lunes, 7 de julio de 2014

PRONTO - 14 de Agosto de 1972 - España


guapa, actriz y…

Hoy que las canciones se hacen viejas en semanas, no es pequeño el mérito de una señora que lleva quince años cantándonos eso tan ‘camp’ del ‘Fumando espero’, ‘La violetera’, etcétera, etc. con éxito. Si decimos que esa señora es Sara Montiel habría que comenzar preguntándole:
-Sara. ¿Tú crees que el público va a oírte cantar… o a verte?
-Pues yo creo que las dos cosas. Porque la imagen de una artista después de salir en todas las revistas, en todos los periódicos y en el cine la gente cree que no es como sale en la pantalla. Conmigo ocurre todo lo contrario porque les gusto más al natural que en el cine. Cosa que me halaga muchísimo. No defraudarles… Aparte de esto yo salgo a cantar… y lo hago lo mejor posible porque tengo un gran respeto al público.
-¿Te importaría hacer una película donde tu belleza no fuese la protagonista, donde tuvieses que hacer un papel en el que no salieses favorecida?
La pregunta iba por aquello de que los 39 años no se tienen toda la vida. Pero Sara contestó así:
-Pues sí, ¿por qué no? Pero quitarme las facciones que tengo es muy difícil porque he nacido con ellas… No soy bizca, ni tengo la nariz larga ni la boca torcida. Esto sería cuestión de maquillaje. Me imagino que el maquillador tendría que ponerme un ojo más alto que el otro, la nariz torcida y la boca pues, en vez de cómo la tengo de otra manera. Porque, ya sabes que se nace como se nace y…
Y Sara nació, según ella, así tal y como es en el año 1933 aunque parece que en esto hay dos documentos que no coinciden. 


-Sara. ¿Tú en qué crees más en el carnet de identidad o en el pasaporte?
-Pues yo creo que en día que se nace, en lo que se vive, en lo que eres y en cómo se te ve. Porque yo he visto a chicas de 15 años que dan ganas de devolver. Y he visto a otras maravillosas. Además no sé por qué están tanto con mi edad porque parece ser que la única que se está haciendo mayor soy yo cuando las demás me llevan dos y tres años.
Y como documento Sara me enseña una revista del año 54. Muy curiosa. En Ella se ven fotografiados a través de noticias y entrevistas a Alberto Closas, Frank Sinatra y otros muchos artistas.
-Fíjate, fíjate, aquí están Carmen Sevilla y Sofía Loren juntas en esta página, y en esta otra me están haciendo a mí una entrevista. ¿La ves? Pues ni Carmen, ni Sofía están en pañales, están tan creciditas como yo.
Sara me ofrece la revista y yo la miro y remiro. Y hago mis cuentas mentalmente. Y pienso que ninguna de las tres tiene la edad que confiesa. Pero me lo callo.
-Por aquí abajo cuando alguien se alaba decimos que ‘se echa flores’ cosa que tú, Sara, sueles hacer a menudo. ¿Esto es inmodestia… o sentido del humor?
-No, no. Yo tengo un humor ibérico. Un humor negro. Lo que pasa es que ya te hartan cuando dicen: “Sara Montiel es todo maquillaje”. Y luego cuando me ven sin maquillaje comentan: “¡Si es muy mona! ¡Qué joven es!”. Y, efectivamente, estoy mucho más joven sin maquillaje porque yo creo que la mujer en general está mucho más bonita al natural.
-¿Será la envidia? Ya sabes, eso de ‘ladran, luego cabalgamos’.
-Eso con venir a verme, sobra. Lo que está a la vista no se necesita candil como decían los viejos en mi pueblo…
-¿Vamos a hablar de los hombres, Sara?
-¡Ay… cómo me gustan!
-¿Qué son los hombres en la vida de Sara Montiel?
-¿En la vida mía? Pues los hombres son muy buenos, muy gentiles, tengo muchos amigos. En general estoy rodeada de gente muy buena, pero procuro que quienes no me caen muy bien por razones que surgen, apartarlos…


Luego hablamos del amor ya que para Sara es muy amplio. Dice que amor para ella es, también, el que siente por su perrita, ‘Cuchi’, de la que no se aparta ni un momento. La entrevisto unos minutos antes de salir a actuar al teatro del Parque de Atracciones Tívoli-Costa del Sol, donde ella ha sido protagonista de unos impresionantes llenazos durante cuatro días, tarde y noche. Y la miro y remiro a ver si trato de descubrir el secreto de su maquillaje. La verdad es que a mí me parece muy normal. Un maquillaje para salir a escena, como los demás, hecho con la maestría de una persona habituada a ello por su profesión. Lo cierto es que no se descubre nada al decir que tenga los años que tenga su belleza es innegable como sus kilos de más, a pesar de que…
-Hoy no he comido ni he cenado. Sólo el desayuno.
Si lo hace todos los días, no cabe duda que le sienta muy bien el desayuno.
Sara, Saríssima como se le ha dado en llamar últimamente. Nuestra súper estrella, a pesar de sus ‘39’ años, 59 kilos y sus cuplés, ya tiene programadas dos nuevas películas: ‘La pantera’ y ‘La impura’. A ella le gustaría trabajar con Marlon Brando porque según su propia confesión le encanta como actor y como hombre. Lo de dirigir cine es uno de sus proyectos porque ya hizo sus prácticas cuando estuvo casada con Anthony Mann. Y, además, para mayor sorpresa…
“Acabo de grabarle un L.P. a Vicente Parra que va a ser un bombazo”. Sí. Lo ha grabado ella con sus manitas. Las mismas que a pincel han pintado de blanco, en Mallorca, el piano de la Fornarina. Insólita Sara. Diva donde las haya que brinda su amistad “a quienes me caen bien”. Terriblemente romántica, porque es Piscis. Terriblemente popular.

Texto: M. T. CAMPOS
Fotos: C. BARRANCO


EL RECORTE CLXX
Sara Montiel entraba en los '70 luchando por su nulidad con José Vicente Ramírez Olalla, pero ilusionada con Pepe Tous; criticada por sus excesos cinematográficos pero aclamada por el público; con su recién estrenada 'Varietés', que la llevó hasta Estados Unidos donde triunfó ante un público plurilingüe. En definitiva entro en esta década siendo Sara, la gran Sara, la única....y aquello ponía a aquellas de los nervios... Regreseda de USA, la diva concedía esta entrevista a Pronto en su némero de 14 de Agosto de 1972. 



SARA MONTIEL
enemiga del juego

Penas y alegrías van juntas. Lo dice el refrán y lo confirma  la vida. Sara ha tenido nueva prueba de ello. Volvía de California feliz y reconfortada tras haber comprobado personalmente que su fama no ha decaído por allá. Como el coñac bueno, creció con la vejez. Las folklóricas de turno ya pueden empezar a espabilarse, porque el renovado triunfo de la Montiel les molestará de lo lindo. Digan lo que digan, ella sigue triunfando aquí y allá:
-Mi película de ‘Varietés’ –que en América titulan ‘Lágrimas negras’-, fue estrenada simultáneamente en seis locales. Fui madrina del ‘Día de la Hispanidad’ e izé por primera vez la bandera española en el Ayuntamiento de Los Ángeles. Iba para pasar una semana y estuve tres. Me llamaban de todas partes.



-¿Te gustaría rejuvenecerte montando tus reales en lo que fue ‘Meca del Cine’?
-No. Hollywood ya no es lo mismo que hace ocho años. Está muerto. Solamente se aguanta por la gente que visita Las Vegas. Aquello sí que es fabuloso… a partir de las ocho de la noche. El resto del día, da pena. Las Vegas empiezan y acaban en las dos calles principales donde están los grandes hoteles. En cinco días de estancia, vi diez ‘shows’. Íbamos al de tarde, con cena; salíamos a las diez, nos entreteníamos un rato por las salas de juego y enlazábamos con el espectáculo de medianoche. Solamente por ver estos ‘shows’, vale la pena ir a Las Vegas. En Europa todavía estamos en mantillas en lo que a musical se refiere. ¿Imaginas lo que es una gran ‘estrella’ respaldada por cuarenta músicos y un ‘ballet’ impresionante…? Lo más sorprendente, en apariencia, es que cena y espectáculo únicamente te cuestan ochocientas pesetas. ¿Cómo puede ser que por ese precio presencies la actuación de un Sinatra o una Minelli? Muy sencillo: los ‘shows’ son el cebo para que la gente juegue. Es algo impresionante, te lo aseguro.
-¿El viaje te ha servido de vacaciones?
-No, amor. Si no paraba… Un día me invitaron a visitar Disneylandia y rechacé la proposición porque tenía una cena con dos mil invitados. No podía pegarme seis horas de viaje y estar recuperada para las ocho de la tarde.
-¿Qué le ha llamado la atención en este viaje?
-La decadencia de la pornografía en América. Los cines ‘cochón’, que estaban abarrotados hace cinco años, aparecen desiertos. La pornografía llega ahora a los escenarios y ‘shows’ especiales. Pero el público no responde como antes. Está en plena decadencia. Y es lógico: se han pasado…



-¿Qué piensa del erotismo?
-¿Del erotismo? Todo, amor. Todo. ¡Ahhh, el erotismo!
-¿Y qué le parece el destape?
-Si hay un cuerpo y una justificación, ¿por qué no destaparse? El destape cinematográfico es lógico si lo exige la historia. Si yo estoy en la cama, no me van a presentar con un abrigo de visón, digo yo…
-¿Qué recuerdos se ha traído de este viaje?
-Tonterías. La Casa de España de Los Ángeles me regaló un abrigo de visón. Aparte de eso, compré tonterías: tela para vestidos, alfombras, calendarios eróticos y muchos, muchos ‘pósters’. Para cada amigo traje uno cuidadosamente escogido.
-¿Gastó mucho?
-Lo normal.


-¿Cuánto jugó?
-Pepe y yo solamente perdimos ochenta dólares. Pepe sesenta y seis. Yo, el resto: catorce dólares. Es mi tope.
-¿Nunca expone más?
-¿Para qué? Si gano, sigo jugando. Si pierdo, ya me parece suficiente con catorce dólares. El juego no me apasiona. No entiendo a las gentes que se pasan el día ante la ruleta o con las cartas en la mano. En mi casa de Palma jugamos, sí: pero a peseta la postura. Durante toda mi vida he tenido la costumbre de no arriesgar más que catorce dólares. ¿Por qué esa cifra? No lo sé. Me gusta apasionarme con cosas menos cerebrales.
Ella es todo corazón.

TEXTO: RUFO LASTRES
FOTOS: C. CID



LA FOTO CLXX


Poderosamente bella, Sara Montiel en 'Varietés' (o 'Lágrimas negras')

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