La diva aparece sólo en la portada.
EL RECORTE CCXXIII
Un reportaje muy doméstico de la estrella en 1960. Todas las artistas de la época lo concedieron a la revista Ama. Este pertenece al mes de Mayo. Sara nos deleita con su plato estrella y confía a los lectores sus mañas en el hogar.
“ANTES, TRABAJABA PARA COMER; AHORA, NO PUEDO COMER
PARA TRABAJAR”
(SARA MONTIEL)
“Durante los primeros años de mi vida, mis platos
fueron, en verdad, más que modestos”
La hora de echar cuentas... No sale. Hay que repasarlo todo... Hay que ajustar...
Con aire pensativo destapa la fuente cocinada.
Así se preparan las lechugas al jugo. ¡Son buenas!
Hay que partirlas en dos trozos, como puede verse.
“Dime lo que comes y te diré quién eres” es la
máxima que Sara Montiel, con gran acierto, ha mantenido siempre en cuanto se le
habla de cuestiones de cocina…
La famosa
artista cinematográfica se encuentra ahora en Madrid. Y en la castiza calle de
San Bernardo tiene un precioso piso, en donde nos recibe con su característica
simpatía. Y dispuesta a demostrarnos que su sentencia –ese “dime lo que
comes…”, citado en primer lugar- es una verdad de gran tamaño.
Sara –ama de
casa- va a hablar para nuestras lectoras. Con sencillez, con naturalidad y con
una modestia digna de la mejor alabanza, como en seguida verán.
-¿Le agrada
cocinar, Sara? –preguntamos.
-Sí,
me gusta. Y en una época no muy lejana creí que sabía hacerlo bien. Después, al
ir conociendo el buen arte de diversos cocineros, me di cuenta de que para
guisar bien es preciso nacer y tener en cuenta muchísimas cosas…
-¿Y qué platos
son los que prefiere preparar personalmente?
-No
sé… Quizá aquellos que más les gusten a mis invitados, pues, desde luego,
siempre me preocupan mucho los resultados de mis modestos platos.
-¿Modestos?
-Sí.
Durante los primeros años de mi vida fueron, en verdad, más que modestos. Por
eso tengo cariño y sé hacer bien esas cosas sencillas y baratas… Que, además,
son muy buenas.
Y lavarlas bien, para que queden bien blancas.
“Lechugas al jugo”
Sara Montiel no
tiene inconveniente en detallarnos uno de esos platos modestos.
-Probablemente
-nos
dice- , el que mejor preparo son “lechugas al
jugo”.
-¿Cómo se hace?
-Tome
nota. Se eligen ocho lechugas bien apretadas y con buen cogollo. Se quitan
todas las hojas duras y esa piel amarilla que suele tener el troncho. Se lavan
y blanquean durante unos diez minutos. Después se abren en dos partes, sin
separarlas del todo y se condimentan con tres pizcas de sal para las ocho
lechugas. Se ata cada una de ellas para volver a reunir las dos partes y echan
todas en una cacerola de dos litros de capacidad. Se cubren de agua y se añaden
dos tacitas de “consommé” del cocido y una cebolla con dos clavos de especia
metidos en ella. Se tapa todo con un papel fuerte, de estraza, y se deja cocer
durante un par de horas, a hervor muy lento. Después de cocidas se escurren
sobre un paño, se desatan y se extiende cada pedazo separándolo del troncho. Se
colocan dichos trozos en forma de corona sobre una fuente y se riegan con ocho
cucharaditas de jugo de carne un poco rebajado. Y entre trozo y trozo de
lechuga se ponen unas rebanadas de pan frito. El plato, además de no hacer
engordar, es muy sabroso…
-Y económico,
desde luego… ¿Podría decirnos, ahora, qué régimen de comida sigue?
La famosa artista prepara ahora un puré. Sonríe.
Prueba lo que guisa. Como las buenas cocineras.
Su régimen
El dedicarse al
cine trae graves consecuencias en esto de la alimentación… Antes trabajaba para
comer, y ahora no puedo comer para trabajar… Paradojas. En fin, mi régimen
puede resumirse de la siguiente manera: una taza de té con poca leche y sin
azúcar; un huevo hervido y mermelada, para el desayuno.
-¿Comida?
-Una
toronja con un poco de azúcar. Un plato de verdura y carne a la parrilla.
-¿Merienda?
-Simplemente,
un café o té solo.
-¿Cena?
-Merluza
hervida con mucho limón y aceite crudo, y una manzana asada.
-¿Y sus gustos?
¿Le agrada comer de todo?
-Me
agrada comer de casi todo. Sobre todo de aquello que no puedo comer…
-¿Lo que más le
gusta?
-En
el verano, el gazpacho andaluz muy frío. Casi nunca tengo apetito y eso me
entra muy bien…
-¿Lo que menos?
-No
me gusta nada la carne rellena, y en general todos los platos que lleven exceso
de salsas o complicaciones.
-¿Algún palto
que odie?
-El
pulpo, porque es muy feo a la vista…
La inspiración puede encontrarse en un libro.
La cocina norteamericana
Como Sara
Montiel ha vivido muchos años en Estados Unidos, puede hablarnos con autoridad
sobre la cocina norteamericana. La artista, muy sensatamente, aclara:
-En
Norteamérica hay muchos Estados. Y cada uno tiene, en la cocina,
características distintas. No toda la gente come en plan de tortitas o
“sandwichs”, como se ve en las películas… La comida de Carolina del Sur y de
Nueva Orleáns, por ejemplo, es exquisita. Para mi gusto, la mejor de Estados
Unidos.
-¿Qué plato
norteamericano es el que más le agrada?
-El
pavo relleno. Ya sabe que allí se celebra el Día del Pavo. Está muy sabroso.
-¿Qué lleva?
-Un
relleno de ciruelas, maíz en dulce y varias clases de queso.
-Y… ¿lo que más
le desagrada de la cocina de Estados Unidos?
-Los
“perros calientes”, muy típicos en Nueva York, de los que sólo el nombre me da
ya dentera…
Y limpia, con cuidado y gracia, todo lo que alcanza.
La cocina española
Y pasamos a la
cocina española. Hablamos de las distintas regiones y de sus platos típicos
Sara concreta:
-Hay
dos cosas en España que me entusiasman: la paella de Levante y la butifarra con
monchetas, de Cataluña. La pena es que este último plato lo tengo prohibido…
¡Hace subir de peso de una forma!
-¿Toma mucho
dulce?
-Nada.
No soy golosa. Un bombón de Pascuas a Ramos…
Los invitados
-¿Qué opina de
los invitados a comer?
-Me
agrada tener invitados en casa.
-¿Aunque sean
muchos?
-Pues…
hasta diez o doce, como máximo. Creo que es un arte saber atender a los
invitados. Un arte, repito, en el que hay que cumplir cierto orden.
-¿Qué orden?
-Algo
esencial que casi siempre se hace al revés en los convites. A mi juicio se
deben presentar y servir los manjares más fuertes y sustanciosos los primeros,
en razón inversa de los vinos, que deben comenzarse con los más ligeros y
terminar con los de más aroma y fuerza. Esta última selección me crea siempre
un problema, pues yo no bebo nada.
Sara Montiel se dispone a "entrar en acción".
-¿Qué menú elige
usted para sus invitados?
-“Consommé”;
pierna de cordero braseada, con puré de setas; ensalada y espárragos frescos;
fresa con naranja, helado y quesos… Porque –no me acuerdo quién lo dijo- ya
sabe usted aquello de que “postre sin queso es como una hermosa tuerta”.
-¿Es muy
hogareña, Sara?
-Bastante.
Me entusiasma colocar cualquier chuchería en la casa. Y, sobre todo, leer…
-¿Lo que menos
le gusta del hogar?
-Echar
cuentas…
Y, para
terminar, la pregunta de siempre:
-¿Qué es, a su
juicio, lo que nunca debe faltarle a una buena ama de casa?
-Femineidad
y limpieza.
Sara Montiel
–ama de casa- se ha sincerado para nuestra revista. Y con modestia nos ha
enseñado también a hacer un auténtico plato económico.
A.B.
(Reportaje gráfico Barahona.)
Y AQUÍ, SU RÉGIMEN
DESAYUNO: Té con poca leche y sin azúcar; un huevo
hervido, y mermelada.
COMIDA: Una toronja con azúcar; verdura, y carne
a la parrilla.
MERIENDA: Café o té solo.
CENA: Merluza hervida con limón y aceite, y
una manzana asada.
LA FOTO CCXXIII
Una triunfante Sarita Montiel, posa, sin reparo, en la cocina de su casa. Eran los 50...
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