego de las fachadas de las casas.
Su primera comunión. María Antonia Abad Fernández nació en Campo de Criptana, pueblo de la Mancha, donde Don Quijote había cabalgado siglos atrás en la inspiración de Cervantes.
María Antonia
Abad Fernández es una niña cuando se queda huérfana de padre. Se encuentra
sola, ensimismada con sus sueños.
Una productora
española organiza un concurso artístico, y a él se presenta con todo el ímpetu
de sus pocos años. Canta varias canciones. Gana el premio, consistente en una
subvención de quinientas pesetas mensuales, para iniciarse en su preparación
artística. No tiene nombre artístico. El periodista Enrique Herreros se lo
proporciona: Sarita Montiel. Sarita, por su abuela, y Montiel, por los campos
de su patria chica. Y empieza su vida en el cine.
Corta sus
trenzas, cambia el color de sus cabellos, se maquilla los ojos y se transforma
en una mujer, cuando sólo tiene tan pocos años. Su primera película: ‘Empezó en
boda’. Luego ‘Locura de amor’, su primer gran éxito. Disgustos, contratiempos.
Durante el rodaje de esta película enferma, guardando reposo durante días,
semanas y meses. Más cine. Después ‘El capitán veneno’, también en España.
Marcha a Méjico, en donde la eligen Reina de la Primavera. Allí hace ‘Furia Roja’, ‘Martín Corona’. Triunfa en varias repúblicas hispanoamericanas.
María Antonia canta. En el colegio de Orihuela, provincia de Alicante, en donde recibe elemental educación; en público en un festival, en una procesión. Unos productores de Madrid la escuchan, la elogian, la animan y le prometen que será estrella de cine.
Por fin,
Hollywood, entre Gary Cooper y Burt Lancaster. ‘Serenata’ y ‘Yuma’. En agosto
del año 1957 se casa con el director Anthony Mann.
Regreso a la
Patria. ‘El último cuplé’, con Juan de Orduña. Sarita descubriría para todos un
nuevo matiz, un nuevo tono, un aire caliente en sus canciones, en su voz. Desde
su casa de Hollywood se entera del éxito alcanzado con el estreno de esta
película en Madrid. Premios, recompensas, recibimientos desbordantes,
popularidad. Año de 1958.
Hollywood,
Madrid… ‘La violetera’. En el cine Rialto, de la capital española, se coloca
una placa en el vestíbulo para conmemorar el triunfo. En Villaviciosa de Odón,
pueblecito castellano, Sarita canta en una función benéfica. Y dice: ‘Esta va para los que están ahí fuera, a los del pueblo,
de donde he salido yo’.
San Sebastián la
invita en el VI Festival Internacional del Cine. En septiembre de 1958, la TV
cubana le ofrece un fuerte contrato para actuar ante sus cámaras. Más éxitos
por Caracas, San Salvador, Guatemala. Regresa a Madrid el 31 de enero del año
1959. Otra película: ‘Carmen la de Ronda’. Va a Lisboa, a Bruselas.
En 1960 filma
‘Mi último tango’.
Sarita Montiel en la película 'Mariona Rebull'. Año 1946.
La popular estrella española, en la actualidad.
Desde Buenos
Aires inicia su segunda gira por América. El 3 de julio de 1960. Desde allí
envía un telegrama a su madre: ‘Se han cumplido
todos mis deseos’.
Montevideo,
Santiago de Chile, Lima, Quito, Ecuador, La Habana –la isla bella del Caribe-,
Haití, Colombia…
Madrid otra vez.
Prepara las giras de 1961, que se inician en la primera quincena de febrero en
Nueva York. Y otra película: ‘Pecado de amor’. El 21 de septiembre firma el
contrato más fabuloso de su historia y realiza ‘La bella Lola’, en Barcelona.
Pasa el año 1962.
Y así hasta hoy,
cuando todavía no ha cumplido los treinta años de edad. Su película más
reciente: ‘La reina del Chantecler’.
Isidoro PENIN CASTILLO
Celebrando los 50 años de
'La Reina del Chantecler'
LA FOTO CXXIX
Sara Montiel
Campo de Criptana, 10 de Marzo de 1928 -
Madrid, 8 de Abril de 2013
'Un lunes abrileño...'
...siempre en nuestros corazones...
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