“Cumbre” mallorquina de las familias Tous – Montiel
y Marsó – Velasco
“El verano es de nuestros hijos”
Fue algo fuera de lo corriente descubrirles paseando
por los alrededores de Formentor. Una inusual imagen que ofrecían los Tous – Montiel y los Marsó – Velasco. Y es que ambas familias
son asiduas de la isla de Mallorca. Allí estaban con todos sus hijos, cinco
chavales tan revoltosos como entusiastas del agua. Tanto Sara como Concha
interrumpieron algunos días sus actividades profesionales para dedicarse por
completo al papel que más les entusiasma: el de esposas y madres. Aunque el
trabajo esperaba, en Brasil y Madrid, a la vuelta de la esquina.
Ni siquiera para
dos mujeres el temperamento de Concha
Velasco y Sara Montiel era fácil
controlar a los cinco chavales. Aquel día el cielo mallorquín se había
levantado ligeramente brumoso y la mar estaba encrespada, por lo que la
alborotada chiquillería no podía bañarse. Y por más que entre súplicas y falsos
lloriqueos pedían “sólo un chapuzón, porfa”,
la voz de mando de Concha o Sara les llamaba al orden.
-Parece mentira lo que les hace
sufrir tener la playa tan cerca y no poder bañarse. Los días en que no bajan al
mar no hay quién les sujete.
Las familias Tous y Marsó han pasado, juntas, unos días de vacaciones en Mallorca. Para
los primeros es, además, lugar de residencia: habitualmente viven en su casa de
Palma, pero los períodos de vacaciones son mucho más agradables, a decir de
Sara, en Pollensa. Los Marsó disfrutan
de su segundo veraneo en el cabo de Formentor.
-Así que no estamos exactamente
juntos –dice Pepe Tous-, pero procuramos vernos de
vez en cuando. Concha y Paco son grandes amigos nuestros y con ellos tenemos la
oportunidad de disfrutar fuera de los ambientes de trabajo y de bullicio,
porque a ellos también les gusta la tranquilidad en vacaciones. Además, los
chicos se lo pasan en grande todos juntos en la playa.
Allí estaban los
cinco, algo más sosegados ya por la promesa de unos helados que les hizo Sara. Manolo, que ya tiene nueve años; Paquito, de siete, y Diana
–fruto de un anterior matrimonio de Paco-,
de doce, en el “equipo” Marsó,
rivalizaban en energía y entusiasmo con Thais
y Zeus Tous. Y mientras las dos familias se acercaban al restaurante del hotel,
Paco Marsó se adelantaba para pedir
una mesa lo bastante grande como para albergar a los nueve miembros de tan
numerosa “familia”.
El accidente de Manolo
Concha iba escoltada por sus dos jovencísimos
caballeros. Uno de ellos, Manolo, cojeaba ligeramente, a raíz del accidente en
que acabó una de sus travesuras.
-Ocurrió en Madrid, unos días antes
de venir de vacaciones. Como no puede parar, al intentar subirse a un árbol, no
sé cómo, se clavó una astilla en una pierna. Total –suspira
Concha-: quince puntos de
sutura. Ahora está todo pesaroso, porque no puede hacer esquí acuático, que le
gusta tanto. Pero es que si se le moja la herida, nunca vamos a conseguir que
se le cierre.
Vacaciones, pase lo que pase
Concha ha interrumpido su trabajo en la
comedia musical “Mamá, quiero ser
artista”, que representaba con gran éxito en Madrid, para tomarse unas
vacaciones y poder estar con su marido y sus hijos.
-Trato de vivir intensamente con
ellos los pocos días libres que tengo al año. En verano es cuando mejor puedo
hacerlo. Yo me lo he propuesto desde hace algunos años: pase lo que pase,
interrumpo mi actividad y nos vamos todos de veraneo. Este es el segundo en
Mallorca, una isla que me fascina, por su sol y sus aguas transparentes. Hemos
venido buscando la tranquilidad y sentirnos muy unidos en todo momento.
Al acabar las
vacaciones, Concha volverá a los
escenarios madrileños, y el año que viene recorrerá diversas provincias
españolas con “Mamá, quiero ser artista”.
Este es uno sólo
de sus proyectos. Los hay más ambiciosos, aunque también más a largo plazo. Concha Velasco, siguiendo el ejemplo de
algunos de sus compañeros de profesión, quiere ser directora de cine, aunque
confiesa que, por el momento, no se encuentra preparada.
-No pierdo la esperanza. Llevo
muchos años en este mundillo, los suficientes para haber aprendido muchas
cosas.
Sara vuelve a América
La que no puede
quejarse por falta de expectativas, ni a corto ni a largo plazo, es Sara Montiel. A ella le viene de perilla
este descanso -“merecidísimo”-
, porque casi acaba de llegar de una gira por diversos países de
Latinoamérica. “Y dentro de poco, en cosa de una o
dos semanas, vuelvo a cruzar el charco para reaparecer en Brasil. Además he
firmado unas treinta actuaciones en varios Estados de Norteamérica. ¡Estoy que
no paro!”.
Y eso no es
todo. Porque en el capítulo de consideraciones también hay una oferta
norteamericana para protagonizar un serial melodramático al estilo “Dinastía”.
-Claro
que eso ya son palabras mayores, que hay que estudiar con mucho cuidado. Porque
supondría pasar allí un año entero y hay que pensar en los niños, en el
colegio… Y a mí, el estar separada de ellos tanto tiempo se me iba a hacer muy
cuesta arriba. ¡Ya veremos qué pasa!
También tiene Sara una oferta española, un papel “muy a mi
medida”, en una película. Y es que, como ella dice y repite, ahora
están más de moda las “señoras maduritas, como Joan Collins, Tina Turner…,
incluso las abuelas. Porque, ¿qué me dices de los espléndida que está Jane
Wyman en ‘Falcon Crest’?.
El mejor papel de sus vidas
La gente que
pasaba junto a la mesa en que el grupito saboreaba las delicias mallorquinas,
se sorprendía agradablemente al ver juntas a estas dos estrellas que
representaban buena parte de lo mejor que se ha hecho en España en el campo de
la interpretación. Y es que ambas estaban encarnando algo poco habitual para el
gran público: el papel de madres.
-¿Tan difícil es
organizar un hogar?
-Fácil no es –responde Concha- , al menos en mi caso. Pero hay que
organizarse para que las cosas salgan bien. Nuestro trabajo nos obliga a tener
un horario muy raro, que no suele coincidir, claro, con el de los niños. Eso
hace que nuestro esfuerzo por estar junto a ellos sea mayor. Algunas veces hay
que privarse de cosas que te gustan, incluso de horas de sueño.
Sara asiente mientras controla la comida de
su hijo Zeus. “Por
eso en vacaciones preferimos sitios tranquilos y poco mundanos, por los niños.
No nos apetece nada la vida nocturna de los padres de moda. Las vacaciones son,
por completo, de nuestros hijos”.
-Pero, inexorablemente, se acaban y
hay que volver –apostilla
Concha-. Yo tengo que hacerlo antes que el
resto de la gente, para preparar y ensayar de nuevo. La compañía tiene que
estar a punto en septiembre. En fin, siempre nos quejamos de que las vacaciones
son cortas”.
Pero, al menos
durante la entrevista concedida a ANTENA SEMANAL, nadie quería pensar en la
vuelta. Mallorca es su felicidad.
Javier G. RANGEL
Fotos: COLPISA
EL RECORTE CCXCV
Para la artista todo era poco respecto a sus hijos. Siempre procuró para ellos lo mejor. En este reportaje de la revista Lecturas, 28 de Enero de 1.987, la vemos volcada con Thais en sus clases de equitación.
SARA MONTIEL
quiere convertir a su hija en una amazona olímpica
Sara y su hija Thais en sus respectivos caballos.
Desde hace dos
meses, la pequeña Thais Tous Abad, hija de Sara Montiel, es una de las alumnas
de la escuela de equitación de Palma de Mallorca. Thais es una amazona de
instinto, como la han calificado sus profesores, lleva el caballo dentro y sabe
cómo contactar con el animal en tan sólo dos meses de clases. Thais, a sus
siete años, lo tiene todo muy claro, una buena mañana llegó a casa y le dijo a
su madre: “Mama, quiero aprender a montar a caballo”…
Thais con atuendo de amazonas.
Sara a caballo con su hijo Zeus, que en mayo cumplirá cuatro años.
Sara y Thais con el pequeño Zeus. Los profesores de equitación de la niña comentaron a sus padres que tenía grandes aptitudes para montar a caballo y que, entrenándose a fondo, podría participar en la Olimpiada del 92.
Thais, de siete años, en una de sus clases. La niña asiste a la escuela de equitación en Palma de Mallorca.
Al día
siguiente, Sara y su marido, Pepe Tous, llevaban a su hija al club de
equitación de Mallorca y la apuntaban a un curso, en principio de dos horas a
la semana. Pero después de las seis primeras clases, Eduardo, uno de los
profesores de la niña les llamaba y les decía:
-Thais es una amazona en potencia,
debe dedicar más tiempo a montar, es rápida y aprende fácilmente, lo lleva en
el cuerpo. Si se la entrena duro, me atrevería a decirles que su hija podría
participar en las próximas con el equipo juvenil de equitación en las próximas
Olimpiadas del 92…
-Como
puedes imaginar, al principio nos lo tomamos un poco a broma, pero la verdad es
que Thais ha ido día a día respondiendo mejor y en pocas clases, pasó de estar
con los más pequeños, al grupo de los de quince años, aunque ella sólo tiene
siete –explica
orgullosa Sara.
Thais con su caballo y con su hermano Zeus. Al principio la niña asistía a clase dos veces por semana, pero ahora se entrena con más frecuencia.
A Zeus le encanta ir a ver a su hermana a la escuela de equitación.
Mientras
charlamos con Pepe Tous fuimos testigos de la clase de Thais. En su grupo hay
diez alumnos más y ella, a pesar de ser la más pequeña, está totalmente
integrada, monta con estilo, firme y erguida sobre su montura, las piernas
prietas y las riendas sueltas.
-Thais, ¿de
quién fue la idea de aprender a montar? –preguntamos a Thais en un descanso.
-Fue mía, me encantan los caballos.
Mi madre monta muy bien, ella sabe montar a pelo y me cuenta cosas sobre los
caballos, la he visto en fotos que hay en casa y pensé que yo quería aprender a
montar como ella.
-¿Qué le dices a
tu caballo?
-Le cuento cosas, mientras damos la
clase. Y me entiende, es muy amigo mío…
-Thais, ¿Quiénes
sois las mejores de la clase?
-Otra niña y yo; a las dos nos gusta
mucho montar y cuando domine perfectamente el caballo, le pediré a mi madre que
me compre uno. A mi madre le encanta montar, como a mí y viene a dar una clase
a la semana. Cuando monte tan bien como ella, nos iremos a dar paseos por el
monte que está cerca de casa…
Thais durante uno de sus entrenamientos.
Sara Montiel y Pepe Tous con sus hijos. La popular artista es una gran amazona y su hija la admira mucho por ello. "Mamá monta muy bien, ella sabe montar a pelo y me ha contado muchas cosas sobre los caballos", dice Thais.
-Thais, ¿te
gustaría participar en la Olimpiada del 92?
-Me gustaría mucho. Me han dicho mis
profesores, Eduardo y David que si trabajo duro, podré hacerlo y al menos lo
voy a intentar…
Sara acompañó a
su hija, a lo largo del recorrido que nos sirvió para hacer nuestro reportaje.
Las dos, madre e hija, comentaban cosas y se reían como dos buenas amigas; Sara
no disimula ni un instante su orgullo de madre, coloca el pelo de Thais y
corrige su estilo en todo momento, ilusionada con la idea de que su hija llegue
a ser una amazona olímpica.
PALMA DE MALLORCA. Maika Vergara
Fotos: Broder Press
LA FOTO CCXCV
Imponente Sara.
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