viernes, 28 de junio de 2013

COLECCAO CINEMA - 2 de Junio de 1966 - Portugal


La diva aparece solo en la portada. 


EL RECORTE CXVII
Hablar de 'La mujer perdida' es hablar de la maravillosa figura que para la estrella realizó el escultor Collaut. Para su realización, evidentemente, Sara Montiel tuvo que posar y posar vestida de diosa romana. Mientras tanto, las revistas de la época se hacían eco de esta nueva faceta de la actriz. Ama, en su número de la segunda quincena de Noviembre de 1965, recogía este reportaje. 


SARA MONTIEL
POSA PARA EL ESCULTOR COLLAUT
Con el escultor Federico Collaut.

Una sonrisa y una amable invitación de Sara Montiel nos ha traído hasta el estudio de Federico Collaut. La actriz posa para la escultura que le están haciendo con destino a su nueva película.
-Después, cuando termine el rodaje, me la llevaré a casa.
-¿Es la primera vez que te han hecho una escultura?
-Cuando yo era muy pequeña, Benlliure me hizo otra. Por cierto que no sé dónde ha ido a parar.
La belleza clásica y quizá un poco melancólica de Sara Montiel se ha plasmado en la materia noble de la escultura. Collaut, el autor, habla entusiasmado de su obra.
-Sara es muy, muy buena modelo a pesar de que tiene que estar inmóvil tanto tiempo.
-¿Cuántas sesiones ha tenido?
-Tres para el boceto y dos para el busto.

Sara es una buena modelo. 

La estatua tiene un significado: la mujer frente al mar. Y juega un importante papel en el argumento de la película, que cuenta los amores entre una famosa actriz, Sara Ferranz, y un escultor, que gana con esta obra el primer premio en la exposición de París.
El guión lleva la firma de dos nombres famosos: Pombo Angulo y Arozamena.
-El galán es Juan Carlos del Duca, el mismo que hizo conmigo ‘La dama de Beirut’.
Sarita tararea una música que, a través de ella, adquiere un aire nuevo y distinto.
-¿Cantas mucho en la película?
-Tres canciones clásicas napolitanas y un arreglo de la ‘Quinta sinfonía’, de Tchaikovsky, con una adaptación de Waldo de los Ríos y letra de Rafael de León.
Dentro de unos días Sara se marcha a Cádiz. Allí, en su puerto de pescadores y frente al mar, se iniciará el rodaje de la película. Después, Florencia, Nápoles y Roma; todo un viaje por el mundo del arte. Y de arte se habla porque el ambiente influye y así, entre cuadros y bocetos, estatuas y barro, Sara nos cuenta:
-He hecho alguna cosa en mi casa de campo con barro: ceniceros, platitos; cosas sin importancia, naturalmente.
Todo el mundo sabe que Sarita pinta unos cuadros ingenuos, graciosos, pero lo que no sabíamos era su gran afición por la escultura. Y así, cuando llega el momento de retratarse con el buril, delante de la estatua, ella lo hace con seguridad, como quien está muy acostumbrada. Aunque la escultura no sea obra suya, sino de Docha L. Riobó, una de las alumnas de Collaut.
Cuando queremos saber lo que han pagado por la estatua, el escultor sonríe y Sarita nos contesta rápida.
-Menos de lo que él se merece, palabra.

Sara se ha convertido por unos momentos en escultora. 

La actriz ha querido retratarse envuelta en una especie de ‘plinto’ blanco como el que utilizaban las damas de Grecia o de Roma.
-Donde esté lo clásico no hay nada igual. En todo ello hay una belleza de líneas sorprendentes.
Porque Sara resulta que es enormemente tradicional en sus gustos, y sus pintores favoritos son Goya, el Greco y los impresionistas franceses.
Sara es la mujer de los mil y un proyectos, aunque sea a muchas fechas vista. Cuando en enero termine la película empezarán los preparativos para una gira detrás del ‘telón de acero’. No es la primera vez que Sara va allí, donde ya tiene su público de admiradores.
-Voy a hacer tres semanas de actuación en el Volkhochej Teatre con la presentación personal de mis canciones.




Después irá a Checoslovaquia, Hungría y demás países satélites. Tres meses aproximadamente de gira y para la que la actriz está haciendo preparativos.
-Ya estoy encargando el equipo que voy a lucir: trajes de calle y ocho o nueve de fiesta, como ves me estoy haciendo ‘unos pocos’.
Sara, enfundada en su ‘poncho’ amarillo nos despide convertida ya en una mujer contemporánea que ha dejado atrás una nueva experiencia: la de ser, durante unos minutos, musa clásica de un arte noble.


Texto: Sofi Díez Tejerina
Fotos: Alejandro



La escultura de Sara Montiel para 'La mujer perdida' tal y como se encuentra actualmente en el molino 'Culebro' de Campo de Criptana, que alberga el museo de la actriz. 


LA FOTO CXVII


"...como llovía, como llovía..."

martes, 25 de junio de 2013

CINE AVANCE - 18 de Mayo de 1963 - México


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besame
“LA HISTORIA EN FOTOS”

“Bésame” es una cinta filmada en escenarios naturales y protagonizada por Sara Montiel, que en esta ocasión hace un papel distinto. En su primer film de acción, de suspenso. La trama de argumento se desarrolla en Casablanca en 1943, entre las intrigas y peligros del mundo del espionaje internacional. Completan el reparto estelar, el galán francés Maurice Ronet y el italiano Franco Frabrizzi.

Maurice, el inspector de Policía (Maurice Ronet), tiene cientos de casos sin resolver, a esos se suma uno más, cuando un pasajero de un barco es ametrallado en el muelle para robarle un portafolio. El portafolio cae en manos de un tipo vestido de pescador, llamado Matelot. Teresa (Sara Montiel), aclamada cantante española, se vé envuelta sin proponérselo en una peligrosa intriga de espionaje. Cuando ha terminado su actuación encuentra en su camerino Max (Franco Fabrizzi), jefe del contraespionaje alemán, quien le informa que su novio ha sido asesinado por los miembros de la resistencia francesa.


1.Max le propone entonces que se una a él para vengar la muerte de su novio, quien había sido uno de sus mejores agentes. Teresa acepta y Max le da una lista de sospechosos. Entre éstos está Lucien (Leo Anchoriz), asiduo concurrente al cabaret donde ella canta. Lucien es gran amigo del Inspector Maurice.


2.Lucien y dos amigos más examinan los documentos que hay en el portafolio del hombre asesinado en el muelle. Pero grande es su decepción al comprobar que los documentos están en clave.



3.Lo primero que hace Teresa es, dejarse galantear por Lucien. Max le ha dicho que sospecha que Lucien es uno de los cabecillas de la resistencia francesa y desea pruebas de su culpabilidad, Teresa accede a acompañar a Lucien a su departamento.


4.Al entrar, Maurice descubre a Teresa sentada en un sillón mientras Lucien prepara la bebida, y pone música adecuada al ambiente.


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EL RECORTE CXVI
Este 2013 no sólo es el 50 aniversario del clásico 'La Reina del Chantecler', también de la siguiente película en la filmografía de la diva, 'Noches de Casablanca'. En este artículo de Lecturas se recogen las distintas impresiones sobre el film que los actores masculinos tenían en el momento del rodaje. Año: 1963. 

Se rueda en Madrid…
“BESAME”
Sara, con Ronet

En la carrera artística de Sarita Montiel hay etapas perfectamente definidas. Así, la película que rueda actualmente en Madrid –‘Bésame’-, podría enlazar con la última que hizo en Hollywood, ‘Yuma’, en la que tenía el papel de una pielroja. En medio, con la distancia de unos años, el capítulo importante de las comedias musicales, arrancando desde ‘El último cuplé’ hasta la última estrenada, ‘La reina del Chantecler’, bien conocida del público.
En esta ocasión, Sara, actriz, abandona un poco el género que la consagró plenamente, para servir a una trama escrita por José A. de la Loma, Miguel Cussó y Jaques Remy cuya acción transcurre durante la segunda guerra mundial en Casablanca. Sara, que en esta ocasión está rodeada de dos figuras de la talla de Maurice Ronet y Franco Fabrizzi, es una cantante de cabaret –en medio de un mundo moderno donde está a la orden del día el espionaje, la lucha y la muerte-, lo que justifica la interpretación de una serie de canciones. Ella ha dicho: ‘Me gusta el estilo de la película; mi papel es humano, muy interesante psicológicamente’.
Los motivos árabes, tanto en la construcción como en los detalles, colores, alfombras, cacharros, nos rodean completamente en el estudio. Alarcón –los decorados en el cine español siempre son de Alarcón- ha sabido dar al decorado la expresión exacta, para que el que se mueva dentro de él se encuentre realmente inmerso en el mundo árabe.
Saludamos al director del film, Henri Decoin, francés, cronista deportivo, autor teatral, novelista y guionista; tiene en su haber unas sesenta películas como director. Divorciado de las actrices Blanche Montel y Danielle Darrieux, Decoin es la tercera vez que dirige en España: primero fue en 1952, ‘El deseo y el amor’, con Martínez Carol y Antonio Vilar; poco después, ‘El tirano de Toledo’, con Pedro Armendáriz y Alida Valli. Decoin no habla nada de español, pero tiene a su lado a un colaborador eficaz, que es el ayudante de dirección Pedro Vidal. Pedro habla español, inglés, francés, italiano y algo más.



Maurice Ronet
Nuevamente en España Maurice Ronet. Por tercera vez galán de Sara Montiel. Ronet llega de la India, donde ha filmado ‘Aventura en Celián’, junto a Eleonora Ross-Drago, y antes, en el Senegal, ‘Libertad, uno’, con Coline Marchand, dirigidos por Ciampi. Cuando este número salga a la calle Maurice se encontrará ya en París trabajando a las órdenes de Louis Malle en ‘Fuegos fatuos’, motivo por el que todas sus escenas en ‘Bésame’ se han antepuesto en el plan de trabajo. Trabajará nuevamente con Decoin en España, en el mes de julio, en los alrededores de Sevilla, después de filmar también otra cinta en Italia. De Sara Montiel, Ronet nos ha dicho: ‘Trabajar con Sara es una maravilla, por su simpatía, su conciencia profesional. Es una trabajadora entusiasta, que trata constantemente de superarse en su labor’.

Franco Fabrizzi
Buen actor, italiano, es la tercera vez que filma en España. La primera fue el galán de ‘Calabuch’, a las órdenes de Berlanga, y la segunda, en Barcelona, en ‘Mi mujer me gusta más’.
Agrónomo, dejó su profesión por el cine, en el que debutó en 1951, a las órdenes de Fellini.
Resumimos nuestra conversación con él, a las siguientes frases:
-Realmente hay muy pocos actores de verdad en el mundo. Sordi, para mí, es el mejor.
-No me gusta nada la vida social del cine.
-Vivo en Milán y Roma, pero llevo casi tres años trabajando en todo el mundo menos en Italia.
-Como espectador prefiero el teatro al cine, pero por encima de todo, quedarme en casa leyendo o escuchando música.
-Admiro en la mujer mucho más la belleza que la inteligencia.
-En general soy pesimista; no creo en la gente, en las amistades… no creo en nada.
Vemos en el plató caras conocidas, amigas, Gerard Tichy, rubio, alemán, un oficial de marina, que ya trabajó con Sara en ‘Pecado de amor’ y en ‘La reina del Chantecler’. Tichy, que empezará el mes próximo ‘Los siete invencibles’, nos define a Decoin con las siguientes palabras: ‘Simpático, tranquilo, claro en su línea de trabajo, y que se preocupa de sus actores’.  
Pepe Riesgo, un residente francés, siempre vestido igual salvo las escenas que rodó en el puerto de Alicante, de marino con su lancha motora. Pepe trabaja sin descanso. Antes ha hecho un gendarme de celda en ‘La ceremonia’ y un comandante de la Guardia Civil en ‘Todos eran culpables’.
Me presentan a Elsa Schiller, una jovencita de veinte años, natural de Milán, con seis películas en su haber. Las más importantes ‘Whisky a medio día’ y ‘Sola por la calle’. Vino a España en varias ocasiones como turista y ahora se quedará casi cuatro meses por motivos profesionales.
Aquí está también Leo Anchoriz. Cinco preguntas rápidas para él:
-Define tu papel en la película.
-Me basta que este personaje ‘muera’ por culpa de Sara.
-Sara Montiel compañera.
-Indefinible. Lo que está por encima de lo fabuloso es indefinible.
-Uicio de M. Decoin.
-Me parece lo suficientemente inteligente para ‘comprender’, cosa que, de verdad, es muy difícil.
-Lo más importante para ti de esta película.
-El dinero y el papel, como siempre.
-¿Próximo trabajo?
-‘Juzgado de guardia’, con Forqué.

José Guardiola
No vemos a Guardiola últimamente con la frecuencia que nos gustaría; por eso nos alegra encontrarlo. Le preguntamos por qué. ‘Estoy muy dedicado al doblaje mientras no haya algo que interese más’.
-¿Y esta película?
-Me interesa económicamente. El papel es corto, pero no está mal.
Guardiola confiesa, con la sinceridad que le caracteriza.
-Creen que pongo bien la cara de malo y jamás se han preocupado de otra cosa: de mis posibilidades como actor. Yo sé bien que como actor no puedo fallar, pero no sé convencer a nadie. Hay que convencer en la pantalla, no en el ‘cócktel’ del hotel ni en el vestíbulo del cine. Tengo fe en mí mismo; dos premios de interpretación: en ‘Sierra maldita’, premio del C.E.C. y mención honorífica en el primer festival de cine de San Sebastián. Vivo mi vida, confío todavía y espero. 


ISARCO RAVAIOLI
Actor italiano joven, ya figura consagrada en su país, donde ha trabajado en diez películas con el segundo papel y en siete con el papel estelar.
Esta es la segunda vez que viene a España. La primera fue en 1960, para trabajar junto a Alfredo Kraus y Ana Esmeralda en ‘El vagabundo y la estrella’.
-¿Qué es lo último que has hecho? – le preguntamos.
-He simultaneado el trabajo de ‘El viejo testamento’ y ‘Año 79’, con un total de seis meses de rodaje en Yugoslavia. La última ha sido ‘El último avión  para Baalbeck’, junto a George Sanders y Yoko Tani, que hemos rodado en Oriente Medio y que ha dirigido Hugo Fregonesse.
-¿Está contento con su trabajo en ‘Bésame?
-No, porque yo ignoraba el papel que tenía, para el cual me contrató la productora de Italia. Sólo me di cuenta de que era muy corto cuando ya llevaba varios días de rodaje. Pero de haberlo sabido antes no lo habría aceptado.
-¿Trabajará inmediatamente en otro film?
-Sí; marcho en seguida a Roma para rodar ‘En el fondo de la escalera’. La dirigirá Luigi Petrini, que ha sido hasta ahora el primer ayudante de Antonioni. Formaré el trío estelar, con Mylene Demongeot y Gabriela Fergetti.


M. S.



LA FOTO CXVI


La diva en una de las últimas escenas de 'Noches de Casablanca', a punto de cantar 'La vida en rosa'.

viernes, 14 de junio de 2013

CINE UNIVERSAL - Octubre 1o. de 1962 - México


SARA MONTIEL
EN LA PLENITUD
Sarita Montiel es ahora ‘La Montiel’. Decimos La Montiel porque es la forma como se designa, a modo de título nobiliario, a las grandes figuras consagradas. Ninguna estrella del cine español ha logrado la fama mundial de Sara Montiel, quien penetra maravillosamente en los personajes que ha creado el cine, y que recuerdan una época inmortal del género ligero.
Lo extraordinario de la Montiel es que durante muchos años había navegado a la deriva, abordando docenas de personajes sin lograr la verdadera proyección de su personalidad. Un director le ofreció una historia en la que debía interpretar una cupletista, y el brillo de una gran estrella iluminó como por arte de magia las pantallas cinematográficas. Había nacido Sarita Montiel resucitando un género olvidado.
La Montiel es ahora un personaje fuera de lo común. Una imagen adorada por millones de hombres que ven en ella a la mujer ideal.
Nació en un pueblo de La Mancha –Campo de Criptana-, donde el sol fecunda las más bellas flores de España. Sus padres eran sencillos campesinos, que le pusieron por nombre María Antonia Abad Fernández, el cual conservó hasta dejar de ser una chica llena de ilusiones. Ahora, para ella todo ha cambiado. El nombre, el paisaje, Campo de Criptana está muy lejos en su recuerdo. Sin embargo, a ella le gusta recordar su vida. ‘Nada tiene de extraordinaria –dice-; sólo he luchado duramente, con persistencia, para realizar mis anhelos’.
Durante un descanso del rodaje de ‘La Reina del Chantecler’, Sara Montiel relató, a grandes rasgos, los momentos más significativos de su vida.
‘Cuando soñaba por los viñedos de Campo de Criptana, no podía imaginar que llegaría hasta donde me encuentro –confiesa con sinceridad-. Todo comenzó cuando fui a Madrid decidida a tomar parte en un concurso que organizó una compañía productora. Ahí conocí a Enrique Herreros, ‘mi descubridor’. Tuvo una corazonada al verme en la portada de la revista ‘Semana’, según me confesó después. Me presentó al productor de ‘Empezó en Boda’ y me contrataron. Fue mi primera película, aunque aparecí muy brevemente’.
Sus comienzos fueron duros. Se dio cuenta entonces que el camino del cine es arduo, lleno de obstáculos. ‘Pasé varios años con más ilusiones que trabajo –continúa-. Me ofrecían papeles que no me permitían lucirme. Llegué a desmoralizarme. Afortunadamente apareció en mi camino Juan de Orduña con su película ‘Locura de Amor’ (1949). Esa cinta me devolvió todas las ilusiones que había puesto en el cine. Fue una película que me ayudó mucho. Una especie de pasaporte hacia el triunfo. Sin embargo, a causa de mi trabajo en aquella cinta, tuve muchos disgustos y contratiempos. Debido al frío intenso que sufrí en los estudios durante el rodaje, caí en cama y tuve que guardar reposo durante mucho tiempo. Aquellos meses recluida en habitación me hicieron temer que todos mis sueños se derrumbarían. Fue una época que siempre he tratado de olvidar’.
Pero cuando Sara curó, volvió con mayores deseos de triunfo. Estaba en la plenitud de su belleza.
‘Luís Marquina me llamó para interpretar ‘El Capitán Veneno’. Al terminar la cinta me marché a América en busca de horizontes más amplios. Sabía que allá tendría que empezar de nuevo. Pero no me importaba. Era joven y ambiciosa’.
‘Entré al cine mexicano con buen pie. Me dieron mi primera oportunidad nada menos que con el primer actor Arturo de Córdova, en ‘Furia Roja’. Enseguida me contrataron para acompañar a Pedro Infante en tres cintas más: ‘Necesito Dinero’, ‘Ahí viene Martín Corona’ y ‘El Enamorado’. Era el año de 1952. Me sentía en México como en mi propia patria. El público me quería y los periodistas me mimaban. Sentía la misma ilusión juvenil que me embargaba en mi tierra’.



Sarita no pensaba en Hollywood. Pero Hollywood pensaba en ella. En Los Ángeles, California, se había exhibido con gran éxito su película ‘Locura de Amor’ y Burt Lancaster la contrató para ‘Veracruz’. Fue en realidad una dura prueba actuar al lado de dos astros de la magnitud de Gary Cooper y Lancaster. Pero ella la pasó airosa y esa cinta le sirvió para darla a conocer internacionalmente. Una poderosa compañía productora (la Warner Brothers) pretendió contratarla en exclusiva, pero ella prefirió su libertad. En Hollywood estuvo algún tiempo. Filmó ‘Serenata’ y ‘Yuma’. ‘Serenata’ –recuerda la actriz- me trae gratos recuerdos. En ella me dirigió el que más tarde sería mi marido: Anthony Mann. Para mí esa cinta significó un doble éxito: el de actriz y el de mujer… Me casé con Anthony en agosto de 1957’.
‘A fines de ese año regresé a España con mi esposo. Noté que un gran cambio se había operado desde mi partida. Ahora me conocían mejor y varias de mis cintas se exhibían en las mejores salas de Madrid. También no faltó quien me tachara de extranjerista y sofisticada. Durante las entrevistas de prensa dije a los cuatro vientos que no me avergonzaba ser hija de un gañán y que no porque la vida empezaba a brindarme riquezas y fama, olvidaría a mis padres. Por el contrario, cada día estoy más orgullosa de ellos y del pueblo donde nací. En Hollywood trataron de inventarme una biografía preciosa, pero yo siempre he preferido contar la mía, la verdadera. Yo soy aquella chica pobre de Criptana’.
La decisión más acertada de toda su carrera artística fue regresar a su patria, donde se encontraría a sí misma en el cine. Juan de Orduña le propuso trabajar en ‘El Último Cuplé’, aún sin saber que ella cantaba. Su voz produjo impacto. Todos los comentarios coincidían en que Sara era distinta a todas las cantantes; que tenía un matiz nuevo, cálido, sensual.
‘El día que se estrenó en Madrid ‘El Último Cuplé’ –dice la Montiel-, yo me encontraba en mi casa de Hollywood. Recibí un telefonema de mi representante Enrique Herreros informándome del éxito de la cinta. Me parecía mentira. Creía que quería engañarme. Sin embargo, regresé a Madrid unas semanas después y el recibimiento que me hicieron en Barajas me llegó al alma. Entonces pensé que al fin había sonado mi hora…’
Así fue en realidad. Sarita había llegado a un sitio que nadie le discutía. Los homenajes de admiración popular se multiplicaron y el Círculo de Bellas Artes le otorgó una medalla de oro a la Actriz más Destacada del Año.
‘Después de otro viaje a Hollywood, regresé a Madrid a filmar ‘La Violetera’. Por cierto que durante un año y medio el cine Rialto programó únicamente mis dos cintas: ‘El Último Cuplé’ y ‘La Violetera’. Fue cuando me rindieron un homenaje que me emocionó hasta las lágrimas. En el vestíbulo se colocó una placa para conmemorar los dieciocho meses de permanencia en el cartel de mis películas. Recibí otros trofeos que guardo celosamente, como los que me otorgaron el Sindicato Nacional de Espectáculos, el Círculo de Escritores Cinematográficos y algunos otros. En 1959 filmé ‘Carmen, la de Ronda’, con tres galanes: Jorge Mistral, Maurice Ronet y Amadeo Nazzari. Realicé una extensa gira al extranjero con esta cinta. Estuvimos en Portugal, Bélgica, Holanda, Suecia… Fue entonces cuando conocí personalmente a Ingrid Bergman, a quien no había visto en Hollywood. Me cautivó su fuerte personalidad. Durante ese viaje conocí también a Greta Garbo, pero… a decir verdad, no me impresionó en lo más mínimo’.
‘En 1960 hice ‘Mi Último Tango’. En 61 ‘Pecado de Amor’. Y en el actual ‘Mi Bella Lola’ y ésta que aún no termino: ‘La Reina del Chantecler’… El año entrante haré otra cinta para Balcázar. Pero aún no está listo el guión…’


Muchos triunfos esperan aún a la Montiel. Está en la plenitud de su vida artística y su patria la ha reconocido como su máxima figura. Ella, al menos por ahora, no desea trabajar en el extranjero. Ama el cine español. Y el cine español le debe a ella que ahora se lancen a realizar películas de veinte millones de pesetas. Y a ella le debe haber conquistado los mercados del Nuevo Mundo, que antes se encontraban casi cerrados a la raquítica producción hispana.
¿Hay algún papel en especial que le gustaría interpretar a Sara Montiel?
‘Sí –contesta con rapidez- : el de la Perricholi. Se presta muy bien para mí. A propósito de esto, debe saber que resulta difícil encontrar pesonajes que vayan con mi personalidad. El tiempo que me queda libre entre películas, giras y actuaciones, lo dedico a leer argumentos, para seleccionar los que he de interpretar’.
Sara Montiel ha alcanzado el triunfo, la fama y la fortuna. Ahora aspira a algo más elevado: un hijo. ‘Es lo que más me emocionaría. Un hijo vendría a completar mi felicidad. Mi hermana tiene siete… Eso me consuela. Al menos tengo ¡siete sobrinos!...’


Anuncio de 'La Bella Lola' que aparece en el mismo número de la revista mexicana. 



EL RECORTE CXV
Para muchos 'La Reina del Chantecler' es la mejor película de la diva. Para otros es en las pocas que en alguna escena demuestra verdaderamente su ser actriz. Algunos creen que no deja de ser una más del lote que comenzó con el Cuplé. Pero para todos Sara Montiel aparece rabiosamente bella. Y para nadie, al menos en su tiempo, pasó inadvertido este film. Aquí recogemos una entrevista realizada a la actriz para la revista chilena Ecran, en 1962. 


SARA MONTIEL,
REINA DEL ‘GLAMOUR’, CONFIESA:
“SOY TIMIDA…”
-¿Eres feliz Sarita? –pregunté a Sara Montiel en el set de su película ‘La reina del Chantecler’, en Madrid.
La actriz me miró un poco sorprendida; se encogió de hombros y respondió sin mucho entusiasmo:
-Naturalmente… Estoy muy contenta con mi marido (Anthony Mann, director de ‘El Cid’). El no está ahora en Madrid –agregó.

Alberto de Mendoza y Sarita Montiel en 'La Reina del Chantecler'. Es la primera película del actor argentino con Sara Montiel. 

Entrevisté por primera vez a Sarita Montiel en Hollywood, en 1955, cuando filmaba la película ‘Serenata’, junto a Mario Lanza…, y bajo la dirección de Anthony Mann. Entonces se conocieron, y poco después se casaron. Residen en Madrid, donde Anthony Mann dirige habitualmente. Ahora prepara la monumental ‘Declinación y caída del Imperio Romano’, para Samuel Bronston (el mismo de ‘El Cid’ y ’55 días en Pekín’). Mientras tanto, Sarita filma, con otros directores, o hace giras de presentaciones personales por Europa. Recientemente estuvo en Grecia, donde es popularísima a través de sus films y también de sus discos.
-¿Hay posibilidades de que vuelvas a Chile en futuro cercano? –le pregunto.
-Temo que no. Cuando termine ‘La reina del Chantecler’, a fines de agosto, descansaré. Estoy agotada. Cada película me representa varios meses de preparación: tengo que ensayar y grabar mis canciones, tú sabes. Luego de la filmación misma, hay tantos otros detalles que ultimar. Y, finalmente, me paso leyendo temas para escoger el film siguiente… En fin, que no me queda tiempo para nada –concluye.
-Pero a ti te gusta trabajar con esa intensidad, ¿verdad?
-Esto es mi vida, hija. Trabajar es lo que más me gusta. Aquí –y da una mirada a su alrededor, al mundo irreal del estudio cinematográfico- está lo mío.

Sara Montiel cantando como la Chelito en 'La reina del Chantecler'. (Le pueden escribir a Alburquerque 8, Madrid, España.)

Sara Montiel no tenía que filmar la tarde que la entrevisté en el estudio madrileño. Iba sólo a hacer algunas fotografías para la publicidad de su película. Cuando pregunté si podría entrevistarla, respondió que sí, que naturalmente, que estaba disponible para ‘ECRAN’, para Chile y los chilenos. En el set se filmaba una escena de ‘La reina del Chantecler’, con intérpretes secundarios, bajo la dirección de Rafael Gil, elegido el mejor director de España el año pasado, por su película ‘Siega verde’ (uno de sus films más populares fue ‘Un traje blanco’). A la cámara estaba el italiano con nombre de futbolista: Mario Montuori. Es un prestigioso profesional, que ya fotografió a Sarita en ‘La bella Lola’, su película anterior, y que la propia actriz volvió a exigir, asegurando que es quien mejor la ha fotografiado en toda su carrera. Tampoco estaban esa tarde los compañeros de reparto de Sarita, el argentino Alberto de Mendoza (con quien charlé varias veces en San Sebastián), Gérard Tichy y el italiano Luigi Giuliani, a quien conocí –en celuloide-, en el Festival de San Sebastián, ya que figura en el reparto de la película que se llevó el gran Premio Internacional: ‘La isla de Arturo’. Mientras esperaba que Sarita bajara al set, observé la filmación siempre fascinante y siempre nueva. ‘La reina del Chantecler’ repite libremente la vida de la Chelito, famosa cancionista, que reinara en el mundo nocturno de España y de Francia allá por los comienzos de siglo. Parte de los exteriores se filmarán en San Sebastián, en el que fuera el famoso casino, y que hoy es la sobria municipalidad. Finalmente, apareció Sarita Montiel. Llevaba un traje celeste sencillo, de estilo casi campesino. Un generoso escote insinuaba la curva juvenil de su busto. Cuidadosamente maquillado su rostro, contrastaba con sus cabellos lavados, pero sin peinar, en simpático desorden alrededor de la perfección de su cara. Sarita me saludó con un afectuoso abrazo:
-¡Ay, hija! ¡Qué gusto de verte!... Perdona mi aspecto, pero me voy a fotografiar con sombrero, y no importa mi pelo –dijo.

MARINA DE NAVASAL


Celebrando los 50 años de 
'La reina del Chantecler'



LA FOTO CXV


Sara Montiel, impresionantemente bella y glamourosa en otra escena de 'La Reina del Chantecler'. 

viernes, 7 de junio de 2013

LES FILMS DU COEUR - 20 de Enero de 1964 - Francia



























(Pincha en las láminas para verlas en grande)



EL RECORTE CXIV
En Francia le concedieron a Sara bastantes portadas a lo largo de  su carrera profesional. Todos sus pasos cinematográficos ocuparon líneas y líneas en periódicos y revistas. Y Sara, alejada del cine, fue reclamada por el país galo en distintas ocasiones para aplaudirla, admirarla y rendirle homenajes legendarios. En 1983 París se rendía a sus pies en el 'Festival de Cine de Otoño', rodeada por lo más granado de la 'gauche divine' parisina. Así lo recogía la revista Lecturas en su edición del 7 de Enero de aquél 83. 

SARA MONTIEL
homenaje en París

Durante unos días, el cine, la TV, el mundo artístico y cultural de París participaron en unos actos en honor de Sara. Frédéric Mitterrand –sobrino del Presidente - , Catherine Deneuve, Aznavour, Saint-Laurent, Cardin y Nureyev, son varias de las personalidades que han intervenido. 
Sara, junto al cartel de uno de sus films que se exhiben en Madrid. 

A su regreso a Barcelona, Sara aún no se lo creía. –Han sido los cuatro días más hermosos de mi vida.
El Festival de Cine de Otoño, de París, comenzó este año con un homenaje al genial director aragonés Luís Buñuel, y Sara lo ha rematado. En la capital francesa se han rememorado dos facetas importantes de la cinematografía de nuestro país: la intelectual y la popular.
Durante quince días, en varias salas de proyección de París se han exhibido ocho películas de Sara Montiel. Además, en cuatro veladas consecutivas se le rindió toda clase de honores. La actriz viajó a la Ciudad del Sena acompañada por su esposo, Pepe Tous.
La televisión gala se sumó al homenaje y Sara fue la estrella del programa de variedades más importante del país vecino, “Champs Elysées”. Ante una audiencia de unos veinte millones de personas cantó ‘La violetera’, a dúo con Aznavour, tema que dedicó a los miles de emigrantes españoles que hay en Francia.
En el transcurso de las decenas de entrevistas que se le hicieron para diversos medios de comunicación, Sara quiso deshacerse del clisé de ‘vedette’ del franquismo.
-Mi amigo Joan Miró pintó la mayor parte de sus cuadros en la época de Franco; Bardem filmó sus mejores películas en esos cuarenta años, y, sin embargo, nadie los llama franquistas. Yo fui la primera artista en declararme públicamente socialista, y lo dije en 1961. Por si fuera poco, puedo asegurar que fui la primera socialista que entró en La Moncloa…, rodé allí ‘La violetera’ cuando el Palacio todavía no era residencia presidencial.

La actriz muestra la página que un periódico dedica a su homenaje. 
Nureyev baila un pasodoble con Sara, a quien pisó varias veces. 

El corresponasl de RTVE en París, Juan Carlos Azcue, con Sara. 
Jean-Pierre Aumont saluda a Sara Montiel a su llegada a Maxim's.

En el prestigioso Restaurante Maxim’s se le ofreció a Sara una cena de gala. Su anfitrión era el modista Pierre Cardin. Unas sesenta personalidades del mundo de la cultura, de la política y de las artes se reunieron allí. Por citar algunos de los más populares nombraremos a Catherine Deneuve, el bailarín Nureyev, Jean-Pierre Aumont, el diseñador Ives Saint-Laurent, Roland Petit, la escritora Marguerite Duras, Jean Marais. Muchos de ellos eran viejos amigos de la estrella española y los otros le eran presentados a Sara por Frédéric Mitterrand, el sobrino del presidente de la República, que es el que ha organizado el homenaje.
Para hacer los honores, Sara comió de todo. Observó a Nureyev que enfrente suyo no paraba de degustar diversos manjares.
-¿No haces régimen? –interrogó al bailarín, quizás envidiando su esbelta figura.
-En absoluto, en mis cuatro horas diarias de ejercicio quemo todas las calorías que me sobran y tengo la suerte de comer todo lo que tengo gana.

Ives Saint-Laurent, con Sara Montiel y Frédéric Mitterrand. En el homenaje se han proyectado ocho películas de la actriz. 

Catherine Deneuve, con la estrella española y Fréderic Mitterrand. Sara viajó a París acompañada por Pepe Tous, su tercer marido. 

Sara se sentía muy feliz y, para agradecer tantos agasajos, quiso cantar. Fue una actuación totalmente improvisada, en la que la acompañó la orquesta de Maxim’s. Interpretó tres temas: ‘La violetera’, ‘Fumando espero’ y ‘Valencia’. Después, aún en plena euforia, invitó a Nureyev a bailar con ella un pasodoble.
-Pero si no sé –se disculpó él. Sara le dijo que era igual, que ella le enseñaría. Durante más de nueve minutos enlazaron un pasodoble con otro. La Montiel se quejó luego de algún pisotón. –Aunque apenas te enteras, porque este bailarín ruso es ligero como una mariposa.

El diseñador Pierre Cardin fue el anfitrión de Sara en Maxim's.

Charles Aznavour y Sara Montiel cantaron a dúo 'La violetera', para el programa musical de la televisión francesa 'Champs Elysées'.
Sara Montiel y Pepe Tous, junto a la tumba de Edith Piaf, a quien la estrella española conoció personalmente en Nueva York en 1953.

Otra instantánea del bailarín Nureyev y Sara Montiel en Maxim's.
La actriz con Samuel Fuller, director americano con el que trabajó.

Para agradecer tantos elogios, Sara Montiel quiso cantar para los invitados de Maxim's. Fue una actuación totalmente improvisada. 

Jairo y Sara. Ambos artistas se conocen desde hace años. Este mismo homenaje se le hizo en noviembre al director aragonés Buñuel. 

Sara Montiel nació el 10 de marzo de 1928 en Campo de Criptana, una localidad manchega. Ahora tiene un espectáculo en Barcelona. 

Al día siguiente, Sara y Pepe quisieron ir a depositar unas flores en la tumba de Edith Piaf. Se desplazaron hasta el cementerio del Père Lachaise.
-Edith murió, en el otoño de 1963, a los cuarenta y seis años. En la tumba figura como señora de Sarapo, su segundo marido, que también está enterrado allí, pues falleció víctima de un accidente automovilístico. Nadie se acuerda de ponerle flores a pesar de que Edith está en el recuerdo de muchos. Yo la conocí en 1953; sólo intercambiamos unas palabras. Su voz y sus canciones siempre me han emocionado. Es un poco mi ídolo, por eso le llevé esas flores.

 Rufo Lastres y Tony Mateu, enviados especiales.



LA FOTO CXIV


Imagen publicitaria de Sara para 'Pecado de amor'.