SARITA MONTIEL
NO vendrá a México hasta que no le paguen lo que
pide
BARCELONA (Exclusivo para CINELANDIA).- Sarita Montiel
no salió siempre a México como eran sus deseos, pero ella asegura que la culpa
no ha sido suya. Varios compromisos se lo impidieron y el asunto monetario tuvo
una gran importancia en su cancelado viaje.
-No
iré a México con todo y las ganas que tengo de volver a ese bello país que tan
bien me trató en el pasado, mientras no me paguen lo que creo merecer- nos dijo en tono
terminante.
Sarita estuvo algunos días en esta ciudad, siguiendo un severo tratamiento para adelgazar (tiene varios kilos de más), al mismo tiempo que preparaba las valijas y sus papeles para iniciar una gira artística. El viaje de Sarita es en primer lugar de trabajo. Pero es también –y no se sabe en qué medida es más importante que el trabajo- un viaje de segunda luna de miel. Una nueva luna de miel que hace a Sarita y a su esposo la pareja más dichosa de España, si hay que creerle a la estrella y a su marido José Vicente Olalla.
-¿Existe alguna
posibilidad de que en un futuro cercano vuele rumbo a México?-le preguntamos.
-¡Ya
lo creo que ardo en deseos de volver a México! Yo viví en su capital en
momentos particularmente difíciles de mi vida… Y la cordialidad y el cariño de
los mexicanos me hicieron mucho bien. El año pasado estuve en Brasil, y muchas
veces estuve tentada de hacer un rápido viaje a México, no para trabajar, sino
simplemente para volver a ver a tantos amigos como tengo allí. Pero no pudo
ser. Ahora –y esto es un secreto que le ruego divulgue-, me preparo para ir a
hacer una serie de TV y actuar en un centro nocturno de mucho postín.
-¿Cuándo parte?
-Tiempo al tiempo… Ya he dicho a usted demasiado. Haré TV, cabaret y también teatro… Y hasta es probable que una película.
Ya que habló
usted de cine, tenemos noticias de que en su última película aparece usted totalmente
transformada. El decir, que rompe usted con algunos prejuicios…
-El
hecho de que aparezca con poca ropa, no quiere decir que yo esté decidida a
aceptar para mi carrera la obligación de aparecer siempre escasa de ropas. Ya
en Samba aparecí luciendo mallas y ropas muy livianas, y eso no quiere decir
que anhele ser una “vedette” que basa su éxito en su poca o mucha belleza
física.
-¿No reincidirá,
entonces, en aparecer con poca ropa?
-Filmaré
cuanto quiera y como pueda. Si debo aparecer en malla o en bikini, lo haré,
porque no tengo prejuicios de esa especie. Quiero decir simplemente, que no
quiero ser una prisionera de los desnudos, una actriz a quien los productores
obligan siempre a desvestirse en público.
UN MATRIMONIO PARA SIEMPRE
-¿Qué puede
decirnos, Sarita, del año y meses que ya tiene su matrimonio?
-Que
me ha transformado en la mujer más feliz de toda España. Y que este es un
matrimonio para siempre.
Sarita Montiel
habla, de eso no hay duda, como una mujer enamorada. Su esposo ha escuchado la
conversación con la sonrisa en los labios. Viven aún “su segunda luna de miel”,
aunque la carrera de la mujer les haya impuesto viajes, trabajos, etc. Pero
todo esto no basta para empañar la enorme felicidad de ambos. No en balde
Sarita declara:
-Mi carrera irá en constante ascenso. Una mujer enamorada no se equivoca nunca. Y mi esposo es el mejor consejero que tengo en ese aspecto.
EL RECORTE CCCXLIX
Sara despedía los '60 con la muerte de su madre, una posición cada vez más discutida en el cine y su incursión 'en persona' en los teatros. Algo de todo esto se refleja en esta entrevista en Telva, en su número de 1 de julio de 1.969.
¿Dirigir yo una película? No sé de dónde ha salido
tal noticia. No lo haré aunque podría.
SARA MONTIEL
EN PERSONA
Sara Montiel, el
mito. Sara Montiel, la mujer. ¿Quién prevalece? En casa de Sara hay grandes
salones, cuadros, estatuas, doncellas uniformadas y una perrita diminuta y
nerviosa, perrita de vedette. Moquetas silenciosas, luz neutra… Una “mise en
scene” así pudo soñarla Raquel, la Bella Otero, Lola Montes o cualquiera de las
divas de rompe y rasga que poblaron Europa. ¿Acaso no es la última de ellas?
¿Cómo entrará a esta sala la diva Sara Montiel? ¿Irónica? ¿Difícil?... Espera.
Pasa un cuarto de hora y suenan pasos. Se abre la puerta. Tensión. ¿Tendrá buen
día? (Se dice que es suspicaz, agresiva, orgullosa.) Se abre la puerta por
completo… (Se dice también que su concepto del arte y de sí misma la enfrenta a
los más pacientes directores de cine, y que por eso ha pensado en dirigir ella
misma su próxima película)… Y entonces entra una amable mujer con cara de
sueño. “Perdón. Estoy dormida aún. Todas las noches
las señoritas del 098 me despiertan tres veces: a las cuatro, a las seis y a
las ocho, porque mi madre está enferma y hay que moverla en la cama. ¿Que si
está muy mal? Sí, bastante mal. ¿De qué vamos a hablar?”
La sorpresa es
enorme. ¿No será Sara Montiel un blanco demasiado fácil, demasiado propicio y
hasta demasiado débil? Lo honesto, entonces, es la objetividad. Escribir, sin
comentarios, lo que han dicho el mito Sara y Sara la mujer, no vaya a cegarnos
uno o a conmovernos otra. Así que es, liso y llano, lo que Sara ha dicho:
-Sara, el cine
qué es, ¿un arte o un negocio?
-Un
negocio y un arte.
-¿Pero no son
dos cosas opuestas?
-¿Quién
lo dice? Ingman Bergman hace películas que son arte puro y las vende muy bien,
que yo sepa.
-Bueno. Pero
Ingman Bergman con su cine intenta explicar algo. ¿Qué se ha propuesto Sara
Montiel?
-Como
sólo soy intérprete, no me propongo nada. Hacer un cine musical en mi propia
línea y basta.
-Eso en el cine.
¿Y en la vida?
-Ser
algo, ser alguien. Vivir, tener amigos, trabajar, respetar al prójimo…
-¿Satisfecha de
tu trabajo?
-Sí,
sí; sin reservas.
¿Y de tu vida?
-Vaya…
-En España,
¿cómo estamos de talentos?
-Si
hablamos de cine, hay muchísimos talentos que para desarrollarse tienen que
marcharse fuera. Hay que ver Buñuel mismo lo que le ha pasado. Fuera del cine
ya es otra cosa. Cuando un español sale talento, científico o como sea, hay que
dejarle solo. Por ejemplo, el doctor Ochoa… (No dejes de poner esto. Es
importante.)
-¿Y cómo estamos
de directores de cine?
-Muy
bien. Tenemos tres estupendos: Picazo, Saura y Camus.
-Pero se dice
que Sara Montiel va a dirigir personalmente su próxima película…
-Lo
habrán dicho para entretenerse. No pienso, y eso que puedo. No en vano estuve
siete años casada con Anthony Mann, uno de los mejores directores del mundo,
que me enseñó a montar cine y me enseñó su escuela.
-Entonces,
¿desmentido?
-Claro.
Lo cual no significa que no sepa.
-Entonces, ¿cuál
es, a tu juicio, en una película la misión del director: contar una historia,
lanzar una idea, abrir un camino?...
-Las
tres. Pero lo más importante es que acierte a contar la historia que se le ha
dado. Si sabe, el ochenta por ciento está ganado. El actor sólo aporta un
veinte por ciento.
-¿Qué defensa
tiene el cine comercial?
-El
que yo hago. Ya sé. Pues que entretiene, que sirve para todos, que puede llegar
a todos…
-Y da dinero…
-O
no. Y si da, también otros cines dan.
-¿Tienes algo
contra los directores del cine de ideas?
-Al
contrario. Los tres nombres que he dado pertenecen a ese cine. Son nuevos y
jóvenes. Sobre todo Camus, que tiene apenas treinta y dos años, está en la línea
europea y es estupendo. (Camus,
director de su última película, “Esa mujer”.)
-¿Rodarías con
Antonioni?
-Sí.
Por tener una experiencia.
-¿Con Bergman?
-Aún
es mejor.
-¿Con Lelouch?
-¡Es casi el mejor de todos!
-En el plano
artístico, ¿cuáles han sido tus éxitos?
-Sobre
todo “El último cuplé”
-¿Y tus
fracasos?
-Yo
no he tenido “fracasos”. Lo que he tenido han sido “equivocaciones”. Una sola.
Se llama “Tuset Street”.
-¿Y dónde estuvo
la equivocación?
-En
elegir un director inadecuado.
-Pero dicen que
Grau es de los más capaces del joven cine…
-Ah,
sí. (Mira, no nombres a Grau, no es
importante.)
-Sara, el hombre
es un ser que intenta mejorar. ¿En qué has mejorado tú de “El último cuplé”
aquí?
-En
muchas cosas. Por ejemplo: en belleza física. Otro ejemplo: en cantar. Y aunque
sigo en la misma línea musical, está adaptada a mil novecientos setenta.
-Si pudieras
volver atrás, si de pronto tuvieras diez años (suspira hondo), ¿volverías a
ilusionarte con el cine?
-Siempre.
Si no, elegiría Rusia.
-¿Rusia?
-Sí.
Para ser como Catalina la Grande. Gran mujer. Nos parecemos mucho. Ella era
también femenina, fuerte, violenta…
-Se habla mucho
de ti. ¿Estás conforme con el retrato que hacen?
-Unamuno
decía: “Los perros ladran, luego cabalgo”. Yo también lo digo. Algunos de los
que hablan tienen razón, otros ni idea, aunque creen estar en la verdad. Yo les
dejo y me río. ¡Qué importa! A mí sólo me conoce quien yo quiero.
-¿Y qué dices de
ti misma?
-Que
soy muy normal, dentro de la anormalidad de los artistas.
-¿Cómo has
planteado tu futuro?
-Mi
futuro es mi madre. Todo depende de cómo vaya ella. Sin ella todo lo veo negro,
muy negro, porque me quedo sola.
-Todos tememos
algo. ¿Qué teme Sara Montiel?
-Temo
que le pase algo a mi madre.
-¿Y nada más?
-Nada
más. Sólo eso es importante.
-¿No temes
envejecer?
-Todo
el mundo envejece, ¿por qué no he de hacerlo yo? Se teme la vejez porque acerca
la muerte.
-¿Temes entonces
la muerte?
-Jolín.
No he pensado en ella.
-¿Qué opinas del
mundo, hoy?
-Parece
que está pacífico, salvo Vietnam, que es terrible. Y los chinos. Ahí está el
peligro, en la raza amarilla. (Di eso, que es importante.)
-¿Y España?
¿Cuál te parece su mayor problema?
-Pues…
-¿Gibraltar
acaso?
-¿Ese
terroncito? No creo. En fin, no sé. Tenemos muchos, pero no soy yo quién para
decirlos. Sí puedes poner, en cambio, que ahora estoy descubriendo al español,
al español “pueblo”, porque estoy leyendo un libro de Díaz Plaja que se llama (énfasis) “El español y los siete pecados capitales”.
-¿Cuáles son los
pecados del español?
-Lo
estoy leyendo. No sé todos. Pero es apasionado, orgulloso, intuitivo, a veces
ignorante…
-Y tú, ¿te
sientes muy española?
-Sí.
M.P.B.
LA FOTO CCCXLIX
En su "Sara Montiel en persona" (1.970)
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