viernes, 12 de octubre de 2018

CRÍTICA - 1 de Febrero de 1.958 - España


La portada dice:
SARITA MONTIEL. En nuestra portada. Una "estrella" que se ha puesto de actualidad. Y CRÍTICA, en páginas interiores, ofrece un reportaje sobre el lío del gran duque Wladimiro y "El último cuplé". Ustedes que lo lean...

EL LÍO DEL CUPLÉ
¿QUIÉN GANARÁ ESTE SENSACIONAL PLEITO?
De Barcelona, machacando letra a letra el papel de los teletipos, un día, así, de repente, nos vino la noticia: “La película ‘El último cuplé”, retirada de los cines donde se estaba proyectando”.
Pasó que un gran duque ruso, un señor que se llama Wladimiro, había presentado una querella por injurias. Porque hay una escena en que se habla también de un Wladimiro. Un Wladimiro que es un gran duque ruso. Del que se cuenta y se dice que era aficionado, muy aficionado a los cabarets.
¡Ofensa!...
Y Wladimiro –el que existe de verdad, no el aludido en la película- va, y así, de golpe y porrazo, reclama diez millones de pesetas por daños y perjuicios.
Pero vamos a mirar las cosas tal y como son. Que diez millones de pesetas son muchos millones si se trata la cuestión de daños materiales, y muy poquísimo dinero si se dirige en contra del honor de uno. Vamos a mirar las cosas…


El cabaret, en la película. Aquí se desarrolló la escena que ha ocasionado el lío. 

“ESTA ES UNA HISTORIA INVENTADA, QUE PUDO SER REAL”
Había un guión para una película. Un guión escrito por los señores Arozamena y Mas-Guindal. Un guión que, por principio, no quería ni deseaba ofender a nadie.
Dicen los guionistas:
-La escena donde se habla de un gran duque llamado Wladimiro transcurre en el año 1010 y tiene como escenario el Moulin Rouge. Pues bien: en aquel tiempo el gran duque que hoy reclama tenía sólo dos años de edad. Y, por otra parte, el Moulin Rouge estaba destruido por las bombas. Buscamos a propósito un escenario que estuviese derruido, para evitar, precisamente, cualquier clase de reclamación.
Hasta aquí, tal y como van las cosas, sale perdiendo el duque Wladimiro. Y uno va pensando que este señor ha hecho formidablemente mal al querellarse contra los autores de “El último cuplé”. Porque, si seguimos haciendo cuentas…
-Wladimiro es un nombre muy corriente en Rusia. Nosotros pusimos Wladimiro porque el personaje aludido era de ascendencia rusa. Si hubiera sido español, igual le hubiéramos llamado Pepe, Paco, Pedro o Federico.
Y a otra cosa mariposa:
-Al principio de la cinta ya se hace constar: “Cualquier coincidencia con hechos o personas es involuntaria.” El caso que nos ocupa no es más que eso: una coincidencia. Involuntaria, por tanto. Hasta hace unos cuantos días no nos enteramos de que existía en realidad un gran duque ruso llamado Wladimiro.
Y he aquí lo que dice Juan de Orduña, productor y director de la manoseada cinta:
-Es una historia inventada, que pudo ser real.
Pero que no lo es, ni mucho menos. Ni muchísimo menos. Pero ha ocasionado un lío, quizá más gordo de lo que parezca a simple vista. Gordo, porque hoy “El último cuplé” ha sido retirado del cine Rialto, de Madrid. Donde llevaba muchos meses de éxito. Donde se estaba ganando dinero a manos llenas. O casi. Pero llegó el Juzgado de Instrucción con poco menos que la rebaja. Y ahora, los que se van a querellar contra Wladimiro son Cifesa y Juan de Orduña. Por daños y perjuicios.
A esto es a lo que los castizos denominan ir por lana. Y salir, si se puede, trasquilado.


"Arriba" publicó estas dos caricaturas. Utrilla y Puig Rosado tienen bastante buen humor. 

LA NOTA DE JUAN DE ORDUÑA
Pero hay otra cosa y muchas cosas. Una de ellas, que Cifesa, la distribuidora que se había hecho cargo de la cinta, facilitó una nota a la Prensa, en la cual hacía saber:
Que la entidad había puesto el asunto en manos de sus abogados.
Que la entidad al conocer las primeras quejas de este señor, borró las palabras –denominadas hoy injuriosas- de la copia que por aquel entonces, se estaba proyectando en Madrid. Y sin embargo, el domingo, día 26 de enero de 1958, la película “El último cuplé” fue desalojada de las máquinas por orden judicial. Igual que había pasado en Barcelona. Y en Zaragoza. Y en toda España.
A lo que entonces Juan de Orduña respondió, haciendo su salida al público y declarando:
“Primero. Que en mi calidad de productor y director de la película “El último cuplé” me limité a plasmar en forma cinematográfica el guión que adquirí con tal objeto de los señores Mas Guindal y Arozamena.
Segundo. Que al hacerlo no he tenido nunca la intención ni el propósito de menospreciar ni injuriar a ninguna de las personas cuyo nombre, título o apodos coincidan por puro azar con los de los fantásticos personajes que en la película aparecen.
Tercero. Que desde el instante en que tuve conocimiento de la querella contra mí presentada en el Juzgado de Palma de Mallorca, encomendé el asunto a mi abogado, en cuya competencia tengo depositada toda mi confianza, y que es quien en defensa de mi reputación, prestigio e intereses, se haya actuando con la discreción y eficacia que el asunto requiere.
Cuarto. Que a todos tiene que sorprender el hecho de que teniendo yo mi domicilio en Madrid, residiendo también en dicha capital el querellante, y habiendo sido en la misma donde se estrenó y sigue proyectándose “El último cuplé”, con éxito de todos conocido, se haya presentado la querella en Palma de Mallorca, donde no reside ninguno de los en ella implicados ni se exhibía actualmente la película.
Quinto. Que la razón de no asistir al acto de conciliación para que se me citaba en Madrid por la representación del querellante, fue el deseo de no contribuir con mi presencia a sancionar un acto en el que –según consta en la demanda- se pedía que reconociera los más absurdos y pintorescos cargos y responsabilidades.
Sexto. Que agradeciendo a la Prensa y a la opinión pública en general las muestras de afecto y simpatía con que me distinguen, quiero hacer público, al objeto de no entorpecer la acción de la Justicia, mi decidido propósito de no hacer otras manifestaciones que las contenidas en la presente nota, en tanto no pronuncien los Tribunales el justo fallo que confiadamente espero. –Juan de Orduña.”
Y nada más dice el hombre, porque, la verdad, ya lo ha dicho completamente todo. Y así, creemos que van tres cero en contra de Wladimiro. 


Sarita está en París, con Raf Vallone, rodando las últimas escenas de "La violetera". De todas formas, es bueno anticipar que ya está en trámite el posible estreno del cuplé en Francia, Bélgica y Suiza. 

EL PÚBLICO TAMBIÉN OPINA
Ahora, todavía, las carteleras están allí, en la fachada del cine Rialto, dejando entrever un resultado de cosas pasadas de moda: “El último cuplé”. Una película echada casi a patadas de todas las pantallas. Porque se ha empeñado en hacerlo un gran duque ruso. Un gran duque que empezó pidiendo diez millones de pesetas. Y resulta que:
Cifesa y Juan de Orduña le han pedido a él esos diez millones y otros cinco más. Cifesa y Juan de Orduña –y los señores guionistas, no nos olvidemos- han recibido en sus haberes un formidable daño material al serles retirada la película. Así, pues, están en su derecho de pedir una indemnización material.
Mientras que, por otra parte, si el gran duque Wladimiro se había sentido ofendido sólo y nada más que su honor, por lo que suponemos, no tenía derecho, sino a pedir que se suprimiera esa parte de la cinta, puesto que el honor, en España, no tiene todavía tarifa.
Pero la gente opina. Opina de una manera y de otra.
-Esto es un tinglado publicitario en toda regla. Ya lo verán ustedes.
-Me parece que el duque ese, Wladimiro, se ha metido en un buen lío. ¡A ver cómo se las apaña para salir de él!
-El gran duque tiene razón. No se debe hablar nunca mal de una persona.
Y analicemos:
Tinglado publicitario.- “No lo es. No podía serlo de ninguna de las maneras. Por lo pronto, la película ya no está en los cines. Así ningún beneficio puede reportarnos.”
El gran duque, en un buen lío.- “El asunto está puesto en manos de mi abogado. He pedido diez millones de pesetas de indemnización, que repartiré en diversos centros benéficos.”
¿Tiene razón el gran duque?.- “Podría tener razón, si no hubiera nacido en el año 1917. Pero no la tiene porque a él no se le mienta en la cinta para nada. Se mienta un Wladimiro. El nombre Wladimiro es corrientísimo.”
Queda en el aire la incógnita. ¿Quién ganará el pleito?

Un reportaje de ALFONSO MARTÍNEZ GARRIDO


EL RECORTE CCC
...y porque nadie quería dar un duro por la película... Sobra decir lo que supuso para la estrella, pero esto del gran duque Wladimir... ¡es surrealista! Aquí el enfoque del asunto por Primer Plano, en su número de 2 de Febrero de 1.958. 


 EL CASO DE
“EL ÚLTIMO CUPLÉ”
Desde finales de la semana pasada comenzó a circular por Madrid el rumor de que la película “El último cuplé”, cuyo sensacional éxito constituía el acontecimiento cinematográfico del cine español durante meses de permanencia en los carteles, estaba amenazada.
El 23 la empresa del cine Cataluña, de Barcelona, publicaba un anuncio dando cuenta de que “por causas de fuerza mayor, ajenas a su voluntad, se ha visto en la necesidad de suspender temporalmente, y en pleno éxito, su proyección”.
¿Razón? No tardó en saberse. La prensa catalana aclaró que se trataba de una querella presentada por su Alteza Imperial el gran duque Vladimiro de Rusia, que considera injurioso a su persona el personaje que interpreta Alfredo Mayo en la película.
A final de la semana se decía que la película, retirada en Barcelona, iba a serlo también en Madrid. En efecto, se recibía el exhorto del Juzgado número 1 de Palma de Mallorca, y en la noche del sábado era la última proyección, quedando retirada también la película.
Los doce rollos del film quedaban precintados y, asimismo, se precintaba en los laboratorios de Cifesa el negativo original de la película, ya que, a consecuencia de la facilidad con que se puede deteriorar, se creyó conveniente guardarlo allí precintado.
En el cine Rialto, de Madrid, sobre los carteles de “El último cuplé”, ya amarillentos por las treinta y ocho semanas –todo un récord- de permanencia del film en la sala de estreno, se pegaban los anuncios de otra película. Y ante las grandes figuras  de Sarita Montiel, que presiden estos paneles, el público se detenía. Los viajeros de los autobuses que pasan ante el local, miraban con curiosidad.
El gran acontecimiento cinematográfico se ha convertido en otra apasionada curiosidad. Comenzaban a hablar los protagonistas del suceso, cuyas referencias recogemos con toda objetividad, tanto de sus declaraciones hechas públicas como de los comunicados oficiales.


CON TREINTA Y OCHO SEMANAS DE ÉXITO.-Sarita Montiel y Armando Calvo, intérpretes principales de "El último cuple", cuyas vicisitudes constituyen ahora el acontecimiento público. El gran duque Vladimiro de Rusia ha presentado una querella y la película ha sido retirada de los carteles. 

QUIEN ES EL QUERELLANTE
El gran duque Vladimiro de Rusia es el actual jefe de la casa imperial de dicho país y depositario de los derechos al trono de los zares. También es hermano político del aspirante al trono de Alemania, por estar casado en Kronprinz con una hermana suya. Reside algunas temporadas en Madrid.
Su demanda ha sido presentada al Juzgado de Primera Instancia de Palma de Mallorca por el abogado y apoderado del gran duque, don Sebastián Feliú Kuadrey…
Las noticias de prensa dicen que se exige a Juan de Orduña, director de la película, y a Cifesa, como distribuidora, una indemnización de diez millones de pesetas, cantidad que destinará a los huérfanos de los antiguos oficiales zaristas.
El periódico “Madrid” ha publicado unas declaraciones del abogado del gran duque, en que éste declara que su representado hizo gestiones para llevar a efecto un acto de conciliación, al que no se presentó la parte demandada, o sea el señor Orduña.

CIFESA NO HA SIDO REQUERIDA NI JUDICIAL NI PRIVADAMENTE EN LA QUERELLA
La opinión de la distribuidora Cifesa sobre este asunto queda expuesta en esta nota, entregada a los periodistas por el director, señor Montero:
La nota de Cifesa dice así:
“Que hace constar su extraordinaria sorpresa ante la orden, que acata, de secuestro de las copias de “El último cuplé” en Barcelona y Palma de Mallorca, puesto que ninguna noticia tuvo con anterioridad de que se hubiese presentado querella por persona o entidad alguna. Asimismo ignora que el gran duque Vladimiro se hubiese dirigido jamás a ella para protestar por la secuencia que es hoy motivo de reclamación. En caso de que así hubiera sido, ningún inconveniente tuviera en acceder a sus deseos, ya que la supresión de la citada secuencia en nada afecta al argumento, a la ilación ni a la calidad de la película.
También interesa recalcar que Cifesa es simplemente la sociedad encargada de la distribución de “El último cuplé”, sin que haya tenido parte en el previo guión, ni en la producción posterior.
Confiada en sus derechos, Cifesa está dispuesta a defenderlos y a defender, al tiempo, los de muchos exhibidores, modestos gran parte de ellos, que se ven seriamente perjudicados por la prohibición de exhibir “El último cuplé” en sus locales. Ya que, como nadie ignora, el éxito extraordinario de esta producción daba lugar a unos ingresos que contribuían, en buena parte, al más brillante desarrollo de la industria cinematográfica española. Para la defensa de estos derechos, y para exigir la correspondiente indemnización de daños y perjuicios, Cifesa ha nombrado abogado y procurador, cuyos nombres calla por seguir las normas deontológicas que son usuales en el ejercicio de estas profesiones.
Cifesa se complace, por último, en manifestar su fe en la justicia española, cuyas calidades no precisan glosa, y la confianza de que la autenticidad de sus derechos sea reconocida en breve pública y taxativamente”


JUAN DE ORDUÑA DIRIGE.-El director Orduña ensaya una escena con Sarita Montiel durante el rodaje de "El último cuple". 

JUAN DE ORDUÑA DICE: “No hay intención ni propósito de injuria”
Ante el cúmulo de noticias, no siempre ajustadas a la verdad, aparecidas en laprensa de toda España, en relación con la querella que ha promovido contra mí un ruso blanco, cuya exacta filiación desconozco, y al comprobar cómo, con afanes sensacionalistas, se ha desorbitado un episodio que nunca debió de salir de la órbita judicial en que temerariamente fue emplazado, me creo en el deber, para evitar que el confusionismo persista y que se interprete equivocadamente mi actitud, de hacer constar lo siguiente:
1º.Que, en mi calidad de productor y director de la película El último cuplé, me limité a plasmar en forma cinematográfica el guión que adquirí con tal objeto de los señores Mas Guindal y Arozamena.
2º.Que al hacerlo no he tenido nunca la intención ni el propósito de menospreciar ni injuriar a ninguna de las personas cuyo nombre, títulos o apodos coincidan por puro azar con los de los ficticios personajes que en la película aparecen.
3º.Que desde el instante en que tuve conocimiento de la querella contra mí presentada en el Juzgado de Palma de Mallorca, encomendé el asunto a mi abogado, en cuya competencia tengo depositada toda mi confianza, y que es quien se halla actuando con la discreción y eficacia que la índole del procedimiento requiere.
4º.Que a todos tiene que sorprender el hecho de que, teniendo yo mi domicilio en Madrid, residiendo también en dicha capital el querellante y habiendo sido en la misma donde se estrenó y seguía proyectándose El último cuplé con el éxito de todos conocido, se haya presentado la querella ante el Juzgado de Palma de Mallorca, donde no reside ninguno de los en ella implicados ni se exhibía actualmente la película.
5º.Que la razón de no asistir al acto de conciliación, para el que se me citaba en Madrid, por la representación del querellante, fue el deseo de no contribuir con mi presencia a sancionar un acto en el que, según consta en la demanda, se pedía que reconociera los más absurdos y pintorescos cargos y responsabilidades.
6º.Que, agradeciendo a la prensa y a la opinión pública en general las muestras de afecto y simpatía con que me distinguen, quiero hacer público, al objeto de no entorpecer la acción de la justicia, mi decidido propósito de no hacer otras manifestaciones que las contenidas en la presente nota en tanto no pronuncien los Tribunales el justo fallo que confiadamente espero.

LO QUE DICEN LOS AUTORES MAS GUINDAL Y AROZAMENA
Los autores de la película son Antonio Mas Guindal y Jesús María Arozamena, muy conocidos por su actividad como guionistas. Ambos han escrito un número considerable de argumentos, ninguno de los cuales ha dado lugar hasta ahora a complicaciones.
Ambos han declarado su sorpresa ante la reclamación judicial. Y han afirmado que no ha existido mala fe por parte de nadie. En sus declaraciones manifiestan que en el guión primitivo enviado al Registro de la Propiedad Intelectual no figuraba ningún duque, personaje que fue introducido para alargar el papel de Alfredo Mayo. Se atuvieron a la corriente general en las biografías de la época de introducir en casi todas ellas un duque o un príncipe. Ejemplo: “La mujer más guapa del mundo”. Pero no se referían concretamente al príncipe Vladimiro, nombre corriente en Rusia y que por ello fue elegido. Su sorpresa ante la posibilidad de una alusión se basa en que en 1918, fecha en que se desarrolla el argumento, el gran duque tendría muy pocos años.
Según estas declaraciones a la prensa, la primera noticia del asunto la tuvieron a través de los periódicos.
Al ser retirada la película, se sienten privados de su derecho de autor. Insistiendo en que no querían ofender a nadie, aclaran que se hizo constar que todos los personajes y hechos de esta película son ficticios y que cualquier semejanza con la realidad será pura coincidencia.

Sofía Palacios, antigua cantante de ópera, se considera aludida
Con anterioridad a esta reclamación había pendiente otra, presentada por doña Sofía Palacios, contra don Jesús María Arozamena y don Antonio Mas Guindal, en su calidad de guionistas de “El último cuplé”. La demandante se basaba en una carta publicada en la prensa por los demandados, alegando que contenía frases injuriosas y calumniosas, de las que éstos debían retractarse. Asimismo, habrían de abonarle cada uno de aquellos 25.000 pesetas en concepto de indemnización por los graves daños causados. En la mañana del día 29 se celebró, sin que hubiese avenencia, el acto de conciliación. La representación de los guionistas negó que las manifestaciones de éstos pudieran contener nada injurioso contra doña Sofía Palacios, toda vez que el personaje aparecía en la película no tenía relación alguna con la vida de la demandante, antigua actriz.

TRAILER MUNDIAL
ITALIA. LA ACTUALIDAD SE LLAMAN
 SARITA MONTIEL
Y PABLITO CALVO

En estos días, la curiosidad del público italiano se ha orientado hacia nombres y figuras españolas. A Roma, en efecto, han llegado dos conocidas estrellas. Una, Sarita Montiel, que se dispone a rodar en aquellos estudios algunas escenas de “La violetera”, y que a su arribada al aeropuerto de Ciampino fue recibida por su compañero en el film, Raf Vallone. Y el segundo conquistador español de Roma es el pequeño Pablito Calvo, que también ha llegado para rodar una película al lado del cómico Totó, que se titulará “Totó y Marcelino”.

Fotos Keystone


LA FOTO CCC


Escena del siempre mítico "El último cuplé".


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