guapa, actriz y…
Hoy que las
canciones se hacen viejas en semanas, no es pequeño el mérito de una señora que
lleva quince años cantándonos eso tan ‘camp’ del ‘Fumando espero’, ‘La
violetera’, etcétera, etc. con éxito. Si decimos que esa señora es Sara Montiel
habría que comenzar preguntándole:
-Sara. ¿Tú crees
que el público va a oírte cantar… o a verte?
-Pues
yo creo que las dos cosas. Porque la imagen de una artista después de salir en
todas las revistas, en todos los periódicos y en el cine la gente cree que no
es como sale en la pantalla. Conmigo ocurre todo lo contrario porque les gusto
más al natural que en el cine. Cosa que me halaga muchísimo. No defraudarles…
Aparte de esto yo salgo a cantar… y lo hago lo mejor posible porque tengo un
gran respeto al público.
-¿Te importaría
hacer una película donde tu belleza no fuese la protagonista, donde tuvieses
que hacer un papel en el que no salieses favorecida?
La pregunta iba
por aquello de que los 39 años no se tienen toda la vida. Pero Sara contestó
así:
-Pues
sí, ¿por qué no? Pero quitarme las facciones que tengo es muy difícil porque he
nacido con ellas… No soy bizca, ni tengo la nariz larga ni la boca torcida.
Esto sería cuestión de maquillaje. Me imagino que el maquillador tendría que
ponerme un ojo más alto que el otro, la nariz torcida y la boca pues, en vez de
cómo la tengo de otra manera. Porque, ya sabes que se nace como se nace y…
Y Sara nació,
según ella, así tal y como es en el año 1933 aunque parece que en esto hay dos
documentos que no coinciden.
-Sara. ¿Tú en
qué crees más en el carnet de identidad o en el pasaporte?
-Pues
yo creo que en día que se nace, en lo que se vive, en lo que eres y en cómo se
te ve. Porque yo he visto a chicas de 15 años que dan ganas de devolver. Y he
visto a otras maravillosas. Además no sé por qué están tanto con mi edad porque
parece ser que la única que se está haciendo mayor soy yo cuando las demás me
llevan dos y tres años.
Y como documento
Sara me enseña una revista del año 54. Muy curiosa. En Ella se ven fotografiados
a través de noticias y entrevistas a Alberto Closas, Frank Sinatra y otros
muchos artistas.
-Fíjate,
fíjate, aquí están Carmen Sevilla y Sofía Loren juntas en esta página, y en
esta otra me están haciendo a mí una entrevista. ¿La ves? Pues ni Carmen, ni
Sofía están en pañales, están tan creciditas como yo.
Sara me ofrece
la revista y yo la miro y remiro. Y hago mis cuentas mentalmente. Y pienso que
ninguna de las tres tiene la edad que confiesa. Pero me lo callo.
-Por aquí abajo
cuando alguien se alaba decimos que ‘se echa flores’ cosa que tú, Sara, sueles
hacer a menudo. ¿Esto es inmodestia… o sentido del humor?
-No,
no. Yo tengo un humor ibérico. Un humor negro. Lo que pasa es que ya te hartan
cuando dicen: “Sara Montiel es todo maquillaje”. Y luego cuando me ven sin
maquillaje comentan: “¡Si es muy mona! ¡Qué joven es!”. Y, efectivamente, estoy
mucho más joven sin maquillaje porque yo creo que la mujer en general está
mucho más bonita al natural.
-¿Será la
envidia? Ya sabes, eso de ‘ladran, luego cabalgamos’.
-Eso
con venir a verme, sobra. Lo que está a la vista no se necesita candil como
decían los viejos en mi pueblo…
-¿Vamos a hablar
de los hombres, Sara?
-¡Ay…
cómo me gustan!
-¿Qué son los
hombres en la vida de Sara Montiel?
-¿En
la vida mía? Pues los hombres son muy buenos, muy gentiles, tengo muchos
amigos. En general estoy rodeada de gente muy buena, pero procuro que quienes
no me caen muy bien por razones que surgen, apartarlos…
Luego hablamos
del amor ya que para Sara es muy amplio. Dice que amor para ella es, también,
el que siente por su perrita, ‘Cuchi’, de la que no se aparta ni un momento. La
entrevisto unos minutos antes de salir a actuar al teatro del Parque de
Atracciones Tívoli-Costa del Sol, donde ella ha sido protagonista de unos
impresionantes llenazos durante cuatro días, tarde y noche. Y la miro y remiro
a ver si trato de descubrir el secreto de su maquillaje. La verdad es que a mí
me parece muy normal. Un maquillaje para salir a escena, como los demás, hecho
con la maestría de una persona habituada a ello por su profesión. Lo cierto es
que no se descubre nada al decir que tenga los años que tenga su belleza es
innegable como sus kilos de más, a pesar de que…
-Hoy
no he comido ni he cenado. Sólo el desayuno.
Si lo hace todos
los días, no cabe duda que le sienta muy bien el desayuno.
Sara, Saríssima
como se le ha dado en llamar últimamente. Nuestra súper estrella, a pesar de
sus ‘39’ años, 59 kilos y sus cuplés, ya tiene programadas dos nuevas
películas: ‘La pantera’ y ‘La impura’. A ella le gustaría trabajar con Marlon
Brando porque según su propia confesión le encanta como actor y como hombre. Lo
de dirigir cine es uno de sus proyectos porque ya hizo sus prácticas cuando
estuvo casada con Anthony Mann. Y, además, para mayor sorpresa…
“Acabo
de grabarle un L.P. a Vicente Parra que va a ser un bombazo”. Sí. Lo ha
grabado ella con sus manitas. Las mismas que a pincel han pintado de blanco, en
Mallorca, el piano de la Fornarina. Insólita Sara. Diva donde las haya que
brinda su amistad “a quienes me caen bien”. Terriblemente
romántica, porque es Piscis. Terriblemente popular.
Texto: M. T. CAMPOS
Fotos: C. BARRANCO
EL RECORTE CLXX
Sara Montiel entraba en los '70 luchando por su nulidad con José Vicente Ramírez Olalla, pero ilusionada con Pepe Tous; criticada por sus excesos cinematográficos pero aclamada por el público; con su recién estrenada 'Varietés', que la llevó hasta Estados Unidos donde triunfó ante un público plurilingüe. En definitiva entro en esta década siendo Sara, la gran Sara, la única....y aquello ponía a aquellas de los nervios... Regreseda de USA, la diva concedía esta entrevista a Pronto en su némero de 14 de Agosto de 1972.
SARA MONTIEL
enemiga del juego
Penas y alegrías
van juntas. Lo dice el refrán y lo confirma
la vida. Sara ha tenido nueva prueba de ello. Volvía de California feliz
y reconfortada tras haber comprobado personalmente que su fama no ha decaído
por allá. Como el coñac bueno, creció con la vejez. Las folklóricas de turno ya
pueden empezar a espabilarse, porque el renovado triunfo de la Montiel les
molestará de lo lindo. Digan lo que digan, ella sigue triunfando aquí y allá:
-Mi
película de ‘Varietés’ –que en América titulan ‘Lágrimas negras’-, fue
estrenada simultáneamente en seis locales. Fui madrina del ‘Día de la
Hispanidad’ e izé por primera vez la bandera española en el Ayuntamiento de Los
Ángeles. Iba para pasar una semana y estuve tres. Me llamaban de todas partes.
-¿Te gustaría
rejuvenecerte montando tus reales en lo que fue ‘Meca del Cine’?
-No.
Hollywood ya no es lo mismo que hace ocho años. Está muerto. Solamente se
aguanta por la gente que visita Las Vegas. Aquello sí que es fabuloso… a partir
de las ocho de la noche. El resto del día, da pena. Las Vegas empiezan y acaban
en las dos calles principales donde están los grandes hoteles. En cinco días de
estancia, vi diez ‘shows’. Íbamos al de tarde, con cena; salíamos a las diez,
nos entreteníamos un rato por las salas de juego y enlazábamos con el
espectáculo de medianoche. Solamente por ver estos ‘shows’, vale la pena ir a
Las Vegas. En Europa todavía estamos en mantillas en lo que a musical se
refiere. ¿Imaginas lo que es una gran ‘estrella’ respaldada por cuarenta
músicos y un ‘ballet’ impresionante…? Lo más sorprendente, en apariencia, es
que cena y espectáculo únicamente te cuestan ochocientas pesetas. ¿Cómo puede
ser que por ese precio presencies la actuación de un Sinatra o una Minelli? Muy
sencillo: los ‘shows’ son el cebo para que la gente juegue. Es algo
impresionante, te lo aseguro.
-¿El viaje te ha
servido de vacaciones?
-No,
amor. Si no paraba… Un día me invitaron a visitar Disneylandia y rechacé la
proposición porque tenía una cena con dos mil invitados. No podía pegarme seis
horas de viaje y estar recuperada para las ocho de la tarde.
-¿Qué le ha
llamado la atención en este viaje?
-La
decadencia de la pornografía en América. Los cines ‘cochón’, que estaban
abarrotados hace cinco años, aparecen desiertos. La pornografía llega ahora a
los escenarios y ‘shows’ especiales. Pero el público no responde como antes.
Está en plena decadencia. Y es lógico: se han pasado…
-¿Qué piensa del
erotismo?
-¿Del
erotismo? Todo, amor. Todo. ¡Ahhh, el erotismo!
-¿Y qué le
parece el destape?
-Si
hay un cuerpo y una justificación, ¿por qué no destaparse? El destape
cinematográfico es lógico si lo exige la historia. Si yo estoy en la cama, no
me van a presentar con un abrigo de visón, digo yo…
-¿Qué recuerdos
se ha traído de este viaje?
-Tonterías.
La Casa de España de Los Ángeles me regaló un abrigo de visón. Aparte de eso,
compré tonterías: tela para vestidos, alfombras, calendarios eróticos y muchos,
muchos ‘pósters’. Para cada amigo traje uno cuidadosamente escogido.
-¿Gastó mucho?
-Lo
normal.
-¿Cuánto jugó?
-Pepe
y yo solamente perdimos ochenta dólares. Pepe sesenta y seis. Yo, el resto:
catorce dólares. Es mi tope.
-¿Nunca expone
más?
-¿Para
qué? Si gano, sigo jugando. Si pierdo, ya me parece suficiente con catorce
dólares. El juego no me apasiona. No entiendo a las gentes que se pasan el día
ante la ruleta o con las cartas en la mano. En mi casa de Palma jugamos, sí:
pero a peseta la postura. Durante toda mi vida he tenido la costumbre de no
arriesgar más que catorce dólares. ¿Por qué esa cifra? No lo sé. Me gusta
apasionarme con cosas menos cerebrales.
Ella es todo
corazón.
TEXTO: RUFO LASTRES
FOTOS: C. CID
LA FOTO CLXX
Poderosamente bella, Sara Montiel en 'Varietés' (o 'Lágrimas negras')
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