La verdad es lo que es
y sigue siendo verdad
aunque se mire al revés.
A.
MACHADO
Teníamos que
encontrar un buen comienzo para lo de SARA MONTIEL. Nada excesivamente pomposo,
ni pesado. Un buen principio, ligero y ameno, que invitara a continuar leyendo.
Algo intrascendente como esto:
En un claro día
de mayo, el Abad Mitrado de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos,
fray Justo Pérez de Urbel, daba una plática ensalzando las virtudes del
matrimonio a los recién casados: Antonia Abad –para todos Sara Montiel- y José
Vicente Ramírez Olalla.
La cupletera
–con evidente realismo-, dejaba sus amores románticos para el cine y se
sacralizaba con toda pompa y esplendor.
Posteriormente,
el matrimonio en su luna de miel llegaba a Roma y visitaba la tumba de Alfonso
XII. Único dato desconsolador: no consiguieron que el Papa les recibiera en
audiencia privada.
Después
continuaron viaje. Y nosotros también.
SARA MONTIEL
Y LOS PREMIOS
PREMIOS DEL SINDICATO DEL ESPECTACULO
1957
Año del descubrimiento del filón. Premio a un film
político, y a Sara, nostalgia de una época pasada.
Especial: ‘Y
eligió el infierno’
1ºpremio: ‘El útlimo cuplé’
2ºpremio: ‘La
puerta abierta’
3ºpremio:
‘Amanecer en Puerta oscura’
4ºpremio: ‘Los
ángeles del volante’
1958
Exaltación de las organizaciones estatales. Canto
sentimental a la monarquía. Comedias de chicas alegres por la Gran Vía
madrileña.
Especial:
‘Quince bajo la lona’
1ºpremio:
‘¿Dónde vas, Alfonso XII?’
2ºpremio: ‘La violetera’
3ºpremio: ‘La
venganza’
4ºpremio: ‘Las
chicas de la Cruz Roja’
1959
Un falso cristianismo y una seudo apertura al perdón
y al olvido. Films de ‘qualite’ alternando con la frivolidad característica.
Especial:
‘Molokai’ y ‘La fiel infantería’
1ºpremio: ‘El
baile’
2ºpremio: ‘El
lazarillo de Tormes’
3ºpremio: ‘La
casa de la Troya’
4ºpremio: ‘Salto
a la gloria’
Premio al
personal de figuración de ‘Carmen la de
Ronda’
1962
El cine histórico y el religioso en dos epopeyas muy
españolas. La superproducción. Sara se renueva al compás de la época.
Gran premio: ‘Dulcinea’
Premio especial:
‘Santa Teresa de Jesús’
2ºpremio: ‘La
gran familia’
3ºpremio: ‘La reina del Chantecler’
4ºpremio:
‘Ensayo general para la muerte’
FECHAS, LOCALES Y SEMANAS DE PERMANENCIA EN CARTEL
DE LOS FILMS DE SARA EN NUESTRA CIUDAD (VALENCIA)
El último cuplé: Mayo del 57. Lys y Avenida. 35
semanas.
La violetera: Mayo del 58. Lys y Rex. 20
semanas. (?)
Carmen la de Ronda: Enero del 60.
Rex y Lys. 5 semanas.
Mi último tango: Octubre del 60. Capitol. 4
semanas.
Pecado de amor: Marzo del 62. Olympia. 4 semanas.
La bella Lola: Octubre del 62. Capitol. 3
semanas.
Noches de Casablanca: Abril del 64.
Capitol. 2 semanas.
Samba: Febrero del 65. Martí. 3 semanas.
La dama de Beirut: Enero del 66.
Capitol. 2 semanas.
La mujer perdida: Octubre del 66. Eslava. 5
semanas.
*Cuando en un pueblo alicantino se
levantó el alcalde –que en una de sus escapadas había visto ‘El último cuplé’-
al grito de ‘han cortado la escena del bocado en el
pecho’, el cine entero se hizo eco de esta protesta y con sus gritos
hizo que se interrumpiera la proyección. Buscaron al responsable de la
‘elipsis’ y le obligaron a intercalar los metros cortados: la sala respiró
tranquila. Se hizo marcha atrás y Sara, después de cantar ‘La nieta del
Carmen’, fue mordida y ultrajada por Alfredo Mayo.
Estreno de ‘La
reina del Chantecler’ en un cine de la Gran Vía madrileña. Lleno total; además,
los fans que no han podido entrar esperan a la puerta la salida de la estrella. Comienzan a
impacientarse: Sara no sale. Desmayos, riñas: intervención de la policía. En el
momento culmen del clímax la diva hace su aparición. Todo hace presagiar un
fatal desenlace si Sara se aventura a pasar entre sus admiradores. Se le
propone salir por otra puerta para evitar tumultos. Ella se niega, se debe a su
público. A duras penas consigue abrirse paso custodiada por la policía y llega
al coche medio desvestida. Hubo heridos, bofetadas y alguna prenda íntima fue
recogida al día siguiente por los porteros.
*Alarde esteticista en ‘Noches de
Casablanca’: dos primerísimos planos de la boca de Sara.
*En la gala anual Philips en 1962 Sara
canta ‘La violetera’. Acaba, y el locutro le hace las preguntas de rigor:
-¿Le gusta a
usted la televisión?
-¿Qué
si me gusta? ¡Me doy cada ‘panchá’…!
-¿Cuál es el ser
que usted más quiere en el mundo?
-Está
en la sala. ¡Mariaaa! Sube, que estos señores quieren conocerte. Es mi madre.
*Después de su boda, Sara emprende una
gira por los países del Este. En un teatro de Bucarest interpreta ‘La
violetera’ con este curioso arreglo de estribillo:
‘Llévelo
usted, señor… rumano’.
*’La carta que más me ha
impresionado de todas las que he recibido –que son muchas- es una que en el
sobre llevaba escrito lo siguiente:
A
Sara Montiel, la actriz que iluminó a España y al mundo entero con su
interpretación de “El último cuplé”.
Madrid.’
*Apertura de mano de la censura: Sara se
busca la pulga, se compra un chulo y enseña las piernas en ‘La reina del
Chantecler’.
*Declaraciones de Sara a la prensa:
‘Yo
no tengo subordinados, sino gente que se ocupa de mis cosas, que me ayuda. Yo
nunca me meto en nada’.
‘A
Jorge Grau le elegí porque me habían dicho que era un chico que prometía’.
Y para que baile
tiro del hilito…
‘Las
chicas de hoy en día me parecen hechas en serie, como peponas’.
‘Teresa
Gimpera me parece una chica muy puesta’.
*SUS AMORES CON ANTHONY MANN:
‘Me
enamoré de él porque era el hombre más guapo que jamás había visto. Un día,
durante el rodaje de Serenade, no pude aguantar más y le declaré mi amor,
proponiéndole que fuéramos a la playa a hacer ciertas cosas. Me dijo que no
podía porque no estaba enamorado de mí.
Loca
de rabia, y más enamorada aún, me vine a España a matarme de trabajo y olvidar.
Al cabo de un mes recibí un telegrama de Hollywood: “¿Quiere usted ser mi
mujer?”
Y
lo firmaba Anthony.
Duró
muy poco. ¡Él y yo éramos tan distintos1’
*’Por la mañana soy
sincera; por la tarde, sensata; por la noche, sensacional’.
Extracto de una
entrevista:
-¿Qué tiene
usted dentro del cine español? ¿Prestigio, belleza…?
-¿Yo?
El cine español me tiene a mí.
-Y usted, ¿quién
es?
-¿Yo?
Sara Montiel. ¿Te parece poco?
‘Y
así aprendí que hay que fingir para vivir decentemente’.
LAS CUATRO ETAPAS
‘España es un país de grandes actrices
antifotogénicas. Ese encanto especial, ese rubor felino, ese desparpajo alegre
y dominante, esa verdad que respiran las mujeres de España se esfuma fácilmente
ante una máquina de fotografiar, y mucho más, ante una cámara cinematográfica.
Estoy refiriéndome únicamente a lo que suele llamarse ‘soportar la cámara’, a
estar simplemente, a dejarse retratar, sin pensar en absoluto en las
condiciones interpretativas. Se trata, pues, de una determinada actitud
sociológica que impide a nuestras actrices mostrarse tal cual son ante la
cámara debida a nuestro trascendentalismo racial, a nuestro querer ser
importantes, que nos hace estar siempre pendientes de nosotros mismos.
Sara Montiel, gracias a su experiencia americana, no
es dominada por los focos ni por la cámara, ni por la responsabilidad del
primer plano; al contrario, es ella quien domina esos elementos y los usa
eficazmente para dar de sí cuanto tiene, para esconder su cortedad expresiva,
tras la sexualidad que imprime a su mirada. Alegrémonos de esta su aportación
al cine español y esperemos que sea aprovechada por actrices de mayor talento’.
(Jorge Grau, en ‘El actor y el cine’)
Una María
Alejandra rubia y pequeña es el recuerdo que tenemos de la primera etapa
española de la hoy llamada Sara Montiel. Una niña de 14 años, tímida, que
esbozaba ya, como Alicia en su viaje al País de las Maravillas, una sonrisa
picante y maliciosa. En una época como aquella de la postguerra española, Sara,
como otras tantas actrices de entonces, tuvo que sufrir todos los personajes de
las diversas películas de temas rosáceos o pseudohistóricos, que debían
tranquilizar el estado de ánimo y las desdichas de la gente.
Film como ‘Se le
fue el novio’ (1945), típica imitación de las comedias americanas; mamotretos
históricos, como ‘Locura de amor’ (1948), o religiosos, como ‘La mies es mucha’
(1948), sirvieron a Sara para decidirse a cambiar de aires. Su carrera
cinematográfica en México, desde luego, no fue lo brillante que ella esperaba
(‘Martín Corona’, ‘Piel canela’, ‘Necesito dinero’, varias de ellas
interpretadas junto a Pedro Infante).
Y una cosa de
destacar: Sara empieza a cantar en el cine.
‘Piel canela’ la
sitúa por un momento como el reflejo más cercano de la Sara actual. Una
estrella en el sentido total, que desborda al público, con su medio rostro
desfigurado, con el otro muy bello, una larga melena que la oculta y una cálida
voz.
A partir de
aquí, Sara recordará este éxito, y lo mantendrá.
Sara ha sido la
actriz española que tuvo la suerte de trabajar en Hollywood. Y esto no sólo le
supuso la experiencia de conocer los sistemas de allá, sino ser dirigida por
tres de los directores más importantes dentro del cinema americano, como son
Fuller, Aldrich y Anthony Mann, quien luego se casaría con ella.
De esta etapa
Sara aprendió a estar, a ser un poco más ella misma y a aprovechar y luego
imponer en sus películas de la nueva etapa española el star-system.
En sus films
americanos.
VERACRUZ
(Aldrich) 1954.
SERENADE (Mann)
1955.
YUMA (Fuller)
1957.
la presentaban
como la mujer latina o mestiza, según la idea que tienen de esto los
americanos. Una mujer bella y rebelde, o dulce y sensacional.
Esta es sin duda
la más interesante de sus etapas.
Sara se viene a
España después de su boda con Mann, e interpreta ‘El último cuplé’. Conoce el
éxito, del cual ella es la primera sorprendida. Una película con poco
presupuesto salta a primer plano, no sólo por el tema, sino porque inmensamente
dentro de todo respira Sara Montiel. Y esto, su público, lo ve. Y le gusta. Y
pide más.
Sara se ha
dedicado a corresponder durante doce años a ese público, pero sin darse cuenta
de que éste ha cambiado. Que su sentido del amor y las pasiones ya no llaman a
la gente. Y es ahora cuando decidirá cambiar. Conoce el cine de Lelouch y desea
hacer algo así. Le presentan a Jorge Grau. Sara reacciona de forma negativa, no
consentirá que nadie destruya su mito, que nadie atente contra la estrella de
su productora.
Sara se ha
plantado, y no juega más que al mismo número.
“QUE VEINTE AÑOS
NO ES NADA…”
Rafael y R.G.
LA SARA DOLIENTE
‘SI ME PEGA, ME DA IGUAL. ¡ES NATURAL!’
Las
cinematografías extranjeras han apuntado siempre –el capitalismo occidental lo
exigía así- hacía un tipo de ‘vamp’, o super.estrella, o supermujer,
triunfalista, demoledora físicamente y además dueña de sus actos y
responsabilidades femeninas. Entre Marilyn y Bardot caben miles de tipos, pero
respondiendo todos a una concepción generalmente optimista.
Nuestra Sara
Montiel es un tipo distinto. Anclada en un romanticismo trasnochado y decadente,
Sara huele a camerino, a ropa interior muy lavada, a rebotica, a murmullo, a
luto, a velatorios, a páginas de códices medievales y novelistas de Pedro Mata,
Alberto Insúa y Felipe Trigo. Hay un mecanismo masoquista en la personalidad de
Sara. Sara llora en sus momentos álgidos, nunca triunfa. Su desplazamiento
social no obedece a un planteamiento serio de sus guionistas, que estudiarían
el fenómeno de una sociedad puritana. Sara llora y muere –siempre muere esta
chica; es una pena- porque al espectador español le llega al alma este tipo de
mujer doliente y machacada. Sara está condenada a sufrir los desvíos de sus
amantes, más o menos hipócritas, más o menos crueles, más o menos casados. Y
para colmo de males, Sara no puede tener una escena conyugal en la que reprenda
al marido. Ella se tiene que contentar con cantarle a su amante, desde el
escenario, un cuplé intencionado: ‘Ya sé que vas pregonando…’, para demostrar
que sufre y está enfadada. El público de la sala mira al señor a quien va
dirigido el cuplé, que no oculta su desazón. Esta es la única y pobre intimidad
de Sara.
A los españoles
nos acusan de semi-africanos y de herederos de la cultura árabe. Pero ‘Las mil
y una noches’ es una epopeya del optimismo y triunfalismo orientales, mientras
nuestros mitos son dolientes. Sara sería, en un cuento oriental, la odalisca
doliente que no cabría en el harén de un sultán; al final moriría él o moriría
ella, sin posibilidades de ajustar la capacidad del harén a las necesidades
sentimentales de nuestra Sara.
Así, con la
tristeza en el alma, las lágrimas en los ojos, un cuplé en los labios y un
destino funesto, el mito más importante –el único- del cine español va pasando
por las pantallas, con ese olor a rebotica, a murmuración, a rincones de
biblioteca milenaria, a ropa lavada con desinfectante…
F.R.
EL RECORTE CXLII
Mucho se ha dicho y mucho se ha escrito (ríos y ríos de tinta) intentando aproximarse a lo que ha sido o hubiese tenido que ser Sara Montiel como actriz. Lo que ha sido siempre indiscutible y han tenido que reconocer unos y otros ha sido su categoría de súper-estrella. Buen ejemplo es su presencia en el 'Baile de la Joyas' (Miami -1983). Esta es la crónica de la revista Disco Now en su número de Diciembre de 1983.
SARA MONTIEL
Le ganó la batalla a Joan Collins
Sara actuando, a teatro lleno, en New Jersey, Estados Unidos.
La más
internacional de las actrices epañolas, empezó a mediados de septiembre una
gira por Latinoamérica, que no
finalizará antes del mes de abril de 1984. Desde Colombia a Santo Domingo,
y después Miami, para saltar luego a
diversas ciudades americanas, presentarse en México, Distrito Federal, con actuación en el famoso programa
televisivo de Raúl Velasco ‘Siempre en domingo’, Panamá, y de nuevo México en el mes de diciembre. Ahí despedirá el año viejo, para volver
a Estados Unidos, Santo Domingo, y al fin, durante el mes
de marzo, Brasil.
Punto culminante
de la gira, por lo que ha significado para ella de triunfo personal, ha sido su
participación, como invitada de honor, en la gran gala de la American Cancer Society, junto a la
actriz Joan Collins, hoy en la
cresta de la popularidad por su participación en la serie televisiva Dinasty.
Si bien al
comienzo de la reunión, celebrada en el magnífico hotel Omni, con asistencia de 1.300 invitados, la mayoría de las
atenciones se dirigían a Joan Collins,
pronto Sara Montiel se convirtió en
centro de la reunión por su gran simpatía, y conquistó a toda la concurrencia.
A las dos
famosas entregaron el alcalde de Miami,
Maurice Farré y el gobernador del
Estado, Mr. Clark, la ‘llave de oro’
de la ciudad. ‘Gracias por esa llave maravillosa
que me habéis dado unos amigos tan maravillosos’, dijo Sara.
Sara Montiel y Joan Collins con las llaves de oro de la ciudad de Miami, junto a los alcaldes del condado de Dale, Steve Clark, y el de Miami, Maurice Ferré.
La fiesta se
celebraba bajo el lema de El baile de las
piedras preciosas, y las damas iban enjoyadas desde la cabeza a los pies.
Entre todas ellas destacaba Saritísima,
que lucía un juego de aretes y gargantilla de esmeraldas y brillantes de Cartier, tan impresionantes que se
llevó la mención de honor que le concedieron Pilar Larraín, directora de Harper’s
Bazaar en español, e Irán Issa-Khan,
una auténtica princesa persa que hace fotos para dicha revista. ‘Había muchas mujeres primorosamente vestidas –dijeron
ambas- , pero Sara Montiel, con las maravillosas
piedras que lucía, era quien mejor realzaba el lema escogido para la fiesta:
baile de las piedras preciosas’.
Pero Sara no sólo estuvo más elegante, fue
también la más artista. Mientras la Collins
se dedicaba a besarse sin parar con su nuevo acompañante Peter Holm, de 23 años, casi treinta años menos que ella, la gran
intérprete de El último cuplé, La violetera, y cincuenta películas más,
cantó cuplés, a palo seco, coreada por un público enfervorizado que no dejaba
de aplaudirla.
El 3 de febrero
próximo Sara será de nuevo invitada
de honor de un gran evento social: la fiesta anual del Museo de la Ciencia de América, que se celebrará también en Miami. La invitada de honor del año
pasado fue la inimitable Shirley Mac
Laine.
En esta larga
gira, acompañan a Sara su marido Pepe Tous, así como sus hijos Thais, de cuatro años, y Zeus, de seis meses. También viajan con
ellos una excelente nurse llamada Maritxell
y el maestro musical de la estrella, Manuel
Alfaro.
Su cuartel
general está situado en Miami, donde
se quedan los niños cuando se trata de viajes relámpago, para evitar los cambios
bruscos de clima, nada beneficiosos para su salud, como es el caso de New Jersey, donde la estrella hispana
ha hecho cuatro actuaciones; la temperatura de New Jersey está muy por debajo de la que disfruta en Florida.
El espectáculo
que ofrece es un auténtico recital donde mezcla sus cuplés famosos, ‘El relicario’, cuyo estribillo hace
cantar a todo el público, ‘Nena’, ‘Ven y ven’, ‘Colón 34’, así como tangos ‘La
cumparsita’, ‘A media luz’, ‘Celos’, o deleita a la concurrencia
bailando un vals tan famoso como ‘La
viuda alegre’.
-Me
siento muy feliz de estar de nuevo en Miami a través de una empresa tan querida
para mí como es Grateli. Me dan la oportunidad de reunirme de nuevo con los
cubanos, hacia los que siento un cariño muy especial. Más de ocho mil desfilaban
cada día por el teatro Blanquita de La Habana de antes, para recibirme y
aplaudirme hasta hacerme llorar, ha dicho.
A sus 55 años confesos, sigue conservándose bella, y se ha fotografiado desnuda para la revista española Interviú.
A pesar de sus
55 años confesos, la Montiel se
conserva radiante. Dice que su belleza no tiene secretos: ‘Hago lo que toda mujer debe hacer: desmaquillarme antes
de acostarme, evitar los rayos del sol, no beber ni fumar…’.
Todos han
señalado unánimemente que sigue siendo una figura importante e imponente:
‘Si
no hubiera llegado precedida de su gran fama, igual habría triunfado. Los que
pensaban encontrarse con un símbolo, un recuerdo del pasado, se han llevado una
gran sorpresa. Sara explota el más puro romanticismo de manera magistral. Habla
de recuerdos, de romances rotos, de tiempos que no volverán… siempre entre
susurros, y el público se entrega desde el primer instante’.
‘¿Hasta cuándo, Sara?’, le hemos
preguntado. Y ella ha respondido con esa sencillez de gran dama que nos ha
desarmado desde el primer instante: ‘Seguiré
llevando mis canciones por el mundo hasta que Dios disponga’. Ahora que
es madre de dos hermosos niños, sólo pide salud y trabajo, como cualquier otro
trabajador, para sacarlos adelante.
La estrella está feliz de encontrarse de nuevo en Miami, junto a sus amigos cubanos, por los que siente un cariño especial.
‘¿Sabrán algún día tus hijos que son adoptados?’, hemos
preguntado también. ‘Pero, ¿cómo? Mi hija mayor, que tiene cuatro años, ya lo
sabe…’, responde. Y añade, dirigiéndose a la niña: ‘Explica quién
es tu mamá’. Y contesta la niña: ‘Mi madre está en el cielo, pero ella
quería que yo tuviera otra mamá en la tierra. Y esa es mi otra mamá, a la que
adoro…’.
Texto: Betty PINO
Fotos: Gumer FUENTES
LA FOTO CXLII
...te has fijado? es la Luján... sin fumar pero igual de guapa y sofisticada....
No hay comentarios:
Publicar un comentario