jueves, 2 de agosto de 2018

GARBO - 7 de Enero de 1.970 - España


la vida de
SARA
MONTIEL
en imágenes
Con su clamoroso éxito en los escenarios madrileños, al frente del espectáculo “Sara, en persona”, Sara Montiel inaugura una nueva etapa de su existencia. No sólo como actriz, sino también como mujer. Porque la una repercute en la otra. Sara, la Sara nacional, vuelve por sus fueros y demuestra que sigue siendo estrella indiscutible. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, su vida? Una continua escalada hacia el triunfo, y luego, una serie de éxitos jalonados, y, entre unos y otros, aconteceres sentimentales felices o desgraciados, pero siempre profundamente humanos. Sara Montiel lo tiene todo. Casi todo: porque ella misma ha confesado recientemente que le falta un hijo, que necesita un hijo para darle lo mejor de sí misma. 

SUS PELÍCULAS


Veinticinco años en el cine. Cuarenta y cinco películas rodadas en España, en Méjico, en Hollywood. En la primera, “Te quiero para mí”, utilizó el seudónimo de María Alejandra. La fotografía corresponde a “La mies es mucha” (1948), y Sara es la tercera a la izquierda.


Un fotograma de “Aquél hombre de Tánger” (1950), con Nihls Asther.


Su primer film en Méjico fue “Furia Roja”, con Arturo de Córdova, y se rodó en 1950. Sara estaba muy diferente de cómo saldría en “El último cuplé”.


Otra película rodada en la Meca del cine: “Serenade”, que en España se tituló “Dos pasiones y un amor”, en la que trabajaban también Mario Lanza y Joan Fontaine.


Sara Montiel no concede demasiada importancia a las películas que interpretó en Hollywood. Sin embargo, “Veracruz” – con Gary Cooper y Burt Lancaster- es posiblemente uno de sus mejores films. A él pertenece la fotografía. 


El film que la “relanzó” en nuestro país: “El último cuplé”. Cuando contrataron a Sara para que lo protagonizara, nadie creía en la Montiel. La película ganó millones. 


Sarita, que por “El último cuplé” había cobrado una miseria, tomó su revancha con “La violetera”, que siguió a aquel film y fue el segundo escalón de una serie de interpretaciones hechas a la media de sus cualidades.



Otras dos películas de corte semejante, aunque su éxito no fue tan espectacular: “Carmen la de Ronda”, con Maurice Ronet –con él interpretaría también “Mi último tango”- y “Pecado de amor”.


Sara Montiel aparece con el recientemente fallecido Antonio Cifarello, en un plano de “La bella Lola”.


La película es “La reina del Chantecler”, y el galán, Alberto de Mendoza.


En 1.964 interpretó “Samba”, bajo la dirección del veterano Rafael Gil, con Marc Michel.


Giancarlo del Duca fue su apasionado “partner” en “La mujer perdida”, un “serial” a lo Montiel.


En 1.968 saltó el escándalo: “Tuset Street” fue una película con mala suerte, y Sara salió perjudicada. 


Luego se resarció, gracias a “Esa mujer”, que volvía a ser la película de siempre, con un vestuario y una ambientación distintos.

SUS MARIDOS



En 1.955, durante el rodaje de “Serenade”, conoció a Anthony Mann, que dirigía la película. Poco después se casaban. Pero en 1.964, Sarita obtuvo el divorcio. Y pudo casarse, pocos meses más tarde, con Vicente Ramírez Olalla, hombre de negocios, al que sigue unida actualmente. En la foto, una imagen de sus tiempos con Mann. Besando a Vicente el día de la boda, celebrada en Roma.

SU MADRE



Sara Montiel adoraba a su madre. Esta la acompañó siempre, a lo largo de su carrera artística, y era para ella no sólo una madre, sino también una consejera, una amiga. Le cocinaba sus platos preferidos, la cuidaba, elegía sus vestidos. Pero su madre falleció hace algunos meses, y Sara sólo a base de mucha resignación ha podido sobreponerse. Una foto retrospectiva que muestra a la actriz con su madre y Enrique Herreros. Sara aparece visitando a su progenitora cuando ya ésta se hallaba enferma.

SU ESTILO




Desde sus comienzos, Sara Montiel ha sido siempre una actriz bellísima, fotogénica, luminosa. Pero su belleza de entonces es distinta a la de ahora. Más primitiva, más rústica.


He aquí una sugestiva imagen de Sara Montiel, ya más próxima a “Pecado de amor” que a “La mies es mucha”.


Cabellera leonina, labios sensuales y mirada ardiente.


Una instantánea reciente, con la actriz tal como es en sus horas libres, cuando dedica su tiempo simplemente a vivir, a ser ella misma.


EL RECORTE CCLXXXIX
La vida continuó después de ese 1.970. Vinieron nuevos discos, espectáculos, bodas, muertes, hijos, nuevos amores, giras.... Este era el estado de la estrella en 1.994: recuerdos, nuevo amor, espectáculo. Lo contaba a la revista Interviú en su número de 7 al 13 de Febrero. 

 SARA MONTIEL
RECUPERA A UN ANTIGUO AMANTE Y LLEVA SUS CUPLÉS A BUENOS AIRES
“El de ahora es un amor relajado, dulce, de amistad”
A sus ya cumplidos sesenta y cinco años, Sara Montiel acaba de recuperar un viejo amor y pronto volverá a casarse. Acaba de llegar de Miami, donde cantó en televisión para más de cien millones de espectadores, y ahora cruzará de nuevo el Atlántico para actuar en la capital argentina. El público le sigue pidiendo “Fumando espero” y “El relicario”. Antes de partir a Buenos Aires, Sara hace un rápido repaso de su vida sentimental. 

-¿Está cansada?
-Bueno, voy de aquí para allá.
-¿Ha estado estos días con Giancarlo?
-Sí.
-¿Qué repertorio lleva?
-La canción mía de toda la vida: cuplés, tangos…
-¿Cuál es su canción más característica, la que le reclaman?
-Lo que el público me pide, desde luego, es “La violetera”.
-¿”Fumando espero”?
-“Fumando espero”, “El relicario”, y de las canciones últimas que he grabado, les gusta mucho el “Bolero triste”, de Joaquín Sabina, que tuvo mucho impacto en el nuevo disco.
-Sara, de sus cuatro hombres, ¿cuál es la nota más definitoria de cada uno de ellos? Por ejemplo, empezando por orden cronológico, de Anthony Mann.
-Tony era un hombre muy sincero, muy amoroso. También un buen padre. Tenía dos hijas. A la mayor le llevo dos años. Y era un hombre que estaba en mi mundo.
-¿Le recuerda mucho?
-Sí. Le tengo un gran afecto, y le guardo un gran recuerdo.
-¿Le enseñó mucho, profesionalmente?
-Fue muy bueno conmigo. Era un buen hombre.
-El segundo es…
-Un fracaso…
-¿Luís García Berlanga?
-Sí, una persona maravillosa, pero se juntó el aceite con el agua. No hubo mezcla. Y lo sentí, porque verdaderamente es un hombre fuera de serie.
-Fue muy breve esta relación.
-Brevísima. Dos meses.
-¿Cuál es el recuerdo más sobresaliente de su relación con Pepe Tous?
-Es muy difícil hablar de él porque lo ha significado todo en mi vida.
-Y en ese momento, aparece Giancarlo Viola.
-Sí.
-¿Qué puede decir de Viola, cómo lo define?
-Es un hombre muy sensible, muy educado, muy buen padre también. Con un gran sentido de la responsabilidad. Se enamoró de España en seguida y empezó a estudiar a García Lorca y a Rafael Alberti, porque le gusta mucho la poesía. Ha sido y es un hombre muy sencillo, muy sincero y muy trabajador.
-Dicen de Sara Montiel que ha sido seguramente la actriz española que más papel de prensa ha consumido. ¿Cuál es su mérito?
-Pues llevar muchos años de carrera… El otro día estuve en Miami. Fui a hacer un programa importante, con una audiencia de no sé cuántos millones, yo creo que ciento y pico. Es el programa de Cristina, muy famosa en Estados Unidos, y qué te voy a decir.
-¿Sara, para el extranjero, es igual que para España?
-Salgo en todas las revistas; todas mis películas se siguen proyectando. Estando en Miami se dio “Noches de Casablanca”, que allí se llama “Bésame mucho”. También he recibido hace poco una llamada de unos amigos míos que viven en Australia, que se habían enterado de mi vuelta con Gianca, al que ellos ya conocían porque son viejos y grandes amigos míos. O sea, que figúrate.
-¿Se puede una enamorar a los sesenta y cinco años?
-Bueno, no es un enamoramiento. Es un amor viejo, un amor…
-¿Una recuperación?
-El destino lo ha deparado así, sin buscarlo ninguno de los dos, y nos encontramos, como he dicho, aquí, en un programa de televisión. Él se llevó un susto de miedo porque creía que yo me había muerto, porque le dijeron que siempre hacían un programa a la persona que desaparece y juntan a todos los que han tenido algo que ver en su vida.
-¿Y él creyó que venía?
-Cuanto lo llamaron creyó que había muerto. Y le dijeron que yo no era la que había muerto, que quien había muerto era Pepe…


-¿Y este amor a los sesenta y cinco años es un amor con sexo o sin sexo?
-Tiene que ser un amor relajado, un amor como es: dulce, con cariño, de amistad. Él ha querido recuperarme. Lo dejé queriéndome, y como es un hombre muy cariñoso, muy dedicado, pues se ha hecho conmigo. Por el momento psíquico en que estoy, él lleva todo esto con mucho cuidado, mucho tacto.
-¿Cabe la pasión es estas circunstancias?
-Me imagino que más adelante, a lo mejor, olvidaré más y estaré más relajada, más serena.
-Tengo una curiosidad personal: ¿por qué ese respeto tan impresionante que tienen los homosexuales hacia Sara Montiel? ¿De dónde arranca?
-Pues no lo sé. Pero donde yo me presento, allí están todos mis amigos. Me acuerdo que debuté en San Francisco, fui para una semana y tuve que estar tres porque se quedaba la gente en la calle y la mayoría eran gays, que me adoran. Y en Los Ángeles igual; también me pasa lo mismo cuando me presento en el Lincoln Center de Nueva York.
-¿Y no sabe por qué, ni lo adivina? Alguna razón habrá…
-No sé. Es así. El gay me adora. Conozco a varios de ellos que tienen más fotografías mías que yo no he visto nunca. Y las tienen guardadas. Uno de Murcia me mandó una foto en la que se veía todo su dormitorio, el techo y las paredes, llenos de fotografías mías.
-¿Y no se explica por qué?
-No se explica. Es muy agradable sentirme querida por ellos, porque yo también los quiero y los respeto. Y si les gusto, pues me agrada muchísimo.
-¿Sara sigue fumando puros?
-Sí. Fumo habanos.
-¿El mismo siempre, o varía?
-Varío. Me los mandan de Santo Domingo, y también de Miami.
-¿Cuántos consume, un par de ellos al día?
-Sí. Uno después de comer y otro después de cenar. No trago el humo jamás. El fumador de puros nunca traga el humo, como sabes.
-¿Tiene mucho vestuario?
-Pues sí, tengo mucho. En el programa “Ven al Paralelo”, donde he estado cincuenta y tantas semanas, sacaba cada vez de tres a cinco vestidos diferentes.
-¿Todos los elige Sara?
-Más o menos. También me dejo aconsejar por gente que entiende y que tiene buen gusto.
-¿Y los repite?
-Casi nunca. Hoy sí. Llevo esta chaqueta porque me la regaló Pepe y le tengo mucho cariño.
-¿Joyas también tiene muchas?
-Como cualquier mujer a la que le gusten, y la verdad es que yo no creo que haya ninguna que diga que no a las joyas y a las pieles. Si es mujer y es femenina, claro.
-¿Qué le parece esa campaña de “no a las pieles?
-Soy partidaria de que no maten a los animales, pero si los tienen que matar… El pollo, la gallina, el conejo, por ejemplo.
-¿Y de paso el visón?
-Ir en contra de las pieles me parece bien. No estoy en eso pero respeto las ideas de los que sí están.
-¿Va a seguir pidiendo el voto para los socialistas?
-Yo soy solidaria con el Partido Socialista, porque mis padres, mis tíos, toda mi familia lo han sido.
-¿No ha cambiado, no tiene causas suficientes para cambiar?
-No, no…
-O sea, que no le ha defraudado Felipe González.
-No. Al contrario.
-¿Qué es para usted el destino? ¿En qué consiste?
-Pues de pronto, preguntarme cómo puede ser que un hombre al que yo dejé, Pepe me lo haya devuelto.
-¿Cree que se lo ha devuelto Pepe?
-Bueno, yo tengo una carta suya en la que decía que rehiciera mi vida con un hombre bueno para mis hijos, que siguiera trabajando, que procurase seguir viviendo.
-Él, hasta el final, no se enteró de que estaba muy enfermo, ¿no?
-Hasta tres meses y medio antes. No, tres meses y medio, no. Faltaban tres días para que se cumpliera el plazo. O sea, que los médicos se equivocaron. Dijeron: Antonia, sólo va a durar tres meses y medio.
-¿Tiene claro cuándo es Sara y cuándo es Antonia?
-No. Soy las dos cosas. Me creo una persona muy normal, muy trabajadora, pero muchas veces no puedo olvidar que soy Sara Montiel.
-¿Pesa eso?
-A veces sí. Me gustaría pasar inadvertida, pero no puedo. Tampoco he hecho nada para esconderme. Al contrario: trabajar, seguir viviendo, seguir con la vida adelante….

GUILLERMO FUERTES
Fotos: PACO LLATA


LA FOTO CCLXXXIX


Impresionante abandonando la década de los '60.

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