miércoles, 12 de septiembre de 2018

ANTENA SEMANAL - 24 de Agosto de 1.986 - España


“Cumbre” mallorquina de las familias Tous – Montiel
y Marsó – Velasco
“El verano es de nuestros hijos”
Fue algo fuera de lo corriente descubrirles paseando por los alrededores de Formentor. Una inusual imagen que ofrecían los Tous – Montiel y los Marsó – Velasco. Y es que ambas familias son asiduas de la isla de Mallorca. Allí estaban con todos sus hijos, cinco chavales tan revoltosos como entusiastas del agua. Tanto Sara como Concha interrumpieron algunos días sus actividades profesionales para dedicarse por completo al papel que más les entusiasma: el de esposas y madres. Aunque el trabajo esperaba, en Brasil y Madrid, a la vuelta de la esquina. 

Ni siquiera para dos mujeres el temperamento de Concha Velasco y Sara Montiel era fácil controlar a los cinco chavales. Aquel día el cielo mallorquín se había levantado ligeramente brumoso y la mar estaba encrespada, por lo que la alborotada chiquillería no podía bañarse. Y por más que entre súplicas y falsos lloriqueos pedían “sólo un chapuzón, porfa”, la voz de mando de Concha o Sara les llamaba al orden.
-Parece mentira lo que les hace sufrir tener la playa tan cerca y no poder bañarse. Los días en que no bajan al mar no hay quién les sujete.
Las familias Tous y Marsó han pasado, juntas, unos días de vacaciones en Mallorca. Para los primeros es, además, lugar de residencia: habitualmente viven en su casa de Palma, pero los períodos de vacaciones son mucho más agradables, a decir de Sara, en Pollensa. Los Marsó disfrutan de su segundo veraneo en el cabo de Formentor.
-Así que no estamos exactamente juntos dice Pepe Tous-, pero procuramos vernos de vez en cuando. Concha y Paco son grandes amigos nuestros y con ellos tenemos la oportunidad de disfrutar fuera de los ambientes de trabajo y de bullicio, porque a ellos también les gusta la tranquilidad en vacaciones. Además, los chicos se lo pasan en grande todos juntos en la playa.


Allí estaban los cinco, algo más sosegados ya por la promesa de unos helados que les hizo Sara. Manolo, que ya tiene nueve años; Paquito, de siete, y Diana –fruto de un anterior matrimonio de Paco-, de doce, en el “equipo” Marsó, rivalizaban en energía y entusiasmo con Thais y Zeus Tous. Y mientras las dos familias se acercaban al restaurante del hotel, Paco Marsó se adelantaba para pedir una mesa lo bastante grande como para albergar a los nueve miembros de tan numerosa “familia”.
El accidente de Manolo
Concha iba escoltada por sus dos jovencísimos caballeros. Uno de ellos, Manolo, cojeaba ligeramente, a raíz del accidente en que acabó una de sus travesuras.
-Ocurrió en Madrid, unos días antes de venir de vacaciones. Como no puede parar, al intentar subirse a un árbol, no sé cómo, se clavó una astilla en una pierna. Total –suspira Concha-: quince puntos de sutura. Ahora está todo pesaroso, porque no puede hacer esquí acuático, que le gusta tanto. Pero es que si se le moja la herida, nunca vamos a conseguir que se le cierre.
Vacaciones, pase lo que pase
Concha ha interrumpido su trabajo en la comedia musical “Mamá, quiero ser artista”, que representaba con gran éxito en Madrid, para tomarse unas vacaciones y poder estar con su marido y sus hijos.
-Trato de vivir intensamente con ellos los pocos días libres que tengo al año. En verano es cuando mejor puedo hacerlo. Yo me lo he propuesto desde hace algunos años: pase lo que pase, interrumpo mi actividad y nos vamos todos de veraneo. Este es el segundo en Mallorca, una isla que me fascina, por su sol y sus aguas transparentes. Hemos venido buscando la tranquilidad y sentirnos muy unidos en todo momento.
Al acabar las vacaciones, Concha volverá a los escenarios madrileños, y el año que viene recorrerá diversas provincias españolas con “Mamá, quiero ser artista”.
Este es uno sólo de sus proyectos. Los hay más ambiciosos, aunque también más a largo plazo. Concha Velasco, siguiendo el ejemplo de algunos de sus compañeros de profesión, quiere ser directora de cine, aunque confiesa que, por el momento, no se encuentra preparada.
-No pierdo la esperanza. Llevo muchos años en este mundillo, los suficientes para haber aprendido muchas cosas.


Sara vuelve a América
La que no puede quejarse por falta de expectativas, ni a corto ni a largo plazo, es Sara Montiel. A ella le viene de perilla este descanso -“merecidísimo”- , porque casi acaba de llegar de una gira por diversos países de Latinoamérica. “Y dentro de poco, en cosa de una o dos semanas, vuelvo a cruzar el charco para reaparecer en Brasil. Además he firmado unas treinta actuaciones en varios Estados de Norteamérica. ¡Estoy que no paro!”.
Y eso no es todo. Porque en el capítulo de consideraciones también hay una oferta norteamericana para protagonizar un serial melodramático al estilo “Dinastía”.
-Claro que eso ya son palabras mayores, que hay que estudiar con mucho cuidado. Porque supondría pasar allí un año entero y hay que pensar en los niños, en el colegio… Y a mí, el estar separada de ellos tanto tiempo se me iba a hacer muy cuesta arriba. ¡Ya veremos qué pasa!
También tiene Sara una oferta española, un papel “muy a mi medida”, en una película. Y es que, como ella dice y repite, ahora están más de moda las “señoras maduritas, como Joan Collins, Tina Turner…, incluso las abuelas. Porque, ¿qué me dices de los espléndida que está Jane Wyman en ‘Falcon Crest’?.
El mejor papel de sus vidas
La gente que pasaba junto a la mesa en que el grupito saboreaba las delicias mallorquinas, se sorprendía agradablemente al ver juntas a estas dos estrellas que representaban buena parte de lo mejor que se ha hecho en España en el campo de la interpretación. Y es que ambas estaban encarnando algo poco habitual para el gran público: el papel de madres.
-¿Tan difícil es organizar un hogar?
-Fácil no es –responde Concha- , al menos en mi caso. Pero hay que organizarse para que las cosas salgan bien. Nuestro trabajo nos obliga a tener un horario muy raro, que no suele coincidir, claro, con el de los niños. Eso hace que nuestro esfuerzo por estar junto a ellos sea mayor. Algunas veces hay que privarse de cosas que te gustan, incluso de horas de sueño.


Sara asiente mientras controla la comida de su hijo Zeus. “Por eso en vacaciones preferimos sitios tranquilos y poco mundanos, por los niños. No nos apetece nada la vida nocturna de los padres de moda. Las vacaciones son, por completo, de nuestros hijos”.
-Pero, inexorablemente, se acaban y hay que volver –apostilla Concha-. Yo tengo que hacerlo antes que el resto de la gente, para preparar y ensayar de nuevo. La compañía tiene que estar a punto en septiembre. En fin, siempre nos quejamos de que las vacaciones son cortas”.
Pero, al menos durante la entrevista concedida a ANTENA SEMANAL, nadie quería pensar en la vuelta. Mallorca es su felicidad.

Javier G. RANGEL
Fotos: COLPISA


EL RECORTE CCXCV
Para la artista todo era poco respecto a sus hijos. Siempre procuró para ellos lo mejor. En este reportaje de la revista Lecturas, 28 de Enero de 1.987, la vemos volcada con Thais en sus clases de equitación. 

SARA MONTIEL
quiere convertir a su hija en una amazona olímpica

Sara y su hija Thais en sus respectivos caballos. 

Desde hace dos meses, la pequeña Thais Tous Abad, hija de Sara Montiel, es una de las alumnas de la escuela de equitación de Palma de Mallorca. Thais es una amazona de instinto, como la han calificado sus profesores, lleva el caballo dentro y sabe cómo contactar con el animal en tan sólo dos meses de clases. Thais, a sus siete años, lo tiene todo muy claro, una buena mañana llegó a casa y le dijo a su madre: “Mama, quiero aprender a montar a caballo”…


Thais con atuendo de amazonas. 


Sara a caballo con su hijo Zeus, que en mayo cumplirá cuatro años. 


Sara y Thais con el pequeño Zeus. Los profesores de equitación de la niña comentaron a sus padres que tenía grandes aptitudes para montar a caballo y que, entrenándose a fondo, podría participar en la Olimpiada del 92.


Thais, de siete años, en una de sus clases. La niña asiste a la escuela de equitación en Palma de Mallorca. 

Al día siguiente, Sara y su marido, Pepe Tous, llevaban a su hija al club de equitación de Mallorca y la apuntaban a un curso, en principio de dos horas a la semana. Pero después de las seis primeras clases, Eduardo, uno de los profesores de la niña les llamaba y les decía:
-Thais es una amazona en potencia, debe dedicar más tiempo a montar, es rápida y aprende fácilmente, lo lleva en el cuerpo. Si se la entrena duro, me atrevería a decirles que su hija podría participar en las próximas con el equipo juvenil de equitación en las próximas Olimpiadas del 92…
-Como puedes imaginar, al principio nos lo tomamos un poco a broma, pero la verdad es que Thais ha ido día a día respondiendo mejor y en pocas clases, pasó de estar con los más pequeños, al grupo de los de quince años, aunque ella sólo tiene siete –explica orgullosa Sara.


Thais con su caballo y con su hermano Zeus. Al principio la niña asistía a clase dos veces por semana, pero ahora se entrena con más frecuencia. 


A Zeus le encanta ir a ver a su hermana a la escuela de equitación. 

Mientras charlamos con Pepe Tous fuimos testigos de la clase de Thais. En su grupo hay diez alumnos más y ella, a pesar de ser la más pequeña, está totalmente integrada, monta con estilo, firme y erguida sobre su montura, las piernas prietas y las riendas sueltas.
-Thais, ¿de quién fue la idea de aprender a montar? –preguntamos a Thais en un descanso.
-Fue mía, me encantan los caballos. Mi madre monta muy bien, ella sabe montar a pelo y me cuenta cosas sobre los caballos, la he visto en fotos que hay en casa y pensé que yo quería aprender a montar como ella.
-¿Qué le dices a tu caballo?
-Le cuento cosas, mientras damos la clase. Y me entiende, es muy amigo mío…
-Thais, ¿Quiénes sois las mejores de la clase?
-Otra niña y yo; a las dos nos gusta mucho montar y cuando domine perfectamente el caballo, le pediré a mi madre que me compre uno. A mi madre le encanta montar, como a mí y viene a dar una clase a la semana. Cuando monte tan bien como ella, nos iremos a dar paseos por el monte que está cerca de casa…


Thais durante uno de sus entrenamientos. 


Sara Montiel y Pepe Tous con sus hijos. La popular artista es una gran amazona y su hija la admira mucho por ello. "Mamá monta muy bien, ella sabe montar a pelo y me ha contado muchas cosas sobre los caballos", dice Thais. 

-Thais, ¿te gustaría participar en la Olimpiada del 92?
-Me gustaría mucho. Me han dicho mis profesores, Eduardo y David que si trabajo duro, podré hacerlo y al menos lo voy a intentar…
Sara acompañó a su hija, a lo largo del recorrido que nos sirvió para hacer nuestro reportaje. Las dos, madre e hija, comentaban cosas y se reían como dos buenas amigas; Sara no disimula ni un instante su orgullo de madre, coloca el pelo de Thais y corrige su estilo en todo momento, ilusionada con la idea de que su hija llegue a ser una amazona olímpica.

PALMA DE MALLORCA. Maika Vergara
Fotos: Broder Press


LA FOTO CCXCV


Imponente Sara. 

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