lunes, 11 de noviembre de 2013

CARTELERA TURIA - del 22 de Mayo al 2 de Junio de 1968 - España


La verdad es lo que es
y sigue siendo verdad
aunque se mire al revés.
A.   MACHADO
Teníamos que encontrar un buen comienzo para lo de SARA MONTIEL. Nada excesivamente pomposo, ni pesado. Un buen principio, ligero y ameno, que invitara a continuar leyendo. Algo intrascendente como esto:
En un claro día de mayo, el Abad Mitrado de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, fray Justo Pérez de Urbel, daba una plática ensalzando las virtudes del matrimonio a los recién casados: Antonia Abad –para todos Sara Montiel- y José Vicente Ramírez Olalla.
La cupletera –con evidente realismo-, dejaba sus amores románticos para el cine y se sacralizaba con toda pompa y esplendor.
Posteriormente, el matrimonio en su luna de miel llegaba a Roma y visitaba la tumba de Alfonso XII. Único dato desconsolador: no consiguieron que el Papa les recibiera en audiencia privada.
Después continuaron viaje. Y nosotros también.

SARA MONTIEL
Y LOS PREMIOS
PREMIOS DEL SINDICATO DEL ESPECTACULO
1957
Año del descubrimiento del filón. Premio a un film político, y a Sara, nostalgia de una época pasada.
Especial: ‘Y eligió el infierno’
1ºpremio: ‘El útlimo cuplé’
2ºpremio: ‘La puerta abierta’
3ºpremio: ‘Amanecer en Puerta oscura’
4ºpremio: ‘Los ángeles del volante’

1958
Exaltación de las organizaciones estatales. Canto sentimental a la monarquía. Comedias de chicas alegres por la Gran Vía madrileña.
Especial: ‘Quince bajo la lona’
1ºpremio: ‘¿Dónde vas, Alfonso XII?’
2ºpremio: ‘La violetera’
3ºpremio: ‘La venganza’
4ºpremio: ‘Las chicas de la Cruz Roja’

1959
Un falso cristianismo y una seudo apertura al perdón y al olvido. Films de ‘qualite’ alternando con la frivolidad característica.
Especial: ‘Molokai’ y ‘La fiel infantería’
1ºpremio: ‘El baile’
2ºpremio: ‘El lazarillo de Tormes’
3ºpremio: ‘La casa de la Troya’
4ºpremio: ‘Salto a la gloria’
Premio al personal de figuración de ‘Carmen la de Ronda’

1962
El cine histórico y el religioso en dos epopeyas muy españolas. La superproducción. Sara se renueva al compás de la época.
Gran premio: ‘Dulcinea’
Premio especial: ‘Santa Teresa de Jesús’
2ºpremio: ‘La gran familia’
3ºpremio: ‘La reina del Chantecler’
4ºpremio: ‘Ensayo general para la muerte’

FECHAS, LOCALES Y SEMANAS DE PERMANENCIA EN CARTEL DE LOS FILMS DE SARA EN NUESTRA CIUDAD (VALENCIA)
El último cuplé: Mayo del 57. Lys y Avenida. 35 semanas.
La violetera: Mayo del 58. Lys y Rex. 20 semanas. (?)
Carmen la de Ronda: Enero del 60. Rex y Lys. 5 semanas.
Mi último tango: Octubre del 60. Capitol. 4 semanas.
Pecado de amor: Marzo del 62. Olympia. 4 semanas.
La bella Lola: Octubre del 62. Capitol. 3 semanas.
Noches de Casablanca: Abril del 64. Capitol. 2 semanas.
Samba: Febrero del 65. Martí. 3 semanas.
La dama de Beirut: Enero del 66. Capitol. 2 semanas.
La mujer perdida: Octubre del 66. Eslava. 5 semanas.

 ANECDOTARIO FRIVOLO
*Cuando en un pueblo alicantino se levantó el alcalde –que en una de sus escapadas había visto ‘El último cuplé’- al grito de ‘han cortado la escena del bocado en el pecho’, el cine entero se hizo eco de esta protesta y con sus gritos hizo que se interrumpiera la proyección. Buscaron al responsable de la ‘elipsis’ y le obligaron a intercalar los metros cortados: la sala respiró tranquila. Se hizo marcha atrás y Sara, después de cantar ‘La nieta del Carmen’, fue mordida y ultrajada por Alfredo Mayo.

*’Soy Antonia Abad, modesta persona, y Sara Montiel, modesta actriz’.
Estreno de ‘La reina del Chantecler’ en un cine de la Gran Vía madrileña. Lleno total; además, los fans que no han podido entrar esperan a la puerta  la salida de la estrella. Comienzan a impacientarse: Sara no sale. Desmayos, riñas: intervención de la policía. En el momento culmen del clímax la diva hace su aparición. Todo hace presagiar un fatal desenlace si Sara se aventura a pasar entre sus admiradores. Se le propone salir por otra puerta para evitar tumultos. Ella se niega, se debe a su público. A duras penas consigue abrirse paso custodiada por la policía y llega al coche medio desvestida. Hubo heridos, bofetadas y alguna prenda íntima fue recogida al día siguiente por los porteros.

*Alarde esteticista en ‘Noches de Casablanca’: dos primerísimos planos de la boca de Sara.

*En la gala anual Philips en 1962 Sara canta ‘La violetera’. Acaba, y el locutro le hace las preguntas de rigor:
-¿Le gusta a usted la televisión?
-¿Qué si me gusta? ¡Me doy cada ‘panchá’…!
-¿Cuál es el ser que usted más quiere en el mundo?
-Está en la sala. ¡Mariaaa! Sube, que estos señores quieren conocerte. Es mi madre.

*Después de su boda, Sara emprende una gira por los países del Este. En un teatro de Bucarest interpreta ‘La violetera’ con este curioso arreglo de estribillo:
‘Llévelo usted, señor… rumano’.

*’La carta que más me ha impresionado de todas las que he recibido –que son muchas- es una que en el sobre llevaba escrito lo siguiente:
A Sara Montiel, la actriz que iluminó a España y al mundo entero con su interpretación de “El último cuplé”.
Madrid.’

*Apertura de mano de la censura: Sara se busca la pulga, se compra un chulo y enseña las piernas en ‘La reina del Chantecler’.

*Declaraciones de Sara a la prensa:
‘Yo no tengo subordinados, sino gente que se ocupa de mis cosas, que me ayuda. Yo nunca me meto en nada’.
‘A Jorge Grau le elegí porque me habían dicho que era un chico que prometía’.
Y para que baile tiro del hilito…
‘Las chicas de hoy en día me parecen hechas en serie, como peponas’.
‘Teresa Gimpera me parece una chica muy puesta’.

*SUS AMORES CON ANTHONY MANN:
‘Me enamoré de él porque era el hombre más guapo que jamás había visto. Un día, durante el rodaje de Serenade, no pude aguantar más y le declaré mi amor, proponiéndole que fuéramos a la playa a hacer ciertas cosas. Me dijo que no podía porque no estaba enamorado de mí.
Loca de rabia, y más enamorada aún, me vine a España a matarme de trabajo y olvidar. Al cabo de un mes recibí un telegrama de Hollywood: “¿Quiere usted ser mi mujer?”
Y lo firmaba Anthony.
Duró muy poco. ¡Él y yo éramos tan distintos1’

*’Por la mañana soy sincera; por la tarde, sensata; por la noche, sensacional’.
Extracto de una entrevista:
-¿Qué tiene usted dentro del cine español? ¿Prestigio, belleza…?
-¿Yo? El cine español me tiene a mí.
-Y usted, ¿quién es?
-¿Yo? Sara Montiel. ¿Te parece poco?

‘Y así aprendí que hay que fingir para vivir decentemente’.

LAS CUATRO ETAPAS
‘España es un país de grandes actrices antifotogénicas. Ese encanto especial, ese rubor felino, ese desparpajo alegre y dominante, esa verdad que respiran las mujeres de España se esfuma fácilmente ante una máquina de fotografiar, y mucho más, ante una cámara cinematográfica. Estoy refiriéndome únicamente a lo que suele llamarse ‘soportar la cámara’, a estar simplemente, a dejarse retratar, sin pensar en absoluto en las condiciones interpretativas. Se trata, pues, de una determinada actitud sociológica que impide a nuestras actrices mostrarse tal cual son ante la cámara debida a nuestro trascendentalismo racial, a nuestro querer ser importantes, que nos hace estar siempre pendientes de nosotros mismos.
Sara Montiel, gracias a su experiencia americana, no es dominada por los focos ni por la cámara, ni por la responsabilidad del primer plano; al contrario, es ella quien domina esos elementos y los usa eficazmente para dar de sí cuanto tiene, para esconder su cortedad expresiva, tras la sexualidad que imprime a su mirada. Alegrémonos de esta su aportación al cine español y esperemos que sea aprovechada por actrices de mayor talento’.
(Jorge Grau, en ‘El actor y el cine’)

Una María Alejandra rubia y pequeña es el recuerdo que tenemos de la primera etapa española de la hoy llamada Sara Montiel. Una niña de 14 años, tímida, que esbozaba ya, como Alicia en su viaje al País de las Maravillas, una sonrisa picante y maliciosa. En una época como aquella de la postguerra española, Sara, como otras tantas actrices de entonces, tuvo que sufrir todos los personajes de las diversas películas de temas rosáceos o pseudohistóricos, que debían tranquilizar el estado de ánimo y las desdichas de la gente.
Film como ‘Se le fue el novio’ (1945), típica imitación de las comedias americanas; mamotretos históricos, como ‘Locura de amor’ (1948), o religiosos, como ‘La mies es mucha’ (1948), sirvieron a Sara para decidirse a cambiar de aires. Su carrera cinematográfica en México, desde luego, no fue lo brillante que ella esperaba (‘Martín Corona’, ‘Piel canela’, ‘Necesito dinero’, varias de ellas interpretadas junto a Pedro Infante).
Y una cosa de destacar: Sara empieza a cantar en el cine.
‘Piel canela’ la sitúa por un momento como el reflejo más cercano de la Sara actual. Una estrella en el sentido total, que desborda al público, con su medio rostro desfigurado, con el otro muy bello, una larga melena que la oculta y una cálida voz.
A partir de aquí, Sara recordará este éxito, y lo mantendrá.
Sara ha sido la actriz española que tuvo la suerte de trabajar en Hollywood. Y esto no sólo le supuso la experiencia de conocer los sistemas de allá, sino ser dirigida por tres de los directores más importantes dentro del cinema americano, como son Fuller, Aldrich y Anthony Mann, quien luego se casaría con ella.
De esta etapa Sara aprendió a estar, a ser un poco más ella misma y a aprovechar y luego imponer en sus películas de la nueva etapa española el star-system.
En sus films americanos.
VERACRUZ (Aldrich) 1954.
SERENADE (Mann) 1955.
YUMA (Fuller) 1957.
la presentaban como la mujer latina o mestiza, según la idea que tienen de esto los americanos. Una mujer bella y rebelde, o dulce y sensacional.
Esta es sin duda la más interesante de sus etapas.
Sara se viene a España después de su boda con Mann, e interpreta ‘El último cuplé’. Conoce el éxito, del cual ella es la primera sorprendida. Una película con poco presupuesto salta a primer plano, no sólo por el tema, sino porque inmensamente dentro de todo respira Sara Montiel. Y esto, su público, lo ve. Y le gusta. Y pide más.
Sara se ha dedicado a corresponder durante doce años a ese público, pero sin darse cuenta de que éste ha cambiado. Que su sentido del amor y las pasiones ya no llaman a la gente. Y es ahora cuando decidirá cambiar. Conoce el cine de Lelouch y desea hacer algo así. Le presentan a Jorge Grau. Sara reacciona de forma negativa, no consentirá que nadie destruya su mito, que nadie atente contra la estrella de su productora.
Sara se ha plantado, y no juega más que al mismo número.
“QUE VEINTE AÑOS NO ES NADA…”

Rafael y R.G.

LA SARA DOLIENTE
‘SI ME PEGA, ME DA IGUAL. ¡ES NATURAL!’
Las cinematografías extranjeras han apuntado siempre –el capitalismo occidental lo exigía así- hacía un tipo de ‘vamp’, o super.estrella, o supermujer, triunfalista, demoledora físicamente y además dueña de sus actos y responsabilidades femeninas. Entre Marilyn y Bardot caben miles de tipos, pero respondiendo todos a una concepción generalmente optimista.
Nuestra Sara Montiel es un tipo distinto. Anclada en un romanticismo trasnochado y decadente, Sara huele a camerino, a ropa interior muy lavada, a rebotica, a murmullo, a luto, a velatorios, a páginas de códices medievales y novelistas de Pedro Mata, Alberto Insúa y Felipe Trigo. Hay un mecanismo masoquista en la personalidad de Sara. Sara llora en sus momentos álgidos, nunca triunfa. Su desplazamiento social no obedece a un planteamiento serio de sus guionistas, que estudiarían el fenómeno de una sociedad puritana. Sara llora y muere –siempre muere esta chica; es una pena- porque al espectador español le llega al alma este tipo de mujer doliente y machacada. Sara está condenada a sufrir los desvíos de sus amantes, más o menos hipócritas, más o menos crueles, más o menos casados. Y para colmo de males, Sara no puede tener una escena conyugal en la que reprenda al marido. Ella se tiene que contentar con cantarle a su amante, desde el escenario, un cuplé intencionado: ‘Ya sé que vas pregonando…’, para demostrar que sufre y está enfadada. El público de la sala mira al señor a quien va dirigido el cuplé, que no oculta su desazón. Esta es la única y pobre intimidad de Sara.
A los españoles nos acusan de semi-africanos y de herederos de la cultura árabe. Pero ‘Las mil y una noches’ es una epopeya del optimismo y triunfalismo orientales, mientras nuestros mitos son dolientes. Sara sería, en un cuento oriental, la odalisca doliente que no cabría en el harén de un sultán; al final moriría él o moriría ella, sin posibilidades de ajustar la capacidad del harén a las necesidades sentimentales de nuestra Sara.
Así, con la tristeza en el alma, las lágrimas en los ojos, un cuplé en los labios y un destino funesto, el mito más importante –el único- del cine español va pasando por las pantallas, con ese olor a rebotica, a murmuración, a rincones de biblioteca milenaria, a ropa lavada con desinfectante…

F.R.



EL RECORTE CXLII
Mucho se ha dicho y mucho se ha escrito (ríos y ríos de tinta) intentando aproximarse a lo que ha sido o hubiese tenido que ser Sara Montiel como actriz. Lo que ha sido siempre indiscutible y han tenido que reconocer unos y otros ha sido su categoría de súper-estrella. Buen ejemplo es su presencia en el 'Baile de la Joyas' (Miami -1983). Esta es la crónica de la revista Disco Now en su número de Diciembre de 1983. 

SARA MONTIEL
Le ganó la batalla a Joan Collins

Sara actuando, a teatro lleno, en New Jersey, Estados Unidos. 

La más internacional de las actrices epañolas, empezó a mediados de septiembre una gira por Latinoamérica, que no finalizará antes del mes de abril de 1984. Desde Colombia a Santo Domingo, y después Miami, para saltar luego a diversas ciudades americanas, presentarse en México, Distrito Federal, con actuación en el famoso programa televisivo de Raúl Velasco ‘Siempre en domingo’, Panamá, y de nuevo México en el mes de diciembre. Ahí despedirá el año viejo, para volver a Estados Unidos, Santo Domingo, y al fin, durante el mes de marzo, Brasil.
Punto culminante de la gira, por lo que ha significado para ella de triunfo personal, ha sido su participación, como invitada de honor, en la gran gala de la American Cancer Society, junto a la actriz Joan Collins, hoy en la cresta de la popularidad por su participación en la serie televisiva Dinasty.
Si bien al comienzo de la reunión, celebrada en el magnífico hotel Omni, con asistencia de 1.300 invitados, la mayoría de las atenciones se dirigían a Joan Collins, pronto Sara Montiel se convirtió en centro de la reunión por su gran simpatía, y conquistó a toda la concurrencia.
A las dos famosas entregaron el alcalde de Miami, Maurice Farré y el gobernador del Estado, Mr. Clark, la ‘llave de oro’ de la ciudad. ‘Gracias por esa llave maravillosa que me habéis dado unos amigos tan maravillosos’, dijo Sara.


Sara Montiel y Joan Collins con las llaves de oro de la ciudad de Miami, junto a los alcaldes del condado de Dale, Steve Clark, y el de Miami, Maurice Ferré. 

La fiesta se celebraba bajo el lema de El baile de las piedras preciosas, y las damas iban enjoyadas desde la cabeza a los pies. Entre todas ellas destacaba Saritísima, que lucía un juego de aretes y gargantilla de esmeraldas y brillantes de Cartier, tan impresionantes que se llevó la mención de honor que le concedieron Pilar Larraín, directora de Harper’s Bazaar en español, e Irán Issa-Khan, una auténtica princesa persa que hace fotos para dicha revista. ‘Había muchas mujeres primorosamente vestidas –dijeron ambas- , pero Sara Montiel, con las maravillosas piedras que lucía, era quien mejor realzaba el lema escogido para la fiesta: baile de las piedras preciosas’.
Pero Sara no sólo estuvo más elegante, fue también la más artista. Mientras la Collins se dedicaba a besarse sin parar con su nuevo acompañante Peter Holm, de 23 años, casi treinta años menos que ella, la gran intérprete de El último cuplé, La violetera, y cincuenta películas más, cantó cuplés, a palo seco, coreada por un público enfervorizado que no dejaba de aplaudirla.
El 3 de febrero próximo Sara será de nuevo invitada de honor de un gran evento social: la fiesta anual del Museo de la Ciencia de América, que se celebrará también en Miami. La invitada de honor del año pasado fue la inimitable Shirley Mac Laine.
En esta larga gira, acompañan a Sara su marido Pepe Tous, así como sus hijos Thais, de cuatro años, y Zeus, de seis meses. También viajan con ellos una excelente nurse llamada Maritxell y el maestro musical de la estrella, Manuel Alfaro.
Su cuartel general está situado en Miami, donde se quedan los niños cuando se trata de viajes relámpago, para evitar los cambios bruscos de clima, nada beneficiosos para su salud, como es el caso de New Jersey, donde la estrella hispana ha hecho cuatro actuaciones; la temperatura de New Jersey está muy por debajo de la que disfruta en Florida.
El espectáculo que ofrece es un auténtico recital donde mezcla sus cuplés famosos, ‘El relicario’, cuyo estribillo hace cantar a todo el público, ‘Nena’, ‘Ven y ven’, ‘Colón 34’, así como tangos ‘La cumparsita’, ‘A media luz’, ‘Celos’, o deleita a la concurrencia bailando un vals tan famoso como ‘La viuda alegre’.
-Me siento muy feliz de estar de nuevo en Miami a través de una empresa tan querida para mí como es Grateli. Me dan la oportunidad de reunirme de nuevo con los cubanos, hacia los que siento un cariño muy especial. Más de ocho mil desfilaban cada día por el teatro Blanquita de La Habana de antes, para recibirme y aplaudirme hasta hacerme llorar, ha dicho.


A sus 55 años confesos, sigue conservándose bella, y se ha fotografiado desnuda para la revista española Interviú. 

A pesar de sus 55 años confesos, la Montiel se conserva radiante. Dice que su belleza no tiene secretos: ‘Hago lo que toda mujer debe hacer: desmaquillarme antes de acostarme, evitar los rayos del sol, no beber ni fumar…’.
Todos han señalado unánimemente que sigue siendo una figura importante e imponente:
‘Si no hubiera llegado precedida de su gran fama, igual habría triunfado. Los que pensaban encontrarse con un símbolo, un recuerdo del pasado, se han llevado una gran sorpresa. Sara explota el más puro romanticismo de manera magistral. Habla de recuerdos, de romances rotos, de tiempos que no volverán… siempre entre susurros, y el público se entrega desde el primer instante’.
‘¿Hasta cuándo, Sara?’, le hemos preguntado. Y ella ha respondido con esa sencillez de gran dama que nos ha desarmado desde el primer instante: ‘Seguiré llevando mis canciones por el mundo hasta que Dios disponga’. Ahora que es madre de dos hermosos niños, sólo pide salud y trabajo, como cualquier otro trabajador, para sacarlos adelante.


La estrella está feliz de encontrarse de nuevo en Miami, junto a sus amigos cubanos, por los que siente un cariño especial. 

‘¿Sabrán algún día tus hijos que son adoptados?’, hemos preguntado también. ‘Pero, ¿cómo? Mi hija mayor, que tiene cuatro años, ya lo sabe…’, responde. Y añade, dirigiéndose a la niña: ‘Explica quién es tu mamá’. Y contesta la niña: ‘Mi madre está en el cielo, pero ella quería que yo tuviera otra mamá en la tierra. Y esa es mi otra mamá, a la que adoro…’.

Texto: Betty PINO
Fotos: Gumer FUENTES


LA FOTO CXLII


...te has fijado? es la Luján... sin fumar pero igual de guapa y sofisticada....



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