domingo, 23 de agosto de 2015

GARBO - 7 de Julio de 1971 - España


SARA MONTIEL:
VIVO CON MI MARIDO Y SOY MUY FELIZ

Más guapa que nunca, estilizada y juvenil, Sara Montiel rueda su película número catorce, "Varietés", que con un poco de suerte puede resultar la mejor, porque su historia es bastante más creíble que las anteriores. En una pausa del rodaje, Sara descansa en el camerino. Con ella, una muñeca hecha a su imagen y semejanza, que la actriz utiliza como mascota. Sofisticada y atractiva, Sara renueva su imagen inmutable. 


La película “Varietés” sigue rodándose sin incidentes.
Sara Montiel está actuando en el plató, que representa un café; “Café Candelas”, reza el letrero que se ve encima del mostrador. Arañas encendidas, mesas y sillas blancas y doradas, un suelo de cristal que dos hombres cuidan afanosamente para que esté impoluto.
Un grupo de hombres, relamidos, bigotudos, rodean a Sara, vestida convencionalmente de camarera de café cantante: mallas negras, una especie de maillot transparente con un gran lazo en forma de mariposa colocado en la parte posterior, tres corazones en estratégicas zonas delanteras, lentejuelas y peluca de rizos rubios.
Y el estribillo de un largo “play-back” se repite una y diez veces con cada plano: “Yo soy alegre y cariñosa, / Soy amable y servicial, / Y si un cliente me necesita, / Estoy dispuesta a trabajar”.
Sara lo canta, sentada en las rodillas de uno de los bigotudos, sonriente y verdaderamente guapa.
Quién hace un cesto hace ciento, esto es lo que ha debido de pensar Sara Montiel, y en estos momentos, si no hace su cesto ciento, sí rueda su película catorce. Naturalmente, después de “El último cuplé” y con la misma fórmula que la llevó al mayor triunfo de su carrera artística. La muchachita ingenua y buena, pero “pícara”, que lucha por hacerse un nombre en el teatro, su amor contrariado, ¿se casará con el apuesto galán, el señorito despreocupado cuya familia se opone al matrimonio? La respuesta está en las últimas secuencias, que todavía no han sido filmadas.


El rostro increíblemente fotogénico de Sara Montiel ofrece primeros planos tan espléndidos como éste. 


En un dramático momento de la película, con Trini Alonso.

Está dirigida por Barden. El director de “La muerte de un ciclista”, “Calle mayor”, “Los pianos mecánicos”, “La siega”, “Las sonatas” se ha pasado decididamente a la sociedad de consumo. Sara no hace una película de estilo bardeniano, sino que Barden dirige una de las películas que siempre hace Sara. Una pasa en el rodaje, y la protagonista se viene a charlar conmigo:
-Me gusta la película musical ante todo, sólo hago esta clase de películas y serán las únicas que haga.
Naturalmente que sólo hace películas musicales, pero además sólo con un ambiente determinado y unas canciones que se parecen extraordinariamente unas a otra. Los felices treinta para los años setenta.
-No, esto no está pasado de moda, la lucha de una chica por abrirse paso en el teatro siempre es de actualidad; naturalmente está ambientada en el año treinta, la época en que transcurre la acción, pero el tema es actual.
Sólo hace una película al año, la prepara cuidadosamente, busca ella misma muchas de las canciones, ha incorporado a ésta una de un desconocido autor de 1885, otra del maestro Guerrero escrita por él cuando tenía diecisiete años y que le ha proporcionado su hermano Inocencio, busca canciones populares de distintos siglos y tipos.



-Sara, ¿tú has dado todo lo que podías como actriz?
-Nadie sabemos lo que damos cuando estamos haciendo una cosa; sobre lo que estoy rodando, cuando se termine lo sabré.
Se ha hablado mucho de la separación de Sara; ya es un tema pasado, que si vive con su marido, que si está separada de él.
-Naturalmente que vivo con mi marido, y soy una mujer muy feliz, nunca hemos pensado en separarnos, mi vida es muy equilibrada, no concibo la vida sin ser actriz y trabajo como tal asiduamente. Mi vida sentimental también es perfecta. Murió mi madre, con la que yo estaba enormemente unida, y eso ha sido la única tristeza que he tenido últimamente.
Le gusta actuar en el teatro, cara al público, hacer recitales.
-Pero hay que tener una salud de hierro y yo ahora no podría.
La televisión no le gusta:
-Hace cuatro o cinco años el cine de todo el mundo sufrió una crisis por efecto de la pequeña pantalla; entonces parecía que todos los actores, para subsistir, tendríamos que incorporarnos a la televisión, que abría brecha con furor; por suerte la gente se ha dado cuenta de que la televisión está bien para cuando estás acatarrada y no puedes salir a la calle, pero que es mucho más agradable el poder arreglarte para salir y ver una película en el cine que quedarte en casa viendo aquélla.


Se rueda en un plató que reproduce un café cantante, y Sara Montiel es atendida por los miembros del equipo. Un cigarrillo entre dos tomas ayuda a calmar los nervios. Aunque Sara está trabajando con mucho aplomo y su acostumbrada profesionalidad. Ella y Bardem se entienden a la perfección y no han surgido entre ambos el menor roce.

Los galanes que escoge son siempre de estos que decimos las mujeres que “son muy atractivos”; esta vez es un rumano, Cristi Abram, el que comparte los honores estelares con Sara.
-Cuando lo veas te caes de espaldas, es físicamente impresionante, además de ser un gran actor; lo descubrí hace cinco años en Rumanía, es un gran actor clásico, uno de los mejores de teatro que yo he visto.
Tiene que volver a repetir otro plano. El rodaje de “Varietés” sigue, otra película de Sara Montiel que, como casi todas las suyas, tiene el éxito económico asegurado de antemano.


Texto: MARIA LUISA LUACES
Fotos: JULIO WIZUETE


EL RECORTE CCXXVIII
En 1971 la revista Lecturas ofrecía este pequeño resumen de "Varietés".

Bardem,
Sara Montiel
y Vicente Parra: un trío verdaderamente interesante


La pareja protagonista de "Varietés".
Miguel es hijo de familia adinerada, que no ve con buenos ojos las aficiones de éste por el teatro, del cual no necesita para nada.
Pero Miguel está enamorado de Ana, enamoramiento que, en realidad, es el motivo de su incorporación a la compañía.
Cuando llega la compañía al pueblo de Miguel, éste dice a Ana que sus padres irán a la representación para conocerla, ya que parece ser que, en definitiva, la aprobación de los padres de Miguel a estos amores es indispensable para su boda.
Ana comprende que Miguel está demasiado sujeto a las tradiciones, y durante la representación en el pueblo de Miguel, interpreta un número algo más provocativo que los otros, con el fin de probar a Miguel ante la reacción de sus padres. Efectivamente, Miguel desiste.
Se prepara el nuevo espectáculo para debutar en fecha próxima. Los autores del nuevo espectáculo y don Antonio, el director de la compañía, dan a entender a Ana que el papel de primera “vedette” será para ella, y esto se corre por toda la compañía, dando lugar a que, durante toda la lectura de la nueva obra, todas las miradas vayan hacia Ana con cariño, ya que es apreciada por todos.
Sin embargo, todo sigue igual, y la compañía debutará con Carmen Soler de primera “vedette”. Ana conoce en estos momentos a Arturo, rico empresario teatral, que la ofrece su debut como primera “vedette” en una compañía que formará para ella, a cambio de que entre los dos se establezcan relaciones íntimas. Ana se despide de la compañía y accede a la propuesta de Arturo.



Sara y Bardem: un buen dúo para una próxima película. 


Fray Justo Pérez de Urbel conversa con Sara. Testigo: nuestra redactora, Sofi Diéz Tejerina. 

Un día, la llaman urgentemente para sustituir a Carmen Soler, que se ha puesto enferma, teniendo un clamoroso éxito. Ana piensa que, después de este triunfo, seguirá de primera “vedette”, liberándose de esta forma de sus relaciones con Arturo. No es así. Carmen Soler se recupera, y no hay más actuaciones de Ana.
Vuelve con Arturo, pero sin darse cuenta se han ido enamorando profundamente uno del otro. Lo que empezó por un interés mutuo termina en un cariño verdadero.
Por fin, debuta Ana de primera “vedette”, obteniendo un clamoroso éxito.


LA FOTO CCVIII



Ana Marqués momentos antes de interpretar "Celos". 

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