La diva aparece solo en la portada.
EL RECORTE CCCXLV
Los '60 fueron el esplendor de su estrellato y, por ello, su presencia o imagen eran el reclamo perfecto para eventos o portadas. Prueba de ello es la gala Philips 1962. Esta es la crónica de Primer Plano, 22 de octubre de 1961.
ASÍ FUE LA GALA PHILIPS 1962
Sarita Montiel, con don J. H. de Jongh y Cesáreo González, departen momentos antes de comenzar la GALA PHILIPS 1962.
Tal fue la
expectación suscitada por la GALA PHILIPS 1962, que días antes de que tuviera
lugar el magno programa a través de Televisión Española y de toda la red e
emisoras de radio nacionales, en sus distintas cadenas, la venta o el alquiler
de televisores alcanzó límites insospechados, llegando a agotarse las
existencias en numerosos establecimientos de Madrid y provincias.
Por eso, en la
gran noche del 11 de octubre, no hubo hogar español en el que no se esperara, y
se siguiera posteriormente, el programa organizado y patrocinado por Philips.
Mayores y pequeños pudieron saborear, por primera vez en su vida, la actuación
de tres artistas de categoría mundial.
Este estuche
magnífico de realizaciones televisivas que es el local de F. A. E. presentaba
un brillante aspecto, bellamente decorado y repleto de un público ansioso de
presenciar la inolvidable y sensacional sorpresa que les iba a obsequiar la
GALA PHILIPS 1962, mientras millones de españoles –de grandes ciudades y
pequeños pueblos-, a la hora mágica de las 22,45, conectaban sus receptores de
televisión y radio con el único deseo de vivir unos minutos de ensueño al lado
de Gene Kelly, Fred Astaire y Sarita Montiel.
Si el público
fue fiel a su cita, al final del programa quedó ampliamente satisfecho de todo
lo que había visto y oído. Si la llegada de Sarita Montiel al local fue
apoteósica, en olor de popularidad, su aparición ante las cámaras constituyó el
mejor premio para los presentes. Sus canciones, las que le hicieron famosa,
resultaron inigualables. Su sentimiento, profundo y sincero, al contestar las
preguntas que le hiciera Jesús Álvarez ganó por entero a todos los invitados.
Igual ocurrió
cuando le tocó el turno a Gene Kelly. Su intervención –como la de Fred Astaire,
enviadas desde América en “video-tape”- fue ampliamente aplaudida. La de Fred
resultó un modelo de finura y arte. El éxito estaba asegurado de antemano. Y el
esfuerzo, jamás realizado por ninguna otra empresa española, entusiasmó al
público visual y auditivamente.
Hemos de
felicitar a los organizadores. Pues no sólo agruparon para el espacio a Gene
Kelly, Fred Astaire y Sarita Montiel, cuyas actuaciones se salieron de la
corriente, sino que los anuncios intercalados durante la emisión lograron su
propósito: tener un sentido estético, atrayente y altamente publicitario. El
objetivo se había cumplido con exceso. En suma, un notable éxito, que animará a
todos para que la superación sea el signo dominante en años venideros.
Días antes se
ofreció un “cock-tail” en honor de Sarita Montiel, al que asistieron don J.H.
de Jongh, administrador delegado de Philips Ibérica, S.A.E.; el señor Vidal,
director comercial de Hispavox; don Antonio Manzanares y don Cesáreo González,
entre otras personas y representantes de la prensa radio y televisión. La
fiesta transcurrió por cauces de verdadera camaradería y amistad, brindándose
por el éxito futuro del programa.
Nosotros hacemos
votos para que en años sucesivos las GALAS PHILIPS, gracias al esfuerzo
titánico de unos hombres al servicio del bienestar de todos los españoles, se
vean compensadas nuevamente por la alegría de haberlo logrado todo y de
comprobar que el triunfo les acompañe en su trabajo.
Durante la recepción dada en su honor, Sarita Montiel conversa con Cesáreo González, don J. H. de Jongh y el señor Vidal, de HISPAVOX.
Ahí están, como
prueba fehaciente, las montañas de cartas y telegramas llegados de todas
partes, comunicando la bondad del programa y el apasionante entusiasmo que
creó. Y también están los comentarios hablados; porque de lo que ahora se
conversa en las tertulias es de la emisión gigantesca que se propuso una meta y
a la que llegó gracias a la colaboración desinteresada de millones de
telespectadores y radioyentes.
La familia
Philips siempre procurará –pese a todo- hacerlo muchísimo mejor y superarse. Es
su lema.
EL RECORTE CCCXLV
Imagen de la diva, de Simón López, utilizada en aquella mítica Gala Philips de 1962.
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