LA GENIAL INTERPRETE DEL “ULTIMO CUPLE”
SARITA MONTIEL
pasará las Navidades, con su esposo, en Moscú para
recordar los lugares que visitaron en su luna de miel
Entre los proyectos más inmediatos de la actriz
figura, para el próximo año 1965, la puesta en escena de una maravillosa
comedia musical, siendo ella la principal intérprete.
El regreso de
Sarita Montiel y su esposo está previsto para el 3 de enero, para presentar en
Madrid su último film: “Samba”.
Sarita Montiel, cuyo verdadero nombre es María Antonia Abad Fernández, contrajo matrimonio con José Vicente Ramírez Olalla, el 2 de mayo del presente año en la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat de Roma.
De Sara Montiel
se ha escrito mucho y se continuará seguramente haciéndolo durante largo
tiempo. Cada vez que hablo con esta artista excepcional, la primera impresión
que me da es de un dinamismo fuera de lo corriente. Los que la han visto
únicamente a través del celuloide multicolor, pensarán que es una mujer
distante, pagada de sí misma. Nada más lejos de la realidad. Sara, en su vida
particular, es una mujer que nunca está en “pose”. Es sencilla en el trato,
amable, y se entusiasma a medida que va hablando con su interlocutor. Las
frases cobran vida en sus labios, salpicadas con esa gracia tan suya. El motivo
de mi visita no era otro que felicitarle, tal vez con un poco de anticipación,
las fiestas navideñas.
Sara Montiel,
cuando me recibe, está a punto de salir para Orihuela, para visitar a unos
familiares. Está terminándose de arreglar. Falda escocesa, jersey negro, con
cuello alto, y el último toque, un gracioso sombrero, ocultando sus cabellos
caoba. Medias esporta, negras. Únicamente lleva maquillados los ojos, y aun muy
suavemente. Ni pestañas postizas, ni artificios. Sara, al natural.
Sentadas frente
a frente, se desarrolla el diálogo:
-¿Dónde
proyectas pasar las Navidades, Sarita?
-Con
la familia, y luego, seguramente el 23 de este mes, nos iremos, mi marido y yo,
hasta el día 3 de enero, en que regresaremos a Madrid para el estreno de
“Samba”.
-¿Y hacia dónde
es la marcha?
-A
Moscú.
Lo dice así. Con
sencillez, como si Moscú estuviera a la vuelta de la esquina.
-¿Cómo se te ha
ocurrido celebrar allí la Navidad? ¿No es un lugar un poco apartado?
-Mi
esposo y yo recordaremos así algunas etapas de nuestro viaje de bodas y,
además, me hace una ilusión grandísima estar rodeada de nieve. El paisaje, en
estas fiestas, adquiere un sabor distinto.
La actriz cinematográfica Sarita Montiel, con su marido, en uno de sus recientes viajes efectuados al extranjero.
-¿Qué pensáis
hacer en Moscú, aparte de pasar la Navidad?
-Comer
caviar, hija.
Y prosigue, con
un entusiasmo que se va acrecentando a cada palabra:
-Para
mí, ir a Moscú tiene ahora un encanto indefinible. Si vieras los pantalones de
piel que me están haciendo… Porque soy friolera.
-¿Te llevarás
mucho equipaje?
-No,
nada… Unas cuantas maletitas…
Y se sonríe,
imaginando que estamos pensando ya en un voluminoso equipaje, por el que
seguramente deberá pagar un exceso de carga.
Metiéndonos ya
en otro terreno, preguntamos a Sara cómo van los proyectos teatrales.
-En
octubre del 65 haré teatro, primeramente, porque me gusta, y en segundo lugar,
también para demostrar a quienes lo pongan en duda, que no le temo al teatro.
Puedes anotarlo asimismo. Será una maravillosa obra musical.
-¿Ha habido
alguna aspereza en tu matrimonio, hasta la fecha?
-No,
gracias a Dios. Y descuida, que mi marido nunca se llamará señor Montiel,
porque es un hombre muy hombre. Calcula, que esta casa en donde vivo ahora, se
la regalé yo a mi madre. Tengo un piso en la Plaza de España, que lo estoy
amueblando desde hace mucho tiempo y que me ha costado seis millones de
pesetas, y que conste que a mí no me gusta hablar de dinero. Mi esposo se
dedica a la compra y venta de solares en construcción. Tiene una Compañía de
este ramo. Pues me compró una casa sobre plano. Recién han comenzado ahora las
obras. Esta situación frente al Corral de la Morería. Y espero viviremos allí
dentro de unos ocho o nueve meses, ya que tan sólo ahora han empezado la
construcción. Por esta razón, he parado todos los preparativos del piso de la
Plaza de España. ¿Para qué, si luego voy a vivir al otro sitio? Mi esposo dice
que le gusta que viva yo en su casa, que no quiere ser él quien viva en la mía.
Y como es él quien lleva los pantalones…
-Tú obedeces…
-Y
además, muy feliz.
-¿Cuándo te
veremos por Barcelona?
-A
primeros de enero, para el rodaje de “La dama de Beirut”.
Esta fotografía pertenece a la última película rodada por Sarita Montiel, se llama "Samba" y ha sido rodada en su mayor parte en Brasil.
Y bruscamente,
en transición, me pregunta:
-Oye,
¿tú ves, desde tu última visita, que yo haya engordado algo?
-¡Pero si estás
mucho más delgada!
-Pues
por ahí andan diciendo que si no hacía cine es porque estaba algo llenita.
Rumores.
La doncella
advirtió discretamente a Sarita que “el señor la
está esperando abajo”. Me levanté con intención de marchar.
-Espera,
que bajo contigo.
Reapareció al
poco Sarita, con un abrigo de visón que se había echado por encima.
El diálogo
transcurrió hasta la puerta misma del “Florida” rojo que la esperaba a la
puerta. Me presentó a su esposo. Se adivina en él al hombre educado y cortés.
Sarita, a su lado, se hace pequeña. Pequeña no ya en personalidad, que de eso
ella tiene mucha, sino en algo indefinible que experimenta la mujer Mujer,
cuando a su lado está el Hombre de su vida.
Escrito en exclusivo para LECTURAS, por MAITE MAINE.
EL RECORTE CCVI
Si hace 50 años nuestra diva proyectaba unas Navidades con el que llamaba "su hombre" en Moscú, 20 años más tarde celebraba estas fiestas en Madrid y con el hombre con quién formó una verdadera familia. Así se mostraba la familia Tous - Abad en las Pascuas de 1984. El artículo es de la revista Hola con fecha 29 de Diciembre de ese año.
SARA MONTIEL
Y PEPE TOUS, CON SUS HIJOS, CELEBRAN ESTE AÑO LA
NAVIDAD EN MADRID Y… TRABAJANDO
ENTRE LOS DIEZ DESEOS DE SARA PARA EL 85 FIGURA EL
DE “QUE TODOS LOS NIÑOS TENGAN UN HOGAR”
Es una buena forma la de celebrar la Navidad, con trabajo. Así lo dice Sara, que aquí brinda por todos en compañía de su marido, Pepe Tous, y de sus dos hijos.
Sara Montiel y
Pepe Tous nos abrieron las puertas de su casa para brindar con nosotros por las
próximas fiestas navideñas. La pequeña Thais y el revoltoso Zeus se mostraban
encantados con la llegada de los Reyes Magos, el árbol de Navidad, las
guirnaldas y los espumillones.
Los dos niños
son la alegría de la casa, y sus risas y travesuras llenan de orgullo a Sara y
a Pepe.
En el rostro del más chico de la casa se ve lucir lo que ha sido el deseo de Sara madre para el año que empieza ya: que todos los niños del mundo tengan un hogar.
Que no falte la copa de champán, sobre todo si tiene en el agua dorada o plateada eso que se llama el barco de la alegría, de los proyectos. Sara y Pepe, mano a mano, copa a copa, brindan por todos. Gracias.
Sara, cansada
por su actual trabajo en el teatro, pero feliz con las representaciones, deseó
a todos nuestros lectores un próspero año 1985. Hasta enero continuará en el
teatro de la Latina con el espectáculo “Nostalgia”, donde presenta un “show”
musical excelente, contando con la presencia de Olga Guillot, que reaparece en
Europa; con Manolo Otero y ofreciendo un homenaje a Madrid en su despedida a
Celia Gámez. Las canciones del reparto son melodías inolvidables de una época
que marca un estilo y personalidad conocidos por todos.
En febrero, Sara
volverá a América para comenzar una nueva gira. Pero mientras tanto, celebrará
las Navidades en Madrid, con su marido y con sus hijos. Mientras Thais y Zeus
juegan con las zambombas y ella brinda con champán con Pepe Tous, comentó diez
deseos para el año próximo, aparte de pedir felicidad para todos:
Paz
en el mundo. Salud para nuestros hijos y para todos. Que no falte trabajo.
Entendimiento y comprensión mundial. Desaparición del terrorismo y de la droga.
Que todos los niños tengan un hogar. Espero que el concepto de justicia social
deje de ser sólo un concepto y se convierta en una realidad. Ayuda y protección
a todas las Bellas Artes. Menos envidia y más amor al prójimo.
Los niños cerca del árbol, un gran símbolo. Una zambonba de gran gala y bolas de plata y oro colgando del sueño de todos los años. Al otro lado de la cámara, papá Pepe y mamá Sara les observan embelesados.
RADIAL PRESS
LA FOTO CCVI
Estampa navideña de la diva. Fotografía de Simón López.
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