A SU REGRESO DE MÉJICO
SARA MONTIEL
mejor que nunca
PESA 54 KILOS, TRES MENOS QUE CUANDO RODÓ “EL ÚLTIMO
CUPLÉ”
Así es la nueva,
la “restaurada” Sara Montiel. Más bella y más delgada que nunca, la estrella se
nos descubre para 1971, fotográfica y verbalmente. En la siguiente página
publicamos una entrevista con Sara, en la que la actriz dice muchas cosas
interesantes. Sombreros, pelucas y vestidos que aquí luce Sara Montiel, son los
que exhibirá en la película “Varietés”. La mayor parte de los adornos femeninos
han sido adquiridos por Sara en Nueva York, por donde pasó recientemente a su
regreso de Méjico. Los otros, los modelos que tenía en su ropero, habrá que
regalarlos o arreglarlos. Todos se le han quedado grandes. Diez kilos ha
perdido en poco más de un mes.
SARA MONTIEL
mejor que nunca
Hasta nosotros
llegaron los ecos de los rumores. Se decía que Sara Montiel se había trasladado
a Méjico para someterse allí a una operación de cirugía estética que
rejuveneciese su rostro y estilizase su silueta. Cuando se lo dije, Sara sonrió
con ironía.
-¡Majaderías!
Ganas que tiene la gente de incordiar… -fue su único comentario.
Luego, tras
reflexionar unos instantes, volvió al tema.
-Mi
viaje a Méjico ha tenido por objeto ponerme al habla con Rodolfo Echevarría,
productor de “La hechizada”, película que protagonizaré a finales de agosto.
Quizá sea la película más importante de mi carrera, pues se van a gastar en
realizarla de setenta a ochenta millones de pesetas. En ella interpreto el
papel de una tonadillera del siglo XVI, enviada por Felipe II para espiar al
virrey de Méjico. Y en cuanto a mi supuesta operación, he de decir que yo, Sara
Montiel, no me he sometido jamás a intervención quirúrgica alguna. ¡Qué gracia!
MÁS DELGADA QUE NUNCA
-Sin embargo
–inquiero-, lo cierto es que parece mucho más delgada que cuando se marchó.
-¡Qué
parezco, no! ¡Que lo estoy! –se apresura a puntualizar-. He adelgazado diez kilos en un mes. Estoy más delgada que nunca; más,
incluso, que cuando rodé “El último cuplé”. Entonces pesaba sesenta y dos kilos
y ahora sólo peso cincuenta y nueve. Y cincuenta y nueve kilos para una mujer
que, como yo, mide un metro sesenta y seis (y con tacones uno setenta), es el
peso ideal. Sí, Sara 71 es una mujer perfecta. No pienso adelgazar ni un gramo
más.
-¿Cuál ha sido
el secreto de su “restauración”?
-Me
gusta la palabra. Es acertada. Pero no hay secretos. He adelgazado porque me he
sometido a un régimen dietético verdaderamente draconiano. No tomo más alimento
que ciento cincuenta gramos de carne asada al mediodía y otro tanto a la hora
de cenar. Me gusta la buena mesa y tengo bastante apetito, pero sé
sacrificarme. Lo único que me preocupa es que ahora voy a tener que renovar
todo mi vestuario, pues todos los modelos que tengo me quedan grandes y no me
los puedo poner.
EDAD ESPIRITUAL
Pero en casa de
Sara Montiel no solamente es ella quien hace ayuno. “Cuchi”, el caniche de la
estrella, sigue el ejemplo de su ama…, por prescripción de ésta.
-Si
no me he puesto antes a régimen –continúa Sara- es
porque, como todos recordarán, padecí una especie de pleuresía y el médico me
dijo que lo que debía hacer era sobrealimentarme. Me sigue haciendo gracia eso
de la operación de cirugía estética. Desde que rodé “La violetera” se me viene
criticando con esa martingala. Yo he nacido así, así de guapa, y no tengo que
corregirme ninguna facción.
-¿Le preocupa su
belleza?
-No
me preocupa, porque la poseo. A quienes debe preocuparles es a las feas.
-Pero la belleza
se marchita con los años…
-¡Toma!
Y las flores también se marchitan… Pero mientras están lozanas nadie puede
negarles su hermosura. Yo me hallo en esa edad, entre los treinta y los
cuarenta, que tiene muchos encantos.
-Esa es la edad
física. ¿Cuál es su edad espiritual?
-Me
planté en los treinta y de ahí no paso.
En el tocadiscos
suenan las canciones del último “larga duración” grabado por Sara. Son
canciones románticas, melosas y sugestivas.
-¿Por qué canta
siempre al amor?
-Porque
sin amor no hay vida. Sean buenas o malas mis situaciones sentimentales, yo
siempre creo en el amor.
-¿Cuál es su
estado sentimental actual, bueno o malo?
-Contestaré
a esa pregunta así: si me llevo bien o mal con mi marido, eso sólo nos incumbe
a nosotros. Como actriz, me debo al público. Como mujer, que el público sepa
respetar mi intimidad.
Sara Montiel se
ha puesto seria. Y añade:
-Lo
que más me molesta es la falta de humanidad en algunas personas. Son capaces de
ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el suyo. Les gusta murmurar de
los demás y les duele que se murmure de ellos. Pues que tengan en cuenta que yo
también soy una mujer, de carne y hueso, con las mismas flaquezas y debilidades
que las otras. Creen que, por el sólo hecho de haber triunfado en la vida, ya
tienen derecho a criticarme. Yo les pediría que pensasen que soy una mujer que
no he tenido niñez, que trabajo desde los doce años y que he tenido que
aprender quiénes eran Hitler y Napoleón después de los veinte.
Sara de rubia, Sara de morena. De las dos formas está guapa Sara Montiel. Y ella lo sabe.
1971, AÑO DE SARA
Se ha emocionado
un poco Sara y su emoción es contagiosa.
Doce pelucas,
diez sombreros, veinticuatro modelos distintos de vestidos y nueve pares de
zapatos componen, de momento, el atuendo que exhibirá Sara Montiel en
“Varietés”. Película dirigida por Bardem y cuyo rodaje dará comienzo a mediados
de este mes. Sara se los prueba para SEMANA.
De rubia, de
morena, de pelirroja…
-El
color de cabello que más me gusta es el rubio. Debe ser porque yo lo tengo
negro y poseo espíritu de contradicción –arguye, mientras vuelve a recobrar la
sonrisa.
Le pregunto cuál
ha sido el año de sus mayores logros artísticos, y Sara responde al instante:
-Mil
novecientos setenta y uno.
-Si apenas acaba
de comenzar…
-Pero
yo sé que 1971 va a ser el año de Sara Montiel. Tengo muchos proyectos, y todos
importantes. Cuando termine “Varietés”, me marcharé a hacer una gran gira por
Moscú, Leningrado, Kiev, Varsovia y Budapest, para trasladarme inmediatamente a
Méjico para iniciar el rodaje de “La hechizada”. Además, después de ocho años
de ausencia, vuelvo a Televisión Española. Dentro de pocos días, y en un
programa que se titulará “Especial Sara”, actuaré durante cuarenta y cinco
minutos.
Sara 71 está
llena de grandes proyectos, de grandes ambiciones.
-Y
todo –como
dice ella- porque no me amargo, pensando que todo
tiempo pasado fue mejor. Por el contrario, soy una mujer optimista, a la que
aún le parece que está labrando su porvenir.
Santy ARRIAZU
EL RECORTE CCCIX
La revista Garbo, en su número 13 de Octubre de 1.971, se hacía eco del tumultuoso estreno de "Varietés". En su sección del rosa al amarillo, Jesús Mariñas hacía una pequeña crónica del evento.
del rosa al amarillo
Por JESÚS MARIÑAS
AMORES QUE MATAN
Fue como en los
tiempos del cuplé: gentío entusiasmado, ovaciones a media película, carreras y
golpes por ver de cerca a la “estrella”. Sara Montiel vivió una noche de las de
antes con ocasión de su nuevo estreno. Madrid y Barcelona respondieron unánimemente
al influjo de la diva.
-Yo
moriré de amor…, “espachurrá” por mis admiradores.
No exageraba en
este caso. Tenía razón. El público estaba con ella y tuvo que librarse de tanto
amor con ayuda de la fuerza pública. Con esa película, la Montiel demuestra que
todavía tiene cuerda artística y física para rato, aunque en pantalla quede
mucho mejor que personalmente. Sara estuvo muy pocas horas en Madrid. Se ve que
la capital ya no le tira porque prefiere la calma chicha del otoño mallorquín,
donde parece ser que piensa sentar sus reales por aquello de que la isla sienta
estupendamente a su temperamental corazón. Tanta prisa tuvo en esta escapada a
Madrid que ni siquiera abrió su piso y prefirió dormir en el de Vicente Parra
que, como saben, vive en el mismo edificio, tres plantas más abajo. Quizá más
de uno se pregunte si a la Montiel no le resultaría más fácil y cómodo meterse
en un hotel. Total por una noche… Pero lo cierto es que viendo en casa de
Vicente Parra pudo tener cerca el calor de familia que le falta en su lujoso
piso. Viviendo en casa del actor la Montiel estuvo como en su piso, a salvo de
curiosidades impertinentes, sin molestias de ningún tipo.
LA FOTO CCCIX
...echa-té, echa-té, a la cama-rera le dice echa-té...
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