SARA MONTIEL
América
Madrid
Oriente
Despedida con nieve.
He
aquí a la primera “estrella” del cine español. Sara Montiel, en vísperas de su
viaje a Grecia y Oriente Medio, se despide de la nieve en la Sierra de
Guadarrama. Tras su viaje triunfal por los países hispanoamericanos, la
“estrella” quiso tomarse unas vacaciones. Fueron aquéllos largos días
frenéticos, de teatro en teatro, de festival en festival, de ciudad en ciudad,
en automóvil o avión. En Santiago de Chile participó como primera figura en un
festival a beneficio de los damnificados por los terremotos. En Buenos Aires,
el maestro Donato –autor del famoso tango “A media luz”-, le dedicó una
partitura con el siguiente texto: “A mi mejor intérprete”. En Guayaquil la
esperaron en el aeropuerto millares de entusiastas y, en olor de multitud, la
llevaron casi en volandas hasta el hotel. En San Juan de Puerto Rico batió el
record de taquilla de la ciudad, ostentado hasta entonces por el cantante de
color Nat “King” Cole. En Río de Janeiro, el diario “O’ Globo” la saludó con
grandes titulares como “la mujer más femenina del siglo”. Y de nuevo en Buenos
Aires, los diarios la llamaron “La Gardelita” –en recuerdo de Carlos Gardel- y
uno de ellos, el famoso “Clarín”, publicó en primera página el siguiente titular:
“Frío en Buenos Aires: cero grados. Color: debut de Sarita Montiel”. Y,
después, San Juan, Córdoba, Rosario, Lima, Puerto Príncipe, Bogotá, Cali,
Barranquilla, Medellín… De un lado a otro sin descanso y en todas partes
regalando su arte y su estilo inconfundible en las canciones.
Sarita juega con en la nieve con uno de sus perros, vestida con un juvenil conjunto deportivo en el que destaca el gorro de visón.
Decididamente,
Sara Montiel necesitaba un descanso. Y aquí la tenemos, jugando con la nieve de
Guadarrama, olvidada por completo de obligaciones de contratos y viajes. Ahora,
otra vez, le ha llegado la hora de partir. Oriente Medio la esperaba. Ha tenido
que aplazar su proyecto de constituir una compañía de variedades, para
presentarse en los escenarios españoles. No obstante, antes de subir a la
escalerilla del avión en Barajas, ha prometido que al regreso de esta gira artística
la nueva compañía con Sara Montiel como primera “estrella” será una realidad en
los teatros españoles.
Tras los cristales salpicados de nieve de la ventana de un refugio montañero, el rostro de Sara Montiel invita al descanso y a gozar del calor de los leños en la chimenea.
Fotos: Enrique Herreros
EL RECORTE CCVII
En la nieve, en familia, con los amigos... múltiples ofertas para la noche de fin de año. En Enero de 1999 la revista Diez Minutos nos ofrecía esta entrevista a la diva en la que nos contaba cómo lo celebraba ella.
La artista y Zeus, que ya tiene 15 años y está más
alto que su madre, esperan a Thais, la hija mayor, para celebrar el Fin de Año.
SARA MONITEL:
“Me pongo braguitas rojas en Nochevieja”
Ella se ocupa de preparar el cordero, pero el turrón
ni lo prueba
Sara, fiel a su estilo de pintarse cada uña de un color diferente, brinda con su hijo por un buen Año Nuevo.
Sara Montiel es
algo más que una artista y ya ha pasado a la categoría de mito. Sin embargo, al
margen del glamour que siempre la rodea, es una mujer que ejerce de ama de
casa, se mete en la cocina y se ocupa de la educación de sus dos hijos, Thhais,
de 19 años, y Zeus, de 15. La Navidad es una fecha ideal para estar los tres
juntos, ya que Thais, que vive a caballo entre Washington y Madrid debido a sus
estudios, pasará el Fin de Año con su madre y su hermano.
-¿Te gustan las
Navidades?
-Nada
de nada porque me faltan personas a las que he querido, como mi madre, mi
marido Pepe Tous y amigos míos. Son momentos especiales en los que les añoro
mucho.
-¿Te pones algo
rojo para recibir el Año Nuevo?
-Sí,
me suelo poner un liguero o unas braguitas rojas.
-¿Preparas tú la
cena?
-Yo
me ocupo de hacer las patas de cordero. Las emborracho de champán y me salen
muy ricas. No es que sea muy buena cocinera, pero hago otros dos platos muy
buenos, la paella y la carne guisada.
-¿Cómo ha sido
el 98?
-Gracias
a Dios, bueno. Cuando se murió Pepe tuve una depresión muy grande, pero ahora
ya no me siento sola gracias a mis hijos y a mis amigos.
Zeus abraza con cariño a su madre que luce un abrigo que se ha regalado ella misma para Reyes.
-¿Qué tal llevas
que se vayan haciendo mayores?
-Es
algo que tiene que pasar, pero soy muy madraza. El día de mañana cuando hayan
terminado sus estudios y vuelen por sí solos será maravilloso, pero mientras yo
viva me tendrán siempre a su lado.
-¿Te apetece que
llegue el momento de ser abuela?
-Queda
mucho para eso. Thais, la mayor, no ha tenido novio nunca y ahora no piensa en
eso. Cuando se enamore se casará o se juntará, pero será ella la que lo tenga
que elegir.
-¿Qué le pedirás
a los Reyes Magos?
-Salud.
Yo ya me he comprado un abrigo como regalo.
El único hombre de su vida
Lo primero en la vida de Sara son sus hijos. Ha roto con Giancarlo Viola porque no quiere repartir su corazón con nadie más. "No pienso en vivir con nadie ni en casarme. Cuando sea ancianita y esté sola, a lo mejor busco a alguien como yo".
-¿Qué haces para
estar tan estupenda?
-Como
y ceno cien gramos de espinacas o zanahorias y otros cien de carne o pescado
cada día. Me quiero morir delgada y lo estoy consiguiendo. Ahora compro los
turrones, pero sólo los miro.
-Has roto con
Giancarlo Viola, ¿cómo está tu corazón?
-Libre.
Somos muy amigos, pero ahora no puedo vivir con él porque lo primero son mis
hijos. Pepe fue maravilloso con ellos y no me parece bien meterles otra persona
en casa.
Rosa M. Prieto
Fotos: Fernando Roi
LA FOTO CCVII
La diva tomando una uva. Magistralmente retratada por Simón López.
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