UNA GRAN ACTRIZ CONFÍA SUS PENAS
SARA MONTIEL
“Mi felicidad nunca será completa si no tengo hijos”
“Sin embargo, tengo mucho más de lo que pudiera
haber merecido y vive mi madre que es quien más quiero en el mundo”, añade la
gran actriz.
Sara siente verdadero pánico al pensar en el mañana,
pues cree que el público pronto se va a cansar de ella y de sus películas.
Sara Montiel, la más popular de las estrellas españolas, nació en plena Mancha castellana y está casada con el director cinematográfico Anthony Mann, un norteamericano, austríaco de nacimiento.
Sara lamenta haber quedado encasillada en un mismo género dentro del cine español. Ahora cree que ya es tarde para demostrar plenamente sus cualidades de actriz.
-Quisiera
retroceder diez años mi vida –dice Sara Montiel a poco de haberse iniciado el
diálogo.
La estrella
cinematográfica más popular de nuestro cine, hoy en la cúspide de su carrera,
desearía poder empezar de nuevo. Ahora cree que ya es tarde para demostrar a
sus seguidores que ella también es una actriz.
-Pero
nunca he tenido oportunidades. Ya en Méjico me encasillaron en peliculillas de
corte folletinesco y melodramático, en las que siempre lucía más mi voz que mis
dotes artísticas. De regreso a España surgió “El último cuplé”, hace de ello ya
seis años, y en los “cuplés” me he quedado.
Más que una
entrevista, parece una confesión. Sarita, la bella manchega de Campo de
Criptana, sabe que sus años ya no son mozos y que de la noche a la mañana puede
surgir una joven competidora que arrastre con toda la multitud de admiradores
que hoy la adulan.
-Pensar
en el mañana me produce verdadero pánico.
-¿Por qué?
-¡Quién
sabe! Una enfermedad, un accidente…
-¿O un fracaso…?
-No
sé… Empiezo a creer que el público pronto se va a cansar de mí y de mis
películas.
Para sus diversos papeles cinematográficos, Sara ha usado más de quinientos modelos distintos, cuyo valor supera los diez millones de pesetas. Aquí aparece en tres escenas correspondientes a "El último cuplé", "Pecado de amor" y "La bella Lola".
Tras haber
finalizado su actuación en “La reina del Chantecler”, está a punto de firmar un
contrato, quizás el más importante de su vida: llevar a la pantalla la figura
de Raquel Meller.
-¿Te crees
capacitada para ello?
-Así
lo han creído los productores. A mí misma me critico muy mal. El cero que me
pongo en mayor que yo.
Decididamente
hemos dadoy hoy con el lado pesimista de Sara Montiel.
-¿No eres feliz?
-Sí,
porque, gracias a Dios, tengo mucho más de lo que yo pudiera haber merecido.
Vive mi madre, que es a quien más quiero y, además, procuro siempre ver el lado
alegre de la vida.
-¿Te falta algo?
-A
todos nos falta siempre algo para obtener la felicidad completa. Yo no la
conseguiré jamás si no puedo tener hijos.
En su estancia
en Méjico, Sara se enamoró de un joven médico de aquella nación. De vuelta
aquí, las relaciones sufrieron merma. Seis años más tarde, surgía en su vida
Anthony Mann, el notable realizador cinematográfico norteamericano, con quien
se unió en matrimonio.
-Nos
llevamos estupendamente. Él con su mentalidad sajona –pues es
austríaco de nacimiento- y yo con mi mentalidad
ibérica. Lo lamentable es que, por nuestros respectivos trabajos, debemos de
estar separados la mayor parte del año.
Se encuentre
donde se encuentre, Sara no puede pasar un solo día sin llamar a Anthony por
teléfono. En ocasiones las conferencias duran más de una hora.
-Un
día –asegura-
estuve hablando con mi marido noventa y ocho
minutos a través del teléfono. Me entusiasma entablar conversación por este
medio. Para mí es el invento más importante que ha tenido lugar desde la creación.
Las preferencias
de Sara van también para los viajes en ferrocarril. Rara es la ocasión en que
toma el avión u otro medio de transporte para efectuar viajes largos.
-Me
apasiona viajar en el tren, especialmente si acierto a hacerlo en un día
lluvioso. Me parece estar sumida en un mundo irreal y maravilloso.
Sin embargo, en su vida privada, Sara Montiel es mujer que huye de toda ostentosidad y viste con sencillez. (Fotos José E. Puente.)
Observando a la
protagonista de “La violetera” y tantas otras películas de corte semejante,
hemos podido comprobar que su rostro está exento por completo de cualquier
clase de maquillaje.
-Nunca
me he maquillado, ni cuando ruedo. Muchos creen que no es así y que la Sara del
cine es diferente a la de la vida real, suponiéndola repleta de tinturas y de
cremas embellecedoras.
-¿Cuál es el
secreto de tu atractivo facial?
-No
tengo secreto. Me limito a pintarme ligeramente los ojos y los labios. Y nada
más.
Se sabe de Sara
Montiel que ella ha sido, hasta el presente, la figura española que más bellos
modelos ha lucido en sus interpretaciones. Su elegante porte ha motivado
animados comentarios en el mundillo femenino.
-He
usado cerca de quinientos modelos, creados ex profeso para mis diferentes
papeles cinematográficos. En junto, el costo de los mismos vendría a rebasar
los diez millones de pesetas.
Contrariamente a
lo que se pueda suponer, a través de sus actuaciones en las cámaras, Sara es
mujer que huye de toda ostentosidad.
-Procuro
llevar una vida muy ordenada con tal de mantenerme el mayor tiempo posible. Sé
que no voy a pasar a la historia del cine ni de la canción, pero al público le
gustan mis películas y a él me debo.
-¿Consideras que
tu género es “ínfimo”?
-¡Tanto
como eso, no! Viene a ser como el percal de los tejidos, que ya es mucho decir.
-¿No te disgusta
tanto el “percal”?
-Siempre
y cuando me sirva de canje para ante y visón, desde luego que no.
-¿Amas el cine
sólo por los beneficios materiales?
-Y
porque es parte integral de mi propia vida. En él estoy desde los quince años…
Desde aquella
“Misión blanca” ha llovido lo suyo. Sarita se convirtió en Sara. Y ahora, en
plena madurez del estrellato, diríamos, casi, casi, que nos ha confiado sus
penas.
EL RECORTE CCCXLIV
Nuevos matrimonios vendrían para la actriz y con Pepe Tous, también, los hijos. El sueño más anhelado de la diva. Aquí un reportaje centrado en ella y sus hijos de Diez Minutos, con fecha 3 de febrero de 1.987.
ELLAS e Hijos
SARA MONTIEL
"Zeus tiene un gran sentido musical, canta y baila con mucha gracia. Es posible que siga mis pasos"
La casa que el
matrimonio Tous-Abad tiene en Palma de Mallorca, allá en lo alto de la montaña
de Na Burguesa, se llma “Thais-Zeus” en homenaje a sus hijos. Thais tiene siete
años de edad y Zeus tres. Ella nació en Brasil, donde Sara la adoptó. La niña
ya sabe este hecho. Según su padre, Pepe Tous, la pequeña será de mayor una
belleza al estilo de Nastassia Kinsky. Por su parte, Zeus es un niño de ojos
grandísimos, de color negro y pelo rubio. Los dos son muy guapos y la alegría
de su casa.
-Vivo
muy pendiente de mis hijos –dice Sara; a partir de
ahora voy a hacer más cortas las giras y los viajes a América. Me parte el alma
oír la voz de Thais al teléfono diciéndome: “Mamá, ¿cuándo vienes…?” Después de
estas palabras pienso que no debo estar más de un mes separada de mis hijos y
entiendo que no me compensa el factor económico si es a costa de este
sacrificio. A partir de este año sólo haré viajes de ida y vuelta. Mis
ausencias de casa por motivos profesionales no van a durar nunca más de quince
días.
Zeus tiene muy bien apetito, según su madre.
"Vivo muy pendiente de los niños", dice Sara.
“CREO QUE EDUCO BIEN A MIS HIJOS”
Los niños van a
un colegio donde, aparte de las materias correspondientes, les enseñan inglés.
Thais lo habla ya perfectamente.
-Creo
que educo bien a mis hijos. No les consiento sus deseos por simple capricho.
Pepe es más débil con ellos, por eso yo intento inculcarles un orden y una
razón en su comportamiento.
-¿Qué te
gustaría que fuera Thais de mayor?
-A
ella le gustan mucho las nuevas ciencias. Este año pidió para Reyes un
ordenador y, naturalmente, lo ha tenido. Es una chica muy lista, muy despierta
y muy vital. Cuando hace una cosa sabe por qué lo ha hecho; razona su
comportamiento. Es una niña muy lógica.
-¿Y Zeus?
-Sólo
tiene tres años; su carácter se está formando. Aún está por ver cómo será en un
futuro, pero ya intuyo que muy diferente a Thais.
-¿Se llevan bien
entre ellos?
-Sí,
se quieren mucho. A veces pelean por un juguete o por cualquier otra cosa, pero
imagino que igual que otros niños de su edad.
-¿Cómo es tu
relación con ellos?
-Normal.
Me preocupo por sus asuntillos, desde lo más mínimo a lo que los críos
consideran muy importante. También me gusta controlar su alimentación, su
educación… ¡Todo! Quiero que me tengan siempre a su lado si me necesitan. Me
encanta verles crecer y formarse. Me llenan mucho.
Thais tiene ya siete años; Zeus, tres. Los dos constituyen la alegría de la casa del matrimonio Tous-Abad en Palma de Mallorca.
FICHA
Thais tiene siete años, los ojos oscuros y pelo negro. Es
vivaz, lista, enérgica e incansable. Habla perfectamente inglés. Desde los tres
años sabe lo de su adopción. Adora a sus padres y le encanta jugar con los
ordenadores. De mayor quiere ser periodista y empresaria, como papá.
Zeus, tres años. Melena rubia, que le corta y arregla su
madre, y los ojos negros. Está aprendiendo ya el inglés y de momento lo que más
le gusta es jugar con su hermana. Zeus es el capricho de la casa. Come mucho,
le encanta ir en bicicleta y los dibujos animados. A su edad sólo piensa en
divertirse.
-Puesto que tus
hijos son aún muy pequeños y no deseas separarte de ellos, ¿cómo vas a
proyectar a partir de ahora tu carrera profesional?
-Mientras
pueda y el público me siga aceptando, continuaré. Me gusta mi trabajo y quiero
volver a hacer cine y teatro. Me apetece interpretar personajes acordes con mi
edad, desarrollar plenamente mi faceta dramática. Es la segunda etapa de mi
carrera: ser actriz dramática, pues en el aspecto musical puedo seguir hasta
que quiera. De joven he sido un mito del cine; también se puede lograr lo mismo
siendo más mayor.
-¿Te gustaría
que tus hijos se dedicaran al espectáculo?
-Si
a ellos les atrae, ¿por qué no? Zeus tiene un gran sentido musical, canta y
baila con mucha gracia. Es posible que siga mis pasos. Thais es más práctica.
Pienso que la niña elegirá una carrera técnica o científica.
Sara pasa muchas horas en la habitación de sus hijos.
"Creo que educo bien a mis hijos. Intento inculcarles un orden y una razón en su comportamiento".
Sara se preocupa
porque Thais es una niña con poco apetito, a quien siempre “le ha costado mucho comer y está muy delgada. Zeus, en
cambio, no hace ascos a nada”. La estrella está hecha una madraza…
-Tanto
para Pepe como para mí los niños son lo más importante de nuestras vidas. Sólo
deseamos que crezcan fuertes, sanos y bien formados, con una educación que les
ayude a afrontar la vida. Quiero que aprendan el valor que tiene cada cosa, que
sepan que éstas no caen en nuestras manos porque sí, sino porque han sido
adquiridas a costa del esfuerzo personal de cada cual.
Sara Montiel
mira tiernamente a sus hijos, juega con ellos durante muchas horas y les razona
aquellas decisiones que les concierne.
-A
diario doy las gracias a Dios por haberme permitido llegar hasta este momento,
por tener estos dos hijos y un hogar estable junto a Pepe. Son ya dieciséis
años de unión, ocho de ellos casados. Pepe es muy importante para mí,
fundamental en mi vida afectiva y absolutamente todo en mi carrera.
Texto y fotos: Chelo GARCÍA-CORTÉS/Eduard CASALS.
LA FOTO CCCXLIV
No te preocupes, Sara, sigues siendo la única...
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