lunes, 18 de mayo de 2015

CLIMA - 22 de Febrero de 1958 - España


La diva aparece sólo en la portada.

EL RECORTE CCXXIII
Un reportaje muy doméstico de la estrella en 1960. Todas las artistas de la época lo concedieron a la revista Ama. Este pertenece al mes de Mayo. Sara nos deleita con su plato estrella y confía a los lectores sus mañas en el hogar. 


“ANTES, TRABAJABA PARA COMER; AHORA, NO PUEDO COMER PARA TRABAJAR”
(SARA MONTIEL)
“Durante los primeros años de mi vida, mis platos fueron, en verdad, más que modestos”

La hora de echar cuentas... No sale. Hay que repasarlo todo... Hay que ajustar...


Con aire pensativo destapa la fuente cocinada.
Así se preparan las lechugas al jugo. ¡Son buenas!


Hay que partirlas en dos trozos, como puede verse.

 “Dime lo que comes y te diré quién eres” es la máxima que Sara Montiel, con gran acierto, ha mantenido siempre en cuanto se le habla de cuestiones de cocina…
La famosa artista cinematográfica se encuentra ahora en Madrid. Y en la castiza calle de San Bernardo tiene un precioso piso, en donde nos recibe con su característica simpatía. Y dispuesta a demostrarnos que su sentencia –ese “dime lo que comes…”, citado en primer lugar- es una verdad de gran tamaño.
Sara –ama de casa- va a hablar para nuestras lectoras. Con sencillez, con naturalidad y con una modestia digna de la mejor alabanza, como en seguida verán.
-¿Le agrada cocinar, Sara? –preguntamos.
-Sí, me gusta. Y en una época no muy lejana creí que sabía hacerlo bien. Después, al ir conociendo el buen arte de diversos cocineros, me di cuenta de que para guisar bien es preciso nacer y tener en cuenta muchísimas cosas…
-¿Y qué platos son los que prefiere preparar personalmente?
-No sé… Quizá aquellos que más les gusten a mis invitados, pues, desde luego, siempre me preocupan mucho los resultados de mis modestos platos.
-¿Modestos?
-Sí. Durante los primeros años de mi vida fueron, en verdad, más que modestos. Por eso tengo cariño y sé hacer bien esas cosas sencillas y baratas… Que, además, son muy buenas.


Y lavarlas bien, para que queden bien blancas.

“Lechugas al jugo”
Sara Montiel no tiene inconveniente en detallarnos uno de esos platos modestos.
-Probablemente -nos dice- , el que mejor preparo son “lechugas al jugo”.
-¿Cómo se hace?
-Tome nota. Se eligen ocho lechugas bien apretadas y con buen cogollo. Se quitan todas las hojas duras y esa piel amarilla que suele tener el troncho. Se lavan y blanquean durante unos diez minutos. Después se abren en dos partes, sin separarlas del todo y se condimentan con tres pizcas de sal para las ocho lechugas. Se ata cada una de ellas para volver a reunir las dos partes y echan todas en una cacerola de dos litros de capacidad. Se cubren de agua y se añaden dos tacitas de “consommé” del cocido y una cebolla con dos clavos de especia metidos en ella. Se tapa todo con un papel fuerte, de estraza, y se deja cocer durante un par de horas, a hervor muy lento. Después de cocidas se escurren sobre un paño, se desatan y se extiende cada pedazo separándolo del troncho. Se colocan dichos trozos en forma de corona sobre una fuente y se riegan con ocho cucharaditas de jugo de carne un poco rebajado. Y entre trozo y trozo de lechuga se ponen unas rebanadas de pan frito. El plato, además de no hacer engordar, es muy sabroso…
-Y económico, desde luego… ¿Podría decirnos, ahora, qué régimen de comida sigue?


La famosa artista prepara ahora un puré. Sonríe.
Prueba lo que guisa. Como las buenas cocineras.

Su régimen
El dedicarse al cine trae graves consecuencias en esto de la alimentación… Antes trabajaba para comer, y ahora no puedo comer para trabajar… Paradojas. En fin, mi régimen puede resumirse de la siguiente manera: una taza de té con poca leche y sin azúcar; un huevo hervido y mermelada, para el desayuno.
-¿Comida?
-Una toronja con un poco de azúcar. Un plato de verdura y carne a la parrilla.
-¿Merienda?
-Simplemente, un café o té solo.
-¿Cena?
-Merluza hervida con mucho limón y aceite crudo, y una manzana asada.
-¿Y sus gustos? ¿Le agrada comer de todo?
-Me agrada comer de casi todo. Sobre todo de aquello que no puedo comer…
-¿Lo que más le gusta?
-En el verano, el gazpacho andaluz muy frío. Casi nunca tengo apetito y eso me entra muy bien…
-¿Lo que menos?
-No me gusta nada la carne rellena, y en general todos los platos que lleven exceso de salsas o complicaciones.
-¿Algún palto que odie?
-El pulpo, porque es muy feo a la vista…


La inspiración puede encontrarse en un libro.


La cocina norteamericana
Como Sara Montiel ha vivido muchos años en Estados Unidos, puede hablarnos con autoridad sobre la cocina norteamericana. La artista, muy sensatamente, aclara:
-En Norteamérica hay muchos Estados. Y cada uno tiene, en la cocina, características distintas. No toda la gente come en plan de tortitas o “sandwichs”, como se ve en las películas… La comida de Carolina del Sur y de Nueva Orleáns, por ejemplo, es exquisita. Para mi gusto, la mejor de Estados Unidos.
-¿Qué plato norteamericano es el que más le agrada?
-El pavo relleno. Ya sabe que allí se celebra el Día del Pavo. Está muy sabroso.
-¿Qué lleva?
-Un relleno de ciruelas, maíz en dulce y varias clases de queso.
-Y… ¿lo que más le desagrada de la cocina de Estados Unidos?
-Los “perros calientes”, muy típicos en Nueva York, de los que sólo el nombre me da ya dentera…


Y limpia, con cuidado y gracia, todo lo que alcanza.

La cocina española
Y pasamos a la cocina española. Hablamos de las distintas regiones y de sus platos típicos Sara concreta:
-Hay dos cosas en España que me entusiasman: la paella de Levante y la butifarra con monchetas, de Cataluña. La pena es que este último plato lo tengo prohibido… ¡Hace subir de peso de una forma!
-¿Toma mucho dulce?
-Nada. No soy golosa. Un bombón de Pascuas a Ramos…

Los invitados
-¿Qué opina de los invitados a comer?
-Me agrada tener invitados en casa.
-¿Aunque sean muchos?
-Pues… hasta diez o doce, como máximo. Creo que es un arte saber atender a los invitados. Un arte, repito, en el que hay que cumplir cierto orden.
-¿Qué orden?
-Algo esencial que casi siempre se hace al revés en los convites. A mi juicio se deben presentar y servir los manjares más fuertes y sustanciosos los primeros, en razón inversa de los vinos, que deben comenzarse con los más ligeros y terminar con los de más aroma y fuerza. Esta última selección me crea siempre un problema, pues yo no bebo nada.


Sara Montiel se dispone a "entrar en acción".

-¿Qué menú elige usted para sus invitados?
-“Consommé”; pierna de cordero braseada, con puré de setas; ensalada y espárragos frescos; fresa con naranja, helado y quesos… Porque –no me acuerdo quién lo dijo- ya sabe usted aquello de que “postre sin queso es como una hermosa tuerta”.
-¿Es muy hogareña, Sara?
-Bastante. Me entusiasma colocar cualquier chuchería en la casa. Y, sobre todo, leer…
-¿Lo que menos le gusta del hogar?
-Echar cuentas…
Y, para terminar, la pregunta de siempre:
-¿Qué es, a su juicio, lo que nunca debe faltarle a una buena ama de casa?
-Femineidad y limpieza.
Sara Montiel –ama de casa- se ha sincerado para nuestra revista. Y con modestia nos ha enseñado también a hacer un auténtico plato económico.

A.B.
(Reportaje gráfico Barahona.)
Y AQUÍ, SU RÉGIMEN
DESAYUNO: Té con poca leche y sin azúcar; un huevo hervido, y mermelada.
COMIDA: Una toronja con azúcar; verdura, y carne a la parrilla.
MERIENDA: Café o té solo.
CENA: Merluza hervida con limón y aceite, y una manzana asada.


LA FOTO CCXXIII


Una triunfante Sarita Montiel, posa, sin reparo, en la cocina de su casa. Eran los 50... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario