Tiene dos meses y la ha adoptado durante
su reciente gira por Sudamérica
LA NIÑA BRASILEÑA DE
SARA MONTIEL
Sara Montiel dio
la sorpresa: volvió de América con una niña en brazos.
-Cumplo
el sueño de mi vida: ser madre.
Y recalcó: “Es mía, es mía. Muy mía”. La miraba con ternura
inefable mientras la pequeña aún dormía en el capazo en que Pepe Tous la había
bajado del avión, que la traía de Río de Janeiro. Vi como Pepe Tous hurgaba en
su bolso de viaje y sacaba tres pasaportees, que facilitó a la policía. El que
prestaba el servicio saludó a Sara: “¿Qué tal?” Y ella: “Ah,
muy bien, muy feliz. Traigo una hija”.
Él: “Enhorabuena”.
Sara se la mostró: “Aquí está. Es ahora lo más
importante de mi vida. Brasileña, sí, quiero que conserve su nacionalidad,
aunque, al criarse en España, se sentirá también española, estoy segura”.
Vi el pasaporte
de la niña: Thais Abad Fernández, nacida el 3 de marzo en Paraná (Brasil).
-La
niña lleva mis apellidos. Es mía. Cuando me case con Pepe Tous, él le dará su
apellido.
-¿Os casaréis
pronto?
-Sí,
este verano. Aunque no hemos fijado la fecha, nos proponemos celebrar nuestro
matrimonio en julio.
Cuenta que en
Brasil fueron resueltos fácilmente los trámites para adoptar una niña.
-Sin
embargo, para conceder la adopción a un matrimonio, la Ley brasileña exige
cinco años de convivencia.
-¿Quién le
impuso el nombre de Thais?
-Nosotros,
Pepe y yo.
-¿Qué significa?
-Thais
es una diosa del amor.
-¿Cuándo
decidiste adoptar una hija?
-Lo
había pensado mil veces, pero fue en noviembre cuando, estando en San Pablo,
solicité una niña.
-¿Una niña, en
concreto?
-De
ser posible, una nena, sí. Quedaron en que se realizarían los trámites y que,
en su momento, el juez de menores destinaría a la pequeña de turno.
Thais es blanca,
no de piel morena como tantas brasileñas.
-¿La elegiste
blanca?
-No
la elegí yo. Me daba igual blanca que morena. Lo de menos es el color de la
piel.
-¿Cuándo te la
dieron?
-El
8 de mayo. El 6 terminé yo mi contrato en Río de Janeiro, a los dos días me
avisaron de que podía recoger a mi hija.
Al cabo de casi
siete meses de espera.
-Sí,
como un embarazo, ¿verdad? Como si fuera sietemesina. Os aseguro, de veras, de
corazón, que este parto no fue nada fácil, que a veces se puso difícil, casi
imposible, que con las alegrías no faltaron las penas. Cuando ya tenía a mi
hija, se echó de menos un papel y creí que me la quitarían de nuevo. Lloré.
Lloramos. Pepe también sufrió lo suyo. Se ocultaba, pero le vi llorar en un
rincón, a solas. Si me hubieran quitado a la nena, no sé qué habría ocurrido.
Pienso que me moriría de pena. Porque la adoro. Para defenderla, soy una
pantera…
La contempla:
-Es
más rica… Más buena…
-¿Conoces datos
de la niña, de su madre, la que la trajo al mundo?
-Sí,
su madre, joven, dieciocho años, soltera, murió de una embolia a los dieciséis
días de dar a luz.
-¿El trámite de
la adopción resultó caro?
-Lo
confieso: mi hija no me costó una peseta. Los trámites fueron gratuitos. Sin
embargo, Pepe y yo dimos un donativo para obras de beneficencia dedicadas a los
niños. Además, Pepe compró ropas, sacos de botas y juguetes para unos Centros
de niños.
-¿Es llorona?
-Nada.
Una santa. Ni una noche mala me ha dado aún. Pero la tengo siempre limpia,
seca, eso sí.
Vi como le daba
unas gotas de un jarabe porque en el vuelo había estornudado un par de veces.
-La
cuido yo. La cuidaré siempre yo. No pienso encomendarla a una tata.
-¿Por qué una
brasileña?
-Ni
yo lo sé. El destino. Allí vivió días muy dichosos mi madre, no la olvido. Y
curiosamente veo en la cara de mi hija los ojos de mi madre. Son iguales.
El pasaporte de
Thais Abad Fernández fue extendido con fecha 17 de mayo de 1979 y caduca el 17
de mayo de 1983.
-¿Está
bautizada?
-Aún
no. La bautizaremos en julio, pues entonces estarán en España los padrinos:
Saturnino Hernando, cónsul de España en Paraná, y su esposa, Blanca.
La niña trae
unos pendientes de oro.
-Pero
una orejita se la atravesaron mal, habrá que corregir ahora ese defecto, que
mañana no tenga problemas al ponerse cualquier pendiente.
En la mano, una
pulserita de oro, con el nombre grabado: Thais. Y en una cajita, otras joyas,
incluso un solitario con un minibrillante y pendientes a juego.
-Viaja
enjoyada como su madre, más que su madre.
La niña despertó
con buen humor. Aguantó las luces de las cámaras, posó con los ojos abiertos,
en brazos de su madre, en el capazo al lado de Vicente Parra, al lado de su tía
Ángeles (hermana de Sara), que no pudo contener las lágrimas de emoción,
acompañada por su marido, Teodoro, y por una de sus hijas. También había más parientes,
muchos sobrinos de la estrella de “El último cuplé” y “La violetera”. Desde que
está con ellos, Thais engordó un kilo.
-Ahora pesa casi cinco kilos –dice Pepe Tous.
Sara se ríe:
-Es
un padrazo. Aunque muy despistado. En cuanto nos dieron la niña se marchó de
compras y volvió con una muñeca y con un triciclo. Nos reímos y dice: “Es muy
bonito, en su día lo usará…”. Está pensando en construirle un barquito para la
piscina. Y claro, se ha pasado horas y horas diseñando el cuarto de la niña, en
la casa de Palma. Porque, claro es, no tenemos una habitación de niños, habrá
que construirla en un anexo del chalé.
Sara Montiel no
cabe en sí de alegría:
-La
niña es Piscis como yo. nació el 3 de marzo: yo, el 10.
La artista ha
cantado en toda América, a lo largo de siete meses. Su familia la encontró más
delgada, eso la halaga.
-Os
puedo enseñar mi cuerpo.
Sara Montiel y
Pepe Tous anunciaron su llegada a Madrid mediante telegrama, a la familia y a
amigos íntimos como Vicente Parra. “Llego con mis padres… Thais Abad
Fernández”. Como nadie sabía de la adopción de la pequeña, cada cual
interpretaba el texto de una manera. Algunos creyeron que Pepe y Sara traerían
una perrita, otros que un loro brasileño… Como a los perros suelen llamarles
también por el apellido, la broma encajaba. En casa tienen tres perritos:
“Cuchi Montiel”, “Boy Tous” y “Lady Montiel”.
La sorpresa,
esta vez, era mayor: Sara Montiel volvía con una niña preciosa, muy blanquita
de piel. Morena de pelo, llamada Thais Abad Fernández. La adoptó en Brasil
María Antonia Abad Fernández, popularísima Sara Montiel, que piensa en contraer
matrimonio, en julio, con el periodista Pepe Tous, pues le fue concedida la
nulidad de su enlace con Vicente Ramírez-Olalla, hace un par de años. Sara
insistió una y otra vez en que Thais es hija suya, como si la pariera, cosa que
dice a sabiendas de lo que es un parto, puesto que la actriz tuvo un hijo que
nació de ocho meses, en Los Ángeles, y que no sobrevivió. Ahora Sara es “madre
feliz” con Thais.
JAVIER DE MONTINI
(Fotos Félix Gómez y Montoro.)
EL RECORTE CCCXLV
Desde que la artista y su marido, Pepe Tous, adoptaran a la pequeña Thais, no hubo ocasión, noticia o acontecimiento, en que la pareja no posase con la niña. Un ejemplo es este: Sara de baja profesional y en el reportaje, cómo no, Thais.
SARA MONTIEL
GUARDA REPOSO ABSOLUTO EN SU CASA
Según el chequeo que le hicieron la pasada semana,
la artista padece agotamiento, anemia e insuficiencia de tiroides
Sara Montiel
volvió a su casa:
-Me
encuentro mucho mejor aquí. La clínica deprime aunque a mí se me dispensaba un
trato fenomenal tanto por parte de los médicos como por parte de las
enfermeras.
-¿Qué resultó
del chequeo?
-Nada
grave, gracias a Dios. Es cansancio, eso que los ejecutivos llaman “stress”.
Sí, también los artistas nos pasamos a veces de trabajo y sobreviene el
agotamiento.
Debe guardar
reposo absoluto.
-Me
han hallado anémica. Baja de glóbulos rojos. ¿De qué viene la anemia? Des
exceso de trabajo. Y sobre todo, de la gripe que aguanté en pie, subiendo al
escenario… Te da pena irte del teatro cuando diariamente se llena, no quieres
suspender por un resfriado o por gripe y… luego se pagan las consecuencias del
esfuerzo.
Juega con Thais.
Me dice Sara:
-Me
falta hierro. Me faltan vitaminas. Estoy como los niños: necesito comer
lentejas y alimentos ricos en vitaminas.
-¿Y qué hay de
la glándula tiroides?
-¡Ah,
sí! Tengo insuficiencia de tiroides que se agravó con la gripe y con la
infección intestinal que sufrí. Esa insuficiencia, a su vez, repercute en el
corazón y es cuando sobrevienen taquicardias, arritmias… Me quedo de pronto con
los pies y las manos fríos.
-Sara, la anemia
podría venir también del régimen de alimentación que algunos artistas seguís
para “mantener la línea”. ¿O no?
-No
es mi caso. Yo me alimento, no paso hambre por un kilo menos o más de peso.
Llevo un régimen de alimentación muy completo.
Está claro: Sara
Montiel ha concluido su temporada teatral en Madrid.
-Sí,
claro. Lina Morgan adelantó la fecha de su debut en el mismo escenario de La
Latina. Tanto Lina como su hermano José Luís, empresarios del local, se han
portado como unos caballeros… Como ella es artista ha prevenido el punto de
vista suyo sobre el de la mujer de negocios. Quiero decir que Lina y Pepe Luís
me han dicho: “Sara, ante todo cuida tu salud”. Y se quedó el teatro sin
espectáculo tres semanas. A mí me da rabia pensar que no he cumplido la
temporada. Además, el público estaba conmigo: sigo contando con el favor de
Madrid.
-¿Qué vida haces
en casa?
-Me
doy la gran vida.
-Se ríe:
-Sí,
sí, podría decirse que ahora vivo como una reina. Duermo a placer, como muy
bien y me paso horas y horas con mi hija Thais. ¿Verdad, amor, que jugamos más
que nunca tú y yo? El percance de mi salud tiene su lado bueno: me da ocasión
de disfrutar de la compañía de Thais.
Pepe Tous, muy
preocupado por la salud de su esposa cuando fue internada en la clínica Covesa,
ha recobrado el buen humor. Dice que el médico les ha sugerido que de vez en
cuando, con buen tiempo, salgan al campo, que vayan a las afueras de la ciudad
en busca del sol otoñal.
-¿Prevés cuándo
volverás al teatro?
-Pensamos
en la temporada de Barcelona, las navidades en el teatro Victoria… Antes debo
visitar al doctor Fábregas para que vea si ha corregido la insuficiencia de
tiroides.
Están en casa
los tres: Sara Montiel, Pepe Tous y la niña, Thais. Sara se repone del “stress”
causado por exceso de trabajo.
JAVIER DE MONTINI
Fotos: FÉLIX GÓMEZ
LA FOTO CCCXLV
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