domingo, 29 de julio de 2018

CINE EN 7 DÍAS - 9 de Agosto de 1.969 - España


SARA MONTIEL
habla de
MOSCÚ

Cierto que Sara Montiel, a pesar del dolor que estos días la atenaza por el reciente fallecimiento de su madre, es una profesional completa, y  no tiene inconveniente en que rompamos su aislamiento para facilitarnos nuestra tarea informativa. Y no sólo eso, sino que se presta a ser ella misma quien escriba esta crónica de su viaje por tierras soviéticas, rememorando los días pasados allí, aunque nos dijo:
-No recuerdo bien lo que hice un día y lo que ocurrió al siguiente de una forma cronológica, pero os daré todo lo que a mí me llamó la atención particularmente y las cosas que más me impresionaron; luego, vosotros lo dais como mejor os parezca.
Y así lo hicimos. He aquí, pues, el relato de Sara:


Bajo el cielo de Moscú, la famosa actriz española, ala que dieron oportunidad de escuchar los primeros piropos en el idioma de la URSS, recibió el homenaje popular y se retrató incluso entre los soldados del ejército soviético, los cuales parecen muy satisfechos. En estas páginas, la propia Sara Montiel nos cuenta las impresiones de su viaje. 

EL VIAJE CONTADO POR ELLA
Nada más bajar del avión que me llevó a Moscú, me sentí tremendamente agasajada por una comisión de personalidades del cine soviético que había ido a recibirme, ya que yo no he ido al Festival Cinematográfico de Moscú como parte de la delegación española, sino como invitada especial de la comisión organizadora de dicho certamen para asistir a la proyección de mí película “Esa mujer”, que se presentaba fuera de concurso.
Tras saludar a las personas que habían ido a recibirme, me presentaron a dos chicas (Tania y Delia) que eran estudiantes aventajadas de nuestro idioma, y que me servirían de intérpretes, así como a un profesor de castellano que se llamaba Wladimir, y al que también habían destinado para acompañarme.
Me instalaron en el hotel Rusia, que es enorme y modernísimo, muy en línea americana tanto en su exterior como en su interior, y cuya capacidad es para seis mil personas. Allí también vivían Sofía Loren y Marcelo Mastroniani, que están rodando en Moscú un filme dirigido por Vittorio de Sica que se llama “El girasol”, así como el resto de los artistas de las diversas delegaciones cinematográficas que concurrían al festival. Melina Mercuri, Mónica Vitti, Marina Vlady y Alberto Sordi son con los que más amistad hice.
Yo ya conocía Moscú, puesto que hace dos años estuve allí grabando para la TV en color un programa sensacional que se pasó en la noche de fin de año; no obstante, volví de nuevo a recorrer las calles de la capital de la URSS con esa curiosidad propia de las personas que llegamos de Occidente. ¡Cómo no!, lo primero que hice fue darme un paseo por la plaza Roja de Moscú, que se llama así por sus edificios, que son casi todos de este color, y no por la actual ideología política, como se piensa mucha gente.


Yo sabía de antemano que era muy popular en la URSS, pero no me creí nunca que fuera tanto. La gente se acercaba a pedirme autógrafos continuamente, y muchos de ellos me saludaban con frases de mis cuplés. Yo al principio no les entendía muy bien qué querían decirme cuando me soltaban “Nena, me decías loco de pasión”, “Pisa, morena, pisa con garbo” o “Fumando espero al hombre que yo quiero”, pero en seguida capté su gentileza y amabilidad y les correspondía lo mejor que sabía. Muchos de ellos se sabían mis canciones sin saber siquiera lo que significaban. No peco de inmodesta si digo que Sofía Loren y yo éramos allí los artistas más conocidos, y la delegación española en pleno puede ratificar lo que digo. Mónica Vitti y Maximiliam Schell, así como algunos otros actores de su talla internacional, casi no les conocía nadie.
De los españoles, aunque no eran conocidos, han adquirido allí con su presencia una fuerte notoriedad Julián Mateos, Paco de Alba, Amelia de la Torre y Ana Mariscal; pero aún así, nuestras figuras son totalmente desconocidas en la URSS, excepto una servidora y Raphael, que también empieza a sonar muy fuerte allí.
No he visto todas las películas que se proyectaron en el festival, pero sí las más interesantes. “La Celestina”, de Ardavín, fue acogida con muchísimos aplausos, a pesar de que a la hora final no ha obtenido ningún premio. Yo aparecí en el escenario la noche que se presentó, junto a los intérpretes y director del filme, así como también el jefe de la delegación española, señor Robles Piquer, y el señor Blanco, de Uniespaña. Me alegré mucho, como es natural, del éxito que consiguió nuestra película.


Sara rinde homenaje a Gagarin. 

Después Uniespaña ofreció una gran fiesta y cena fría a las delegaciones asistentes, que duró hasta más tarde de las cuatro de la madrugada. El ballet español de Paco de Alba fue el colofón perfecto a la fiesta –donde la sangría corría a raudales-, ya que todos se entusiasmaron con el flamenco.  Yo bailé ritmos modernos durante toda la noche con todo aquel que me sacaba, y al final me hicieron cantar el “Fumando espero”.
Al día siguiente me levanté muy tarde, claro, y la tarde la dediqué a ir de compras a los almacenes Gum, que son una especia de Galerías Preciados. Compré, sobre todo, discos de folklore ruso y una balalaika.
Otro día estuve visitando la avenida de los Cosmonautas, donde están las estatuas de Gagarin, la Tereshkova y Titov. Ya que Gagarin fue el primer hombre del espacio, y, dado su fallecimiento, le puse en el frontal de su esfinge un gran ramo de flores. Esta avenida está coronada por un gran obelisco rematado por una aeronave, como homenaje a los hombres que han subido al espacio. Pesa más de 300 toneladas y su altura es de 100 metros. La aeronave que remata la parte más alta reluce enormemente cuando la da el sol, ya que está fabricada de metal perenne titanio, que no se oscurece con el paso del tiempo.
Como monumentos dignos de destacar en Moscú están el Kremlim, la catedral de la Asunción y la catedral de San Basilio. Me llamaron poderosamente la atención las estrellas que rematan las cúpulas del Kremlin, por su color y luminosidad. Me explicaron que todas ellas son de rubíes y que dentro tienen una luz especial para darlas más brillo. Hay que tener en cuenta que cada una de estas estrellas es casi del tamaño de nuestra madrileñísima fuente de la Cibeles.
En el museo de los Zares me enseñaron una puerta toda de oro macizo, y una esmeralda del tamaño de un plato de postre.
Respecto de la gente del pueblo, han sido cariñosísimos conmigo. Los rusos he observado que nunca corren; no sé si es porque no tienen prisa o porque van con el tiempo medido de antemano. Los pañuelos que suelen llevar las mujeres al cuello son preciosos para las modas “beat” que se llevan ahora, y yo compré varios el día que estuve de tiendas.
Las comidas típicas no las probé, debido a mi régimen, aunque sí degusté el famoso caviar de allá, su salmón y el vodka.


Ante "La reina de las campanas" suscita la curiosidad popular la actriz española, que fue en Moscú feliz y desgraciada. 

Respecto a mi trabajo, diré que he firmado una “tournée” por varias capitales soviéticas, para presentarme cantando en teatros, y una coproducción cinematográfica para hacer yo el papel de Catalina ‘la Grande’. También los húngaros y los cineastas de Polonia me ofrecieron otra película. “La reina del Chantecler” y “Mi último tango” se han proyectado no solamente en toda la Unión Soviética, sino también en todos los países de más allá del telón de acero.
Yo fui designada, junto a Sofía Loren y a la principal actriz soviética, para repartir los premios del palmarés final, pero no pude hacerlo debido a que cuando fui a mi habitación ese día me encontré un telegrama de Madrid en donde se me anunciaba la gravedad de mi madre. Lógicamente, en aquellos momentos, lo único que hice fue tomar el primer avión que salía rumbo a París. Este fue el motivo de mi ausencia en la gala de clausura y el que no pudiera recibir el galardón oficial que la cinematografía soviética me había concedido, que era la medalla de Lenin, concedida solamente a los personajes que gozar de un gran fervor popular.
Mi presencia allí, el cariño que me demostraron, y el telegrama que comunicaba el gravísimo estado de mi madre, me hicieron sentirme en Moscú la mujer más feliz y desgraciada del mundo, al mismo tiempo…

Sara MONTIEL
Por la transcripción: Trialasos


EL RECORTE CCLXXXVIII
Míticos fueron dos reconocimientos en su vida: el de Moscú y el homenaje que recibió en París. Del segundo la revista Interviú , 24 de Diciembre a 4 de Enero de 1.982, hacía la siguiente semblanza. 

PROTAGONISTAS
SARA MONTIEL
“HE VIVIDO 10 AÑOS EN PECADO MORTAL”
Seis salas proyectando nueve de sus películas durante varios días. La televisión francesa, rindiéndole homenaje. Los ‘gais’, ovacionándola. Felicitada por el ministro de la Cultura. Festejada con una gran recepción en Maxim’s. Y la prensa francesa, atreviéndose a calificarla “la Sara Bernardt del cine español”… Sara Montiel no pararía de repetir: “Estoy tan emocionada”. “Es todo tan bonito”. 

En algún momento te parece dura. Luego, tierna. Un momento, primaria. Y luego, conmovedora. Si quieres acusarla, te clavará las uñas, brillándole en sus ojos color de miel, la furia.
-No, perdona… Yo he sido estrella del franquismo porque me pilló con veintiséis años haciendo “El último cuplé” en España. Y yo he sido estrella del franquismo como lo fueron todos los periodistas que trabajaban en la época de Franco. Unos eran de derechas, otros de izquierdas, y los que eran de izquierdas no podían decir nada porque les iba muy mal… Ahora, llamarme estrella del franquismo, no. Primero porque yo no he sido política nunca y segundo porque nunca he sido de derechas. En mi casa, toda la familia era de izquierdas y yo siempre me he considerado demócrata, aprendí a serlo al lado de León Felipe y todos los intelectuales que conocí en Méjico cuando me marché de España. Yo era muy joven y apenas sabía leer y escribir y León Felipe me ayudó a conocer a los clásicos y a formarme. Yo siempre he tenido un interés enorme por mi España, yo quería que progresase, me daba mucha pena la censura, nos censuraban muchas cosas. Para seguir haciendo cine después de “El último cuplé”, yo tuve que seguir las reglas de juego que me ponían en España o tenía que marcharme. Yo llegué a España en mil novecientos cincuenta y seis. Me había marchado en el año cincuenta porque me moría de hambre. En Méjico tuve suerte y pude hacer tres películas. Cuando volví con mi madre para ver a la familia, me salió lo de “El último cuplé”. Yo ya estaba casada con Anthony Mann y vivía en Hollywood, con un contrato de tres años con la Warner. Y después de rodar la película me volví allá. Poco después recibí un telegrama comunicándome que regresara para hacer más cine en España. Regresé, se me acogió muy bien y continué haciendo mis películas, con un estilo al que siempre he sido fiel. Todas mis películas han tenido el sello Sara Montiel, pero por esto no puede llamárseme artista del franquismo. Te digo que no.


En 1963, en una revista catalán, se declara “socialdemócrata” y esto provoca un gran escándalo. Sara evita luego el pronunciarse tan abiertamente. Sólo en 1972, en otra entrevista, se declara de nuevo socialista: escándalo de nuevo… Hoy, Sara declara felizmente que bebió champán la noche del 28 de octubre.
-Creo que ya era hora. Esto va a ser muy importante para España. Felipe González me parece un chico muy joven, pero con unas ideas muy buenas para el pueblo español. Creo que hay que darle confianza y que tenemos que ayudarle en todo lo que podamos porque me parece un hombre muy decente, que va de muy buena fe y que está bien preparado.
Punto y aparte. Que es la actriz española más popular, que no se lo robe nadie.
-Cuatro portadas de “Life”. Número tres mundial en venta de discos. En China Popular, la primera película occidental que se proyectó fue “Varietés”, con Sara, claro. Frederick Mitterrand quería presentar el cine popular español en su prestigioso ciclo del Festival de Otoño: era imposible no contar con Sara. Berlanga lo aprobó.


El que haya sido Francia antes que España la que le rinda un homenaje no le molesta.
-Todavía soy una mujer joven y espero que un día los que representan al cine español reconocerán que ha habido una Sara Montiel que ha llegado hasta el Japón, Australia, China, Rusia, América… Alguien saldrá que reconocerá que he existido y que existo y que he hecho un cine muy personal y que he marcado una época, sin discusión, y esto no me lo quita nadie.
En Francia ha sido recibida como la gran estrella: flores, coche a su disposición, una “suite” en el George V, homenaje en la televisión presentada por su gran amigo Charles Aznavour, presentación de sus películas al lado de Samuel Fuller, Alexandre como peluquero, una “jauría” de periodistas constantemente a su lado, entrevistas, fotos, cenas, cóctel y ministro de la Cultura, gran fiesta en Maxim’s acompañada por Rudolf Nureyev y un importante grupo de artistas franceses. En Maxim’s, una gran ovación culminó el homenaje. Sara cantó “La violetera” y, en francés, “Fru – fru”.
Bailó con Nureyev y repitió muchas veces: “Estoy emocionada. Estoy emocionada”.


La actriz bailó con Rudolf Nureyev en la fiesta - homenaje. 

¿El cine de nuevo? No. Nada de nada. Le han ofrecido cosas buenas, pero luego le falla el director, o el fotógrafo, el cámara o cualquier técnico, y eso a ella no le gusta.
-Yo soy una mujer muy profesional, aprendí muy bien la técnica en Hollywood y no puedo soportar la falta de profesionalidad que desde hace unos cinco años se va observando: no encuentro un equipo técnico completo. Si un día encuentro ese equipo y un tema sensacional, pues no sé. Yo soy Piscis y no Virgo, pero me gusta la perfección, busco la estética y la cuido mucho, cuido el estilo, la atmósfera… Me gustan las películas de Zeffirelli, Visconti, la belleza poética de las películas de Renoir.
-¿Se siente bien consigo misma?
-Como una mujer bastante bien. Creo que llevo muy bien los años, que estoy muy rica. Además, absorbo como una esponja, aprendo y nunca me siento sola. Intento superarme en mi trabajo cada vez más y pongo mucha ilusión en ello. Mi nuevo espectáculo es una prueba de ello.
-Viendo ahora de nuevo las películas de “la Sara” comprendes mejor el impacto de la época: en una España puritana, la sensualidad de la Montiel desbordaba y revolucinaba. Era como un dulce caramelo a nuestra castidad. ¿Era consciente de ello?
-Pues claro… Yo estaba siempre peleando contra la censura. En “El último cuplé” aparezco en muchas escenas con un tul en el escote porque cuando llegaba el de la censura me obligaba a ponérmelo. En cuanto se iba, yo lo quitaba. Los besos los rodábamos también cuando no estaba el de la censura… Así eran… “El último cuplé” es una película tremendamente erótica y sigue siéndolo.


La prensa francesa se volcó con Sara. 


-“La Sara” sigue desbordando sensualidad… ¿Se siente ella sensual?
-Pregúntale a mi marido.
-No, tú. ¿Cómo te sientes tú?
-Yo me siento una mujer…, cómo te diría, más que caliente, cálida…
-¿El amor ha sido importante en tu vida?
-Mucho, muy importante.
-¿El erotismo?
-Creo que tiene su encanto. Siempre que se haga con estética.
“Amor Tous” la contempla con adoración. Es el tercer marido, pero ella dice: “El verdadero y único hombre de mi vida”. Se enamoraron en la misma escalerilla del avión donde se conocieron.
-Yo llegaba a Palma para actuar en su teatro. Él iba a casarse con una señorita muy bien. Yo estaba casada… Y fue un flechazo total. En seguida nos liamos la manta a la cabeza y hemos vivido en pecado mortal durante diez años… -sonríe- . Nos casamos por culpa de Thais.
Dentro de poco llegará Zeus. Antonia – Sara lo espera con todo el instinto maternal a flor de piel. De Thais, ni hablemos: Sara nos cuenta mil anécdotas rebosando amor. Sara Montiel es ahora una estrella maternal que su público sigue adorando. De retirarse, nada. Seguirá hasta que ese público siga reclamándola y aplaudiéndola. Y luego tal vez la sustituya Thais… A los Tous les gustaría tanto que fuera artista o periodista…

Evelyn MESQUIDA
Fotos: Ferrán MARULL


LA FOTO CCLXXXVIII


La diva a finales de los '60 tomando el sol. 

martes, 24 de julio de 2018

MISS - 5 de Julio de 1.968 - España


SARA MONTIEL,
POR TELÉFONO, DESDE MÉJICO
“NO TENGO NINGUNA HIJA NATURAL”
“COBRO 15.000 DÓLARES SEMANALES POR ACTUAR EN ‘EL PATIO’, Y ME HAN PRORROGADO EL CONTRATO”

La noticia ha causado sensación e incredulidad lógica en el ambiente artístico, no sólo español, sino también en toda Sudamérica, donde la noticia ha caído como una verdadera ‘bomba’.
La noticia a que me refiero es la publicada por el semanario mejicano “La Noche del Sábado”, en la que una actriz de revistas, mejicana –o al menos así considerada hasta entonces- declaraba a toda página y con grandes titulares que ella era hija de M.ª Antonieta Abad, más conocida en el mundo artístico por el pseudónimo de Sarita Montiel. La firmante de la tal declaración decía llamarse Teresa Abad y se hacía llamar hasta entonces Teresita Oliva. Ese era su nombre artístico.
La declaración, escuetamente, decía: “Mi madre me abandonó cuando yo tenía tres años. Desde entonces no he vuelto a tener relaciones con ella”.
También decía que, si no había dado a conocer antes su verdadera identidad, públicamente, era por considerarse demasiado digna, para aprovecharse de la popularidad de “su madre”. Por eso la había dado a conocer ahora “que su madre está en el exilio de su carrera”.
Luego “ponía verdes” a todos los periodistas por ensañarse con su madre a través de las publicaciones respectivas y pedía comprensión para sus actos.
La noticia, lógicamente, no ha tardado en llegar a España, donde se ha dado a conocer a través del diario “S-P” de Madrid. Nada más leer la noticia, nos ponemos en contacto con el señor Ramírez Olaya, esposo de la actriz, para pedirle el número del teléfono y, así, poder hablar con Sarita que está en Méjico. Una vez conseguido nuestro propósito y, tras varias horas de espera, por la conferencia, al fin hablamos con Sara. Esta fue nuestra charla:


Las actuaciones de Sara Montiel en Méjico son éxitos rotundos. Su contrato ha tenido que ser renovado a petición del público, con un sueldo de 15.000 dólares. Las fotografías muestran la verdad de lo dicho. 


SARA MONTIEL NO ESTABA ENFADADA
Tras los saludos de rigor, encontramos a Sara, a través del hilo, de un humor más bien discutible, aunque no enfadada especialmente. Digamos que la encontré como siempre…
-Supongo que estarás enterada del escándalo de la chica mejicana…
-Sí, claro. Estoy enterada.
-¿Y qué me dices?
-Pues, nada; no digo nada.
-¿Enfadada?
-No. No estoy enfadada ni le concedo especial importancia al hecho. Hacer lo contrario sería ponerme a su altura y hacer lo que de verdad pretende: conseguirle una tremenda campaña publicitaria completamente gratuita.
-Pero para ti, también sería una gran publicidad…
-Yo no necesito ese tipo de publicidad contraproducente ni de ninguna otra. Mis películas se exhiben en todos los países con gran éxito y el triunfo de mis actuaciones personales es muy superior a lo que muchos creen. Ahora, por ejemplo, he tenido que renovar mi contrato con “El Patio”, a petición del público y cobrando 15.000 dólares semanales. Comprenderás que la publicidad no es para mí una cosa especialmente importante.
-Pero bueno, ¿es o no, tu hija?
-Supongo que está bastante claro que no. Si hubiera tenido una hija no hubiera tenido reparo alguno en reconocerla. Por otra parte, es imposible que yo tuviera una niña oculta durante tres años, sin que nadie se hubiera percatado de ello y lo hubiera publicado.
-Pero ella dice que no lo ha declarado antes por dignidad, que lo dice ahora porque ya no tienes éxito, porque estás en el ocaso de tu carrera…
-Qué puede saber ella de éxito si nunca lo ha conocido y para que reparen en ella necesita de una mentira de este tipo. Por otra parte, supongo que ella desconoce los cientos de proposiciones para hacer películas, que recibo constantemente. Los contratos para actuaciones personales y los dividendos de mi porcentaje en mis últimas películas. Además, me importa un bledo lo que ella pueda decir.
En resumen, Sarita vino a decirnos que eso de la hija natural es “un cuento chino”.


“ESTE ASUNTO NO ES NADA ORIGINAL”
-¿No piensas, pues, tomar ninguna medida judicial contra ella?
-No. Te repito que sería subestimarme a mí misma y facilitarle a ella las cosas. No se lo merece.
-¿No temes que, por no tomar medidas severas, el hecho se repita posteriormente, en otros lugares?
-No tengo por qué temerlo, puesto que la gente, al menos la mayoría, comprendería que no tengo, que no puedo tener tantos familiares ocultos. Como sabrás, hace algunos años, también hubo una señora, por cierto que también sucedió aquí, en Méjico, que dijo públicamente, ser mi madre. Ella se llamaba Emperatriz Carbajal, y decía ser actriz de cine. Como verás, su estratagema no logró más que una publicidad grande que de nada o muy poco le valió. Ahora, después del ruido inicial, ocurrirá lo mismo, puesto que, para triunfar, es necesario poseer cualidades y yo te aseguro que quien se conduce de esta forma, es que carece completamente de ellas.
-Entonces, ¿está completamente claro el asunto?
-Completamente.
-Y, hablando de otra cosa, ¿cuándo vuelves a España?
-Espero poder ir a finales de septiembre, para asistir al estreno de “Tuset Street…”, mi última película y para presentarme en Madrid, con mi espectáculo “Sara Montiel en persona”. Es el sueño de toda mi vida: que la gente pueda verme tal cual soy y no a través de las pantallas cinematográficas.
-¿No harás más películas?
-Desde luego que sí. Antes de finalizar el año, interpretaré una nueva película, posiblemente dirigida por Saura, en la que interpretaré mi segundo “papel” de monja. El primero, como recordarás, fue en “Locura de amor”, ahora sería algo muy distinto. Estoy muy ilusionada con esa película.
-Bueno, pues es todo lo que se me ocurre preguntarte, si tienes algo más que decirme…
-Sí, quiero que publiques un cordial saludo y un abrazo de mi parte para todos los lectores españoles. Que estoy deseando volver a España, porque me encanta estar entre ellos… ¡Adiós!
-¡Adiós, y… que sigan los éxitos! Y aquí no ha pasado nada.

Entrevistó: VEGA Jr.
Rigurosa exclusiva para España. Se prohíbe la reproducción.


OTRO CONFLICTO PARA SARA: JORGE GRAU QUIERE FIRMAR “TUSET STREET”

Sara, antes de irse a Méjico, finalizó el rodaje de "Tuset Street", película que va de escándalo en escándalo. Ahora Jorge Grau quiere firmar el film que antes se negó a terminar. Las fotos representan dos secuencias de la película. 


Apenas Sarita había colgado el teléfono al otro lado del Atlántico, después de habernos dicho lo que reproducimos en página anterior, nos llegó la noticia de que también hay su poco de jaleo en torno a la película “Tuset Street”, película en la que Sara Montiel no es sólo la protagonista, sino también productora, es decir, la persona que puso dinero para realizarla. Como se recordará, el director Jorge Grau acabó renunciando a seguir realizando el film en vista de las diferencias que tuvo con la actriz y productora. La renuncia dejaba, sin embargo, en reserva la posibilidad de que el señor Grau firmase la cinta. Jorge Grau ha hecho valer ahora su pretensión y ha presentado la correspondiente demanda en vista de que “Tuset Street” se ha estrenado –o se iba a estrenar en el momento de la demanda- en Miami sin que figurase su nombre. Sara Montiel habrá ya recibido en Méjico la notificación de este nuevo conflicto. Jorge Grau recibió a su vez, en el momento de abandonar la dirección de “Tuset Street”, una fuerte indemnización, aunque en el acuerdo al que llegaron las dos partes no se especificó que el director renunciaba también a la firma del film, ya rodado en gran parte.


EL RECORTE CCLXXXVII
Quede por delante que ni damos ni quitamos credibilidad a la polémica surgida dos años después de la muerte de Sara. Traemos hasta aquí este número de la revista Lecturas, 28 de Enero de 2.015, porque, en cualquier caso, no era la primera vez que el tema de una hija secreta salpicaba la vida de la actriz. La artista nunca abordó abiertamente este tema y los únicos hijos reconocidos son Thais y Zeus. 



IMPACTANTES REVELACIONES DE JOSÉ DE LA ROSA, SU PELUQUERO Y GRAN AMIGO
“Sara tuvo una hija secreta y se la robaron”
Estuvo junto a Sara Montiel 50 años y la diva le confesó lo que nunca quiso contar: que siendo muy joven tuvo una hija de un importante hombre mexicano

José y Sara, fallecida el 8 de abril de 2013, estuvieron muy unidos durante 50 años. 

Es difícil imaginar a una estrella sin una persona de su confianza siempre al lado, ese amigo incondicional que se convierte en muchas ocasiones en asistente, hermano y confesor. Es el caso de José de la Rosa, que fue compañero y amigo de Sara Montiel durante más de 50 años. “Recuerdo cuando nos conocimos, Sara me dio dos besos y me dijo: ‘tú y yo no nos vamos a separar nunca’. Así ocurrió. Lo fuimos todo durante ese tiempo. Yo fui su peluquero, pero siempre fui mucho más. Conocí a la persona que había detrás de la artista y fue cómplice de muchos de sus secretos”.
EL SECRETO MEJOR GUARDADO
-Eres una de las pocas personas que conocen un dato de la vida de Sara que no se ha hecho público hasta ahora.
-Sí. Sara me confesó que siendo muy joven había tenido una hija en México.
-¿Y qué ocurrió con la niña?
-La niña nació a través de una cesárea muy larga y muy complicada. Cuando ella despertó de la anestesia, le dijeron que había tenido una niña y que había nacido muerta. Sara era muy joven y siguió adelante con su vida y su carrera.
-Sin embargo, según te contó, ese momento la marcó.
-Sí, porque la operación salió mal y tuvieron que quitarle el útero, por lo que nunca pudo tener hijos. Le quedó una enorme cicatriz vertical en el vientre que terminaba en el ombligo. Yo se la vi muchísimas veces, hasta que con el tiempo se sometió a una operación de cirugía estética para hacer desaparecer la cicatriz y reconstruir el ombligo.


José, entre Sara Montiel y su hermana Elpidia, que murió en enero de 2006 a los 85 años. 

-¿Te contó quién era el padre de la pequeña?
-Me dijo que era un hombre mexicano muy importante, pero nunca supe el nombre.
-¿Alguien más sabía su secreto?
-Sí, lo sabía su madre, su hermana Elpidia y algunos íntimos amigos, como Marujita Díaz. Me extraña que ella no lo haya contado ya, siendo como es.
-Tiempo más tarde Sara descubrió algo terrible.
-Supo que su hija no estaba muerta, que se la habían robado y que se la habían dado a un matrimonio para criarla. Al parecer, el matrimonio vivía en Valencia. Creo que la chica estará muerta, porque me extraña que no haya salido a reclamar la parte de la herencia que le corresponde.
-¿Sara no intentó buscarla?
-No, porque ella estaba volcada en su carrera. Es más, una vez me contó que la niña tuvo intención de buscarla y que ella lo cortó porque no quería escándalos en la España de Franco.
-Luego quiso ser madre y tuvo que adoptar a sus hijos.
-Sí, pero ella no tenía demasiado interés en tener hijos. Lo hizo por Pepe Tous, que era quien los deseaba, aunque en el fondo también era para fastidiar a la familia de Sara. Pepe no los soportaba y quiso adoptar a los niños para que, en el caso de faltar Sara, ni su madre ni sus hermanas se llevaran nada.


“Sara lloró mucho por culpa de sus hijos”
José confirma lo que muchos sospechaban sobre la relación entre Sara y sus hijos: la artista no fue feliz con Thais (35) y Zeus (31). “Sus hijos solo acudían a ella cuando querían dinero. Nunca han sido niños a los que les gustara besar a mamá, abrazarla o darle cariño. Siempre han tenido entre ellos mucho rechazo.
-¿Tú la oíste quejarse por ello?
-Claro. Por sus hijos Sara ha llorado mucho. Siempre me contaba lo que le pasaba con ellos llorando y muy nerviosa, haciéndose un caracol en un mechón de pelo, que era su costumbre. No había unión familiar, Sara comía sola y los niños, cada uno en su habitación.
-¿Thais llegó a prohibirle a su madre que te viera?
-Sí. En la última etapa de su vida teníamos que vernos a escondidas y eso es algo que no le perdono a Thais. Me tenía muchísima manía porque yo le decía las cosas como eran y que no hablara así a su madre. Un día, hablando con Sara y con ella, defendí que, cuando Sara faltara, sus joyas tenían que ser para sus dos hijos por igual y desde ese momento lo intentó todo para que su madre y yo nos viéramos lo menos posible, incluso llegó a prohibirme que fuera a una fiesta de cumpleaños.


Pepe Tous fue su tercer marido y adoptaron a Thais (35) y Zeus (31). "Ella no tenía interés. Lo hizo por Pepe", explica José. 


"Giancarlo Viola fue el amor de su vida a pesar de que creo que él no la merecía, porque no se portó bien con ella", afirma José de la Rosa. 

-¿Ellos la atendían?
-No, no lo hacían. Jamás la acompañaron a un médico. Siempre íbamos Ana, la chica de la casa que la quería con locura, o yo. Además de no cuidarla, le daban importantes disgustos.
-¿Y Zeus?
-Thais fue siempre una niña muy despierta, fuerte y muy inteligente. Sin embargo, el hermano es más retorcido. No lo ves venir y, en el fondo, es como ella. A ellos no les importaba nada de su madre: ni su legado, ni sus películas, ni nada. Solo coger el dinero y listo.
Giancarlo Viola fue el hombre al que más amó
-Sara se casó tres veces y tuvo un buen número de amantes, según confesó. ¿A cuál amó más?
-A Giancarlo, sin duda. Fue el amor de su vida a pesar de que creo que él no la merecía, porque no se portó bien con ella. Pero el amor es ciego y lo tapa todo.
-¿Y el hombre que más la quiso?
-No lo sé, porque he visto a muchas personas enamoradas de Sara. Gente de todo tipo y, por supuesto, mujeres, algunas de ellas muy conocidas. Hay una muy, muy popular, que estaba locamente enamorada de ella y la llamaba a todas horas. Un día llegó a darle un mordisco en el cuello de lo nerviosa que se ponía a verla.


Entre confidencias José nos habla de su deseo de visitar la tumba de Sara en el madrileño cementerio de San Isidro. Con flores en la mano y el corazón lleno de amor hacia la que fuera su amiga, se postra ante la lápida para rezar por ella y, tras colocar las flores en un jarrón vacío, no puede evitar romper a llorar. “La echo de menos. He pasado una Navidad muy triste, porque la he echado mucho de menos. Ella confiaba en mí, nos queríamos mucho, la he llorado y aún la lloro. Me da rabia que no se le rinda tributo, que no se prepare un homenaje y que su tumba esté descuidada, que sus hijos no vengan ni a poner unas flores con todo lo que han heredado”.
-¿Crees que a Sara le molestaría lo que nos has contado?
-No. Sé que no se enfadaría conmigo por haber contado esto, porque a ella lo que más le importaba era su figura de diva, de artista, y es lo que yo quiero reivindicar. Quiero que no se olviden de ella, porque Sara fue mucha Sara y llevó el nombre de nuestro país por el mundo entero.

Texto y fotos: Agencias


LA FOTO CCLXXXVII


Sara Montiel se despide antes de marchar a México en 1.968.

viernes, 20 de julio de 2018

DÍGAME - 14 de Mayo de 1.968 - España


La diva sólo aparece en la portada. Este es el texto:
Recién terminado su trabajo en "Tuset Street", la película en la que es, además de protagonista, productora asociada, Sara Montiel partió para Méjico. Sara nos dijo que iba a dedicarse un poco más a su carrera como cantante y que pensaba grabar más discos e ir en cuanto terminara sus compromisos en Méjico a dar una serie de recitales a la U.R.S.S. ¡Hasta la vista, Sara, y... buena suerte entre los "manitos"!


EL RECORTE CCLXXXVI
Porque todo viaje de ida tiene su vuelta, así recogía la revista Garbo, en uno de sus números de 1.968, el regreso de Sara a España tras una exitosísima estancia en México. 

SARA
OTRA VEZ EN ESPAÑA

A su llegada al aeropuerto de Barajas, Sara lucía un vestido muy corto y rayado, y el cabello negrísimo y largo, cayéndole sobre la espalda. Posó para las cámaras sin cansancio y sonrió cuantas veces se lo pidieron.
Tras su larga permanencia en Méjico –varios meses-, Sara Montiel ha regresado a España. Se marchó recién terminada la película “Tuset Street”, cuyo rodaje constituyó un gran escándalo al prescindir Sara, productora y protagonista de los servicios de Jorge Grau, el realizador. Ahora Sara vuelve a España, y es de esperar que su nombre pronto esté nuevamente en el candelero, por un motivo u otro.



LA FOTO CCLXXXVI


En el avión que la llevó a México en aquél 1.968. 

martes, 17 de julio de 2018

SIGLO 20 - 28 de Agosto de 1.965 - España


SARA MONTIEL
SE DEFINE COMO UNA
MUJER POLÍTICA
SU MAYOR ILUSIÓN ARTÍSTICA INCORPORAR AL CINE EL PERSONAJE DE ISABEL II

PALMA DE MALLORCA.- La noticia nos llegó en forma de confidencia: “Sara Montiel, por primera vez en Europa, cantará ante el público de una sala de fiestas. El acontecimiento tendrá lugar en Palma de Mallorca”. Y, sin más pensarlo, tomamos el primer avión y nos trasladamos a la bella isla balear. Ya en el aeropuerto de Son San Juan, entre el público, ya se olía a Sara Montiel, se respiraba su estela, la apoteosis de su presencia. Fue en el hotel donde tuvimos el primer encuentro con la “estrella”. Sara, o María Antonia Abad –como prefieran ustedes- nos saludó como siempre con su acostumbrada simpatía. Nos sentamos a tomar una copa y hablamos de ciertas cosas, pero sin block de notas ni bolígrafo. Una conversación entre amigos.
-¿Estás nerviosa?
-No. ¿Por qué había de estarlo?
A Sara no le asusta el público, no sólo porque sabe que se lo mete en el bolsillo, sino porque lo ama como algo suyo, muy entrañable. Quizá por eso llega hasta él y le convence en todas sus actuaciones.
-Cuando estoy haciendo una película, me entrego totalmente al trabajo, hasta el extremo de perder la tranquilidad, de adelgazar. Por eso llego al público. ¡Bendito sea!, y cosecho la compensación de ver colas ante mis películas.
-¿Crees que tendría el mismo éxito una película tuya, si no fuera musical?
-Eso es lo que opinan los productores y distribuidores. Yo no estoy totalmente de acuerdo.
-¿Hay algún personaje que te atraiga especialmente?
-Sí, Isabel II.
-¿Por qué?
-Según yo me la imagino –a la historia me remito-, era una majeza hecha mujer: temple, garbo y temperamento. Creo que sabría meterme bien dentro de ella.
-¿Saben esto los productores?
-Supongo que sí, pues no es la primera vez que lo comento. Pero soy tenaz y sé esperar.


APOTEOSIS SIN PRECEDENTES
La hora de la actuación va caminando sobre la espera de todos los relojes. En el mismo coche, nos dirigimos al Jartans Club, lugar del acontecimiento. En el vehículo ocupado por Sara, su marido, el maestro Solano y Enrique Garea, se hace un silencio pegajoso. Nuestros ánimos están como en sosiego, en espera de las actuaciones de la artista.
Al llegar a la puerta del club, una multitud aguarda a la “estrella”. El espectáculo nos recuerda la noche de estreno de alguna de sus películas en los cines de la Gran Vía madrileña. Aplausos, vítores y delirio rayando en el histerismo.
-Me gustaría saludar a todas estas personas –comenta Sara-, pero una a una, corresponder a esta amabilidad.
Y no quiere que aparten a su público. Va saludando a todos con la intimidad que le permite la aglomeración, hasta que llega una anciana que también quiere ver a la artista, que desea estrechar su mano. La mujer famosa, olvidándose de lo que es se dirige a la viejecita.
-Acérquese, señora.
La anciana, muy limpia, pero muy pobre, coge la mano de Sarita y la besa emocionada, con la ternura de un niño. La vieja no puede contener su emoción, que le sube hasta la boca, hasta los ojos, y se hecha a llorar, sin poder articular palabra. Vemos las lágrimas de la anciana como perlas, deslizarse sobre la mano blanca de Sarita.
Dentro del Jartans Club, repleto de la más selecta sociedad de Palma de Mallorca, escuchamos algunos comentarios poco favorables a Sara. Tenemos la sensación de que mucha de esta gente ha venido a presenciar el fracaso de la idolatrada artista, para ver derrumbarse el ídolo multitudinario.
Tras la presentación de José Luís Uribarri, se hace un silencio expectante. Sale Sara y es recibida con cortesía, pero con cierta frialdad. Su aspecto es radiante. Está tan bella como siempre, pues más es imposible. Desde los primeros instantes, demuestra su simpatía, brindando sonrisas a diestro y siniestro.


Sara le da muy seria al balón. 


A Sara Montiel le atrae mucho el personaje de Isabel II. 


Junto a su marido, durante uno de los descansos del ensayo. 

Una canción, aplausos; nueva canción, nuevos aplausos… Así hasta quince actuaciones, con tres cambios de vestido. Pero ya es distinto el ambiente. Los aplausos de compromiso se han transformado en ovaciones delirantes, en entusiasmo desbordado. La emoción del público también afecta a la artista, quien, al cantar “Nena”, ve quebrársele la voz. Todos los presentes vemos las lágrimas en sus ojos, que enjuga al mismo tiempo que el sudor. Cuando el termómetro de la simpatía llega al máximo es en el momento de anunciar ella misma…
-Ahora voy a cantar, para todos ustedes, “La Violetera”.
El aire se hace aplausos, sobre todo cuando Sara empieza a arrojar rosas al público. Y todos consiguen su flor, como un recuerdo de esta actuación inolvidable, histórica.

PETICIÓN DE AUTÓGRAFOS
El éxito conseguido por Sara Montiel se ve reflejado, poco después, en su camerino, donde todos quieren la foto dedicada, el autógrafo de la “estrella”. Incluso los extranjeros, como un congolés tímido, que nos pide ayuda para conseguir la foto de ella, porque la considera inasequible.
-Sólo la conozco a través de sus películas. Personalmente, nunca la había visto.
Le aconsejamos que entre él, pues sabemos que Sara le atenderá amablemente. El hombre nos mira con un poco de desconfianza, pero al fin se decide. Al rato sale con la foto dedicada, levantándola por encima de las cabezas, para que no se arrugue, y se dirige de nuevo a nosotros.
-Muchas gracias, señor. Tenía usted razón, es una mujer maravillosa, toda simpatía.
Y, mientras seguimos charlando con el congolés, la cola de “fans” sigue luchando por ver a Sara, por conseguir el tan deseado autógrafo. Hay personas de todas las edades, de todas las categorías sociales.


Sara en plena actuación. 


Departiendo con "El Viti". 


Una Sara insólita. 

SARA SE DEFINE POLÍTICAMENTE
Al día siguiente nos dedicamos a descansar, sin apartarnos de la Bella, que siempre puede darnos la noticia inesperada, sensacional, sobre todo en estas charlas amistosas, sin bolígrafos ni cuartillas. Nos bañamos en la misma piscina y, en un momento de descanso, volvemos al diálogo con María Antonia, pues ella es Sara Montiel sólo cuando actúa.
-A mí lo que de verdad me gusta –nos dice medio en broma, medio en serio- es la política. No pongas esta cara de susto. Sí, me gusta la política.
-¿Y qué te gusta de la política?
-Me encanta estudiar las corrientes del pensamiento político en las diversas épocas, pero no en plan erudito. Sobre todo me gustan las crónicas de testigos que han vivido los hechos que relatan.
-¿Y cómo te definirías políticamente?
-Es una cuestión que he pensado muchas veces. Creo que soy de tendencia liberal. Ahora, eso sí, no soy una mujer de política activa, ni creo que lo seré nunca. Yo no quiero pertenecer a ninguna minoría, ni a partidos. Me gusta sentirme liberal en mi fuero interno y nada más.
-¿El gobierno de qué país te gusta más?
-No sé. Creo que cada país está regido de modo que, según la coyuntura histórica, le conviene más.
Vamos de asombro en asombro. Nunca nos habíamos imaginado que Sara Montiel pudiera hablar así. Creemos, sinceramente, que ésta es una faceta inédita de nuestra más famosa artista de la pantalla y la canción. Nos hubiera gustado conocer más opiniones suyas sobre política, pero ha llegado la hora de comer y Sarita decide que es más importante alimentarse que hablar, sea cual fuere el tema.

EDUARDO CÁLIZ VIDAL
(Hispania Press)
(Fotos del autor)


EL RECORTE CCLXXXV
Las apariciones de Sara en el escenario siempre fueron cosa seria. La expectación y el entusiasmo rodearon todos sus espectáculos. Incluso al final de sus días, cuando muchos jóvenes acudieron a sus sencillos recitales sólo por contemplar a un mito. En este caso, hablamos de su reaparición de 1.972. Rodeada por el star-system de la época, así lo recogió la revista Semana en su número de 3 de Junio de ese año. 

CITA DE ESTRELLAS EN LA REAPARICIÓN DE
SARA MONTIEL

Sara Montiel, ya repuesta de la operación que sufriera recientemente, ha reaparecido en una sala madrileña. Gran número de estrellas asistió a la función. 


Un trío popular: Carmen Sevilla, Augusto Algueró y Vicente Parra, que lucía una corbata de lazo muy "discreta". Al matrimonio Algueró se le ve junto con mucha frecuencia últimamente. 


Lola Flores, Carmen Flores y Mercedes Vecino, tres "fans" de la Montiel. 


Juan Pardo y su jovencísima esposa, Emy. Pardo, como siempre, con atuendo "in". 


Queta Claver estuvo acompañada por el bailarín Paco de Alba. Se rumorea que entre ellos hay algo más que amistad, pero Queta lo niega. 


El encuentro de Sara Montiel y Paquita Rico fue muy emotivo, como se demuestra en nuestra fotografía. 


Una de las dos, Paquita Rico o Carmen Sevilla, ha contado una historia muy graciosa. Y ríen. Niní Montián, testigo del risueño encuentro. 


Lola Flores y Antonio González bailaron una y otra vez. Lola es incansable. Antonio, a juzgar por su gesto, prefería descansar...


Dolores Vargas, "La Terremoto", lucía un vestido largo, alegre y colorista. 


Marisa Medina y Alfonso Santisteban procuran no perderse ninguna fiesta. Les gusta divertirse. 


LA FOTO CCLXXXV


Foto de la época. De la agencia EFE.