sábado, 13 de junio de 2015

CORREO DE LA RADIO - Agosto de 1965 - España

(Agradecemos a Violeta Riscal el envío de esta revista)

FIN DE SEMANA EN PALMA CON
SARA MONTIEL
Carta de
JAVIER DURAN

SARITA MONTIEL

Hola, amigos de “C-R”, siempre, en casi todos mis viajes, escribía las impresiones, que después de publicaban en estas páginas. Bueno, en las otras; porque la revista cambió su presentación, y desde entonces yo no había podido escribir ni una sola carta. Hoy vuelvo, con gran placer y emoción por mi parte, porque además de celebrar la nueva vida de nuestra “vieja Correo de la Radio”, he de narrar uno de los fines de semana más emocionantes e inolvidables, sino el que más, de mi vida privada:
VIERNES, 2 de Julio. –Llego al aeropuerto de Prat de Llobregat, para marchar a las 5,40 a Palma de Mallorca. Pero, vaya, el vuelo se suspende y se suspende, iniciándose una serie de retrasos que llegan a durar media hora.
A los primeros que encuentro son a AUGUSTO ALGUERO, su hermana Rosa, y JOSE GUARDIOLA. El que va a viajar es Augusto.
-¿Dónde marchas?
-A Holanda, con mi esposa… Vamos a actuar en un programa extraordinario de televisión, en color.
-¿Y tus proyectos? –le pregunto a Guardiola.
-He interrumpido la gira que estaba haciendo con mi espectáculo “J. G. 65”, para cumplir con una serie de galas que tengo firmadas para este verano… En otoño lo reanudaré.
Por el hall del aeropuerto está BAHAMONTES. Busca la cabina telefónica, o la tabacalera, o el bar, o algo.
Llega DOMENICO MODUGNO, en compañía de su pianista y de su acordeonista:
-¿A dónde marcháis?
-A Alicante… Tenemos dos galas en “El Gallo Rojo”.
-¿Qué es lo último que has hecho en Italia?
-Un tele-film que va a competir en un Certámen: “Scaramouche”, que he rodado con Carla Gravina, Raffaela Carrara… y una española muy guapa y saladísima.
-¿Es…?
-Encarnita Polo.
Por fin llega el momento del despegue, y después de una hora de vuelo, aterrizamos en Palma de Mallorca.
Voy inmediatamente a “Jartan’s” es una nueva sala de fiestas, que permanecerá abierta en verano y en invierno. Los preparativos para la inauguración de mañana son realmente apremiantes, que si la iluminación, que si el aire acondicionado… Mientras tanto se realizan los ensayos…


SARITA MONTIEL

SARITA MONTIEL está más que superguapa, superguapísima; con ella ha venido también su esposo, Sr. Ramírez Olalla; el Sr. Garea, director de Ediciones Hispavox, su peluquera, Esther Martín, cuyo nombre hemos visto en tantos films, y el Mtro. Solano, inseparable compañero, en las jiras por América, de Sara, y autor de éxitos tan resonantes mundialmente como “Sortija de oro”, “El porompompero”, “A tu vera”, “Yo llevo luto por ti”, etc.
SABADO, 3. – Hace calor… bastante calor… Menos mal que en la piscina del Hotel Cristina… Palma se está así de bien… Encuentro a ALBERTO CORTEZ, acompañado de su esposa y unos familiares. A Alberto, ya le llaman por estas tierras “the King”, (el rey).
-Voy a hacer cine a Portugal –me explica.
-Sí, ya lo había leído en la prensa francesa… Se trata de “Lisboa antigua”, ¿no es así?
-En efecto. El film cuyo reparto encabezan Aznavour, Sylvie Vartan y Rita Pavone… Mi cometido en la cinta es exclusivamente como cantante.
-¿Cuándo piensas volver a tierras africanas?
-Posiblemente después de la filmación en Lisboa.
También veo al Sr. ALFONSO, director general de discos Belter, con su esposa, y su encantadora hijita María Teresa.
Por la noche llegamos a la sala de fiestas alrededor de la una. Allí se había operado un milagro, es pocas horas todo funcionaba a la perfección, y el night club era realmente atractivo, muy decorado, personal, elegante… Después del “show” de atracciones hubo un ligero descanso; tras del cual un locutor salió a la pista a anunciar la atracción máxima, pero he aquí que en nuestra misma mesa se encontraba el magnífico locutor de televisión JOSE LUIS URIBARRI, al descubrirlo el locutor de la sala le cedió gentilmente el micrófono, y José Luís, rodeado de aplausos subió al escenario, con pocas y elegantes palabras presentó a Sarita…
Con los compases de orquesta de “La violetera”, apareció “La bella Sara” con un modelo “Dior” rojo, bordado en oro, obsequio de la esposa del secretario del rey Hussein de Jordania (mientras Sarita rodaba en Beyrouth los exteriores de “La dama de Beyrouth”, ahora con un nuevo título: “Cada noche, un amor”). Cantó en primer lugar “Es mi hombre”; después se disculpó por el calor que hacía en el escenario, y se secó un lagrimón negro que le caía a causa de la sinceridad que había puesto en la interpretación. El público se encontraba realmente subyugado por sus palabras:
-¿Por qué nos pondremos las mujeres “rimmel”? –dijo con su gracia proverbial, y añadió: Las pestañas son mías.
A continuación interpretó del film “Noches de Casablanca”: “María Dolores”, después “Sus pícaros ojos”, y a continuación explicó:
-De la película que nadie quería que interpretara, la canción que nadie quería que cantase; la escogí yo misma, porque me gustó mucho, y sigue siendo mi preferida: “Nena”.
Tras su grandiosa interpretación hizo ademán de retirarse, aquello parecía Troya, aplausos a rabiar (si a su salida habían estado cerca de veinte minutos aplaudiendo con frenesí, ahora no parecía que la cosa iba para menos), gritos de “¡guapa!”, de “¡viva!”, de “¡bravo!”, de “¡otra!”… Sarita volvió a salir al escenario y declaró que se cambiaba de vestido y volvía con el público. Todos se sintieron felices.
Actuó un “ballet” argentino. Y de nuevo apareció Sarita, todavía mucho más guapa (aunque parezca imposible), con un modelo, también ceñido, negro, bordado en “pailletes” y pedrería, de Balenciaga. Interpretó en primer lugar el tango “Yira, yira”; después “A media luz”, seguidamente “Fumando espero”, y para cerrar la segunda parte de su actuación, un número del film “Samba” interpretado en portugués, “La noche de mi amor”, que realmente llegó a superentusiasmar.
Al salir por tercera vez, llevaba un traje también ceñido, azul, bordado en blanco, modelo Dior. Cantó como nadie y como nunca, un número moderno, del que explicó:
-Es de los que más me gustan, y jamás me lo han dejado interpretar en el cine… “Mil besos”.
Después dio vida, de nuevo, a “La violetera”, una violetera que repartía claveles (no se había encontrado ni un ramillete de violetas en toda Palma), bajando a la pista, cerca del público, que la contemplaba embelesado, atónito, entusiasmado… Iba interrumpiendo el número para dirigirse personalmente a quienes cogían agradecidos los claveles que ella obsequiaba.
-“Je suis francais” –dijo un señor.
-Lo siento –aclaró Sarita, muy simpática, después de darle su clavel-, pero “je ne parle le francais”; solamente “le” spagnol, y “per un miracle”.
-Todavía se me ha quedado algo de mi estancia en Méjico –dijo a un señor mejicano-. Es la palabra “ahorita”… y “ahorita” mismo le doy su clavel.
Fue la violetera más bella, de ojos más cautivadores, la más escultural, inteligente y maravillosa que haya conocido jamás la melodía del maestro Padilla.
Apenas se podía retirar, los aplausos no la dejaban hablar, el público se puso en pie, nadie se cansaba de aplaudir más y más; los extranjeros gritaban “¡olé!”, y los españoles “¡bravo!”, mientras Sarita, agradecida, repetía en palabras mudas; “¡gracias, gracias, gracias!”.
Después el espectáculo fue su camerino; un espectáculo realmente digno de verse, completamente inundado; Sarita había cobrado 420.000 pesetas por su actuación, y la entrada al local equivalía a unas mil pesetas, había unas chicas, por autógrafos que para poder ver de cerca a su ídolo, se habían gastado los ahorros de una buena temporada, pero eran bien felices…
La salida a la calle fue de apoteosis, más de dos mil personas esperando, a pesar de ser las tres de la madrugada; más de media hora para llegar junto al “Mercedes” que tenía que conducirla de nuevo al hotel; y teniendo en cuenta que se contaba con la escolta de la policía…
Al llegar al hotel hubo una cena fría; Sarita no estaba cansada, siguió explicando curiosas anécdotas de su vida artística, de “El último cuplé”, de los discos…


DOMINGO, 4.- Por la mañana estuvimos en la playa, Sarita tuvo sesión de fotografías, pues eran varias agencias europeas que se habían desplazado hasta el hotel para recoger sus impresiones y su incomparable fotogenia… A todo esto, la puerta del hotel tenía que estar constantemente vigilada, puesto que la multitud reunida constantemente allí, deseaba en todo momento colarse por si se podían acercar a nuestra primerísima estrella.
Al finalizar el almuerzo le fue ofrecida a Sarita una tarta con una caracola de oro, como agradecimiento de la ciudad por el honor dispensado.
Los primeros en despedirse fueron los Sres. Alonso, que tenían que estar esa misma noche en Barcelona.
Alrededor de las once de la noche comenzaban a bajar todos los equipajes; todavía encontré en el comedor a QUIQUE ROCA, con su esposa y el matrimonio CORTEZ, con el pianista y compositor WILLY RUBIO. Quique prepara sorpresas para finales de año… El Mtro. SOLANO es ahora el encargado de presentar  a PAQUITA RICO en los escenarios madrileños… Todavía quedaba la última sonrisa de SARITA… Y el adiós a Palma, a este fin de semana, sin duda el más feliz para mí, de estos últimos años…

JULIO 1965, JAVIER DURAN


EL RECORTE CCXXVII
"La Dama de Beirut" este año cumple 50 años. En esta entrevista de la revista Ondas de 1965, la propia estrella nos hace una síntesis del film. 


SARA
NO SE SEPARA UN SOLO MOMENTO DE SU MARIDO: “NOS HEMOS PROMETIDO VIAJAR Y ESTAR JUNTOS SIEMPRE”


Sara Montiel no se separa de su esposo, a pesar de que ha de rodar muchas secuencias con un nuevo y apuesto galán. 

El protagonista masculino es Giancarlo Deluca, que tiene un extraordinario parecido con Marcelo Mastronianni, y que puede convertirse en su sucesor.
-¿Cómo es el argumento, Sarita?
-Un día en Barcelona, un hombre, que parece un empresario, ofrece trabajo a Isabel, una muchacha que trabaja en un cabaret. Las promesas son brillantes y la joven ni siquiera lo piensa. Poco después parte Isabel con varias chicas más, en barco, para Beiruth, donde les han prometido que harán de ellas grandes actrices. Las ilusiones de las muchachas se van reflejando a lo largo de la travesía. Isabel –que soy yo- destaca sobre todas.
Surge entonces el galán, interpretado por Giancarlo, que a primera vista, se enamora de Sarita, digo de Isabel. Al llegar a Beiruth descienden del barco y las chicas tienen un día de asueto. Jean Claude –que este es el nombre de Giancarlo que utiliza en la película- e Isabel lo pasan juntos. Después se alejan.
-Comienza entonces –sigue Sara- la congoja y el drama. El empresario que llegó a Barcelona no era tal empresario, sino un traficante de carne humana. Por medio de convencimientos y cuando no amenazas, obligan a las chicas a recluirse en una casa de “diversiones”, donde tienen a su cargo “complacer” a los grandes e importantes clientes. Isabel –yo- se niega, lucha por rebelarse, sintiéndose engañada, pero al fin, a fuerza de golpes y más duras amenazas, hacen de ella una chica más.
Así, humillada, la joven Isabel, con ilusiones de estrella, comienza a vivir  una nueva vida. Surge el primer “cliente”, un hombre sexagenario, que se enamora locamente de la chiquilla. Ella le cuenta su caso, y él se propone ayudarla, pidiéndole a cambio su amor. Sarita se lo niega. Pero al fin… como era de esperar, surge de nuevo el galán, que resulta ser hijo de este primer “cliente” sexagenario. Termina claudicando el padre y dando el espaldarazo a su hijo, cuando comprende que los dos jóvenes se quieren. Con el valor del joven y el dinero del viejo, consiguen librar a Isabel del traficante de blancas, para que el film termine en un largo beso de felicidad.
-Me ha gustado mucho el guión. Comprendo que es algo meloso, pero yo soy así, sencilla y sentimental. Isabel, en la película, es una muchacha encantadora.


La última película de Sara Montiel ha tenido un marco evocador: París y la Torre Eiffel. 

-¿Y en la realidad?
-¡Oh!... Cambia todo.
-¿Preferiría entonces, ser Isabel?
-No, no, yo siempre he querido ser Sarita, para después, sobre el celuloide, no ser sólo Isabel, sino muchas más, todo cuanto a los guionistas se les ocurra.
Sarita es feliz. La película es de su entero agrado y lo habrá hecho como siempre, suponemos.
-Y Chente, ¿qué opina, cómo no se ha separado de ella?
Y el marido, orgulloso de permanecer al lado de su esposa, por respuesta sonríe.
-Nos hemos prometido no separarnos nunca. Iremos juntos a todos los sitios…
Naturalmente, cuando el rodaje termina y con él la ficción, Sarita vuelve a ser sólo de Chente y Giancarlo Deluca se vuelve a su Italia, a protagonizar otro film, a ser nuevamente el amante de otra gran mujer, que poco después le abandonará para marchar con su verdadero marido.
Cosas del cine…

JOSE ANTONIO VALVERDE



LA FOTO CCXXVII


Espectacular en "La dama de Beirut"

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