SARA MONTIEL:
VIVO CON MI MARIDO Y SOY MUY FELIZ
Más guapa que nunca, estilizada y juvenil, Sara Montiel rueda su película número catorce, "Varietés", que con un poco de suerte puede resultar la mejor, porque su historia es bastante más creíble que las anteriores. En una pausa del rodaje, Sara descansa en el camerino. Con ella, una muñeca hecha a su imagen y semejanza, que la actriz utiliza como mascota. Sofisticada y atractiva, Sara renueva su imagen inmutable.
La película
“Varietés” sigue rodándose sin incidentes.
Sara Montiel
está actuando en el plató, que representa un café; “Café Candelas”, reza el
letrero que se ve encima del mostrador. Arañas encendidas, mesas y sillas
blancas y doradas, un suelo de cristal que dos hombres cuidan afanosamente para
que esté impoluto.
Un grupo de
hombres, relamidos, bigotudos, rodean a Sara, vestida convencionalmente de
camarera de café cantante: mallas negras, una especie de maillot transparente
con un gran lazo en forma de mariposa colocado en la parte posterior, tres
corazones en estratégicas zonas delanteras, lentejuelas y peluca de rizos
rubios.
Y el estribillo
de un largo “play-back” se repite una y diez veces con cada plano: “Yo soy alegre y cariñosa, / Soy amable y servicial, / Y
si un cliente me necesita, / Estoy dispuesta a trabajar”.
Sara lo canta,
sentada en las rodillas de uno de los bigotudos, sonriente y verdaderamente
guapa.
Quién hace un
cesto hace ciento, esto es lo que ha debido de pensar Sara Montiel, y en estos
momentos, si no hace su cesto ciento, sí rueda su película catorce.
Naturalmente, después de “El último cuplé” y con la misma fórmula que la llevó
al mayor triunfo de su carrera artística. La muchachita ingenua y buena, pero
“pícara”, que lucha por hacerse un nombre en el teatro, su amor contrariado,
¿se casará con el apuesto galán, el señorito despreocupado cuya familia se
opone al matrimonio? La respuesta está en las últimas secuencias, que todavía no
han sido filmadas.
El rostro increíblemente fotogénico de Sara Montiel ofrece primeros planos tan espléndidos como éste.
En un dramático momento de la película, con Trini Alonso.
Está dirigida
por Barden. El director de “La muerte de un ciclista”, “Calle mayor”, “Los
pianos mecánicos”, “La siega”, “Las sonatas” se ha pasado decididamente a la
sociedad de consumo. Sara no hace una película de estilo bardeniano, sino que
Barden dirige una de las películas que siempre hace Sara. Una pasa en el
rodaje, y la protagonista se viene a charlar conmigo:
-Me
gusta la película musical ante todo, sólo hago esta clase de películas y serán
las únicas que haga.
Naturalmente que
sólo hace películas musicales, pero además sólo con un ambiente determinado y
unas canciones que se parecen extraordinariamente unas a otra. Los felices
treinta para los años setenta.
-No,
esto no está pasado de moda, la lucha de una chica por abrirse paso en el
teatro siempre es de actualidad; naturalmente está ambientada en el año
treinta, la época en que transcurre la acción, pero el tema es actual.
Sólo hace una
película al año, la prepara cuidadosamente, busca ella misma muchas de las
canciones, ha incorporado a ésta una de un desconocido autor de 1885, otra del
maestro Guerrero escrita por él cuando tenía diecisiete años y que le ha
proporcionado su hermano Inocencio, busca canciones populares de distintos
siglos y tipos.
-Sara, ¿tú has
dado todo lo que podías como actriz?
-Nadie
sabemos lo que damos cuando estamos haciendo una cosa; sobre lo que estoy
rodando, cuando se termine lo sabré.
Se ha hablado
mucho de la separación de Sara; ya es un tema pasado, que si vive con su
marido, que si está separada de él.
-Naturalmente
que vivo con mi marido, y soy una mujer muy feliz, nunca hemos pensado en
separarnos, mi vida es muy equilibrada, no concibo la vida sin ser actriz y
trabajo como tal asiduamente. Mi vida sentimental también es perfecta. Murió mi
madre, con la que yo estaba enormemente unida, y eso ha sido la única tristeza
que he tenido últimamente.
Le gusta actuar
en el teatro, cara al público, hacer recitales.
-Pero
hay que tener una salud de hierro y yo ahora no podría.
La televisión no
le gusta:
-Hace
cuatro o cinco años el cine de todo el mundo sufrió una crisis por efecto de la
pequeña pantalla; entonces parecía que todos los actores, para subsistir,
tendríamos que incorporarnos a la televisión, que abría brecha con furor; por
suerte la gente se ha dado cuenta de que la televisión está bien para cuando
estás acatarrada y no puedes salir a la calle, pero que es mucho más agradable
el poder arreglarte para salir y ver una película en el cine que quedarte en
casa viendo aquélla.
Se rueda en un plató que reproduce un café cantante, y Sara Montiel es atendida por los miembros del equipo. Un cigarrillo entre dos tomas ayuda a calmar los nervios. Aunque Sara está trabajando con mucho aplomo y su acostumbrada profesionalidad. Ella y Bardem se entienden a la perfección y no han surgido entre ambos el menor roce.
Los galanes que
escoge son siempre de estos que decimos las mujeres que “son muy atractivos”;
esta vez es un rumano, Cristi Abram, el que comparte los honores estelares con
Sara.
-Cuando
lo veas te caes de espaldas, es físicamente impresionante, además de ser un
gran actor; lo descubrí hace cinco años en Rumanía, es un gran actor clásico,
uno de los mejores de teatro que yo he visto.
Tiene que volver
a repetir otro plano. El rodaje de “Varietés” sigue, otra película de Sara
Montiel que, como casi todas las suyas, tiene el éxito económico asegurado de
antemano.
Texto: MARIA LUISA LUACES
Fotos: JULIO WIZUETE
EL RECORTE CCXXVIII
En 1971 la revista Lecturas ofrecía este pequeño resumen de "Varietés".
Bardem,
Sara Montiel
y Vicente Parra: un trío verdaderamente interesante
La pareja protagonista de "Varietés".
Miguel es hijo
de familia adinerada, que no ve con buenos ojos las aficiones de éste por el
teatro, del cual no necesita para nada.
Pero Miguel está
enamorado de Ana, enamoramiento que, en realidad, es el motivo de su
incorporación a la compañía.
Cuando llega la
compañía al pueblo de Miguel, éste dice a Ana que sus padres irán a la
representación para conocerla, ya que parece ser que, en definitiva, la
aprobación de los padres de Miguel a estos amores es indispensable para su
boda.
Ana comprende
que Miguel está demasiado sujeto a las tradiciones, y durante la representación
en el pueblo de Miguel, interpreta un número algo más provocativo que los
otros, con el fin de probar a Miguel ante la reacción de sus padres.
Efectivamente, Miguel desiste.
Se prepara el
nuevo espectáculo para debutar en fecha próxima. Los autores del nuevo
espectáculo y don Antonio, el director de la compañía, dan a entender a Ana que
el papel de primera “vedette” será para ella, y esto se corre por toda la
compañía, dando lugar a que, durante toda la lectura de la nueva obra, todas
las miradas vayan hacia Ana con cariño, ya que es apreciada por todos.
Sin embargo,
todo sigue igual, y la compañía debutará con Carmen Soler de primera “vedette”.
Ana conoce en estos momentos a Arturo, rico empresario teatral, que la ofrece
su debut como primera “vedette” en una compañía que formará para ella, a cambio
de que entre los dos se establezcan relaciones íntimas. Ana se despide de la
compañía y accede a la propuesta de Arturo.
Sara y Bardem: un buen dúo para una próxima película.
Fray Justo Pérez de Urbel conversa con Sara. Testigo: nuestra redactora, Sofi Diéz Tejerina.
Un día, la
llaman urgentemente para sustituir a Carmen Soler, que se ha puesto enferma,
teniendo un clamoroso éxito. Ana piensa que, después de este triunfo, seguirá
de primera “vedette”, liberándose de esta forma de sus relaciones con Arturo.
No es así. Carmen Soler se recupera, y no hay más actuaciones de Ana.
Vuelve con
Arturo, pero sin darse cuenta se han ido enamorando profundamente uno del otro.
Lo que empezó por un interés mutuo termina en un cariño verdadero.
Por fin, debuta
Ana de primera “vedette”, obteniendo un clamoroso éxito.
LA FOTO CCVIII
Ana Marqués momentos antes de interpretar "Celos".
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