domingo, 10 de mayo de 2015

PICTUREGOER - 7 de Octubre de 1956 - Inglaterra


our cover girl…
SPEAKS HER MIND
The girl on the cover, Sarita Montiel, poses in the hay. But don’t be misled. Sarita in not only an outdoor girl.
The Mexican beauty, now making “Run of the Arrow” with Rod Steiger, likes life to be exotic and exciting.
She lives in an elegant Spanish house in Mexico, covers her swimming pool with flowers and sprays perfume on her pillows at night.
Excitement? She says she gets it all in her work.
Al twenty-three, a veteran of thirty Spanish and Mexican films, she burst into starring, roles in two Hollywood films, “Vera Cruz” and “Serenade”, without being able to speak more than a few words in English.


But she often cuts up rough –in broken English- about her Hollywood publicity label: “The Mexican Monroe”.
She’s outspoken, too, about men.
Mexican male stars, she says, “always kiss as though their wives were on the set watching”.
Her ideal choice of a husband is “over forty and ugly”. She hasn’t found him yet.
But she DOES get Rod Steiger in “Run of the Arrow”. It’s his first big romantic screen role AND he gets the girl.
That’s enough excitement for a girl in any language.
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EL RECORTE CCXXII
Probablemente las noticias y fotografías de este reportaje de Cine Mundo (5 de Junio de 1954) dejaron con la boca abierta a más de uno. Y es que, probablemente, muchos ni se acordarían de aquella muchachita que decidió emigrar a México en busca de un futuro mejor. ¡Y fíjense! ¡Estrella en Hollywood! Estos son los primeros ecos que llegaban a España de nuestra estrella. 

HOLLYWOOD
Oido en Beverly Hills
SARA MONTIEL
encabeza  el reparto femenino de “Veracruz” al lado de dos actors famosos, Gary Cooper y Burt Lancaster




Sara Montiel aparece en este fotograma con la belleza subyugante de la mujer española.

Un reciente triunfo en Hollywood de la estrella de la pantalla española Sara Montiel viene a identificarse a nuestro criterio de la absoluta necesidad de que las figuras de nuestros elencos adopten, al fin, la decisión, quizá heroica, según nuestro temperamento de personalidad arraigada a la tierra natal, de arrostrar nuevas aventuras para su arte. En la seguridad de que es éste uno de los más firmes y seguros caminos para triunfar. Y esto, claro, sin abdicar de la española personalidad ni desertar sino circunstancialmente de nuestro campo.
Y Sara Montiel, la bella Sarita Montiel, como familiarmente se la ha llamado siempre entre nosotros, acaba de aureolarse de nuevos triunfos al otro lado del mar; es decir, en la sede del cine por antonomasia, que es el siempre fabuloso y el eternamente sorprendente Hollywood. Encantados registramos este estupendo acontecimiento. Sara Montiel nos había dado ya pruebas en ocasiones distintas de sus grandes posibilidades. Actuó siempre con éxito en la pantalla española, pero sin que su actuación fuese precisamente un balbuceo –bien lejos, por cierto, de ello, lo que apuntaba con firmes rasgos del más seguro e inmediato triunfo-, sí, en cambio, es preciso considerar que los papeles que en sus films que interpretó aquí, no fueron nunca, por cierto, de la dimensión y calidad que su magnitud de verdadera estrella hubiese requerido.



Esta es otra actitud de Sarita Montiel. Ya están lejanos los tiempos en los que llegó de Valencia para iniciar aún tímidamente su carrera estelar.

La personalidad de Sara Montiel se acusa hoy, por el contrario, con más seguros y brillantes rasgos cuando, abandonando temporalmente nuestra patria, ha acudido a Hollywood para doctorarse en el difícil arte del estrellato. Sara Montiel ha sido, en efecto, en ocasión reciente, estrella en Hollywood de primerísima magnitud. Primero, por su propia personalidad aislada, como mujer elegante y bella y como artista indiscutible con indiscutibles cualidades de actriz dramática, tan importante para el cine como lo son, por supuesto, en el teatro. Aún en contra del limitado criterio de unos cuantos.
Sara Montiel ha sido, en efecto, estrella encabezando el reparto femenino de una gran película –“Veracruz”- al lado de personajes tan consagrados y aplaudidos en las pantallas de todo el mundo, como el veterano Gary Cooper y el moderno galán Burt Lancaster, que han servido esta actuación excepcional de Sara Montiel, que anota con este film de espléndido éxito en su hoja de servicios a la cinematografía una brillante puntuación.


Sara Montiel era la pequeña María Antonia cuando diableaba con la bicicleta.
Esta actitud alegre de niña que juega al aro ocultaba ya su ambición de estrella.

Sara Montiel ha emprendido una veloz carrera triunfal en esta nueva fase de su actuación y de aquella de sus primeras interpretaciones en España con papeles excesivamente modosos, si se nos permite la definición, ha saltado de pronto al gran escaparate de las rutilantes estrellas, que es decir a la verdadera admiración popular. Por otra parte, esta actuación al lado de Gary Cooper viene a ser como el punto de arranque de todas las nobles ambiciones a las que nos lleva el lógico deseo el triunfo artístico. Porque Sara acaba de firmar un contrato en exclusiva solamente para cine de habla inglesa y con la total libertad, por otra parte, para hacer cuantas películas desee en otros idiomas. Siempre, claro, para desenvolver sus actitudes con papeles estelares, dos por cada año.


Además de “Veracruz”, Sara Montiel ha realizado, según tenemos entendido, otras películas con galanes de la categoría de Glenn Ford, películas que han merecido el aplauso de toda América.


Este fenómeno, que recae hoy sobre nuestra artista, cuando se es española como ella, es decir, cuando se tiene temperamento de artista y, además, se es guapa (como Sara lo es), no tiene en principio nada de particular, aunque siempre es importante, en cambio, llegar a la decisión de emprender nuevos caminos dirigidos a la consecución de, verdaderamente, “llegar a ser”. Y Sara Montiel, si bien “fue”, actualmente “es”, y con más personalidad desde luego, que en sus comienzos.
A presencia de estas fotografías, nuestros lectores podrán considerar hasta qué punto de transformación, incluso de presencia, puede llegarse con el tesón de proponerse aquélla. Y Sarita Montiel lo ha conseguido, y sus triunfos en Méjico, hace ya varios años, como belleza representativa de la mujer española, y los que ahora renueva en los Estados Unidos, proclaman, en efecto, su indiscutible personalidad en todos los aspectos.


Esta era la fisonomía de Sarita en sus primeros tiempos cinematográficos: lejos del triunfo de hoy.

Norteamérica ha hecho de Sara Montiel en estos últimos tiempos su estrella favorita, y la mecánica de la publicidad no da abasto a reproducir las fotografías que esta predilección por la estrella, fenómeno general, que alcanza a todo el mundo diverso y numeroso de espectadores, requiere. CINE MUNDO habló en sus comienzos de las brillantes perspectivas que apuntaban luminosas para la vida artística de Sara Montiel. Hoy, cuando nos llegan los ecos de sus nuevos triunfos en los Estados Unidos, no dudamos en recogerlos aquí para aquellos que la conocimos y, muy especialmente, para los muchos admiradores que Sarita, nos consta, dejó en España.



Sara, al lado de Marta Toren, cuando estuvo en Méjico. Entonces acababa de salir de una enfermedad que no le restaba, sin embargo, optimismo.




EL RECORTE CCXXII


Toda una diva, nuestra Sara Montiel, en su época hollywoodiense.

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